12.

Craig Whitley.

Por más de que lo pensara innumerables veces, no conseguía encontrar a quien estuviera detrás de la defensa de ese maldito monstruo.

Si bien en un principio sospeché de su madre, Zachary me comentó en el receso que ella había quedado sin un peso debido a que fué la última voluntad de su padre y no había forma de que alguien pudiera estar ayudandolo desde afuera.

Luego de que nuestro abogado dijera que no tenía preguntas para Megan, fué el turno de la otra defensa en hablar.

—La corte llama a declarar a la señora Megan Lowens —Oí decir al abogado de Selig y rápidamente giré mi mirada a Megan, quien negaba una y otra vez.

—Su señoría, a mi clienta se le permitió no compartir espacio con el acusado debido al miedo que éste le causa —habló el defensor de mi Ángel —pero no será problema el comunicarse con ella ya que está en una sala aparte y será transmitida en el momento de dar su declaración —aclaró —el abogado defensor del acusado puede realizar sus preguntas, ella responderá desde su respectivo lugar.

—Muy bien —respondió el juez.

—Su señoría, le recuerdo que esto es un tribunal y cuando se solicita a declarar, ella tiene que...

—Abogado, si fuera mi madre, hermana o hija quien ocupa el lugar de la señora Lowens, definitivamente comprendería porque no quiere presentarse —lo interrumpió —por ello le pido que pueda ser lo más humano posible y respetar la decisión de la víctima —. Dije que estaba bien, ella puede dar su declaración desde donde está —finalizó y sonreí con satisfacción.

No tardaron mucho en prender la cámara y el sonido, dejándome observar el rostro de ese imbécil al percibir la imagen de mí Ángel siendo transmitida en la pantalla del lugar.

—Señora Lowens, cuando esté lista proceda a hablar —Dijo amablemente el oficial y vi a mi Ángel asentir.

Vió por un momento el piso y luego tomó una gran bocanada de aire, expulsandola como si le costara respirar.

—No temas Ángel, estoy aquí contigo — la motivé mientras tomaba su mano.

—Hola, mi nombre es Megan Lowens —se presentó y vi a todos en la sala cuchichear sobre la mujer en la pantalla —soy la demandante en este caso y la ex pareja de Selig Cuddyer.

—señora Lowens, le habla el abogado del acusado —mencionó el hombre, quien dirigía su mirada a la pantalla y señalaba a Selig.

—Hola, abogado.

—Dígame señora Lowens, ¿No cree poder estar aquí frente a todos los presentes y decir en la cara de mi cliente todo lo que declaró anteriormente? —preguntó éste y fruncí mi ceño.

—Objeción su señoría, ya la corte le permitió a mi clienta estar fuera de la sala y considero inapropiada la pregunta del defensor —Intervino nuestro abogado.

—Es correcto su punto —concordó el juez, dirigiendo la mirada al defensor contrario —abogado, a lugar —añadió con firmeza.

—Solo fué una pregunta sin malas intenciones, su señoría —comentó él.

—No puedo —oí decir a Megan y rápidamente giré mi mirada a ella —no tengo deseos de nuevamente su cara, ya que al solo hacerlo me produce terror —agregó.

—Muy bien —sentenció —señora Lowens, ¿ha hablado anteriormente con alguien sobre lo que supuestamente mi cliente le hacía? —preguntó y reí falsamente.

—"Supuestamente" dice —Comenté.

—Su señoría, pese a que el acusado negó los hechos de todo, no quiere decir que mi clienta sea una mentirosa y me parece algo desubicado usar el término "supuestamente" —Intervino nuestro abogado.

—Concuerdo en ello —asintió el juez, viendo con severidad a la defensa contraria.

—Corrijo entonces —dijo el abogado del canalla —. ¿Había hablado anteriormente con alguien sobre lo que mi cliente le hacía?

—La primera vez que ocurrió se lo dije a mi padre, pero él solo me dió la espalda —contestó,Megan —su madre, era alguien que también me agredida entonces no podía refugiarme en ella y su hermano menor sabía sobre todo esto, pero cada vez que presentaba denuncias nunca se las tomaban en cuenta.

—Imagino que con una acusación como la que el hermano del acusado hizo, la policía tendría que haber visitado su hogar para asegurar que nada pasara —comentó —¿Hubo visita por parte de la policía en su casa?

