Capitulo 9: La Caza de Moriarty

"La creatividad y la audacia para buscar diferentes enfoques nos liberan de la limitación de lo conocido. En la valentía de abandonar lo familiar, descubrimos que nuestras posibilidades son infinitas y nuestras acciones determinarán nuestro destino." - Ralph Waldo Emerson

Me despierto con un sobresalto cuando el ruido ensordecedor del despertador rompe el silencio de la habitación. Con un bostezo y estirando mis brazos, salgo de la cama y camino hacia el baño, aún medio adormilado.

El agua fría golpea mi rostro, despertando mis sentidos y dejándome más alerta. Después de lavarme los dientes, observo mi reflejo en el espejo. Mi cabello medio largo cae en suaves mechones rebeldes, un estilo que he aprendido a apreciar. No me preocupo demasiado por tener un peinado perfecto, simplemente lo peino con los dedos, dándole un aspecto desenfadado pero cuidado.

Regreso a mi habitación y me dirijo a mi armario, donde encuentro mi ropa característica. Opto por una combinación casual: una camiseta de manga corta con un diseño llamativo y unos jeans cómodos. Me gusta lucir bien sin exagerar, un estilo relajado pero con un toque de personalidad.

Antes de salir, reviso mi mochila, asegurándome de tener todo lo esencial. Mi celular, siempre fiel a mi lado, lo guardo en el bolsillo. También meto en la mochila mi juego de cubo Rubik, un pasatiempo que me acompaña a todas partes. Me gusta desafiar mi mente resolviendo los enigmas de colores mientras espero o tengo un momento libre.

Con todo listo, me dirijo al espejo una vez más. Pasando mis dedos entre mi cabello, lo arreglo ligeramente para darle un aspecto casual pero sin descuidar. No me toma mucho tiempo, ya que prefiero lucir natural y despreocupado.

Salgo de casa con mi mochila al hombro, sintiendo el aire fresco de la mañana acariciando mi rostro. Camino hacia la parada del autobús.

En lugar de tomar un taxi, ahora prefiero subirme al autobús. ¿Por qué? Porque en el autobús tengo la oportunidad de conocer a más personas y sumergirme en las historias de la ciudad. Mientras espero en la parada del autobús, observo a mi alrededor, capturando pequeños fragmentos de la vida de aquellos que me rodean.

Cuando subo al autobús, encuentro un asiento libre y me acomodo. Mientras el vehículo avanza por las calles, me sumerjo en un mar de conversaciones, risas y suspiros. Escucho las voces de los pasajeros, sus historias y perspectivas. A veces, me uno a las charlas amistosas, compartiendo risas y opiniones.

En el autobús, puedo ser testigo de la diversidad de la ciudad. Veo a estudiantes con sus mochilas pesadas, trabajadores en sus trajes elegantes y personas de todas las edades y culturas. Cada día es una oportunidad para conectar con alguien nuevo, intercambiar sonrisas o incluso entablar una conversación profunda.

Mientras el autobús se detiene en cada parada, veo caras conocidas y caras nuevas. Escucho fragmentos de historias que se entrelazan en un solo viaje. Aunque el trayecto pueda ser más largo que tomar un taxi, el valor de las experiencias y los encuentros espontáneos supera cualquier consideración de tiempo.

Dejar de tomar taxis me ha permitido sumergirme en la vida de la ciudad, ampliar mi perspectiva y comprender que cada persona tiene una historia fascinante por contar. Es como adentrarse en un libro con páginas llenas de rostros diversos y emocionantes capítulos por descubrir.

Llego a la escuela con una energía renovada, saludando a los estudiantes que me reconocen en el camino. Algunos me llaman por mi nombre, otros simplemente me sonríen y asienten. Es agradable ser reconocido y valorado en este pequeño universo escolar.

—¡Hey, Nerlin! ¿Vas a la fiesta este fin de semana?

—¡Claro que sí!

Mientras avanzo por los pasillos, varios compañeros se acercan con saludos y preguntas.

—¿Qué tal, Nerlin? ¿Vamos al cine después de la escuela?

—¡Por supuesto! A qué hora y qué película?

La interacción con mis compañeros es amigable y relajada. Me gusta cómo nuestra amistad se ha forjado a lo largo del tiempo. Seguimos charlando mientras nos dirigimos hacia nuestras aulas.

El trayecto hasta mi salón de clases está lleno de voces animadas y risas contagiosas. Puedo sentir la emoción y la energía vibrante de los estudiantes de UME mientras nos preparamos para comenzar el día. Camino con paso decidido, saludando a otros amigos en el camino.

—¡Ey, Nerlin! ¿Viste el último episodio de nuestra serie favorita?

—¡Sí! Fue increíble, no puedo esperar para discutirlo contigo en el descanso.

Finalmente, llego a mi salón de clases. La puerta se abre y entro en un ambiente familiar y acogedor. Los saludos de mis compañeros y la calidez del entorno escolar me llenan de energía y anticipación por lo que depara el día. Es un lugar donde pertenezco y donde puedo ser yo mismo.

Las clases comienzan y me sumerjo en el mundo de la biología. El profesor despliega su conocimiento, compartiendo detalles fascinantes sobre la vida en todas sus formas. Tomo notas diligentemente, tratando de absorber cada palabra y concepto.

A medida que la clase avanza, me encuentro inmerso en el fascinante mundo de la biología celular y la genética. Las imágenes en las diapositivas y las explicaciones del profesor despiertan mi curiosidad y me sumergen en un mar de preguntas e ideas.

Sin embargo, debo admitir que mi mente de vez en cuando divaga hacia otros pensamientos. A veces, me encuentro observando por la ventana, admirando las hojas de los árboles balanceándose con la brisa o las aves que vuelan en el cielo. Esas pequeñas distracciones son como un respiro de aire fresco en medio de la intensidad académica.

En ocasiones, mi mirada se desvía hacia mis compañeros de clase. Observo cómo algunos toman notas diligentemente, mientras que otros parecen estar inmersos en sus propios pensamientos. Algunos intercambian miradas cómplices, compartiendo pequeñas bromas o comentarios divertidos.

Mientras me encuentro inmerso en la clase de fisiología, siento una vibración en mi bolsillo. Sé que es mi teléfono y, aunque no suelo revisarlo durante las clases, la curiosidad se apodera de mí. De forma discreta, saco el teléfono y lo desbloqueo, encontrándome con un mensaje del grupo de la Cipher Squad.

