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Esperaba tener noticias de su esposa, saber que aunque sea permanecía con vida, que aquel cuchillo no llegó a arrebatarle ese poco de luz que quedaba en sus ojos.
Veía el sol salir y ponerse por la pequeña ventanilla que tenía a unos metros de su cama, dejándole apenas disfrutar de algunos rayos de sol.
Seguía aguardando la llegada de su abogado, quien luego de su última visita no volvió a pisar el lugar, dejándole aviso con uno de los guardias que debía preocuparse, pues había un juicio pronto.
¿Y un juicio por qué? ¿No era su familia realmente rica? ¿Por qué no lo sacaban de aquel lugar? ¿Será que su esposa murió y por ello lo quieren condenar?
—No, tú no puedes estar muerta —dijo mientras tomaba sus rodillas y veía aquella ventana, rogando la oportunidad de verla una vez más y asegurar que estaba bien, que luego de todo el daño que él le ocasionó… Ella seguía con vida.
—Cuddyer, tienes visitas —anunció un oficial, abriendo la reja y dejándolo ver a su padre, aquel hombre que lo veía cómo si fuera a matarlo.
—Papá...
—No te atrevas a llamarme de esa manera otra vez —lo interrumpió el hombre con dureza —.Ten, firma esto —ordenó, colocando la copia que traía en una mesita pequeña que había.
—¿Qué sucede? ¿Qué es esto? —preguntó, tomando aquella hoja y sorprendiéndose al ver el pedido de divorcio.
—Ten una vez los putos huevos y firmalo —pronunció su padre, apretando los dientes —.Sólo has traído vergüenza a mi familia.
—Papá, por favor dime qué está pasando —insistió Selig, recibiendo una bofetada por parte de su progenitor.
—Esto debí hacer contigo cuando eras un mocoso —añadió furioso —debí darte de palizas para que supieras lo que era recibirlas —tira el móvil frente a su hijo dejándole ver a la dulce Megan dando su testimonio, contando todo lo que él le hizo y añadiendo a ello su amorío con Rebeca —¡Eres un bastardo! —habló nuevamente más enojado, dando un golpe en esa insípida mesita —si yo hubiera sabido el infierno en el cual mantenías a la pobre Megan... Juro que te hubieraasesinado con mis propias manos luego de que firmaras el divorcio —añadió, extendiéndole un bolígrafo —¡Ahora firma carajo!
—,Me alegra saber que pese a todo... Ella está bien.
- ¿Qué está bien dices? —Gritó el hombre —¡LE DESGRACIASTE LA VIDA, CABRON! ¡DEJASTE MARCAS DE LAS CUALES QUIZÁS NO PUEDA REPONERSE! —agregó más enfurecido mientras agarraba su pecho —tú la arruinaste bastardo.
—¡Papá! -se acercó entre lágrimas a su progenitor, quien caía de rodillas al piso.
—Te entregué una hermosa joya para que la amaras, la cuidaras y la respetaras —dijo entre lágrimas, el señor Cuddyer —y tú la pisoteaste y destruiste, no mereces llamarte mi hijo —Se reincorpora con un poco de dificultad —.Tú... Firma el divorcio ahora, porque no me iré de éste mundo dejándote en unión con esa pobre y linda mujer, tú no la mereces.
Al ver el mal estado de su padre, Selig tomó el boligrafo y firmó rapidamente el pedido de divorcio entregándoselo, una vez éste lo tomó, caminó cuidadosamente a la puerta.
—Tú madre y yo nos divorciamos y... —voltea a verlo —...Zachary es mi único heredero, ve por ti mismo cómo sales de aquí —finalizó, viendo a su hijo caer de rodillas y llorar como un niño, aquel que alguna vez fué y al cual debería haber corregido duramente.
Dió lentos pasos por el pasillo, dejando que sus pies lo guíen hasta la mesa de entrada y allí poder dejar el divorcio junto a una carta.
—Por favor, traten de comunicarse con la señorita Megan Lowens e informen que aquí está el divorcio firmado —Pidió —también hagan entrega de esta carta.
Y sin poder añadir más, cae desplomado al piso dejando sus disculpas en aquella carta. En la cual suplica por el perdón de la joven, algo que no tenía porque pesarle pero que lo estaba torturando .
....
....
Pocos días más tarde, la noticia de la muerte del señor Cuddyer llegó a oidos de la familia Whitley, quienes lamentaron la partida del hombre sabiendo que él y su hijo eran completamente diferentes, que quizás... El descubrir todo lo que su hijo le hizo a Megan, fué el motivo que lo desmoronó y terminó con él.
