Cumpleaños.

Por mi ventana, los rayos de un radiante sol entraban a mi habitación. Las aves cantaban el comienzo de un nuevo día, y la leve briza de principios de otoño, hacían tintinear un juego de campanillas de viento que tenía colgadas en el dosel de mi cama.

Abriendo con fastidió mis ojos, metí una mano debajo de mi almohada, y con toda mi fuerza, arrojé un cuchillo contra las malditas campanillas que no me dejaban dormir. ¿En qué demonios estaba pensando la yo de 6 años al poner tales instrumentos de tortura?

Con el cabello enmarañado, y los ojos llenos de lagañas, negué con la cabeza al mirar levemente al sol, y volví a meterme entre las sábanas. Lamentablemente, justo en el momento en que encontré una posición cómoda, escuché como abrieron la puerta, e Inca entró a la habitación con una gran sonrisa.

— Princesa Ryana, buenos días.

La chiquilla llena de pecas entró radiante como un sol a mi habitación mientras cargaba un paquete envuelto en papel, sin embargo, apenas ver el cuchillo clavado en la pared, la sonrisa desapareció de su rostro, y volvió a comportarse como Rinabela.

— ¿Cuántas veces le he dicho que no practique tiro a la diana dentro de su cuarto?

Preguntó la chica con un tono serio y frío, completamente ajeno al tono jovial e inocente de menos de un minuto atrás.

Aún cubriéndome del sol, respondí.

— Unas 9, o algo así.

Dedicándome una mirada de odió, Rinabela depósito el paquete que llevaba en una repisa, y se acercó al cuchillo que estaba clavado la pared.

— 15, y con esta 16. ¿Me hará caso de una vez y dejará de ser tan imprudente?

— ¿Para qué? ¿Tu me cubres después de todo? Además, odio comportarme como una niña, me gusta poder ser yo misma a tu alrededor.

Con un largo suspiro, Rinabela sacó el cuchillo de la pared, y pasando su mano por la marca del agujero, está desapareció.

— Levántese de una vez, hoy tiene un día ocupado y no puede pasar toda la mañana en la cama.

Escondiéndome debajo de las sábanas, me queje e hice por volver a dormir.

— Di que desperté con una leve gripe, estoy segura de poder engañar al médico real, y fingiré mejorar a la hora de la cena.

De una manera un poco brusca, Rinabela retiró las sábanas de la cama, y las dobló antes de colocarlas en una canasta.

Cubriendo mi rostro del sol con las manos, me hice una pelota en la cama.

— Una cosa es ayudarla a fingir ser una infante, y otra muy diferente es que mienta para satisfacer un capricho. Levántese de una vez, su baño no debe tardar en estar listo, y por lo que pude observar, debo cepillar su cabello.

Sin ganas de levantarme, admití mi derrota y salí de la cama bostezando. Yendo a servirme un vaso de agua de una pequeña jarra que siempre está en mi mesa de noche, vi como Rinabela se acercaba para arreglar mi cama y colocar sábanas limpias.

Aún tengo mis dudas con respecto a esta "ángel" y la razón del porque la enviaron a vigilarme más no ayudarme, pero ya sea en su papel de Inca, o en su verdadera personalidad de Rinabela, es sumamente eficiente y competente en su trabajo.

Habiéndo bebido un vaso enteró de un solo trago, detrás de mí escuche a alguien aclararse la garganta de manera bastante sonora, claramente queriendo llamar la atención. Dando media vuelta, vi a Rinabela con media docena de mis cuchillos entre sus dedos.

— ¿Por qué sigue escondiendo cuchillos por todos lados? Basta un solo descuido mío, y uno podría mezclarse con la ropa que debe ser lavada.

— Ohh.

Empecé a decir mientras me despertaba con un estiramiento.

— ¿De verdad cometerías un descuido de tal magnitud? Te creía más competente mi pequeña ángel del noveno círculo. Allá arriba deben mejorar la forma en que preparan a su gente.

Con una expresión mortalmente seria, sacudiendo ligeramente las manos, todos los cuchillos se desvanecieron cual humo, y declaró.

— Eso no responde a mi pregunta. Le pido que no responda mis interrogantes con sarcasmo o burlas.

Con un suspiro, cerré los ojos y sonreí amargamente.

— Una vieja costumbre. Hubo una ocasión donde fui atacada por unos asesinos en medio de la noche, si en esa ocasión hubiera estado armada, probablemente un buen amigo mío no debió dar su vida para protegerme. Desde entonces, soy incapaz de dormir si no tengo algún arma al alcance de mi mano.

Viendo que la expresión en el rostro de Rinabela se había suavizado, y con miedo de que preguntara por la historia completa, volví a mi tono sarcástico y declare.