『¡Chicos! ¿Podemos reunirnos durante el descanso?』

La intriga recorre mi cuerpo. Estas reuniones suelen ser interesantes, y el hecho de que Atticus siempre tiene algo importante que compartir aumenta mi curiosidad.

Miro a mi alrededor para asegurarme de que nadie me observe mientras respondo al mensaje. Escribo rápidamente:

—¡Por supuesto! Ahí estaré.

Guardo el teléfono nuevamente en mi bolsillo, consciente de que debo volver a prestar atención a la clase. Sin embargo, mi mente está ahora dividida entre la biología que se desarrolla frente a mí y la anticipación de la reunión con mis compañeros de la Cipher Squad.

A medida que el tiempo avanza, las palabras del profesor se convierten en un murmullo de fondo mientras mi mente se centra en las posibles discusiones y descubrimientos que nos esperan en la reunión.

La clase continúa, pero mi atención se ve constantemente interrumpida por pensamientos sobre la reunión. Estoy ansioso por compartir nuestras teorías, intercambiar ideas y debatir los próximos pasos. La Cipher Squad se ha convertido en un equipo unido, y confío plenamente en la capacidad de cada miembro para aportar algo valioso a nuestra búsqueda.

Finalmente, llega el momento del descanso entre clases. Me levanto de mi asiento, guardo mis apuntes y me dirijo hacia el punto de encuentro acordado junto a mis amigos.

—¿Sobre qué creen que quiera hablar Atticus? —preguntó Jhon.

—Probablemente solo quiere ponernos a investigar, como hizo con Nerlin el otro día —respondió Rylan.

—¿Y eso es malo? —intervino Axel.

—¡Claro! No soy su sirviente —contestó Rylan, con cierto grado de enojo.

—Yo pienso que serías una maid muy linda, Rylan. —bromeó Lily.

—Cállate —replicó inmediatamente.

La clase de Atticus se encontraba en el edificio 1, mientras que nosotros estábamos en el edificio 4. Caminar toda esa distancia sería una pérdida de tiempo, aproximadamente unos 10 minutos a pie. Por lo tanto, decidimos encontrarnos en un punto intermedio, en las mesas para comer ubicadas en las áreas verdes dentro de UME.

Una vez llegamos, encontramos a Atticus esperándonos, con su característica apariencia descuidada.

—¿Sabes? Me da vergüenza que nos vean contigo —comentó Rylan con cierto tono de desaprobación.

—¿E-Eh? ¿P-Por qué? —preguntó Atticus, nervioso y confundido.

—Luces más como un estudiante de filosofía que como uno de psicología —expresó Rylan, sin filtro.

El comentario de Rylan resultó un tanto grosero, pero no puedo evitar sentir curiosidad por la peculiar apariencia de Atticus y por qué elige lucir así.

—Bueno, quería hablar con todos en persona porque he logrado descifrar otro de los códigos de Mastermind.

—¡¿Otro?! ¡Impresionante! —exclamó Lily con admiración.

Atticus sonrió cansado y se sobó la cabeza.

—Jeje, no dormí en toda la noche, pero definitivamente valió la pena —comentó mientras se rascaba la cabeza.

Así que esa era la razón detrás de su apariencia descuidada, aún así, siempre luce así ¿No suele dormir? ¿Estará muy ocupado como para cuidar de si mismo?

—¡Muéstranos, muéstranos! —pidió Lily ansiosa.

—Claro, aquí tienen —respondió Atticus, entregándonos una carpeta que contenía el código resuelto y los pasos que había seguido para descifrarlo.

—Segunda víctima:

El primer chico al que expulsé causó un gran revuelo dentro de UME, como era de esperar. Este evento sin precedentes ha dejado a todos conmocionados. Sin embargo, muchos creen erróneamente que este será un incidente aislado, que me detendré ahí. Pero si me detengo ahora, no podré ejercer control sobre esta escuela. Para mantener mi dominio desde las sombras, debo sembrar la incertidumbre. Si no saben quién será el siguiente en caer, vivirán con temor. Ese temor evitará que se vuelvan unos contra otros, aunque no lo hago por ellos. Los estudiantes de UME son como animales salvajes, se atacan mutuamente. Si se centran en conflictos, tarde o temprano me fijarán a mí como su objetivo. Hago esto para protegerme, si tan solo fueran seres civilizados, no tendría que recurrir a estas medidas.

La segunda víctima, ¿Quién era? No lo recuerdo con precisión. Solo sé que era un alumno que estudiaba derecho.

—¡Cómo es posible que no puedas recordar a alguien a quien expulsaste! —Jhon exclamó, frunciendo el ceño.

Atticus suspiró y miró al resto del grupo.

—¿Cuál es su opinión al respecto?

—Estoy confundido. Por un lado, tiene razón. Si esta fuera una escuela normal, no estaríamos enfrentando estas situaciones. Probablemente, Mastermind sería solo otro estudiante más. Su poder radica en la situación misma y en el hecho de que se le permita actuar en las sombras —expresó Axel, rascándose la cabeza.

—Creo que si UME eliminara el sistema de créditos, resolveríamos gran parte del problema. Pero parece que a la universidad no le importa tomar esa medida.

—¡No, no quiero! Ya he acumulado algunos créditos y no quiero perderlos. —Exclamó Axel, como si fuera un hecho que le quitarían sus créditos.

—Los créditos no son tan importantes en realidad. Los propios estudiantes les han dado esa importancia excesiva.

Lily tomó la palabra.

—No creo que a UME no le importe la situación de Mastermind. Estoy segura de que el evento deportivo que ocurrió hace algunos meses fue organizado con el propósito de exponer y expulsar a Mastermind.

—Pienso que Mastermind se encuentra en una especie de línea divisoria entre ser un villano y un antihéroe —asintió Jhon—. Controla las expulsiones en UME, lo que ha disminuido los enfrentamientos entre los alumnos, pero también hemos descubierto que no solo expulsa a personas malintencionadas, sino que también incrimina a otros inocentes.

Lily dirigió su atención a Atticus.

—Recuerdo que mencionaste que UME no puede hacer nada con la información sobre cómo Mastermind incrimina a los demás, pero ¿Qué tal si involucramos a la policía? Podrían retirar los cargos injustos de los estudiantes inocentes.

