Megan Lowens.
Mi cabeza parecía pronto a estallar, los ojos seguían pesándome, pero por alguna extraña razón no quería cerrarlos. Deseaba permanecer un poco más de tiempo en éste lugar lleno de silenciosa paz.
Lo último que recuerdo es haber recibido una paliza de Selig, de la cual luego tendría la amenaza de ser torturada por el resto de mis días y... Busqué la única salida que me quedaba, la que quizás no me permitiría vivir y formar esa familia soñada, pero que me llevaría a terminar con el sufrimiento y ese tonto deseo.
Fué todo lo que pasó por mi cabeza y la verdad es que desearía no volver allí. No tener que ver de nuevo las caras de esa vieja bruja y el maldito de su hijo.
Anhelaba que la tierra se los tragara y los escupiera en el infierno, para que sientan un poco de mi agónico dolor.
...ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩ...
Luego de estar perdida en mis pensamientos levanto la mirada notando la presencia de una enfermera, quien venía acompañada de aquel hombre que permanecía a mi lado cuando desperté.
Sin decir una sola palabra comenzó a revisarme, formulando las típicas preguntas que suelen hacer para confirmar si perdí el conocimiento; Nombre, edad, qué día era actualmente y que había acontecido antes de terminar inconsciente.
Sólo la observo negándome a responder, pues no sabía si era alguien en quien poder confiar.
—Ángel, tienes que colaborar y responder a la enfermera para asegurar que estás consciente de todo —informó el caballero junto a la enfermera.
Poniendo más atención a su rostro me sorprendo al reconocerlo.
—¡Usted es..!
—Tranquila tranquila —Me detuvo al ver que intenté levantarme —No tienes que asustarte, nadie aquí va a lastimarte —añadió y volteé mi mirada a la enfermera, sintiendo las lágrimas picar mis ojos.
¿Por qué estaba ella aquí? ¿Acaso quería torturarme por haber ensuciado su traje? ¿Debería explicar todo antes de que la situación pase a mayores?
—Yo no... No quise dañar su traje —me defendí —ví que aquel carro estaba esperándo a que pasara y actué por impulso —aclaré entre llanto —por favor, tiene que creerme, no fue mi intención...
—Tranquila bonita, nadie va a dañarte —Volvió a decir el desconocido sentándose a mi lado y tomando mis manos —.Eres Megan ¿Verdad? —Preguntó y asentí —bueno Megan, soy Craig Whitley y la señorita junto a mí es la enfermera Margot Spenser, ambos queremos ayudarte y por ello estamos aquí.
—¿Dónde estamos? —Pregunté, limpiando mis lágrimas.
—En la mansión de mi familia —Respondió el señor Whitley, dejandome sorprendida —llevas tres días aquí debido a que no sabía cuánto peligro podías correr con los familiares de tu esposo, entonces decidí sacarte de la clínica en la cual permanecías y alejarte cuanto pudiera de ellos —.Explicó y bajé mi mirada —¿Recuerdas algo relacionado a esa familia? —Preguntó y giré mi cabeza mientras me abrazaba. [No sabía qué responder o si realmente era necesario decir la verdad] —escucha Megan —continuó, dando un leve suspiro —tu esposo está en prisión debido a que los paramédicos encontraron golpes en tu cuerpo.
¿Cómo? ¿Selig estaba en prisión? —me pregunté alarmada —.¡No! No no no no, tenía que actuar cuanto antes o de lo contrario cuando me encuentren...
—Espera espera —me detuvo el desconocido al ver que intentaba abandonar la cama —aún no puedes levantarte, estás en recuperación y...
—Usted no entiende —Dije sintiendo mi cuerpo temblar —¡No sabe de lo que son capaces si no hago algo para sacar a Selig! —Añadí entre llanto.
—¿De qué son capaces Megan? —preguntó —dímelo, ¿Qué es lo que esa familia puede hacerte? —insistió y negué.
[¿De qué serviría contarle todo a un extraño? ¿Qué podría hacer para liberarme de Selig? Nada, nadie podría salvarme de ese infierno.]
—Megan, no tienes que temer —continuó, llamando mi atención —esa familia no es nada para mí, puedo desaparecerlos del planeta si así lo deseas —añadió.
Lo observé sin comprender del todo la situación. Sólo nos vimos una vez por coincidencia y ahora... ¿Quiere ayudarme?
—Yo no... No sé qué hacer —expresé aterrada mientras lloraba —ellos son capaces de dañarme, de destruirme completamente.
—¿Fué tu esposo quién te golpeó? —preguntó y bajé mi cabeza.
¿Valía la pena confiar en él? ¿Servía de algo dejar mi miedo a un lado por primera vez y tratar de ser positiva?
No lo sé, sólo puedo asegurar que asentí a sus palabras.
—Bastardo miserable —lo oí decir — .Ángel, escucha —prosiguió, caminando a mí —está claro que aún no estás completamente recuperada y posiblemente tengas terror de salir —comentó y asentí —la idea es que informes de lo sucedido a la policía. Por el momento podrías grabar un video en el cual cuentes todo lo sucedido y la razón por la cual no quieres regresar —sugirió pensativo —de esa forma la policía podrá tomar medidas contra esa familia y tú estarás más tranquila, usando el tiempo que necesites para salir de tu trauma —añadió.
Luego de verlo por un momento, giré mi mirada a la enfermera quien sonreía.