—Traigo correo para la señorita Megan Lowens —anunció Ronald, luego de entrar en la mansión y llamar la atención de los presentes en la sala, entre los cuales Megan se encontraba —el comisario se comunicó con mi amigo periodista y dijo que tu difunto ex suegro dejó esto para ti —añadió extendiendo el sobre, viendo la duda en los ojos de la mujer.
—¿Quieres que lo revise por ti, Ángel? —preguntó Craig, viéndola asentir —dame Ronald.
—Que metiche —Susurró el abuelo a Megan, dejando una sonrisa en el rostro de la mujer y una mirada siniestra en su nieto.
Una vez abrió el sobre, Craig levantó la mirada a Megan y giró la primera hoja.
—Al parecer el señor Cuddyer quería asegurarte la libertad antes de morir —comentó, viendo a la linda Megan dirigirse rápidamente a él y tomar aquella hoja, la cual contenía la firma de su ex esposo.
—¿Qué es? —preguntó el abuelo con curiosidad.
—El pedido de divorcio con la firma de aquel canalla —respondió Craig, viendo a la dulce Megan tapar su boca y llorar de felicidad, pues aunque lo veía muy lejano su carta de libertad estaba en sus manos —.Eres libre mi Ángel —comentó con una sonrisa, viendo a Megan dirigirse a él y abrazarlo.
—Gracias, nada de esto habría sido posible sin su ayuda —mencionó, sintiendo una suave caricia en su cabello.
—No hay nada que agradecer —respondió Craig, tomando sus manos y dejando un suave beso en estas —también hay una carta —añadió mientras le extendía la hoja.
—¿Puedes leerla para mí? —Preguntó la mujer, viendo a Craig asentir con una sonrisa.
Querida Megan:
Lamento no haberme dado cuenta antes de los males que mi hijo te hacía vivir. Si bien, al principio creí que los golpes en tu rostro se debían a lo delicado de tu piel cómo tu padre dijo, debí indagar más y tratar de encontrar la verdadera razón.
Fuí el hombre más feliz del mundo al saber que tendría una nuera tan hermosa y encantadora como tú, pero desgraciadamente no te mereciamos.
No fui lo suficientemente bueno para criar un hombre del cual seas merecedora.
Créeme que lamento mucho el dolor por el cual tuviste que pasar y del cual nunca tuve conocimiento, porqué si llegaba a saberlo... Sería quien te aleje de ese bastardo y te ayude para que seas feliz lejos de todo lo que te hacía daño.
Por favor, acepta mis disculpas y no cargues en tus hombros la culpa de nada. Estoy orgulloso de que acuses a la bestia de mi hijo con todo y cómplices.
No lo olvides princesa, tu eres luz en medio de tanta oscuridad.
Attm: Frederik Cudyyer.
Ella lo sabía, él era diferente de su mujer e hijo, pero pese a que quisiera contarle temía que no le creyera o peor aún, que terminara como terminó al descubrir la verdad de todo.
—Realmente espero que esté descansando en paz —pronunció Megan, mientras bajaba su mirada —fué un hombre muy atento conmigo y es cierto, me siento culpable.
—No tienes porqué Ángel, tú no hiciste nada malo —intervino Craig, tomando ambas manos de la joven —si no hubieras desenmascarado a ese patán, hoy estaría gozando de la libertad que no se merece y quizás buscando una forma de llegar a ti —añadió, viéndola asentir.
Era cierto, Selig no era alguien que se diera por vencido tan fácilmente y dudaba mucho que se creyera todo el asunto de que ella fuera trasladada a otra ciudad, él buscaría la forma de encontrarla y obligarla a volver.
Un par de horas pasaron, todo parecía tomar calma y la verdad, Megan esperaba que así fuera, pero para su mala suerte esa paz se fue junto a la persona que acababan de llegar.
—Debí imaginarlo, siempre de arrastrada —Oyó a alguien detrás de ella.
era esa conocida voz, una que al igual que la de Selig, ponía sus pelos de punta — era obvio que el lugar en el cual te encontrabas no era un hospital, y me tomé el tiempo para meditar y pensar quién sería tan valiente de resguardarte —sonríe, sin notar que la mujer frente a ella solo rogaba porque alguien apareciera para ayudarla.
"Había decidido pasear en el jardín aprovechando el lindo día e imaginando que nadie aparecería por allí, pero al parecer su mala suerte no cambió mucho."