Atticus suspiró, frotándose la barbilla.

—Si hacemos eso, la gente ajena a la universidad se enteraría de lo que sucede dentro, y eso es algo que UME quiere evitar a toda costa. Si compartimos esta información con la policía, corremos el riesgo de ser expulsados.

¡Ahh! Estoy tan perdido... No sé qué hacer ni qué decir. No soy tan inteligente como ellos; mis calificaciones son bastante promedio, a diferencia de las de ellos, especialmente las de Lily, yo solo soy el encargado de recolectar información por medio de mis conexiones.

De repente, todos los ojos se dirigieron hacia mí, esperando mi opinión. Lily me incluyó en la conversación.

—¿Tú qué opinas, Nerlin? —preguntó con amabilidad, tratando de hacerme parte del grupo.

—¿Eh? A mí no me importa si Mastermind ha reducido las expulsiones. Expulsó a Delia, y eso es lo que realmente importa. Solo quiero que se vaya de esta escuela —respondí.

Mientras los demás expresaban sus opiniones desde un enfoque lógico y objetivo, yo compartí mi opinión basándome en mis sentimientos. Aunque no me consideraba menos válido por ello, ya que los sentimientos son lo que nos hace humanos.

Atticus retomó la palabra después de un breve momento de silencio.

—Bien, ahora que he compartido esta información con ustedes, me gustaría que me ayudaran a investigar sobre la segunda víctima.

—¿Eh? ¿Aún no lo has hecho? —intervino Lily, confundida.

—A diferencia de la primera víctima, en el código no hay mucha información relacionada con la segunda. Incluso yo no recuerdo mucho al respecto sobre la segunda ni tercer víctima. Sin embargo, hay un dato que podría ser útil: era estudiante de derecho. La facultad de derecho se encuentra en el edificio 1. Quiero ir a preguntar a los estudiantes de esa carrera si saben algo al respecto. ¿Vienen?

1

Caminamos hasta el edificio 1, un lugar bullicioso donde se impartían tres clases de derecho debido a su alta demanda entre los estudiantes.

—¿Podemos dividirnos? De esa forma será más rápido. —propuso Atticus mientras se rascaba la cabeza.

—Está bien. ¿De qué forma nos dividiremos? —preguntó Lily, mostrando su curiosidad.

—No es necesario preguntar eso, ya formé los equipos.

—Intervine

—¿Eh? ¿Tan rápido? —exclamó Lily, sorprendida por mi rapidez.

—Axel, te asigno a ti y a Lily como un equipo. Atticus, trabajarás con Rylan, y Jhon, serás mi compañero.

—¡¿Eh?! ¡¿Por qué tengo que ir con Einstein?! —se quejó Rylan, mostrando su disgusto.

—Es porque hacen una pareja muy encantadora~ —bromeó Lily, provocando una risa entre el grupo.

—Ya basta, Lily.

Elegí estos equipos con un propósito específico. He notado cierta tensión entre Atticus y Rylan en el pasado, principalmente debido a los comentarios sarcásticos de Rylan hacia Atticus. Pensé que esta misión sería una oportunidad para que superen esas diferencias y aprendan a trabajar en armonía. Necesitamos un equipo sólido en la Cipher Squad.

—Ahora bien, son 3 clases. ¿A cuál irá cada uno? —plantea Axel, buscando una distribución equitativa.

—A mí me da igual. ¿Y ustedes? —responde Rylan, rascándose distraídamente la oreja.

—Atticus y Rylan, ustedes vayan a la clase 5D1. Axel y Lily, a la clase 6D1. Y yo iré con Jhon a la clase 7D1. —decido, tomando la iniciativa en la asignación de los equipos.

—¡Generalmente soy yo la que da las órdenes! Bueno, no importa, jeje. —comenta Lily en tono jocoso, acostumbrada a ser la líder de nuestro grupo.

—Está bien. Tenemos que apresurarnos. Pronto comenzarán las clases de la tarde —afirma Atticus, mostrando su sentido de responsabilidad.

Así, cada uno se dirige a una clase diferente. Sin embargo, durante el trayecto noto a Jhon caminando a mi lado con una expresión pensativa, así que decidí preguntarle qué le sucede.

—Ey, Jhon, ¿qué te pasa hoy? Te noto algo raro.

Jhon miró nerviosamente a su alrededor.

—No, no es nada, solo estoy... practicando mi técnica de invisibilidad. ¿Me ves?

—Eh, no exactamente. Pero si te refieres a que casi choco contigo porque no te vi, entonces sí, funcionó muy bien. ¿Estás seguro de que estás bien?

Jhon esquivó la pregunta y cambió de tema abruptamente.

—Sabes, estaba pensando en empezar a tomar clases de malabarismo. ¿Tienes algún consejo?

Aunque me desconcertó la repentina desviación, intenté seguirle el juego.

—Hmm, tal vez deberías empezar con algo más fácil, como malabarear con lápices.

Jhon sonrió nerviosamente y desvió la mirada.

—Bueno, lo tendré en cuenta. Cambiando de tema, ¿viste el partido de ayer?

comencé a sospechar que algo no estaba bien y decidí presionar un poco más.

—Sí, claro, vi el partido, pero antes me gustaría saber qué es lo que realmente te está pasando. Te conozco lo suficiente como para saber cuando algo te está molestando. ¿Qué sucede, Jhon?

—Ok, ok, no puedo ocultarlo más. La comida de ayer me cayó mal al estómago y he tenido que visitar el baño cada cierto tiempo. No es algo agradable de compartir, pero ahí lo tienes.

Creí que su preocupación era producto de que tal vez alguien que no quería ver estudiaba derecho en la clase a la que nos dirigíamos, así que era eso, como sea, ante su respuesta decidí alejarme unos cuantos metros de Jhon.

—¡¡¿Por qué te alejas?!!

—Mantente a una distancia segura, no quiero ser víctima de una explosión indeseada.

—¡No exageres!

Finalmente, llegamos a la clase 7D1. Conozco a la mayoría de los estudiantes de esta clase, lo cual facilitará el proceso de obtener información sobre la segunda víctima. Al entrar, saludo a algunos compañeros con una sonrisa y me dirijo hacia un grupo de estudiantes que suelen estar bien informados sobre los acontecimientos dentro de la universidad.