Ella se quedó callada viendo al frente, quizás recordando cuando eso sucedió y tuvo que negar todo por miedo.

—Sí, fueron en una ocasión —respondió.

—¿Y por qué no acusó a su ex esposo por todo el maltrato que le hacía vivir? —interrogó nuevamente —tuvo en sus manos la posibilidad de denunciarlo, pero al parecer no lo hizo.

—Cuando la policía llegó a mi "hogar" como usted dice, su cliente estaba junto a mí —aclaró —¿Cree que tendría el coraje de decir que me golpeaba?

—No pero...

—¿Y qué tal si no me creían? —preguntó con su voz entrecortada —¿Sabe siquiera lo que me pasaría si ellos decidieran dejarme ahí para investigar o por que quizás pensaran que estaba mintiendo? —prosiguió —. Usted no tiene ni la menor idea de lo que es vivir aterrada y sufrí pesadillas después de pasar por ese infierno.

—Señora Lowens, le pido que se calme —intervino el juez —estamos aquí para hacer justicia y...

—¿Qué tal si hubiera sido su madre, hermana o hija quienes pasaran por todo eso? —interrumpió mientras seguía interrogando al abogado del bastardo,entre llanto —¿Si cada noche durante tres años tenían que ser sometidas a encuentros sexuales que no desearan y que si no accedían terminaban con golpes que no le permitieran moverse con normalidad? —añadió —usted claramente las ayudaría, pero yo no tenía a quien recurrir, no tenía forma de liberarme —finalizó mientras limpiaba sus lágrimas.

—Creo que lo mejor es tomarnos otro receso y por favor abogado, elija bien sus preguntas —intervino el juez, mientras se ponía de pie con molestia.

—Selig… —habló Megan nuevamente y vi a todo mundo allí quedarse quieto y prestar atención a la pantalla en la cual, mi hermoso Ángel clavaba su mirada con enojo —... No tienes ni una gota de remordimiento ¿Verdad? No te pesa ni un poco todo el daño que me hiciste —veo al bastardo ponerse de pie y observar dolido la pantalla.

—Basta… ¡Por favor, no sigas! —grito mientras cubría sus oídos y lloraba.

—No te bastó culparme de todo y torturarme, sino que tampoco te arrepientes de haber asesinado a esos bebés que tu mismo metiste, pero a los cuales ni siquiera les diste la oportunidad de vivir, como mí —solloza.

—¡BASTA PRECIOSA, NO SIGAS! —volvió a gritar dirigiéndose a la pantalla, siendo detenido por dos oficiales.

—¡NO VUELVAS A DECIRME PRECIOSA, MALDITO BASTARDO! —rugió mi Ángel mientras tomaba mi mano con fuerza —Deseo con todo mi corazón que pagues caro por el daño que me hiciste —añadió apretando sus dientes —porque pese a que no quería ese matrimonio, estaba dispuesta a cumplir con mi papel de esposa, a tratarte cómo una mujer a su marido pero... Jamás perdonaré cada golpe que me diste, no borraré las palabras de aquel médico cuando me dijo que no podré ser madre jamás por tu maldita culpa —agregó y la vi con tristeza. —¡OJALA TE PUDRAS EN LA CÁRCEL! ¿Oíste? ¡Dios quiera que se haga justicia en mi nombre y en nombre de todas aquellas víctimas que pasan por esto!

—Basta ángel —Intervine abrazándola.

—¡Tú no mereces ser llamado hombre! ¡No mereces ni siquiera existir! —Dijo una y otra vez, por lo que la alejé de la cámara, sintiendo como temblaba en mis brazos y lloraba sin poder contenerse.

Aquel imbécil comenzó a gritar que si era culpable, que fué el responsable de todo y pedía que lo perdonara, algo que fué oído y considerado por el juez.

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—Sí, entiendo el miedo, incluso el imaginar lo peor.

Entiendo que no sea fácil y que el coraje se va tan pronto como llega, pero no te quedes. No te aferres a ese despreciable ser sólo por sentimientos confusos, no seas la sumisa que se acostumbra, sé fuerte, se valiente y busca ayuda.

Estoy contigo, mi estimada amiga. 😔

(Mensaje para todas las víctimas de violencia)

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