8.

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Los días siguieron pasando y junto a esto la lejana libertad para Selig, quien ya había asumido pasar el resto de sus días en aquel lugar y lamentarse profundamente por todo el daño que le ocasionó a su ex esposa.

¿Por qué simplemente no se dió la oportunidad de conocerla, de hacer nacer ese amor que él se negaba? ¿Tan difícil le resultaba cuál fué la razón por la que ella quisiera casarse con él?

Quizás si se lo hubiera preguntado, desde un inicio sabría que ella también fue obligada a ese matrimonio, que tanto como él... Su ex esposa era una víctima, aunque al final terminó siendo más víctima que él.

—Megan, en verdad deseo que estés bien y que desde donde te encuentres, consideres perdonarme —habló, mientras su mirada iba dirigida a la pequeña ventana por la cual el sol de un nuevo día apareció.

Su estado era completamente deplorable, su barba estaba crecida y la poca ropa que su madre le había podido sacar de la casa, ya estaba completamente arruinada.

Pero eso no era todo, tuvo que compartir el patio con algunos presos y llevarse una gran paliza cuando éstos descubrieron que era Selig Cudyyer, el cretino miserable que golpeó a su esposa y la llevó hasta casi quitarse la vida.

—¿Es esto lo que sentías,cariño? ¿Tanto así te dolía? —preguntó, como si de alguna manera esas preguntas pudieran llegar a su ex esposa —. ¿Por qué no me detuviste? ¿Por qué no me golpeaste para defenderte? -siguió interrogando entre lágrimas —Incluso si me matabas no importaba, lo preferiría antes que vivir con esta culpa en mi corazón, con el dolor creciente.

—Ella no puede escucharte ahora —oyó decir a un lado, llamando su atención encontrando a su hermano menor ahí, viéndolo con todo el desprecio que sentía por él —. En varias ocasiones puse denuncias del maltrato que le dabas a tu esposa, aunque jamás las tomaron en cuenta por falta de pruebas —contó entrando a la celda —traté de detenerte de mil formas, incluso le dije a mamá sobre tus malos tratos pero... —sonríe falsamente —...debí imaginar que apañaba todas tus malditas obras, como siempre.

—¿Qué haces aquí Zachary? —preguntó Selig, limpiando los rastros de lágrimas.

—Solo vine a cerciorarme que estés recibiendo lo que te mereces, pero creo que aún no tienes suficiente —respondió sentándose frente a él —. Ya que nadie viene a visitarte, decidí ser quien te informe —agregó.

—¿Informar qué? —preguntó con molestia.

—Selig, papá murió —contó sin más, viendo a su hermano abrir sus ojos con sorpresa y empezar a negar —descubrir que su hijo mayor era una basura y no aquel hombre digno que él creía, lo llevó a la tumba —suspira —eres el responsable de su muerte, y en verdad deseo que puedas sentir el peso de la culpa sobre tus hombros.

—Mientes, él estaba bien cuando salió de aquí y... —No podía hablar, las palabras se atoraron en su garganta y el dolor incrementó en su corazón —¡no puede estar muerto! —gritó, rompiendo a llorar como niño pequeño, sintiéndose más miserable.

—Selig, vivirás con el peso de tus malos actos toda la vida y cargarás una doble culpa —presionó Zachary —primero, por la mierda de vida que le hiciste vivir a Megan y segundo, porque por todo lo que le hiciste... Nuestro padre murió sintiéndose decepcionado de ti —finalizó poniéndose de pie y volviendo a suspirar —. En dos días tienes el juicio y tendrás que enfrentarte a un público bastante enfurecido —agregó chasqueando su lengua —espero que seas sincero y puedas asumir la culpa como corresponde.

—¿Qué hay de Megan? —preguntó entre sollozos —¿No se presentará a declarar?

—El juez le permitió no estar presente, así que de seguro verá el juicio desde algún lugar alejado de ti —respondió —es que ni siquiera mereces verla en un tribunal.

—Pero...

—Si hubiera sido yo y no tú Selig, la amaría como se lo merece, disfrutando de sus caricias y esa hermosa sonrisa que solo le daba a quien no la lastimaba —agregó, dándole la espalda.

—¿QUÉ ESTÁS QUERIENDO DECIR CON ESO? —gritó poniéndose de pié.

—Quiero decir que estaba totalmente enamorado de ella, y que si tuviera la posibilidad de conquistarla la llevaría al altar, jurando cumplir con todo lo que tú prometiste y no cumpliste —sentenció, saliendo del lugar con los gritos de su hermano detrás, quien le advertía mantenerse alejado de Megan —. Y todavía tiene el descaro de decir "aléjate de mi mujer", maldito patán.