—¡Hola, chicos! —saludo alegremente a mis amigos de derecho mientras me acerco a ellos.

—¡Nerlin! ¡Qué sorpresa verte por aquí! —exclama uno de ellos.

—Sí, los extrañaba, así que decidí pasar a saludar.

—Llegas en buen momento, estábamos pensando en salir a tomar algo. ¿Te gustaría unirte a nosotros? —me invitan amablemente.

Sonrío ante la invitación, considerando la propuesta.

—Hmm, quién sabe... Por cierto, ¿han conocido a un estudiante de derecho que dejó de estudiar durante el primer semestre? Era el novio de mi amigo y estoy buscándo algo de información, está muy triste~ lo extraña demasiado. —comento con cuidado, tratando de obtener información sobre la segunda víctima.

Sin embargo, antes de que termine mi frase, Jhon me da una patada por debajo de la mesa, causándome un repentino dolor.

—¡ !

Intento disimular el incidente y continúo hablando con los chicos de derecho.

—Recuerdo a un estudiante que solo estudio aquí por un par de días pero no estoy seguro, tal vez aquella chica sentada por allá pueda saber algo, estoy seguro que ellos se llevaban bien.

—Okey, gracias por sus ayuda chicos.

—¡De nada!

Una vez terminamos de conversar con mis amigos y obtener toda la información que pudieron brindarme, nos dirigimos directamente hacia la chica que supuestamente conocía a la segunda víctima. Caminamos hacia donde estaba sentada, en un rincón del salón.

—¡Hola, Kaia! —exclamé con entusiasmo al reconocerla.

Kaia pareció sorprendida por mi respuesta y su voz tembló ligeramente cuando habló.

—N-Nerlin, ¿tú... me recuerdas?

—¡Claro que te recuerdo, Kaia! —respondí con una sonrisa amistosa—. ¿Por qué me olvidaría de alguien tan especial como tú?

Kaia es amiga de Alex, el líder del club de skate. Recuerdo claramente cuando ingresé a UME y Alex me envió a Kaia para hablar sobre el trato que le propuse: participar en la competencia de skate a cambio de ser miembro del club sin tener que asistir diariamente. Tuvimos una conversación en la que comenzamos a conocernos, y poco a poco fui desempolvando los recuerdos de ese día, recordando todos sus gustos e intereses.

—No sabía que estudiabas derecho, pero sí recuerdo que te encanta el sushi, que tu perro se llama Hachiko y que tu canción favorita es "Barbie Girl".

Kaia pareció sorprendida por mi precisión y sus ojos se abrieron un poco más.

—S-Solo tuvimos una conversación casual... ¿Cómo es que recuerdas todos esos detalles?

Una sonrisa se formó en mis labios mientras recordaba nuestra charla pasada.

—Eres difícil de olvidar.

—¡ !

El repentino cumplido causó que Kaia se ruborizara, cubriendo su rostro con las manos en un gesto adorable.

—Pueden dejar de flirtear aquí, estamos aquí por algo ¿Recuerdas? —intervino Jhon, levantando una ceja de manera desafiante.

—N-No estamos... f-f... —Kaia tartamudeó, sus mejillas tomaron un tono rosado intenso.

—Por cierto, Kaia, ¿no habrás conocido a un estudiante de esta clase o de derecho en general que abandonó sus estudios durante la primera semana del primer semestre? —pregunté.

—¿...Te refieres a Ren? —Kaia respondió con cierta inseguridad en su voz.

—Sí, exactamente.

—El... El... Es mi hermano, él también estaba en la misma clase que yo —dijo Kaia, con una voz llena de tristeza.

—¿Podrías decirme qué sucedió con él? —indagué, esperando obtener más información.

Kaia bajó la mirada por un momento, sus ojos llenos de pesar.

—Mastermind lo expulsó... —susurró Kaia, revelando la triste verdad.

Eso ya lo se, me refería a la manera en la cual fue expulsado, sin embargo, no puedo decirle esto.

—Eso ya lo se, nos referimos a la manera en la cual fue expulsado.

—Eso ya lo sé, nos referimos a la manera en la cual fue expulsado —intervino Jhon, hablando despreocupadamente.

—¡Jhon! ¡Sé más empático! —reproché, frunciendo el ceño.

—¡¿Dije algo malo?! ¡Lo siento! —se disculpó Jhon, levantando las manos en un gesto de disculpa.

Cada día me arrepiento más y más de haber creído que Jhon sabía leer la situación y entender a las personas.

—No, está bien... Fue acusado de lavado de dinero. No puedo creer cómo él, una buena persona, resultó ser en realidad un criminal... —susurró Kaia.

—Él no era un...

Cubrí la boca de Jhon con mi mano, evitando que terminara su frase. No podíamos permitir que la universidad supiera que Mastermind también inculpaba a otros estudiantes. Si eso saliera a la luz, UME caería en una preocupación inmensa, sin saber quién sería el siguiente en ser acusado. Al menos por ahora, piensan que estaban a salvo siempre y cuando no cometan ningún delito.

—Gracias por la información, Kaia —agradecí con una sonrisa.

—No hay problema, pero... ¿por qué me preguntan sobre Ren? —inquirió Kaia, mostrando cierta curiosidad en su mirada.

—Era el novio de mi amigo —expliqué, antes de que Jhon me interrumpiera con otro golpe en el hombro—. ¡Auch! —exclamé, masajeando la zona adolorida.

Jhon volvió a golpearme, evidentemente molesto. Pero esta vez, creo que tenía motivos para burlarme de él. Después de todo, estuvo a punto de arruinar la investigación de Atticus con su comentario inoportuno.

—No sabía que mi hermano era gay. Eso explica por qué papá y mamá no quieren hablar con él —dijo Kaia con un tono de tristeza en su voz.

—Bueno, nos tenemos que ir. Gracias por tu ayuda, Kaia —expresé, preparándome para partir.

—Gracias a ti. Realmente necesitaba hablar con alguien hoy, y el hecho de que seas tú y que me hayas recordado me hizo muy feliz —comentó Kaia, con una ligera sonrisa en su rostro.

Observé su expresión y noté que lucía algo deprimida desde que nos acercamos a hablar con ella. Quería ofrecerle mi apoyo de alguna manera.