— No todos somos como tú, mi pequeña ángel del noveno círculo, yo no puedo aparecer y desaparecer armas a voluntad, aunque no sabes lo que daría por una habilidad así. Por eso dime ¿Hay vacantes abiertas en el cielo? Tendré algo de tiempo libre cuando todo esto termine, y no me importaría reconsiderar mi profesión.

La tenue expresión de lástima que había aparecido en el rostro de Rinabela volvió a ser reemplazada por seriedad y la dosis justa de hastío. Contemplando esa expresión, apenas pude contener una sonrisa. Es mucho mejor ser odiada a que te tengan lástima.

Con un largo suspiro, Rinabela termino de arreglar mi cama, y con expresión de que llevaba mucho tiempo pensando lo, finalmente dijo.

— Creo que puedo enseñarle cómo hacerlo, estoy cansada de seguir encontrando cuchillos por todas partes ¿De donde rayos los saca en primer lugar?

— Ohhh, ¿de verdad pequeña? Eso sería un gesto muy bonito de tu parte.

— Le estoy haciendo un favor, le pediría que a cambio deje de convertirme en el objetivo de sus burlas.

— Eso no va a pasar mi pequeña ángel y menos si sigues siendo tan "correcta" al expresarte.

Con otro largo suspiro, Rinabela se sentó en una silla, y haciendo un movimiento me pidió que me acercara para que pueda cepillarme el cabello. Contemplando la maraña en que se había convertido mi pelo durante la noche, no hice por desobedecer.

Con movimientos precisos y sin que siquiera llegará a notar cuando deshacía un nudo, ella empezó a poner en orden mi cabello hasta que de la nada la escuché preguntar.

— Una vez más decidió ignorar mi pregunta.

— ¿Cual pregunta, mi pequeña?

— ¿De dónde sigue sacando los cuchillos?

— Ahh, eso es bastante simple, en las noches me escabulló al patio y me pongo a practicar. La armería está bastante cerca y tiene una ventana que el mozo que limpia no cierra antes de irse. Hay literalmente toneladas de esos cuchillos por todos lados, son baratos de hacer y perfectas armas arrojadizas.

Imprimiendo un poco más de hastío en su voz, Rinabela declaró.

— Eso es mentira. Yo vigiló su cuarto por las noches y nunca la he visto abandonar sus aposentos. ¿Además, no me había dicho que deseaba que la ayudara a practicar?

Con un tono un poco avergonzado, respondí sabiendo que mi respuesta la iba a hacer enojar.

— Si bueno, parte de mi práctica era para comprobar si sería capaz de eludir tu vigilancia. Y debo decir que fue difícil, eres ligeramente superior a los guardias del castillo, pero eres demasiado metódica, y sigues las mismas rutas a la misma hora con la precisión de un reloj. Cada hora con 27 minutos, tengo una pequeña brecha de 2 minutos en los que puedo moverme, y como conozco el castillo como la palma de mi mano, con sus rutas secretas incluidas, esos dos minutos son más que suficientes para ir a donde yo quiera.

Por primera vez en su perfecto cepillado, sentí un tirón en el cabello que me hizo soltar un pequeño gritó.

— Lo siento. No fue mi intención.

Declaró volviendo a su tono de absoluta seriedad.

Con una sonrisa en mis labios, me dije que empezaba a ganar la pelea, está chica era el colmo de la seriedad y lo correcto, y quería que se soltara un poco.

— Por cierto.

Pregunté mientras miraba en dirección al pequeño paquete envuelto en papel que había traído cuando entró.

— ¿Qué hay ahí?

— Es su cumpleaños. ¿O lo ha olvidado? Su madre le envía este vestido porque desea que lo usé el día de hoy.

— Si, mi cumpleaños, ¿Cómo podría olvidarlo?

Una sombra de tristeza invadió mi rostro al solo pensar en mí cumpleaños. Cuando subí al trono, esa fue una fecha complicada.

No es una verdadera tradición y dudo que siempre se haya hecho, pero en los cumpleaños de mi padre, lo celebraba con una gran festival en la que participaba el reino enteró. El cumpleaños del monarca que gobierna la nación, debe ser una fecha querida por todos, ya que simboliza un año más de prosperidad, sin embargo, debido a la tragedia ocurrida justo el día que cumplí 15 años, esa fecha se volvió sinónimo de tragedia y luto.

A unas horas de comenzar una fiesta que mi madre había estado planeando y preparando durante meses, el cielo se tiñó de rojo, y los sonidos de intensos disturbios llegaron haciendo eco hasta el castillo. Sin perder un segundo, mi padre y su orden de caballeros salieron para comprobar la situación, haciéndome la promesa de que solo les tomaría unos minutos, y que al volver mi fiesta seguiría como lo planeado.

