4.

"

Sí, admitía que era el golpeador y torturador de su esposa, pero lo que ahora lo condena fue lo que dijo antes de desmayarse, aquellas que no pensaba que fueran verdad, que no quería ni quiere creer.

Su madre le dijo que esa mujer fué la causante del matrimonio, que ella prácticamente le lloró a su padre para que pudiera casarse con él y de esa forma, separarlo de Rebeca.

—No, no puede ser verdad, mi madre no me engañaría.

La primera vez que abofeteó a Megan, se sintió la peor escoria del mundo. Un ser cruel e inhumano, pero al ver que ella no reaccionó a su golpe, que ni siquiera chillo o lloró... Lo hizo sentir impotente, incapaz de tolerar que no pudiera devolverle el daño.

Y todo se volvió una costumbre.

Cada vez que llegaba y la veía, no importaba si estaba en silencio, si estaba cocinando o si simplemente respiraba, a él todo eso lo enfurecia.

Solo con recordar las palabras de su madre, detestaba a esa mujer.

Aquella tarde, cuando Rebeca llegó diciéndole que por culpa de su indecisión y por no divorciarse de esa mujer ella había perdido a su hijo, lo destruyó de una forma que no podría haberse imaginado, sumándole a ello que por tal motivo ella terminaba con él sin querer volver a verlo.

Rogó y suplicó por primera vez en su vida, diciéndole que no lo dejara, que podrían volver a intentarlo, que él dejaría a su inútil esposa, pero aún así... Ella no cedió y se marchó rompiendo en mil pedazos su corazón.

Y allí estaba Megan, la razón de su dolor y tortura, la causante de todo el "daño".

No lo pensó dos veces, rápidamente se fué contra ella diciéndole cuánto la odiaba, cuanto detestaba el solo tener que llamarla esposa frente a otros, porque sí, ella no merecía ser ni siquiera el tapete de sus pies.

Vió el dolor y la súplica en los ojos de la mujer rogándole que se detuviera, pidiéndole que la dejara en paz y... Sólo lo hizo.

No por esa ridícula fiesta, sino porque consiguió ver eso que quería en los ojos de su esposa, dolor.

Luego la vió allí, tirada en el piso completamente ensangrentada, dispuesta a renunciar a eso que ni siquiera podía llamar vida, llenándolo de miedo y pánico, preocupándose por primera vez... Sinceramente.

Y justo ahí, en medio de su reclamo, fueron esas palabras comenzando a torturarlo.

"—Y-yo no... Y-yo no tengo la culpa de nada —dijo ella con dificultad, tratando de mantenerse despierta —y-yo tampoco quería esto... —Añadió, sorprendiéndolo, dando justo en el punto de la culpa —Y no... No te daré mi vida. "

¿¡Por qué es que se sentía culpable!? ¡Él fué la principal víctima! ¡Él fué engañado!

—Cuddyer, tienes visitas —Informó el oficial, provocando que Selig se acercara a los barrotes observando a su linda Rebeca.

—¡Cariño! —Pronunció con unas cuantas lágrimas —Sabía que venderías, estaba esperándote y...

—No te hagas tontas ilusiones, Selig —Lo interrumpió la linda rubia, sonriendo de lado —Ahora puedo decir que el lugar te sienta bien, está hecho a tu medida.

—¿C-cómo dices? —Preguntó sin poder creer lo que oía.

—Selig, ¿Sabes acaso el peso de lo que cuelga en tu cabeza? —preguntó ella con una sonrisa —Casi mataste a golpes a esa mujer y... La arrinconaste al punto de que quisiera quitarse la vida —Contó —Ahora la pobre está casi muerta, algo que tendría que hacerte feliz.

—¿De qué diablos hablas? —Gritó con todo el dolor que había en su interior, volviendo a oír las palabras de Megan, una y otra vez.

—Ya que te espera enfrentar una condena extrema, te voy a decir la verdad —Habló ella —Nunca estuve embarazada Selig, todo era una mentira para que te divorciaras de tu esposa y me dieras la vida de reina que me merezco.

—¡Tú...! —mencionó con su respiración agitada Al descubrir la verdadera cara de la mujer.