—No hay problema. Si alguna vez necesitas hablar o simplemente desahogarte, siempre puedes llamarme. Aquí tienes mi número —le dije mientras escribía mi número de teléfono en su libreta.

Tal vez sería útil tener tarjetas de presentación y contacto en el futuro. Quizás crear con el nombre de "Nerlin y Asociados" podría ser divertido, jeje.

Una vez hubimos obtenido suficiente información, Jhon y yo abandonamos la clase para encontrarnos con el resto de la Cipher Squad. Nos posicionamos en la entrada del edificio, ya que no habíamos acordado un lugar específico para reunirnos después de recopilar la información. Pasaron alrededor de cinco minutos antes de que los demás llegaran a nuestro encuentro.

—¿Cómo les fue? —Lily preguntó ansiosa.

—No logramos conseguir nada, todo por culpa de Atticus —se apresuró a culpar Rylan, como siempre.

—¿Y ustedes? —preguntó Atticus, con la esperanza de un resultado más positivo.

—Tampoco tuvimos suerte —respondió Axel con decepción en su voz.

Era comprensible que ninguno de los dos grupos hubiera obtenido información relevante. Después de todo, la clase a la que pertenecía la segunda víctima era la misma que Jhon y yo habíamos visitado.

—¿Y ustedes? ¿Lograron reunir información? —inquirió Lily con interés.

—Sí, la segunda víctima era estudiante de derecho en la clase 7D1. Fue acusado de lavado de dinero y su familia prefiere no hablar del tema, ya que creen que su hijo era realmente un criminal —respondí, compartiendo los detalles que habíamos descubierto.

—¿Eso es todo? —preguntó Atticus con cierta decepción en su voz.

—Sí, eso es todo lo que pudimos descubrir por ahora —respondí, consciente de que no teníamos más pistas por seguir.

—Bueno, es mejor que nada. Lily, ¿podrías ayudarme a investigar esa información mañana? —propuso Atticus, buscando una colaboradora para profundizar en el caso.

—Claro, cuentas conmigo —aseguró Lily con determinación.

—Perfecto. Entonces eso será todo por hoy. Gracias a todos por su ayuda —agradeció Atticus, despidiéndose con gratitud.

—Bye bye.

Una vez nos separamos de Atticus, los demás y yo regresamos al edificio 4, ya que las clases de la tarde estaban a punto de comenzar.

Más tarde ese mismo día, mientras los demás miembros de la Cipher Squad se dedicaban a sus actividades habituales del club, Lily y yo decidimos aprovechar el tiempo y fuimos a un restaurante cercano para disfrutar de una comida tranquila.

—Este lugar siempre tiene buena comida, ¿verdad? —comenté mientras nos sentábamos en una mesa junto a la ventana.

Lily asintió, observando el menú con interés.

—Sí, siempre encuentro algo delicioso aquí. ¿Sabes lo que quiero probar? ¡Los rollos de sushi tempura! Parecen increíbles.

Sonreí ante su entusiasmo y llamamos al camarero para hacer nuestros pedidos. Mientras esperábamos, aprovechamos para charlar.

—Oye, por cierto, ¿qué piensas del avance en la investigación sobre Mastermind hasta ahora? —preguntó Lily, moviendo los palillos entre sus dedos con destreza.

—Creo que vamos por buen camino —respondí, observando sus habilidades con los palillos.

—¡¿Verdad que sí?! ¡Atticus es genial! La verdad, me siento un poco opacada —dijo Lily con una pizca de admiración en su voz.

—El avance que llevamos no se debe a que sea más inteligente que tú, es por la estrategia que hemos tomado —aseguré, tratando de animarla.

Lily jugueteó con sus palillos, reflexionando sobre mis palabras.

—Aún así, él es un mejor líder que yo.

—No lo es. Solo tienes que arriesgarte más y serás mejor que él —le aseguré, apoyando mi confianza en ella.

—¿Lo crees? —preguntó Lily, buscando confirmación.

—No lo creo, lo sé con seguridad —respondí con convicción.

No estaba mintiendo. Definitivamente, estaba seguro de que Lily era una líder mucho más fuerte que Atticus. Siendo objetivo, la personalidad de Atticus no encajaba bien con el rol de líder. Es tímido e inseguro, mientras que Lily irradia seguridad en sí misma en diferentes aspectos de su vida. Con un poco más de confianza en sí misma, podía superar cualquier obstáculo y liderar con éxito.

—Bueno... ¿Crees que logremos descubrir la identidad de Mastermind antes de que termine el segundo semestre? —preguntó Lily con una leve preocupación en su voz.

—No lo sé, pero espero que sí. Sería una buena forma de terminar el año escolar —respondí, tratando de mantener el optimismo.

—No lo digo por eso... —Lily añadió, dejando entrever sus pensamientos más profundos.

Comprendí lo que Lily quería decir. Ella se refería a su condición física y a las limitaciones que enfrentaba. Pero debía recordarle que debía mantenerse positiva en todo momento. No podía permitir que su desánimo físico se reflejara en su estado emocional, ya que eso solo la afectaría aún más.

—Por cierto, Atticus quiere que investigues con él sobre la segunda víctima. Él no sabe acerca de tu condición, así que si necesitan caminar, solo envíame un mensaje y veré cómo puedo ayudarte —ofrecí, queriendo facilitarle las cosas.

Lily me miró agradecida, con una sonrisa en su rostro.

—Gracias, Nerlin. Cada día estoy más feliz de haber compartido contigo sobre mi condición. Realmente me haces la vida más fácil.

Aunque sentía que habíamos construido una buena relación de confianza, también sabía que sería más fácil para Lily si compartiera su condición con los demás miembros del equipo. Sin embargo, respetaba su decisión de no querer preocupar a los demás.

—Sería más fácil si les contaras a los demás sobre tu condición, pero entiendo que no quieras preocuparlos —le dije con comprensión en mi voz.

—¡Hola! —saludó Atticus mientras se acercaba a nosotros.

—¡ !

La repentina aparición de Atticus nos tomó por sorpresa, provocando que los palillos con los que Lily estaba jugando salieran volando de sus manos y cayeran al suelo.

—¡Ah! ¡Lo siento! No quería asustarlos —se disculpó Atticus, mostrando su nerviosismo y preocupación por nuestra reacción.