Si cierro los ojos, todavía recuerdo ese momento exacto. La calidez de la mano de mi padre sobre mi cabeza, su barba bien cortada, su voz tranquila y suave. Mi padre jamás en toda su vida había roto una de sus promesas, ni a su pueblo, y mucho menos conmigo, pero esa promesa que me hizo regresar, fue la primera y la última que rompió.

Dos semanas de una difícil deliberación del consejo, declararon que mi madre al no tener sangre real, no podía poseer el trono, siempre debe haber Cardesh al frente de la nación. Esa fue su última palabra, y en una ceremonia bastante modesta tomando en cuenta lo que era, la corona fue posada sobre mi cabeza.

Desde ese entonces, más que el cumpleaños de su nueva monarca, la gente solo quería llorar y guardar luto por la que fue considerada, la mayor tragedia en la historia del reino. Yo misma no tenía ganas de oponerme, había perdido a mi padre, y perder una celebración vacía no era nada en comparación.

Sin embargo, en la infinita arrogancia y narcisismo que caracterizaron mis peores años, volví a cambiar el significado del día, para volverlo una fiesta en honor a mi nacimiento, y no para honrar a unos caídos a los que todavía se les lloraba.

Mirando el paquete de papel, me dije a mi misma. 7 años… Tengo exactamente 7 años a partir de aquí para evitar ese día. De todos los eventos que deseó cambiar, ese es el único que no puedo permitir que vuelva a ocurrir.

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Comments

Cruz Mejia

Cruz Mejia

de ese hecho si tiene conocimiento puede talvez cambiarlo todavía tiene tiempo de seguir entrenando, mientras no cambien las fechas de los sucesos

2024-01-31

1

Mitsuki G

Mitsuki G

En verdad espero y deseo con todas mis ganas que si logré salvar a su padre al parecer fue algo que la dejo muy mal además que si su padre sigue vivo ella podría aún tener tiempo para seguir con sus planes para descubrir quienes están en contra de ellos para matar a su padre y matar a sus esposos porque sigo sospechando que lo hicieron para volverla así

2023-11-21

4

Total
Capítulos
1 La ejecución 1
2 La ejecución 2
3 La ejecución 3
4 La ejecución 4
5 La ejecución 5
6 Nuevo día.
7 El mundo que me dió la espalda.
8 ¿Que quieren que haga?
9 Una lección aburrida
10 Madre.
11 Primera lección. No me puedes engañar.
12 Segunda lección. Yo soy la jefa.
13 Cumpleaños.
14 A trabajar.
15 Compañía de transportes "Herman e hijos"
16 La peste de las mentiras.
17 Ahora se de tí.
18 Preparada.
19 Cuatro sombras.
20 La gran... hace su aparición.
21 Los demonios matan humanos.
22 Yo soy quien soy.
23 Otra vez.
24 Lo prefiero.
25 La Ciudad Santa.
26 Antes de la tormenta.
27 Asedio a la Cuidad Santa 1.
28 Asedio a la ciudad santa 2
29 El fin de una vida tranquila.
30 Victoria casi completa.
31 El Verdadero
32 Zyan.
33 Atando cabos.
34 Nueva administración 1.
35 Nueva administración 2
36 Afuera nevaba...
37 El Rey Alastor Cardesh
38 Nada.
39 La visita 1
40 La visita 2
41 La visita 3
42 El rey y la reina.
43 En una oscura habitación.
44 El poder de las palabras.
45 El viejo y la joven.
46 La fugitiva.
47 La cena
48 Es suficiente.
49 El ataque del Orgullo 1
50 El ataque del Orgullo 2
51 El ataque del Orgullo 3
52 El ataque del Orgullo 4
53 El ataque del Orgullo 5
54 Después... 1
55 Después...2
56 Después 3
57 Final de Temporada. Prioridad 0.
58 Historia Extra. El Dragón y la Mariposa.
59 Historia Extra. El Dragón y la Mariposa 2.
60 Historia Extra. El Dragón y la Mariposa 3
61 Historia Extra. El Dragón y La Mariposa 4
62 Historia Extra. El Dragón y La Mariposa 5
63 Historia Extra. El Dragón y La Mariposa Final.
64 Anuncio, segunda temporada.
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Una lección aburrida
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Primera lección. No me puedes engañar.
12
Segunda lección. Yo soy la jefa.
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Cumpleaños.
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Compañía de transportes "Herman e hijos"
16
La peste de las mentiras.
17
Ahora se de tí.
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La gran... hace su aparición.
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Los demonios matan humanos.
22
Yo soy quien soy.
23
Otra vez.
24
Lo prefiero.
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La Ciudad Santa.
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Antes de la tormenta.
27
Asedio a la Cuidad Santa 1.
28
Asedio a la ciudad santa 2
29
El fin de una vida tranquila.
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Victoria casi completa.
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El Verdadero
32
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La fugitiva.
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La cena
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