Salida

Las cuatro amigas acordaron en verse en un antro muy reconocido. Era un sitio sano y exclusivo, según algunos comentarios que habían escuchado. ¡Genial! Bailaría hasta que le dolieran los pies, y olvidaría al idiota que le había roto el corazón en mil pedazos.

«Sí, claro» ¡Silencio! No te he dado permiso para hablar, vocecita quisquillosa y entrometida.

Alexa dio un paso al interior de aquel club con la decisión brillando en su mirada. Su hermoso pelo castaño se ondeaba con cada paso que daba. Había decidido llevarlo suelto, porque no quería más moños de mojigata. Esa noche sería salvaje, tal cual como lo eran sus indomables mechones.

La muchacha se rio de su ocurrencia... Tenía una cabecita loca que se la pasaba constantemente pensando tonterías. ¿Salvaje? ¿Indomable? ¿Ella? Era tan apacible, que esas palabras simplemente no combinaban con su nombre.

—¡Hola, chicas!—saludo entusiasmada al divisar a sus amigas. Beso, la mejilla de cada una y les obsequio, una radiante sonrisa.

—¡Guau!—bramó la pelirroja del grupo—. Veo que vas en serio, Alexa—le guiñó un ojo—. ¡Atención a todos! ¡Hoy mi amiga atrapa a un hombre!—aclamo triunfal alzando su bebida.

Alexa se sonrojó como un tomate ante la efusividad de su explosiva amiga. Algunas personas cercanas les regalaron curiosas miradas y ella solo deseaba que la tierra se lo tragara. ¡Maldición, Sofía!

Las cuatro muchachas se rieron del comentario y se sentaron en la barra.

—Fue un poco inesperada la invitación, pero también me hacía falta—comentó Annie.

—Sí—concordó Mía—. Con tantas obligaciones, a veces es tan difícil coincidir. Realmente fue un alivio que hoy las cuatro estuviéramos libres. ¡Un milagro más bien!

—¡Brindemos por el milagro!—Sofía alzó su copa de nuevo y engulló de un trago toda la bebida.

La castaña miró a sus amigas y se sintió dichosa de estar juntas. La incomodidad que su corazón sentía, poco a poco, había sido reemplazada por esa cálida compañía. Tal vez si era eso lo que necesitaba, compañía.

Las mujeres bailaron y bebieron gustosas, olvidando por un rato las responsabilidades y el ajetreo de la vida adulta. Cada una inmersa en sus pensamientos y huyendo de sus propios temores.

Annie huía de la inseguridad que tener un novio mujeriego le causaba. Era agotador, temer todo el tiempo que un tipo no fuera a serte infiel, apenas te voltearas. Ella no estaba segura de qué hacer, porque a pesar de ese marcado defecto, lo quería a su lado.

Mía también perseguía una obsesión enfermiza por un chico inmaduro, que había estado enamorado de su hermana. Karla nunca le había hecho caso, y ella se había ganado su confianza, pero él nunca había tomado en serio sus sentimientos. ¡Y vaya que se los había confesado!

Sofía tenía una vida descarriada y realmente no le importaba con quién compartía la cama. Era todo un personaje, libertino e inquietante. Alexa aún recordaba claramente aquella vez que en medio de una pijamada, la pelirroja había saltado sobre ella, confesándole su amor y queriendo tocarla. Había sido un momento verdaderamente terrorífico...

¡Casi su primer beso se lo daba a Sofía! ¡Por Dios! Aunque pensándolo bien, no hubiese habido mucha diferencia. Termino obsequiando ese preciado momento, al hermano menor de su amiga Annie. En algún oscuro momento de su pasado, creyó sentir algo por el muchacho. «¡Gracias al cielo todo terminó a tiempo!», se dijo.

Así fue como poco a poco el alcohol les ayudó a olvidar sus desdichas, aunque Sofía parecía beber únicamente por mero gusto.

Alexa bailaba animada en la pista, como si no existiese un mañana, como si la vida fuese únicamente ese pequeño instante. La muchacha siempre había sido muy tímida, pero la bebida parecía ayudarla a sacar su lado más inquieto.