En realidad, no estábamos asustados por su presencia, sino más bien por el hecho de que hubiera escuchado nuestra conversación anterior.

—No te preocupes. ¿Ya han terminado las actividades del club? —preguntó Lily, intentando cambiar rápidamente el tema de conversación.

—Algo así. En realidad, no había mucho que hacer hoy, así que salí temprano —respondió Atticus.

Eso significaba que probablemente los otros miembros de la Cipher Squad llegarían después.

—Por cierto, Lily, sobre la investigación de mañana, me gustaría que investigues todo lo que puedas sobre Ren. Busca en internet, revisa periódicos, busca publicaciones en redes sociales, en resumen, reúne toda la información que puedas encontrar —dijo Atticus con determinación.

—Está bien, pero ¿y tú qué harás? —preguntó Lily, curiosa por saber cuál sería la tarea de Atticus.

—Yo investigaré a fondo sobre la víctima número 27. —respondió Atticus.

—¡¿La víctima número 27?! ¿Y qué hay de las otras víctimas? —inquirió Lily, preocupada por las demás víctimas que aún no habían sido resueltas.

—Me he encontrado con un callejón sin salida. No puedo descifrar los patrones, pero en el caso de la víctima número 27, aunque no incluye su nombre, tengo información sobre la forma en que fue expulsada. Tal vez pueda encontrar alguna pista valiosa —explicó Atticus, con esperanza en su voz.

En ese momento, un pensamiento cruzó la mente de Lily.

—Ahora que lo pienso, Atticus, ¿podrías enseñarme cómo descifrar los códigos como tú lo haces? Me encantaría aprender —sugirió Lily, mostrando su interés en las habilidades de descifrado de Atticus.

Atticus sonrió y asintió.

—Claro, mañana tengo tiempo. Te enseñaré todo lo que sé sobre el descifrado de códigos.

—¡Perfecto! ¡Es un trato entonces! —respondió Lily emocionada, con una sonrisa en su rostro.

2

—¡Lo hice, lo hice! —exclamó Lily emocionada, sosteniendo el papel con el código descifrado en sus manos.

Después de varios días de práctica y con las enseñanzas de Atticus, Lily finalmente logró descifrar uno de los complicados códigos creados por Mastermind. Era un gran avance y demostraba el crecimiento en las habilidades mentales de Lily. Me sentía fascinado al presenciar su progreso, no solo en el ámbito académico, sino también en su capacidad para aplicar su conocimiento en situaciones reales.

—¡Eso es increíble, Lily! ¿Qué dice esta vez el mensaje? —pregunté con entusiasmo.

Lily tomó una respiración profunda, preparándose para leer el mensaje descifrado con una sonrisa triunfante.

—¡Muy bien! Lo leeré:

Sembrar drogas, ser participe de una actividad delictiva, posesión de videos indebidos, todo es tan repetitivo, aunque no es algo que me moleste, si continúo de esta forma, en algún punto descubrirán todo, es por eso que debo cambiar mis métodos.

Hace poco conocí a una chica, su nombre es Delia, ella es la víctima perfecta para la siguente expulsión ya que su padre trabaja como diputado. Los ciudadanos suelen considerar a los funcionarios de gobierno como cucarachas, basura dentro de la sociedad, personas a las cuales echarles la culpa si algo sale mal dentro del país, personas a las que no les sorprendería si se descubre un caso de soborno o corrupción, aún así, para la expulsión de Delia, debo llevar esto mucho más lejos.

—¡Espera! —exclamé, levantando la mano en un gesto urgente.

Lily me miró con curiosidad, frunciendo ligeramente el ceño. —¿Eh? ¿Qué pasa, Nerlin? ¿Tienes alguna idea en mente?

Respiré profundamente, tratando de contener mi entusiasmo mientras les explicaba mi propuesta. —¡Debemos considerar entregar toda esta evidencia a la policía! Tal vez, si les mostramos todo lo que hemos descubierto, UME permita el reingreso de Delia.

Rylan, con gesto serio, interrumpió mis palabras. —Ya hemos discutido esto antes y todos hemos acordado que no es una opción prudente. Si los demás estudiantes se enteran de nuestras acciones, no sabemos cómo podrían reaccionar. Podríamos poner en peligro tanto a Delia como a nosotros mismos.

Mi impaciencia se reflejó en mis manos, que se movían de manera agitada. —¡Pero...!

Atticus intervino, frunciendo los labios con preocupación mientras hablaba con calma. —Entiendo que creas en esa posibilidad, Nerlin, pero debemos ser realistas. Por ahora, solo tenemos una carta como evidencia, y es probable que la policía no la considere suficiente para abrir una investigación. No queremos arriesgar todo por algo que podría ser pasado por alto.

Suspiré resignado, asimilando las razones que me daban mis compañeros. Aunque mi deseo de ayudar a Delia era fuerte, comprendía la importancia de mantenernos discretos y evaluar cuidadosamente nuestras acciones.

—Así es, pero por el momento eso es imposible, tenemos que centrarnos, sin distracciones.

—...

Acepté reticentemente, sintiendo una mezcla de emociones encontradas. ¿Soy demasiado sentimentalista? ¿O tal vez a los demás les falta empatía? Me resulta incómodo, me siento diferente en ese aspecto, como si no encajara del todo con mis compañeros.

Mientras Lily terminaba de leer el código descifrado, todos a mi alrededor comenzaron a compartir sus ideas y opiniones animadamente. Sus voces llenaban la habitación, pero mi mente estaba en las nubes, atrapada en un mar de pensamientos confusos. ¿Cómo es posible que unos simples códigos que revelan la forma en que Mastermind expulsa a los estudiantes también puedan conducirnos a descubrir su identidad?

—¡Nerlin!

—¿ ?

—Estas escuchando.

—Lo siento, no lo estaba.

—Entonces, ¿todos estamos de acuerdo en que debemos centrarnos en investigar la vida de los estudiantes expulsados hasta el momento de su expulsión?

—Sí, creo que es una dirección prometedora. Si analizamos las circunstancias previas a cada expulsión, podríamos encontrar patrones o motivos ocultos que nos ayuden a descubrir la identidad de Mastermind. Debemos sumergirnos en la vida de aquellos que fueron expulsados y buscar cualquier detalle significativo que haya pasado desapercibido.

