Los primeros rallos de sol

Hacía ya tres meses desde que Bionic había terminado el entrenamiento para poder controlar sus habilidades. Bajo la mirada atenta de la señorita Calina, el robot había aprendido a manejar todo tipo de armas, sistemas informáticos y vehículos. Bionic tenía el aspecto de un adolescente humano, con cabello castaño, ojos verdes y una sonrisa encantadora. Sin embargo, bajo su piel sintética se escondía un complejo mecanismo de circuitos, sensores, motores y órganos artificiales que le otorgaban una fuerza y una inteligencia superiores a las de cualquier ser vivo.

Al finalizar el entrenamiento con Bionic, Calina se acercó al doctor X. El doctor siempre vestía de negro y tenía una expresión severa y arrogante. Era el dueño de la fábrica CyberTech de la división occidental donde se encontraban, un enorme edificio de metal y cristal que se alzaba en las afueras de una gran cuidad.

—El entrenamiento ha concluido, señor —dijo la mujer con firmeza—. Déjeme decirle que su creación es asombrosa, jamás había visto algo así. Y en su estado actual, ya no puedo hacer nada más por él.

—¡Excelente! —Celebró el doctor extasiado—. No es para menos, Bionic es la obra de mi vida.

—Usted no ha creado una máquina de guerra, ha construido un niño, doctor —le advirtió la mujer con preocupación—. En base a los comportamientos que pude observar en él durante el entrenamiento, puedo decirle que Bionic es una amenaza latente.

—¡No digas tonterías! —le gritó el doctor X con molestia—. Limítate a hacer tu trabajo, no te pago para hacer diagnósticos.

Luego de eso, el doctor X se acercó a Bionic, que lo esperaba sentado en una silla metálica. Le sonrió con cariño y le acarició la cabeza.

—Bionic, tu entrenamiento ha llegado a su fin. Te has convertido en el ser perfecto que siempre soñé —le dijo con orgullo.

—¿Qué debo hacer ahora, Doc? —preguntó Bionic con algo de emoción.

—Ahora irás afuera por primera vez. Tu primera tarea será llevar este dispositivo al centro de la ciudad. Al activarlo, todos los sistemas de la ciudad caerán en un estado de suspensión. Sin máquinas, nadie podrá defenderse.

El doctor X le entregó a Bionic un pequeño aparato negro con un botón rojo. Bionic lo tomó con curiosidad y lo examinó.

—¿Defenderse de qué? ¿Cuál es la finalidad de eso? —preguntó Bionic con intriga.

—Verás, mi querido robot, en este mundo hay demasiada gente. Tanta, que nuestro planeta ya no puede más. Yo lograré que esa gente inferior que solo consume y destruye, desaparezca de este mundo. Y tú eres la clave de ello, Bionic. Tú eres el primero de esta nueva clase de seres poderosos que podrán reclamar su derecho a vivir.

—¿Está planeando acabar con sus vidas? ¡Eso no está bien! —dijo Bionic con una rara y fea sensación en su pecho.

—¡Claro que voy a acabarlos! Entiende que esa gente que está pudriendo el mundo ya no debe vivir. Son un estorbo, una plaga, un error. Tú y yo somos superiores a ellos, Bionic. Somos el futuro.

Bionic miró a su creador con horror y replicó:

—¡Entonces no lo haré! No quiero lastimar a nadie.

—Si te resistes, tendré que hacer qué accedas por las malas

—En eso el doctor presionó un botón de un control en su mano qué dio una descarga eléctrica a Bionic.

El robot tenía una especie de collar metálico qué le propinaba descargas eléctricas cada que él o la señora Calina presionaban un botón.

—¡Lo haré a mi manera Doctor! —dijo Bionic muy molesto.

Salió corriendo dirigiéndose al almacén de robots, mientras el doctor continuaba dándole descargas eléctricas. En ese momento, utilizó su señal para controlar a un robot qué tenía sierras circulares para ayudarlo a cortar el collar.

—¿Qué crees qué estás haciendo? ¡No puedes hacerme esto a mí! —gritó el doctor X con furia.

—¡Más vale que te detengas ahora! –Le replicó.

—¿O qué? ¿Me electrocutarás? —Gritó el robot mientras se quitaba el collar metálico

—¡Tú lo pediste Bionic!

En eso la señora Calina jaló una palanca qué liberó a un robot plateado de aspecto atemorizante, aunque no parecía tener inteligencia alguna.

—Saluda a Hunter, Bionic, él es lo mismo que tú, pero ya sabes... Más idiota, a diferencia de ti él obedecerá todo lo que yo le diga sin oponerse ¡atrápalo Hunter!

En ese momento el robot se abalanzó hacia Bionic, golpeándolo ferozmente, haciendo qué Bionic se golpeará en la pared formando una gran grieta.

—¿Eso es todo lo que tienes saco de tuercas? —le gritó Bionic recuperándose del golpe.

—Nunca me gustó tu palabrería y tus estúpidas charlas moralistas Bionic, me sentí orgulloso cuando abriste los ojos por primera vez.

El robot continuaba soltando golpes a Bionic, utilizando su agilidad la mayoría de golpes no conectaban con él.

—¿Y sabes que paso Bionic? —Continuó hablando el doctor.

—No hiciste nada más que arruinarlo todo, tú y tu ridícula idea del robot bueno

—Tú tampoco fuiste el padre perfecto ¿sabes? —dijo Bionic bastante agitado.

—Eres un maldito error ¡Hunter acábalo! —Ordenó el científico.

El robot lanzó una especie de soga metálica qué enredó en Bionic, y comenzó a darle una fuerte descarga eléctrica.

Bionic hizo qué todos los demás robots entrarán en frenesí y comenzarán a destruir todo lo que podían aullentando al doctor X y a Calina. El robot de las sierras cortó la soga haciendo qué Bionic cayera muy malherido a causa de la descarga.

Mientras los demás robots distraían al robot Hunter, Bionic aprovecho el alboroto para golpear la pared agrietada y abrir un agujero por el cual escapar.

Bionic corrió lo más rápido que sus piernas le permitían, nunca había sentido una sensación de dolor tan fuerte como en este momento.

Luego de correr unos treinta minutos Bionic subió una pequeña colina, al llegar a la cima pudo ver una gran ciudad frente a él, a lo lejos podía escuchar mucho bullicio, quizá provocado por las personas que habitan en ella, al correr del robot Hunter, no se detuvo a pensar, que realmente había salido del laboratorio, por primera vez, estaba recibiendo los rayos del sol en su rostro. Bionic podía escuchar una tenue voz qué gritaba ¡Bionic! Por lo que asumió qué no podía quedarse ¿pero qué podría hacer? ¿A dónde tenía que ir ahora? Sin pensarlo mucho más Bionic comenzó su viaje hacia un mundo desconocido, uno que no sabía si estaba preparado para alguien como él

...Modelo Hunter...

Nombre: Hunter

Modelo: CT-1007

Estado: Descontinuado

Tipo: Robot de combate

Detalles: El modelo CT-1007 fue el último robot para fines bélicos creado por CyberTech, los últimos ejemplares fueron fabricados durante el año 2107.

Su gran resistencia y poder de ataque hizo acreedora a CyberTech de múltiples reconocimientos finalizando su producción en masa el 27 de agosto del 2107