Alexa se removió un poco en su asiento, mirando sus temblorosas manos que se mantenían ocultas en su regazo. Él no le quitaba la mirada de encima y aquello la incomodaba bastante. ¿De qué se suponía que iban a hablar?
—Tenías tiempo sin venir—apuntó Diego.
Aparentemente, él también tenía la intención de ignorar los temas referentes al trabajo. Sin formalidades, ni conflictos de por medio.
—He estado muy ocupada, supongo.
—Ya veo.
Alexa paseó su vista por el interior del local intentando encontrar algo en lo que concentrarse y que le ayudará a ocultar sus crecientes nervios. Ese había sido todo el intento de conversación que habían mantenido por un largo rato, hasta que el mesero regresó trayendo el pedido de ambos.
—Un latte para usted, señorita—sirvió amablemente el joven, y Alexa le dedicó una sonrisa agradecida—. Y para usted su Expresso, señor—su voz se tornó más formal y respetuosa.
—Creo que lo conocen bastante bien en este sitio—dijo ella, genuinamente sorprendida.
—No hagas eso.
Alexa frunció el ceño con extrañez.
—¿A qué se refiere?
—No me hables tan formal, solo tutéame.
Oh. La muchacha lo miró de lleno con sus ojos bien abiertos.
—Es difícil sabiendo que...—“trabajo para usted” quiso completar.
—Eso no importa ahora, Alexa—la interrumpió Diego con un tono un poco más inquietante—. Dime algo, querías verme, ¿verdad?
—¡¿Qué?!
Alexa casi escupió el sorbo que acababa de darle a su café.
—Antes solías venir únicamente para hacerlo, ¿cierto?
El rostro de la muchacha se coloreó de un color carmín intenso.
—¿Pero qué cosas está diciendo?—la indignación fue evidente en su voz.
Y aunque odiaba admitir que tenía razón, el escucharlo salir de su boca con tal seguridad le provocaba un malestar en todo el cuerpo. «Maldito engreído», pensó. E inmediatamente se puso de pie, dispuesta a irse. Todo había sido una farsa, únicamente quería burlarse de ella de nuevo.
—¿Adónde vas?
Alexa le regaló una mirada escalofriante antes de darse la vuelta y marcharse a gran velocidad. Sin embargo, él no pensaba dejarla ir tan fácilmente.
Una vez fuera el aire golpeó su rostro una vez más. "Tonta, tonta" sentía que casi lo podía escuchar. La muchacha se maldijo y secó rápidamente las lágrimas que se escaparon. Realmente era una idiota por quererlo y permitirle tantas humillaciones.
—¡Alexa!—logró escuchar su llamado, pero no se detuvo, por el contrario, sus pasos se aceleraron casi a punto de correr.
—¡Déjeme en paz!—se exaltó cuando el hombre la sujetó firmemente de su brazo.
Lo siguiente que Alexa supo, fue que tenía sus labios en su boca de nuevo. Infeliz. La muchacha sintió que otro par de lágrimas se escapaban de sus ojos, a medida que lo único que anhelaba era dejarse llevar por sus besos.
—Yo también quería verte—le dijo él separándose un poco.
Alexa sintió que en ese momento algo estallaba en su interior. Y su corazón parecía querer salirse de su pecho...
—Permíteme llevarte—el hombre limpio el rastro de sus lágrimas con tanta delicadeza, que su piel reaccionó con avidez.
Eran increíbles todas las sensaciones que le provocaba. Cómo con unas cuantas palabras podía generarle tanta tristeza y a la vez la más inmensa felicidad. No lo podía negar. Lo amaba. Y estaba completamente enamorada de él.
—No—negó—. Puedo regresar por mi cuenta.
«Aléjate, Alexa. Va a hacerte mucho daño, si no te vas» Era consciente de eso y aun así, terminó subiendo a su auto en un viaje que tal vez acabaría muy mal. ¿Pero qué podía hacer, era justamente lo que siempre había soñado? Sus besos y sus caricias tan delicadas la hacían suspirar.
Él mentía tan bien que hasta podría jurar que lo disfrutaba de la misma manera que ella. Alexa no supo exactamente cuánto tiempo ocuparon en besarse, pero le pareció que horas transcurrían sin que sus labios se quisieran separar.
—Eres preciosa—murmuró Diego, mientras parecía querer escalar un nivel más.
Estaba tan afanado besándola, acariciando suavemente sus mejillas, sintiendo su tacto que incluso parecía fascinado.
—¿Qué hace?—Alexa gimió cuando besos húmedos alcanzaron su cuello.
Estaban justo al frente de su edificio, y solo debía bajarse del auto, pero quería seguir sintiendo más de aquello... Y él también... Esperando en sus adentros que Alexa le hiciera una invitación para subir. Sin embargo, aquello no ocurrió.
—Gracias—la joven huyó aferrándose a la escasa cordura que le quedaba.
La vio partir y una sensación de vacío se apoderó de su interior. Quería tenerla nuevamente así. Tan entregada y pura, tan Alexa...
—Alexa—fue lo último que pronunció antes de apretar el acelerador y partir.
Extrañamente, esa noche Diego no ocupó a ninguna de sus amantes. El hombre se dio placer a sí mismo, pensando únicamente en una dulce muchacha que lo estaba volviendo loco.
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Updated 41 Episodes
Comments
Lesly Argumelo
Alexa no caigas con ese engreido
2024-01-29
2
silvia
Hay mujeres así q les gusta q el hombre se sienta deceado y caen con unas palabritas, es un demonio tentador y lo hará y ella caerá y después la humillara/Scream//Speechless/
2024-01-14
1
silvia
Con q la vigila a no 🤔condenado
2024-01-14
1