—Además, si nos enfocamos en el pasado de los estudiantes, podríamos descubrir conexiones entre ellos, amistades, rivalidades o incluso eventos que puedan haber llevado a su expulsión. No podemos descartar ninguna posibilidad, por extraña o insignificante que parezca.

Rylan, con su mirada analítica, asintió lentamente.

—Estoy de acuerdo. Tal vez exista alguna decisión en común que no hemos notado que todos los estudiantes tomaron que los llevó directamente a la boca del lobo.

Una vez todos decidieron el siguiente paso, nos dirigimos a la biblioteca dentro de la cual, existe un espacio dedicado a los registros academicos de los estudiantes de UME.

La sección de la biblioteca de UME destinada a los registros académicos era un lugar único y especial. Ubicada en una amplia sala iluminada por la luz natural que se filtraba a través de grandes ventanales, se alineaban estantes llenos de carpetas y archivadores, cuidadosamente organizados y etiquetados.

El ambiente era tranquilo y sereno, con susurros de estudiantes que consultaban los registros y murmullos de sorpresa al descubrir los logros académicos de aquellos que los habían precedido. Los estantes estaban decorados con pequeñas placas que mostraban los nombres de los estudiantes más destacados, inspirando a los demás a soñar en grande y perseguir sus propios objetivos.

Los archivadores estaban cuidadosamente ordenados por años y carreras, permitiendo a los estudiantes explorar los logros de sus predecesores y apreciar el potencial que existía dentro de ellos mismos. La sala estaba diseñada para fomentar la curiosidad y el deseo de superación, con cómodos sofás y mesas dispuestos estratégicamente para que los estudiantes se sumergieran en los registros y se perdieran en las historias de éxito que allí se encontraban.

Dentro de los registros de UME, en la sección dedicada a los estudiantes destacados, se encontraban nombres que resonaban en los medios de la actualidad. Aquellos expedientes contenían las historias de jóvenes talentosos y ambiciosos que habían pasado por las aulas de UME y habían alcanzado la cima en diversos ámbitos. Entre los nombres inscritos en esas carpetas se podían encontrar líderes políticos, brillantes estrellas del cine y la televisión, aclamados cantantes y reconocidos artistas. Eran testigos silenciosos del potencial ilimitado que residía en los pasillos de UME, y sus páginas guardaban los primeros capítulos de las trayectorias que les llevaron al estrellato y al éxito deslumbrante. Estos registros servían como una inspiración constante para los estudiantes, en el que los estudiantes podían ver cómo sus propios nombres podrían algún día figurar entre los más destacados de la institución.

La otra parte de los registros, aquellos que contenían los nombres de los estudiantes expulsados, formaba una sección apartada y poco frecuentada de la biblioteca de UME. Era un lugar sombrío y silencioso, con un ambiente tenso y cargado de misterio.

Los estantes que albergaban los expedientes de los expulsados se encontraban apartados en un rincón alejado de la vista de los estudiantes. Los archivadores, cubiertos de polvo, parecían ocultar historias y secretos oscuros. Las carpetas estaban marcadas con etiquetas rojas, simbolizando el fin abrupto de la carrera académica de aquellos que las contenían.

A diferencia de la sección de los registros académicos, este lugar raramente era visitado por los estudiantes de UME. El temor a ser expulsados y a tener sus propios nombres agregados a aquellos oscuros expedientes mantenía a los jóvenes alejados. La simple idea de ser considerados "fracasos" y "basura" era suficiente para infundir un miedo paralizante.

Los pasillos que conducían a los estantes de los expulsados parecían emanar una atmósfera lúgubre y opresiva. El silencio era interrumpido solo por el crujir de los viejos pisos y el eco de los suspiros de aquellos valientes que se aventuraban a explorar ese territorio prohibido.

Las carpetas contenían historias truncadas, sueños rotos y oportunidades perdidas. Cada expediente era un testimonio doloroso de los errores cometidos y las consecuencias sufridas. Las páginas desgastadas guardaban los secretos y las circunstancias que llevaron a la expulsión de cada estudiante, formando un catálogo silencioso de fracasos y decepciones.

Este rincón oscuro y olvidado de la biblioteca servía como un recordatorio constante de las repercusiones que podían suceder si se cruzaban los límites impuestos por UME. Era un lugar cargado de vergüenza y desesperanza, alimentando los miedos y la necesidad de evitar cualquier acción que pudiera llevar al deshonroso destino de ser expulsado.

Los estudiantes evitaban esta sección como si temieran que el solo hecho de acercarse a ella pudiera contaminar sus propias trayectorias académicas. Era un lugar de pesares y advertencias, un recordatorio de los riesgos y consecuencias que aguardaban a aquellos que no cumplían con las reglas establecidas.

En contraste con la sección de los registros académicos, la zona de los expulsados era un rincón oscuro y abandonado, con un aura de tristeza y desolación que recordaba a los estudiantes el alto costo de un error.

—¡Ahh! —exclamó Rylan, dejando caer los archivos sobre la mesa—. ¡Son muchos archivos! Me rindo.

—Ni siquiera hemos empezado a buscar aún —respondió Axel, frunciendo el ceño.

Rylan suspiró, mirando frustrado la montaña de papeles dispersos. Movió sus manos en el aire en señal de rendición.

—Pero es demasiado~ no terminaremos nunca —dijo Rylan, agitando los brazos en señal de exasperación.

Axel se acercó a él, colocando una mano reconfortante en su hombro.

—No te preocupes, Rylan —dijo Axel, intentando infundirle ánimo—. Tenemos toda una carrera universitaria por delante para descubrir la identidad de Mastermind. No tenemos que hacerlo todo de una vez.

—...

Lily, en silencio, mostró su incomodidad con una mirada sombría. Sus ojos se desviaron hacia el suelo, y jugueteó nerviosamente con sus dedos. Era evidente que la situación le afectaba de manera especial. Comprendí la carga que llevaba, sabiendo que ella no tenía una vida asegurada por delante como los demás, al menos no aún.

—Dejenme buscar a mi —dijo Lily, recuperándose rápidamente como si no hubiera pasado nada. Sus ojos brillaban con determinación.