No muy lejos de ahí, en una área reservada se encontraba también un grupo de cuatro hombres. No eran hombres comunes y tampoco estaban del todo solos. Chicas muy dispuestas les obsequiaban sutiles caricias, mientras ellos bebían licor pausadamente.

—Siento como si esa pelirroja estuviera llamándome—dijo Alberto, sin quitarle la mirada de encima a la mujer que meneaba seductoramente el trasero en su dirección.

El resto de sus acompañantes la observaron brevemente.

—Creo que podría estar llamando a cualquiera—se encogió de hombros Jouse—. O no notas que parece una perra en celo—apuntó.

—Como todas—le secundó Diego, regalándole una mirada amenazante a la mujer que pretendía besarle el cuello.

La rubia que se había autoinvitado a la mesa, sintió un escalofrío que le recorrió todo el cuerpo. A los pocos segundos salió huyendo, completamente derrotada en su vago intento de seducción.

—No lo creo—habló Gonzalo, entrecerrando los ojos en dirección a una castaña en particular—. No todas son perras en celo, algunas son como pequeños ratoncitos. Muy indefensos.

"Ratoncitos indefensos" su lado depredador se activó de inmediato. No había nada mejor para Diego, que jugar al gato y al ratón. Era algo que le fascinaba, corromper a niñitas tontas y volverlas solo eso, perras en celo aclamando por atención.

Observó en dirección a donde veía su amigo, y divisó a una muchacha menuda, pero con un aire bastante angelical. Un hilillo de inocencia parecía salir de cada uno de sus poros.

"Perfecta" dijo una vocecita maliciosa en su cabeza. E inmediatamente se la pudo imaginar, rogándole porque le diera más duro, y totalmente corrompida en sus manos, siendo simplemente una más.

—Creo que me acercaré. Hace tiempo que no pruebo carne tan fresca—Gonzalo se puso de pie y se dirigió hacia la castaña que bailaba en la pista.

Diego se quedó viendo atentamente lo que ocurría. La muchacha pareció sorprenderse de que un hombre la invitará a bailar, visiblemente cohibida, finalmente acepto y ahora el idiota de su amigo intentaba tocar más allá de lo permitido. Retiro asqueado la mirada de la escena. ¡Patético!

Alexa veía de manera suplicante a sus amigas, buscando que la ayudarán con la situación en la que se había metido. Sofía parecía alentarla a qué se dejará llevar y bailará gustosa con el desconocido, mientras que Mía y Annie se acercaron para poder quitarle al pelirrojo de encima.

Era un hombre muy atractivo, pero ella no se sentía realmente dispuesta a dejar atrás a su amor de fantasías. Tampoco era una muchacha fácil y el sujeto parecía querer algo más que un simple baile.

—¿Podemos unirnos?

Mía con un movimiento rítmico se interpuso entre los dos, mientras que Annie atajó la espalda del desconocido supuestamente bailando. Alexa aprovechó esa oportunidad para anunciar que iría al baño y se escabullo, dejando a sus amigas lidiar con el molesto tipo. Esperaba que para su regreso ya el hombre se hubiera rendido.

Diego no pudo contener la sonrisa siniestra que se asomó en sus labios al ver cómo la pequeña ratoncita huía despavorida. La muchacha caminaba temblorosa y miraba repetidamente hacia atrás, para ver si no la perseguían.

Él, como todo un cazador experimentado, sabía muy bien en qué momento dar sus movimientos, los cuales siempre eran certeros y le otorgaban una victoria absoluta. El hombre finalmente se puso de pie con toda la intención de capturar a su presa....

Más populares

Comments

Lesly Argumelo

Lesly Argumelo

que le pasara a Alexa con ese Diego

2024-01-28

2

MALÚ 2834

MALÚ 2834

Seguro que este será el amor platónico de ella,,ojú,ojú.🤦‍♀️🤦‍♀️🤦‍♀️

2024-01-23

0

MALÚ 2834

MALÚ 2834

Tienes un buen surtido de amigas.😜😜

2024-01-23

0

Total

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play