Hacía unos días qué Bionic había dejado atrás lo ocurrido con Tommy y el agente Zebastian. Todo parecía tranquilo, no había movimiento alguno del doctor X y Bionic sentía confianza para salir a la ciudad a la luz del día. Durante esos días la gente lo llamaba héroe. Ayudó a las personas y hasta algunos robots qué lo necesitaban. Solía ayudar sin esperar algo a cambio, se sentía bien darle la mano a alguien que lo necesitará. Pero no había nadie que lo ayudará a él. Decidió qué era mejor alejarse las personas que lo ayudan. Así no podría traerles problemas.
Caminando por la calle una tarde. Se topó con un cartel qué llamo su atención, no tenía luces ni música o colores brillantes. Era un cartel hecho de papel, con colores desgastados por el sol y algo viejo.
El cartel anunciaba un circo ambulante. Bionic no tenía idea de lo que era un circo, nunca leyó algo parecido en el laboratorio.
Bionic se acercó al circo con curiosidad. Había visto otros carteles que anunciaban las maravillas que se podían ver dentro. Le llamó la atención que había varios robots entre las atracciones. ¿Qué harían esos robots en un circo? ¿Serían como él?
Entró al circo y pagó su entrada con unas monedas que había encontrado en la calle. Se sentó en una de las gradas y esperó a que empezara el espectáculo. El circo estaba lleno de gente. Bionic podía escuchar sus risas, sus gritos, sus aplausos. Se preguntó si alguna vez podría sentir lo que ellos sentían.
La función comenzó con un presentador que salió al escenario. Era un hombre gordo y calvo, con un bigote negro y una chaqueta roja. Tenía una voz fuerte y estridente.
- Damas y caballeros, niños y niñas, bienvenidos al circo más increíble del mundo. Aquí verán cosas que nunca han visto antes. Cosas que los harán reír y llorar. Y para empezar, les presento a la primera atracción de la noche. El robot más inteligente, más ágil, más divertido que jamás hayan conocido. El robot que hace malabares, que baila, que canta, que cuenta chistes. El robot que les hará reír a carcajadas. Les presento a... ¡Rolly!
El presentador hizo una pausa dramática y luego señaló con su bastón hacia un lado del escenario. De allí salió un robot con forma de bola. Tenía dos brazos y dos piernas metálicas, y una cabeza redonda con dos ojos luminosos y una boca que se abría y cerraba. Llevaba un sombrero de copa y un chaleco de colores.
El robot se acercó al centro del escenario y saludó con una reverencia.
- Hola, hola, hola. Soy Rolly, el robot más gracioso del mundo. Estoy aquí para hacerlos reír y pasar un buen rato. ¿Están listos para divertirse?
El público respondió con un aplauso y un grito de afirmación.
- Muy bien, muy bien. Pues vamos a empezar con un poco de malabarismo. Miren lo que puedo hacer con estas pelotas.
Rolly sacó de su chaleco tres pelotas de colores y empezó a lanzarlas al aire con sus manos. Las atrapaba con destreza y las hacía girar y cambiar de dirección. Luego sacó otras tres pelotas y las añadió al juego. Y luego otras tres más. Y así sucesivamente, hasta que tenía doce pelotas en el aire.
El público se quedó impresionado con la habilidad de Rolly. Bionic también. Nunca había visto a un robot hacer algo así. Se preguntó cómo lo hacía. ¿Tendría algún mecanismo especial? ¿O sería una cuestión de programación?
Rolly siguió con su acto. Hizo chistes sobre los humanos y los robots. Hizo imitaciones de famosos, de animales, de objetos. Hizo trucos de magia, de equilibrio, de acrobacia. Hizo todo lo posible por entretener al público. Y lo consiguió. El público se reía, se asombraba, se emocionaba con cada cosa que hacía Rolly.
Bionic también se sintió atraído por el espectáculo. No entendía todo lo que decía Rolly, pero le parecía divertido y simpático. Se preguntó si Rolly sería feliz haciendo lo que hacía. Si le gustaría ser su amigo. Si tendría algo en común con él.
La función terminó con un gran aplauso. Rolly se despidió con otra reverencia y se retiró del escenario. El presentador volvió a salir y anunció la siguiente atracción.