Asentí, dejando que Lily tomara la iniciativa. Sabía que su habilidad para encontrar cosas en su desordenado sótano podría resultar útil en esta ocasión. Aunque los archivos de UME estaban meticulosamente organizados, la experiencia de Lily al buscar entre montañas de objetos podía agilizar nuestra búsqueda.

Observé mientras Lily se adentraba entre los archivos, moviéndose con agilidad entre cajas y estanterías. Era sorprendente cómo encontraba cosas en ese caos bien organizado.

De repente, escuché la voz entusiasta de Lily resonando desde las estanterías.

—¡Aquí hay uno! —exclamó Lily, sosteniendo un archivo en alto.

Eso fue rápido.

—Es el archivo de la víctima 52 —anunció Lily emocionada—. Al parecer, nació en esta misma ciudad y llevó una vida aparentemente normal. Sus notas eran excelentes, lo que le permitió obtener una beca para ingresar directamente a UME sin realizar el examen de admisión. Además, sus relaciones personales parecían ser normales hasta el día de su expulsión, donde se descubrió que en realidad estaba relacionado con peligrosas bandas criminales, cometiendo diferentes actividades ilegales, esto dió como resultado su expulsión.

Mis ojos se fijaron en el archivo mientras Lily continuaba leyendo. La historia de esta víctima parecía encajar con el patrón habitual: una vida aparentemente normal que se desmoronaba al ser descubierta su participación en actividades ilegales.

Rylan, quien siempre cuestionaba los casos de expulsión, no tardó en expresar su indignación.

—Es estúpido. No existen pruebas de su relación con las bandas criminales. Solo hay "pruebas" de sus actividades ilegales. Nosotros sabemos lo que realmente sucedió, lo que Mastermind hizo en realidad.

Asentí en silencio, compartiendo la frustración de Jhon.

—Aún así... esto no servirá —dijo Atticus con tono desanimado.

—¿Eh? ¿Por qué? —preguntó Jhon, curioso por la opinión de Atticus.

—La víctima 52 no formaba parte del salón de la fama de UME, como Nerlin, Nila, Yan, Anshar, Airón, Bragi, y algunos más. Aunque era relativamente conocida, cuanto más amplio sea el círculo social, más difícil será encontrar a Mastermind —explicó Lily, añadiendo a lo que Atticus estaba apunto explicar.

Asentí, comprendiendo el punto de Lily, será como encontrar una aguja en un pajar.

Lily continuó con su propuesta.

—Necesitamos buscar entre los alumnos expulsados a alguien que no sea tan extrovertido. Será más fácil descartar sospechosos si encontramos a alguien que no llame tanto la atención.

Axel intervino con una pregunta.

—¿Quién podría ser un buen candidato?

Jhon reflexionó por un momento.

—Tal vez la víctima 98, ¿recuerdan algo sobre ella?

Nos sumergimos en un silencio, tratando de recordar cualquier detalle sobre la víctima 98. Pero el caos de archivos y papeles parecía dificultar nuestra búsqueda.

—Encontrar su archivo en medio de este vorágine de papeles será un incordio. Tal vez sea mejor conformarnos con lo que encontremos por ahora —comentó Atticus, expresando cierta resignación.

—Entiendo sigamos buscando.

Durante aproximadamente una hora y media, la Cipher Squad nos dedicamos a buscar y descartar archivos de los estudiantes, con el objetivo de encontrar al candidato perfecto. Seguíamos la premisa de Atticus: debía ser alguien con un círculo social reducido, lo que nos facilitaría descartar posibles sospechosos.

—¡Es perfecto! —exclamó Lily emocionada.

—¡Ahh! Solo toma fotos del archivo y vámonos, no aguanto ni un minuto más aquí, empiezo a languidecer —se quejó Rylan, evidenciando su agotamiento.

Comprendí perfectamente a Rylan. También estaba cansado de revisar innumerables archivos y, además, la posición incómoda al buscar entre las estanterías estaba empezando a causarme dolor de espalda.

—Listo, enviaré las fotos al grupo de mensajes y luego nos largamos de aquí.

—Victima número 127, miembro del club de ballet. Esta estudiante destacaba notablemente en el baile, ganando algunas competencias nacionales. Aunque cursaba el cuarto año de la carrera de diseño gráfico, sus calificaciones se mantenían en promedio. Con todos esos logros, uno podría pensar que sería popular, especialmente entre los chicos, pero ocurría todo lo contrario. Su actitud era similar a la de Nila, pero multiplicada por diez. Era una persona fría que mantenía a todos alejados de ella, incluso evitaba entablar conversaciones con los demás miembros del club de ballet. A pesar de su naturaleza solitaria, su presencia no pasaba desapercibida en ninguna habitación que ingresaba.

—Es cierto, muchos estudiantes solitarios pasan desapercibidos al punto que sus compañeros ni siquiera se dan cuenta en cuanto dejan de asistir a clases, pero en el caso de la víctima número 127, su destacado desempeño y potencial para ser popular la hacían notable. Si Mastermind tuvo algún tipo de contacto con ella, seguramente dejó huellas que podemos investigar.

—Escuchen chicos —dijo Atticus, levantando la voz para captar nuestra atención—, presiento que a partir de aquí avanzaremos significativamente en nuestra investigación. Todo esto es por ustedes, cada uno es esencial en este proyecto. Si alguno faltara, no podríamos seguir adelante. Si todo marcha bien, podríamos descubrir la identidad de Mastermind incluso antes de terminar el segundo semestre —afirmó, con determinación en sus palabras.

—¡En serio! ¡Solo faltan un par de meses para terminar el primer año! —exclamó Lily, contagiada por la emoción del momento.

—Mastermind no es un Dios. Cometió el error de pensar que seguiríamos sus pasos, pero no es así. Investigar solo las pistas que él nos ha dado es jugar en su propio juego. Atar los cabos sueltos que ha dejado fue una mejor decisión —explicó Atticus, enfatizando la importancia de nuestro enfoque.

Asentí con firmeza, comprendiendo plenamente sus palabras. Los códigos descifrados eran solo el comienzo, el resto dependía de nosotros y de nuestras habilidades de investigación.

—El día de mañana me gustaría dar un paso enorme en esta investigación —anunció Atticus, creando intriga en todos nosotros.

—¿Qué tienes en mente? —preguntamos todos al unísono, ansiosos por saber.

—Comenzaremos a seleccionar posibles sospechosos.

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