—¡ERES UNA MALDITA PERRA! - Gritó Rebeca, mientras tomaba la muñeca de Megan —¡Primero te metiste en mi camino y destruiste todo lo que tenía con Selig! Pero eso no es todo... Resulta ser que la ¡Mosquita muerta! Aprovecha que tiene el apoyo de una familia poderosa, y decide tomar valor y contar a los cuatro vientos sobre mi aventura con Selig, provocándome problemas con mis padres. ¡Ahora estás nuevamente metiéndote en mi camino! —levanta su mano con la intención de golpearla, provocando con ello que la mujer cerrara sus ojos y esperará el impacto, el cual jamás llegó.
—Una vez mi abuelo le dijo que no era bienvenida en esta casa —habló Craig, sujetando la mano de la mujer mientras se colocaba entre ambas —pero al parecer a usted no le importa lo que piensen los dueños de casa, pretende pasearse por aquí de todos modos y no voy a tolerar eso —suelta su mano y se gira a Megan para luego abrazarlas —Ronald, manda a los guardias para que saquen a esta mujer y la lleven a la cárcel por invadir propiedad privada.
—Enseguida —respondió su amigo.
—Señor Whitley, usted no sabe cuánto se equivoca —comentó Rebeca, viendo como el hombre que quería para ella abrazaba a Megan —esa mujer es una mentirosa y puede arrastrarlo a miles de problemas.
—Cuídese de como habla, está en mi casa insultando a MI invitada y no voy a consentirlo.
La llegada de tres guardias de seguridad interrumpieron la cero amistosa charla que estos tenían, pero pese a las "intervenciones de Rebeca", los guardias se la llevaron alejándola no sólo del hombre que quería para ella, sino que también de aquella mujer de la cual juraba vengarse.
—¿Estás bien Ángel? —preguntó Craig, tomándola de ambas mejillas —¿te hizo daño?
—No, sólo me dió miedo escucharla —contestó bajando su cabeza —yo... Desearía no estar en el mismo lugar que ellos, no pisar el mismo suelo que pisan —añadió, sintiendo cómo él la tomaba de su mentón obligándola a verlo.
—Si quieres irte tienes la total libertad de hacerlo, yo puedo ayudarte y buscarte un buen lugar para que empieces de cero —ofreció Craig —pero siendo sincero... —toma sus manos —...me gustaría que decidieras quedarte aquí conmigo y dejarme protegerte, cuidar de ti y ayudarte a enfrentar tus miedos.
—Solo le traería problemas —argumentó con aflicción, viendo la sonrisa aparecer en el rostro de Craig.
—Bienvenidos sean entonces —dijo con una sonrisa, abrazándola —. Una vez una linda y sabia mujer me dijo, "Pese a que huyas de los problemas, te seguirán a donde quiera que vayas; por ello lo mejor es plantarse en el lugar y hacerles la guerra, luchar hasta poder vencerlos y conseguir con la victoria, nuestra propia paz."
—Yo... Admiro mucho a esa mujer —contestó Megan, sin imaginar que la mujer de la cual él hablaba era su linda y hermosa madre.
Mientras el silencio reinaba entre ellos y ese abrazo, Megan pensó un poco en sus palabras. Tenía en sus manos la posible solución de abandonar la ciudad y empezar una vida de cero, lejos de ese lugar que en cierta forma la llenaba de recuerdos dolorosos, pero también... Podría quedarse y dejarse ayudar por él, permitir que sea la mano de castigo para sus torturadores y la mejor salida para enfrentar sus miedos.
—Yo... Me quiero quedar con usted —Respondió, viendo una linda sonrisa dibujarse en los labios de Craig.
—Quedate conmigo, pero ya no me trates de usted —contestó el hombre, rompiendo el abrazo y tomándola de ambas mejillas —. Solo tenemos 5 años de diferencia, Ángel. —añadió, oyendo por primera vez la linda risa de la mujer.
—De acuerdo, ya no te trataré de usted —prometió, viéndolo asentir.
Eres una luz para mí,Ángel, por favor... dejame entrar en tu corazón y tratarte cómo realmente un esposo debe tratar a su esposa.
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Comments
esterlaveglia
pobre el padre de Selig 😭 entre el hijo y la esposa lo terminaron matando 😰
2024-05-21
3
Ursula
Pobre hombre, quiso lo mejor para su hijo
2024-05-20
3
Adelia Perez
qué lindo capítulo
2024-03-31
0