Después de poner sus pies fuera de aquel lugar y de suspirar con cansancio, Zachary se pierde un momento en sus pensamientos. Le costaba imaginar el lugar al que Megan pudiera ir a refugiarse, donde pueda mantenerse segura, fuera del alcance de Selig, su madre y el doctor Lowens.

Dejando su búsqueda para después y aprovechando el que estaba de regreso en la ciudad, decide visitar a su amigo. Aquél que llevaba años sin ver y del cual no sabía absolutamente nada.

....

....

Por otro lado, Craig se encontraba en su despacho junto a Megan, enseñándole cosas básicas de los negocios para que pudiera desempeñarse en alguna área de su empresa.

Debido a que su padre solo tenía el plan de casarla, jamás le permitió poder estudiar alguna carrera de su agrado ni mucho menos, una que pudiera darle la independencia que él consideraba innecesaria.

—Espera, déjame acomodar eso —intervino Craig, colocándose detrás de la linda Megan y comenzando a escribir en aquel teclado —es muy importante que sepas corregir este tipo de errores antes de enviar un archivo, pues cada palabra es tomada en consideración en nuestros proyectos.

—¿Y si me equivoco y mando un archivo mal? —preguntó la mujer, girando su mirada a él quien le regala una sonrisa.

—Si eso llegara a pasar, tú me debes una cita —contestó, viéndola bajar su mirada avergonzada. ("ésta es la primera vez que un hombre coquetea con ella") —no te pongas así, Ángel. —añadió alejándose de ella —sé que tienes mucho por superar y que no es fácil para ti volver a confiar en un hombre pero... Quiero ser el primero a quien consideres cuando te sientas lista para volver a abrir tu corazón —pidió —Seré el primero en la fila cuando eso pase.

—Hablas como si tuviera muchísimos pretendientes —respondió la adorable mujer con una linda sonrisa, sintiendo cómo él giraba su silla y la tomaba de su mentón.

—Eres una mujer preciosa, Ángel, por ello es que te recordaré que yo estoy primero en la fila para que consideres darme una oportunidad a mi —Contestó, dejándola sin saber que decir.

"Pensaba que el hermoso caballero solo estaba siendo amable y por ello decía todo aquello, pero al verlo acercar su rostro poco a poco al de ella... Entendió que estaba siendo sincero, que no habían mentiras en sus palabras y que si ella se lo permitía... Él estaría besándola en ese momento."

—No tienes que dudar de tu belleza, porque no he visto mujer más hermosa que tú y sería el hombre más feliz y afortunado de poder tenerte en mi vida —agregó Craig, dejando un suave beso en su mejilla.

—Pero yo... No podría darte lo que esperas de mí —argumentó Megan, girando su mirada a un lado llenándolo de curiosidad por sus palabras —soy una mujer llena de miedos e inseguridades, siendo incapaz de mirarte por más de 5 segundos y creo que...

—Es cuestión de tiempo, Ángel —la interrumpió, dejando otro suave beso en su mejilla —solo tienes que sanar las heridas que esos miserables te dejaron y... Quiero ser tu cura, quien te demuestre que no todo está perdido y que tienes la oportunidad de ser feliz como te lo mereces.

—Craig tú... ¿En verdad estás interesado en mí? —preguntó, volviendo su mirada a él.

—¿Por qué lo diría si no lo estuviera? —refutó él, viendo como ella abría su boca para contestar —. Al principio no supe porqué deseaba volver a verte, pero cuando te tuve frente a mí una vez más supe que no deseaba dejarte ir. Quiero ser quien te ame como te lo mereces y te haga sentir la princesa que eres.

—Yo...

—No tienes que responder ahora, sé que estás asustada y que darte una oportunidad en el amor es lo último que piensas, pero... Sólo quiero dejar claro que deseo llevar nuestra relación más lejos de una amistad —dijo volviéndola a interrumpir, dejando una suave caricia en el rostro de la mujer —. Ahora bien, cambiemos de tema ¿Hay algo que mi Ángel quisiera hacer antes y nunca hizo? Podríamos ir por ello una vez terminemos aquí —propuso, viendo a la linda Megan pensar en su respuesta.

—Ver una película —Respondió con entusiasmo y un lindo brillo en sus ojos —podríamos invitar a su abuelo y la señorita Margot para que nos acompañen —sugirió, sin poder describir lo que se dibujó en el rostro de Craig; quién había pesado en aceptar muy entusiasmado su sugerencia, pero borrando el entusiasmo al saber que no era para pasar un tiempo más a solas.

