Bionic salió del circo con una mezcla de curiosidad y confusión. Había visto cosas que nunca había visto antes. Quería saber más sobre ellos. Quería saber si eran como él.
Se dirigió hacia la parte trasera del circo, donde había unas carpas y unos camiones. Allí esperaba encontrar a los robots que acababa de ver en el escenario. Tal vez también al presentador
Llegó a la primera carpa y se asomó por una rendija. Dentro vio a Rolly, el robot que hacía malabares. Estaba sentado en una silla, rodeado de pelotas, antorchas, sombreros y otros objetos. Tenía la cabeza inclinada y los ojos apagados.
Bionic se atrevió a entrar en la carpa y se acercó a Rolly.
- Hola, Rolly. Me llamo Bionic. Te he visto en el escenario. Me ha gustado mucho tu actuación.
Rolly levantó la cabeza y encendió los ojos. Miró a Bionic con sorpresa y una mirada fría.
- Hola. La función a terminando. Deberías volver cuando el show este por comenzar. ¡Gracias por visitarnos!
-Amm... Soy un robot como tú. He venido al circo por curiosidad. Quería conocerte.
- Hola. La función a terminado. Deberías volver cuando el show este por Comenzar. ¡Gracias por visitarnos! —El pequeño robot solo repitió si frase de antes.
Bionic entendió que el robot no lo entendía, era un robot como los demás. En eso el presentador del Show entró a la carpa mirando a Bionic.
—Oye tú. No deberías estar aquí amigo la función ya a terminado por hoy —le dijo el hombre con amabilidad.
—Mis disculpas, señor. Solo quería conocer a Rolly me gustó mucho su espectaculo.
—Ja,, ja, la maquinita es talentosa ¿Dónde están tus papás? No deberías andar por aquí solo.
—No tengo papás, señor. Pero me iré ya
El hombre creyó qué Bionic era un niño huérfano, por lo que no dudo en ser amable con él.
—Ya veo. Yo y mis compañeros vamos a cenar algo ¿Te gustaría acompañarnos? —le invitó alegremente—. Me llamo Harry.
Harry llevó a Bionic hacia atrás de una carpa, ahí había varias personas alrededor de una fogata, podía oler comida y humo, las personas parecían felices, podía escuchar risas y algunos cantos.
—Buena noche, compañeros, este chico fue invitado a cenar con nosotros esta noche.
Todas las personas le saludaron amables y una mujer con barba con se acercó para conocerlo.
—Hola ¿Cómo te llamas? Yo me llamo Constanz.
—Mucho gusto Constanz, mi nombre es Bionic —dijo Bionic saludando con la mano derecha.
—¿Bionic? Ese es un nombre raro para un niño
—Ya lo creo Constanz ¿Ustedes trabajan en el circo?
Le preguntó a Bionic mirando a los presentes. Había un hombre delgado con muchos tatuajes en la piel qué lo hacía parecer un lagarto. También había un chico muy, muy alto. Una mujer que tenía dos dedos extra en cada una de sus dos manos.
—Así es chico, somos una rara pero buena familia circense.
—¿Y por qué no estuvieron en el show de hoy? No he visto lo que hacen, pero creo que son personas talentosas.
—Este mundo ya no tiene lugar para los circos hijo. Ni para gente como nosotros. A nadie le interesa ver a la mujer barbuda cantar o al hombre más fuerte del mundo mover un autobús. Las máquinas nos han remplazado.
—Pero no es así. Estoy seguro de que harían un show espectacular en conjunto con los robots.
—Aunque quisiéramos hacerlo Cazu jamás nos dejaría. Para él no somos qué escoria.
Mientras Constanz le contaba, un hombre con un excéntrico traje de plumas azules llegó al lugar. Un chico de cabello blanco y un sombrero de copa plateado lo seguía fielmente.
—¡Lo volvieron hacer montón de fenómenos! — Gritó el hombre con voz chillona e irritante—. Uno de ustedes robo el dinero de la función de hoy. Si todos los boletos fueron vendidos no puede faltar dinero. Seguro fuiste tú ¿Verdad?
El hombre estiró el cabello de Constanz y la arrojó al suelo. Esto hizo qué el hombre con piel de lagarto corriera para ayudar.
—¡Déjela en paz! —gritó el hombre empujando al tipo al suelo—. Ella no hizo nada, fui yo quien tomó el dinero.
En eso, el chico del sombrero sujeto al hombre lagarto con mucha fuerza. Tenía un rostro inexpresivo. Como si no fuera un humano.
—¿Cómo te atreves? ¡Maldito monstruo!
El hombre sacó un látigo de su traje y comenzó a golpear al hombre lagarto hasta hacerlo sangrar mientras el chico lo sujetaba. Bionic trató de intervenir, pero Harry lo detuvo diciendo que no con la cabeza.
Cuando terminó, guardó el látigo y los dos se fueron del lugar.
—Ese es su jefe ¿No es cierto? —Preguntó Bionic muy molesto—. ¿Por qué permiten algo así?
—Esta es la vida que nos tocó Bionic.
—Esto no es vida ¿Hace cuanto qué tienen que aguantar esto? Ustedes son más, pueden pararlo todos juntos.
—Las cosas no son tan fácil —le dijo el chico alto—. Esa persona que vino con Cazu, no es una persona, es un robot qué parece humano. Cazu lo llama Cyrcus, siempre qué pasa algo, Cazu envía a Cyrcus a golpearnos, se han llevado a muchos de los nuestros y no sabemos donde están... O si siguen con vida.
En eso todos se pusieron de pie para ayudar al hombre lagarto. —Deberías irte ya Bionic —Dijo Constanz con resignación—. No podemos hacer nada más.
—Quizá ustedes no. Pero yo sí. —Se dijo Bionic así mismo, con los ojos llenos de convicción.
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