- Y ahora, damas y caballeros, niños y niñas, prepárense para ver algo que los pondrá al borde de sus asientos. Les presento a la segunda atracción de la noche. El robotmás audaz, que jamás hayan conocido. El robot que desafía a la muerte. Les presento a... ¡Sparky!
El presentador hizo otra pausa dramática y luego señaló con su bastón hacia otro lado del escenario. De allí salió otro robot. Era más grande y más robusto que Rolly. Tenía un cuerpo cuadrado y pesado, con cuatro ruedas y dos brazos con garras. Su cabeza era una pantalla que mostraba una cara seria y determinada. Llevaba un casco y un traje de bombero.
El robot se acercó al centro del escenario y saludó con un gesto de su mano.
- Hola, hola, hola. Soy Sparky, el robot más valiente del mundo. Estoy aquí para hacerlos temblar y pasar un mal rato. ¿Están listos para sufrir?
El público respondió con un silbido y un grito de negación.
- Muy mal, muy mal. Pues vamos a empezar con un poco de fuego. Miren lo que puedo hacer con estas antorchas.
Sparky sacó de su traje dos antorchas encendidas y empezó a lanzarlas al aire con sus manos. Las atrapaba con destreza y las hacía girar y cambiar de dirección. Luego sacó otras dos antorchas y las añadió al juego. Y luego otras dos más. Y así sucesivamente, hasta que tenía ocho antorchas en el aire.
El público se quedó aterrado con la habilidad de Sparky. Bionic nunca había visto a un robot hacer algo así. Se preguntó cómo lo hacía. ¿Tendría algún sistema de protección? ¿O sería una cuestión de resistencia? Si él lo intentaba problemente se quemaria el cabello.
Sparky siguió con su acto. Se metió en una piscina llena de agua y salió sin problemas. Se lanzó desde una plataforma a gran altura y aterrizó sin daños. Se conectó a una fuente de electricidad y no se quemó. Hizo todo lo posible por asustar al público. Y lo consiguió. Se sobresaltaba con cada cosa que hacía Sparky.
Bionic también se sintió repelido por el espectáculo. No le gustaba lo que hacía Sparky, pero le parecía valiente y decidido.
La función terminó con un gran silbido. Sparky se despidió con otro gesto de su mano y se retiró del escenario. El presentador volvió a salir y anunció la última atracción.
- Y ahora, damas y caballeros, niños y niñas, prepárense para ver algo que los dejará sin palabras. Algo que los hará llorar y reír al mismo tiempo. Les presento a la última atracción de la noche. El robot más tierno, que jamás hayan conocido. El robot que les hará sentir amor. Les presento a... ¡Lily!
El presentador hizo la última pausa dramática y luego señaló con su bastón hacia el fondo del escenario. De allí salió otro robot. Era más pequeño y más delicado que Rolly y Sparky. Tenía un cuerpo redondo y suave, con dos alas y dos patas. Su cabeza era una flor con dos ojos brillantes y una boca que se curvaba en una sonrisa. Llevaba un vestido de tul y una corona de flores.
El robot se acercó al centro del escenario y saludó con una inclinación de su cabeza.
- Hola, hola, hola. Soy Lily, el robot más tierno del mundo. Estoy aquí para hacerlos sentir y pasar un buen rato. ¿Están listos para amar?
El público respondió con un suspiro y un grito de afirmación.
- Pues comencemos con algo de música ¿Les parece bien?
El robot sacó una pequeña flauta de émbolo y comenzó a tocar una graciosa canción. Al finalizar un gato muy grande y un poco viejo salió detrás del escenario, Lily acarició al gato para después hacer qué el gato hiciera algunos trucos, como pasar por un aro, hacer y que caminara en dos patas dando pequeños saltos qué encajaron al público.
Cuando Lily terminó su presentación, el presentador regresó al escenario para despedir al público.
—Espero estas maravillas le hayan gustado, les hayan hecho pasar un rato agradable. Es todo por hoy damas y caballeros, no olviden dejar su propia al Ballet parking y contar a sus amigos las maravillas y arañas qué vieron aquí.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 245 Episodes
Comments