—Si bien me conformaba con casarme contigo y disfrutar de la fortuna de tu familia, apareció alguien mucho más poderoso, alguien que realmente me interesa —continuó —Y él sí es un verdadero hombre, uno por el cual estaría dispuesta a matar —ríe —deberías haberte visto rogando, eras completamente patético y casi casi me convences —da dos pasos hacia él, haciendo señas con sus manos —pero... Te pusiste solito la soga al cuello cuando torturaste a esa miserable mujer, cuando la pateaste al creer que a causa de ella perdimos un hijo —ríe nuevamente —Dios mío, sólo lamento ser la causa de su sufrimiento, después de todo no tenía nada contra ella.

—¡Por tú culpa le hice daño a mi esposa! —dijo eufórico, señalando a Rebeca —fuiste la principal causa y ahora...

—Tú le hiciste daño porque tienes en la sangre el ser una bestia, yo jamás te obligué a hacer algo semejante —lo interrumpió —Ahora sólo te queda rogar porque esa mujer viva y que aún sienta miedo de ti, porque si se llena de valor creeme que tú morirás condenado aquí.

—¡Bruja! ¡Eres una maldita bruja! —gritó pasando las manos por los barrotes y tomándola del brazo —juro que cuando salga, de aquí te haré pagar por todo el daño que le hice a Megan a causa de ti, tú te irás al infierno conmigo.

—Veremos, quizás para cuando tu salgas yo ya esté casada con el guapo señor Whitley —respondió soltándose con brusquedad de su agarre —una cosa más —dijo girándose a él —tuve la oportunidad de investigar a la desdichada de tu esposa anteriormente y... Si supieras la vida miserable que pasó junto a su padre, realmente sentirás lástima de ella, ya que él, al igual que tú... Sólo la alimentaba de golpes —hace una mueca —.Pobrecita, fijate la gravedad del asunto, que ahora la trasladaron al extranjero por una oportunidad de vida, quizás no se salve —sonrió maliciosa.

Sin añadir más y dejando al hombre totalmente destruido antes sus palabras, se marchó de allí sintiéndose mucho más fuerte que antes.

Por su lado Selig rompió a llorar lamentando uno a uno los golpes que le dió a su esposa, arrepintiéndose de todo eso sin haberse permitido ser el que la proteja, él que le de el refugio que necesitaba, él... Fué su peor condena.

—¡Lo siento, Megan! —lloró —No sabes cuanto me arrepiento, preciosa.

.....

......

......

Pobre abuelo, sin entender lo que pasaba por la cabeza de su nieto, tenía que hacerse a un lado y ver como su doctor en compañía de una enfermera y el amigo de su nieto, subían una camilla al segundo piso, en el cual una habitación se encontraba preparada para una internación allí.

—Hijo ¿Qué es todo esto? —preguntó el anciano con confusión, viendo la tristeza en su nieto.

—Abuelo, ¿Recuerdas la mujer de la que te hablé? —preguntó —¿La que me salvó la vida?

—Sí,Craig, dijiste que no sabías quién era.

—Pues es la chica de la camilla —respondió, viendo la sorpresa brillar en los ojos del anciano —.Su nombre es Megan Lowens y es la nuera de la familia Cuddyer —añadió, viendo al anciano negar una y otra vez.

—Entonces...¿Ella es de quién hablan las noticias? —preguntó viendo a su nieto asentir.

—Al parecer no me equivoqué cuando pensé que su esposo la golpeaba —comentó éste —ese sujeto la llevó hasta el punto de querer suicidarse y... Abuelo —voltea a verlo —sé que quizás arruiné tus planes pero... Suspende esa fiesta, quiero quedarme a su lado.

—Craig, ¿Sabes qué lo que acabas de hacer es un secuestro? —preguntó el anciano, viendo a su nieto negar.

—Cuando entré a terapia intensiva para saber si se trataba de la misma mujer... Me suplicó ayuda, me pidió que no la dejara con aquella familia —respondió con tristeza —y yo... No puedo abuelo, no puedo dejar que vuelvan a lastimarla.

—Craig... ¿Acaso tú...? —preguntó abriendo sus ojos sorprendido.

