Pecados Part-2

Me pongo de pie y regreso al auto, entro al auto y nos alejamos del lugar después de destrozar los sueños de ese chico, hemos destruido una vida, lo hemos hecho. Me sorprendo cuando no nos estamos dirigiendo hacia la mansión ¿A dónde vamos? Al llegar al lugar salgo corriendo preocupada al ver el hospital, soy guiada por uno de los hombres hacia Nadia, se encuentra fumando en la puerta de la habitación sin importarle que es un hospital.

- Aquí estás. – dice sonriéndome.

- ¿Qué? – pregunto llorando.

- John no midió su fuerza. -me informa. – Pero está fuera de riesgo, estará bien. – me asegura.

- ¿Cómo? – pregunto. - ¿Cómo pudiste hacerle eso? Ella te ama. – digo molesta.

Estoy demasiado molesta, no siento miedo ahora.

- Amor…- dice con asco. – Esta noche voy a eliminar esa porquería de ustedes, alguien está yendo por tu querido entretenimiento. – me informa.

- ¿Qué? – pregunto preocupada. – No. – digo.

-Kristin. – dice dejando de sonreír.

Se acerca a mí.

-Si vuelves a demostrarme la debilidad de esta noche, te castigaré. – me advierte.

-Él no hizo nada. – le digo.

- Valentine tampoco. – me recuerda. -Hombre que intente acercarse a mis hijas será destruidos, tengo planes y nadie los destruirá. – me informa.

Me quedo en silencio y camino hacia la pared, me apoyo en ella y me deslizo lentamente hacia el piso, me quedo ahí en silencio por un rato, pensando en las consecuencias de lo que hice y lo sé, todo es mi culpa. Alejo el collar de mi cuello y lo lanzo lejos de mí, veo a Nadia caminar de un lado otro con sus ruidosos tacones esperando por algo, veo salir a una enfermera de la habitación e informar a Nadia de algo, esta asiente y se aleja del lugar, decido seguir sus pasos y por un rato siento que simplemente está paseando en el hospital, hasta que la veo detenerse delante de una habitación.

¿Qué hace? Entra a la habitación y corro hacia ahí a pesar de tropezar con algunas personas, me detengo delante de la puerta y abro lentamente la puerta, abro mis ojos sorprendida al ver a Valentine siendo atendido por algunas enfermeras y quien creo es el doctor, Nadia habla con ellos. Intento escuchar lo que dice y cuando lo logro, odio lo que escucho.

- Asegúrense de que no se recupere completamente. – les pide. – Manténganlo vivo, pero no quiero que pueda practicar algo, lo quiero arruinado. – Explica.

Retrocedo lentamente al escuchar eso y regreso al lugar en donde estaba, me detengo ahí de nuevo y decido al fin entrar a la habitación en donde espero esté Kaleani, entro a la habitación y veo a mi hermana cubierta todavía de sangre, ni siquiera se tomaron la molestia de cambiar su ropa, me acerco a ella y veo su brazo cubierto por una venda blanca, sollozo sin poder evitarlo.

Su rostro… no puedo reconocer su rostro, me acerco a ella y coloco mi mano en su hombro mientras lloro, la escucho quejarse cuando intenta abrir sus ojos y empieza a sollozar sorprendiéndome, coloco mis manos en sus hombros cuando intenta levantarse.

- Detente. – le ruego.

-Lo mataron. – dice llorando o lo intenta.

No puede abrir sus ojos completamente.

-Está vivo. – le aseguro.

- Kris. – dice llorando. – Lo siento. -me dice.

-No importa, lo superaremos. – le aseguro.

No responde, me quedo a su lado, la escucho hablar y maldecir la situación, en medio de la conversación intento decirle que yo estuve ahí, que los lleve con él, pero no me atrevo, me mantengo en silencio. Cuando Kaleani se duerme salgo de la habitación y camino por los pasillos del hospital hasta encontrar la salida, al salir noto que está lloviendo todavía, salgo del hospital y permito que la lluvia cubra mi cuerpo.

Miro hacia el cielo y solo veo oscuridad, veo un auto llegar de repente y veo salir a los padres de Valentine, ellos corren gritando el nombre de su hijo y eso es todo lo que necesitaba para detenerlo, detener lo que sea que siento. Debo detenerlo ahora, antes de que alguien muera, debo volver a mi apartamento y despedirme de Ángel, aunque no sé si sigue vivo ahora mismo.

-Lo perdí. – susurro notándolo.

Alejo el cabello húmedo de mi rostro y miro hacia arriba.

Lo perdí…

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