—Bien, estoy de acuerdo contigo —asintió con una dulce sonrisa, viendo sonreír agradecida a Megan —entonces una vez terminemos aquí, iremos a preparar el cine en la sala ¿De acuerdo?

—¡De acuerdo! —gimió emocionada, arrancando una pequeña risa de Craig.

—¡Craig, tienes visitas! —Oyeron decir a el anciano, quien abre la puerta entrando con alguien detrás de él, alguien que reconoció a Megan y así mismo ella a él.

—¿Megan?

—Zachary —susurró ella con sus ojos humedecidos por las lágrimas —¡Zachary! —gritó poniéndose de pie y corriendo a los brazos de su ex cuñado. Ese hombre que siempre fué muy atento con ella y quien en más de una ocasión quiso sacarla de esa nefasta vida.

—Oh Megan —comentó al tenerla entre sus brazos —cuánto me alegra verte y saber que estás bien —contó, poniendo más intensidad en ese abrazo y dejando que ella descargara toda la tristeza y amargura que había en ese doloroso llanto —ya ya, no llores más, estoy aquí contigo.

—Juro que no lo soportaba más —explicó al recordar que éste le había pedido que resistiera un poco, que él encontraría la forma de sacarla de ahí —él juró que todos mis días serían tormentosos y...

—Sh sh, ya no digas más, lo entiendo —interrumpió, dejando un suave beso en su cabeza —ya no tienes que esconderte ni temer de nadie, ahora estoy aquí y haré todo lo posible para protegerte y...

—Am disculpa pero... Ya le ofrecí protección y aceptó —intervino Craig, arrebatando a la dulce Megan de los brazos de su ex cuñado.

—Oye, es mi deber como mejor amigo cuidar de ella así que hazte a un lado —contraataco Zachary, intentando quitar a Megan de los brazos de su amigo quien la giraba dejándola fuera de su alcance.

—Dije que yo la protegeré, gracias por tu visita, ya puedes irte —añadió Craig, con una falsa sonrisa.

—¿Y por qué mejor no la cuidan los dos? —Intervino el abuelo.

—¡No! —gritaron al unísono, oyendo la risa de la linda Megan.

—Mejor me quedo con el abuelo —Contestó ella, soltándose de los brazos de Craig y caminando al dulce anciano, quien amablemente la recibe y les muestra la lengua a ambos jóvenes, saliendo del lugar junto a la hermosa mujer.

Ambos se observaron con seriedad por un instante, rompiendo eso un momento después en el cual ambos ríen y se abrazan como los buenos amigos que eran.

………

Luego de tomar asiento, se disponen a hablar del cómo Craig conoció a la linda Megan y la razón por la cual ella había terminado allí, en la mansión de los Whitley.

—Hoy tuve la oportunidad de visitar a mi hermano en la cárcel —Contó Zachary, ganándose toda la atención de Craig —lloraba como un niño y se lamentaba una y otra vez por todo lo que le hizo a Megan.

—Pues dudo mucho que una bestia cómo él, pueda arrepentirse sinceramente y cambiar —respondió Craig, bebiendo de su café —Zachary, debo confesar que si la justicia no hubiera tomado el asunto con seriedad, tu hermano sería irreconocible por la paliza que pensaba darle.

—Lo sé, créeme que nos hemos agarrado en muchas ocasiones —contestó —Yo... Realmente deseo que se pudra en la cárcel por todo el daño que le ocasionó a Megan, es una basura podrida que no merece piedad.

—Lo es. sólo agradezco que ella ahora esté lejos de su alcance y deje de sufrir sus constantes golpes —dijo Craig, bajando su mirada.

—No sólo sus golpes, Craig, sino todo lo que se refiere a abuso tanto físico como emocional —Agregó Zachary.

—¿A qué te refieres?

—¿A qué más voy a referirme, Craig? —preguntó él —¿Crees que solo con golpes la lastimó? —Insistió.

—¿Estás diciendo que ese maldito cabrón...?

—Es justo lo que piensas —lo interrumpió —el maldito abusó de Megan obligándola a acostarse con él antes de que su amante apareciera —contó, viendo la furia en los ojos de su amigo —. Ella... Perdió tres embarazos por culpa de los golpes que él le daba, solo supe de ellos en su último embarazo. Había decidido visitarlos y oí cuando el maldito de mi hermano le gritaba que no quería a ese bebé y... —negó, ya no podía seguir contando todo lo que vió, lo cual lo llevó a casi matar a su hermano.

—¡Maldito hijo de perra! juro que lo haré vivir un infierno en ese lugar —sentenció Craig, dando un fuerte golpe a la pared.

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