—No lo sé abuelo, sólo puedo decirte que cuando la ví... Quise volver a encontrarla y conquistarla, volverla mi ángel personal —añadió con una sonrisa —por ello, yo te pido que...

—No te preocupes —lo interrumpió su amable abuelo —ya es tarde para suspender la fiesta, pero puedes quedarte a cuidar de ella mientras yo hago presencia.

—¿De verdad, abuelo? —preguntó lleno de esperanzas, viendo al anciano asentir —te lo agradezco.

—No tienes porque hacerlo, luego de la fiesta pasaré a ver cómo sigue esa linda chica —respondió —dile a tú amigo que tendrá que venir como mi acompañante y no tiene permitido negarse.

—Te lo envió de inmediato —respondió con una sonrisa, dejando al anciano sonreír y negar.

Amaba a ese nieto suyo, sabiendo que heredó el carácter dulce y amable de su padre, quien era capaz de renunciar a todo sólo por ver a su amada feliz.

—Clark, tu hijo es una réplica tuya y... Creo que encontró a su otra mitad —dijo con una sonrisa mientras su mirada se dirigía a aquel cuadro, todo lo que quedaba de su hijo.

Por otro lado, Craig permaneció sentado junto a la cómoda cama en la cual Megan descansaba, esperando a que despertara en cualquier momento y lo reconociera.

Decidió otorgarle una habitación propia a la enfermera y dejar que se tome un tiempo libre mientras él se llenaba los ojos con la hermosa mujer que quería cuidar.

Y así transcurrieron tres días, en los cuales la enfermera se encargaba de higienizarla y curar los puntos que tenía por la herida que se causó, viendo cómo los golpes en su rostro iban desapareciendo y cómo su semblante comenzaba a notarse con más vida.

Una nueva noche llegó y cómo cada una de las que pasaban, Craig se sentó en su respectivo lugar y se dispuso a observar esperando que abriera los ojos, que le preguntara dónde estaba o quién era, sólo quería volver a observar esa mirada triste que el quiere hacer brillar.

—Ángel, ya no tienes que tener miedo, estoy aquí a tu lado y no dejaré que nadie vuelva a hacerte daño —dijo Craig mientras tomaba su mano —sé que quizás estás asustada aún pero... No tienes de qué preocuparte. Prometo ser tu refugio, quien te cuide desde ahora en adelante si me lo permites, sólo... Despierta por favor. —rogó.

No creía que ella pudiera oírlo, pero aún así le hablaba cada día y cada noche, esperando que ese triste corazón pudiera oírlo y lo dejará deleitarse ganándose una sonrisa.

Unas horas más tarde el cansancio pudo con Craig, quien poco a poco fué cerrando sus ojos y dejando su cabeza caer junto a la mano de la joven, creyendo que quizás tenía que esperar más tiempo para verla abrir sus ojos.

—¿Dónde estoy? —una leve voz se oyó, despertando a Craig de su pequeño sueño y volviendo su mirada a la hermosa mujer —¿quién es usted?

—Ángel... —dijo éste con una sonrisa —no te esfuerces mucho en hablar, te contaré poco a poco lo sucedido pero primero iré por la enfermera y un poco de agua para ti —ella sólo lo vió sin pronunciar nada, creyendo que ese amable caballero sólo era parte de sus sueños.

Cuánto quisiera liberarse de aquella pesadilla y encontrar un hombre como él.

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Comments

Ursula

Ursula

Selig, eres un Patan y espero tu castigo

2024-05-19

1

Lucia Feliciano Falcao

Lucia Feliciano Falcao

Esta rata 🐀🐀 tiene que pagar lo que hizo con Megan, ojalá Craig tome cartas en el asunto y haga de la vida de él un infierno en la cárcel, de preferencia que Selig sea la princesa de los reclusos .😸😸😸

2024-04-01

1

𝓐𝓷𝓰𝓲𝓮 𝓭𝓮 𝓢𝓾𝓪𝔃𝓪 🦋

𝓐𝓷𝓰𝓲𝓮 𝓭𝓮 𝓢𝓾𝓪𝔃𝓪 🦋

Idiota, poco hombre, para que lloras imbecil. Mereces que te muelan a palos durante dos años como le hiciste a ella.

2024-03-30

2

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