El salvador de robots

Bionic sentía una extraña atracción por la noche. Desde que fue reparado por Leyla, le gustaba salir de la guarida de Tommy, cuando ellos dormían, y recorrer las calles de la ciudad. Le gustaba ver las luces de los edificios, los carteles, los hologramas. Le gustaba oír los sonidos de los motores, las sirenas, las voces. Le gustaba sentir la brisa, la lluvia y el calor.

Pero lo que más le gustaba era observar a las personas y a los robots convivir. Le fascinaba la diversidad y esa complejidad de cada uno. Veía a humanos de todas las razas, edades, estilos. Veía a robots de todos los tamaños, formas y funciones.

A veces, se preguntaba si él pertenecía a alguno de esos grupos, o si era algo diferente o quizá algo nuevo. A veces, se imaginaba cómo sería su vida si fuera uno de ello.

Pero otras veces, se daba cuenta de que él era Bionic, y que esa era su realidad. Se daba cuenta de que tenía que esconderse. No había nadie más como él.

Durante una de esas noches, Bionic caminaba por el parque, disfrutando de la brisa nocturna y de las estrellas que se veían entre los árboles. Se sentía tranquilo. No pensaba en el doctor X, solo pensaba en el mismo.

—Nunca creí que estar en la ciudad sería tan solitario. —Se dijo así mismo—. Supuse que estar afuera sería diferente. Pero esa sanción no se va. Ni siquiera con la calidez de Tommy. ¿Vale la pena sentir esto?

De pronto, escuchó un ruido detrás de él. Se giró y vio una sombra que se movía entre los arbustos. Reconoció la forma, de inmediato. Era Hunter una vez más.

—Salir yo solo no es mis mejores ideas —Pensó Bionic con preocupación.

Bionic sintió un escalofrío, recordó las veces que Hunter lo había casi matado.

Pero también se dio cuenta de que Hunter estaba muy dañado. Vio que le faltaban las piernas, su metálico cuerpo estaba lleno de agujeros. Y se movía con dificultad, y con torpeza.

Pensó en que estaba solo, no tenia a nadie para ayudarlo.

Bionic sintió lástima. Se preguntó qué sentía Hunter. Si Hunter podía tener emociones.

Entonces, decidió acercarse a Hunter para hablarle. Tal vez podrían entenderse.

—Hunter, soy yo, Bionic -le dijo, con voz calmada-.Ya no te temo. Quiero aprender de ti. ¿Qué sientes?

Pero Hunter no le respondió, Solo le atacó, dando una mordida al pie de Bionic, sin hacerle demasiado daño.

Bionic se sintió decepcionado. Se dio cuenta de que Hunter no era como él, solo era una herramienta, un arma, y su único propósito era capturarlo o destruirlo.

Entonces, decidió acabar con Hunter. Puso su pie derecho sobre la cabeza de Hunter qué estaba a poco centímetros del suelo y comenzó a aplicar presión hasta destruirla. Chispas y humo salieron de Hunter.

Bionic se sintió aliviado. Vio a Hunter inmóvil y muerto. Ya no era una amenaza ya no era nada, solo chatarra.

Pero también se sintió culpable, solo se preguntó si había hecho lo correcto. Se preguntó si Hunter merecía morir de tal manera. Si él merecía tener ese final solo por los deseos de su creador.

Estaba a punto de marcharse del lugar, cuando se percató de la presencia de alguien, así que corrió a esconderse detrás de un árbol.

Era un hombre. El tipo se acercó al cuerpo de Hunter creyendo qué estaba vivo, comenzó a analizarlo y concluyó qué el robot no servía.

—Ja, ja, ¡este es un pez gordo! —Festejó el hombre tomado una foto. —un modelo CT-1007 no suele verse en estas condiciones muy seguido. Como sea ahora es mío. Vamos a casa montón de chatarra.

Cuando disponía subir el cuerpo de Hunter a su vehículo, el hombre se percató de la presencia de Bionic, acercándose a él.

—Oye chico —dijo el hombre acercándose a él—. No tengas miedo, me llamo Rex ¿Por qué esas aquí solo? ¿Estás perdido?

Bionic no pudo responder sentía una extraña inseguridad.

—¿Tienes hambre? ¿O será que este robot es tuyo?

—No... No es mío —Titubeo al responder —. Trató de atacarme hace unos momentos.

—¿De verdad? —Preguntó Rex con sorpresa —. De seguro esa cosa estaba defectuosa y por eso te atacó, pero no importa ya no existe y ahora es mío —alardeo con orgullo.

—¿Qué planea hacer con él? —le cuestionó Bionic con preocupación—. Está estropeado, y dudo que pueda volver a utilizarse.

—Le daré una nueva vida a esta cosa.

—¿Usted podría hacer eso? —le cuestionó con emoción.

Antes de que pudiera responder. Los restos de Hunter sin cabeza regresó al combate, dio un gran saltó tratando de golpear con uno de sus brazos. Haciendo qué Rex y Bionic lo evitarán con rapidez. Al instante el hombre sacó una especie de arma y la apuntó hacia Hunter. Al apretar el gatillo una red eléctrica cubrió los restos de Hunter, dándole una gran descarga eléctrica, que hizo que se sacudiera y luego de un aterrador grito, calló desplomado.

—¡Caramba! Esa hojalata realmente quería acabar contigo niño ¿A qué se debe? —preguntó Rex alarmado.

—Yo... No estoy seguro. —respondió nerviosamente —. Pero dijo que podría darle una nueva vida ¿Es usted un científico?

La apariencia desaliñada de Rex no parecía propia de un intelectual. Su vestimenta de cuero sucia y rota, combinada con su barba, cicatrices faciales y sombrero de excursionista lo hacían ver algo atemorizante.

–ja, ja, ja, —se carcajeo escandalosamente—. Yo soy más bien un "salvador de robots" cuando están defectuosos o los demás ya no los quieren yo los rescato y les doy un nuevo propósito y una nueva oportunidad de continuar sirviendo.

Bionic se emocionó con lo que dijo el hombre, quizá él podría darle una nueva oportunidad como a esos otros robots.

—Ya debo irme, toma chico —le dio un trozo de pan y una tarjeta—. Si vez un robot como este de aquí o cualquier otro qué necesite ayuda llámame ¿de acuerdo?

—¡Claro! Lo haré con gusto.

El hombre le sonrió para después irse con lo que quedó de Hunter.

Por momentoz Bionic creyó qué el tipo podría ayudarlo de alguna manera. Ya casi amanecía, por lo que corrió a la guarida para contarle lo ocurrido a Tommy.