Quizás ella también estaba pensando que él podría ser un gran detective si se lo propondría.
—¿Estás de acuerdo Ángel? —Preguntó y volví a asentir, aunque me llenaba de curiosidad el que me llame Ángel —.Bien,mientras la enfermera se encarga de revisarte, yo me comunicaré con un amigo para que mañana temprano tenga todo preparado —sin darme tiempo siquiera de responder, dejó un beso en mi frente y salió de la habitación dejándome nuevamente confundida.
—¿Por qué me dice Ángel? —pregunté a la enfermera quien sonríe y niega.
—Créame que tampoco lo sé —respondió y se acercó a mí comenzando a tomar mi pulso, signos vitales y oír mi corazón — .Él... Estaba realmente preocupado por usted —contó llamando mi atención —lo crucé en la entrada y luego parado en la puerta de terapia intensiva. Iba a preguntarle si se encontraba bien, pero él me interrumpió pidiéndome por favor que montara guardia para ver si eras la mujer que buscaba y... Definitivamente lo eras —Sonríe con tristeza —su mirada al salir del lugar se encontraba perturbada, cómo si intentara encontrar una solución rápida y ayudarte de alguna forma —Rie —minutos más tarde vino a buscarme nuevamente con un plan en marcha y claro que acepté.
—Guau yo... —Yo no entiendo porque es que me ayudó. [¿Quizás se sienta agradecido porqué lo salvé aquel día? ¿Oh había algo más detrás de todo esto?]
La puerta se abrió abruptamente y me asusté ante el golpe que dió contra la pared. Al girar mi mirada a ese lugar, pude ver al señor Whitley en compañía de...
—¿Señor? —Pregunté al reconocer al anciano, pues no hace más de unos 3 meses lo encontré en la calle prácticamente muriéndose y decidí ayudarlo.
Sabía algo de medicina debido a que mi padre es médico y aprendí algunas habilidades, por ello cuando lo ví tirado en el piso procedí a ayudarlo consiguiendo salvar su vida.
—No puedo creer que seas tú, mi niña. —comentó con unas cuantas lágrimas en sus ojos, casi las mismas que yo tenía al verlo nuevamente y completamente bien —Dios mío, seré yo quien asesine a ese patán. —Añadió, corriendo hasta mí y envolviéndome en un cálido abrazo, uno que me transmitía tanta paz como nunca antes sentí —pobrecita de ti, si estuviera informado sobre el infierno en el cual vivías te hubiera ayudado aquella vez.
—Al parecer mi Ángel es alguien especial —comentó el señor Whitley y lo ví sin decir nada.
"Es un acto humano el querer ayudar a otros."
No sabía con exactitud que hora era pero el señor Whitley dijo que después de 5 días sin despertar, probablemente tendría hambre y no supe qué decir, pues incluso antes de caer hospitalizada llevaba días sin comer.
En menos de media hora tenía un banquete frente a mí, lo que llegó a conmoverme hasta las lágrimas y empezar a disfrutar un poco de cada cosa.
—Come despacio, si te apresuras podrías…—formuló la enfermera, sin poder terminar sus palabras al ser interrumpida.
—Dejala —intervino el señor Whitley —que disfrute cómo le parezca.
Sus palabras me llenaron de vergüenza, pero el hambre que me cargaba era aún peor y por ello decidí dejarla de lado y disfrutar de la deliciosa comida que tenía frente a mí.
......................
Horas más tarde y luego de dormir muy cómodamente, me despierto notando que el señor Whitley se a quedado dormido a mi lado.
[¿Todas las noches hacía lo mismo? ¿Por qué? ¿Quién era yo para merecer que un hombre cómo él velará por mí? ]
Extendí mi mano hasta su rostro y acaricié suavemente la linea de su nariz notando que no había curva alguna, era tan perfecta cómo él.
Bajé un poco más mis dedos y ésta vez delinee las líneas de sus labios, aquellos que podrían ser la locura de cualquier mujer.
—¿Son suaves? —preguntó y me sorprendí queriendo alejar mi mano de su rostro, lo que resultó imposible, ya que la tomó dejando un dulce y delicado beso en ella —.Buenos días, Ángel.
—B-buenos días señor...
—Solo dime Craig, nada de señor —respondió mientras se sentaba firme y estiraba sus brazos — .¡Qué noche! —pronunció con una sonrisa y volteé mi mirada a otro lugar.
—No tenía que pasar toda la noche junto a mí, puede contracturarse y...
—No puedo dormir cómodamente en mi habitación —interrumpió —todas las noches sufro de pesadillas y desde que estoy a tu lado puedo dormir cómodamente sin padecerlas —contó dejándome pensativa.
[No parece alguien que fuera atormentado por las noches.]
"Mi madre decía que las personas que sufren pesadillas son aquellas que tuvieron una vida trágica o vivieron un momento muy malo, el cual queda grabado en alguna parte de su subconsciente y se lo recuerda cuando el cuerpo y la mente se encuentran relajados.
—En fin. Aproveché estos días que estuviste dormida para tomar tus medidas y comprarte un poco de ropa —Comentó poniéndose de pie, logrando que me sonroje al imaginarlo midiéndome —me expresé mal, la enfermera fué quien te tomó las medidas, yo solo compre la ropa —corrigió, rascando su cabeza nervioso.
—Aunque me cueste saber el motivo de su ayuda, estoy eternamente agradecida —respondí.
—No tienes que agradecerme Ángel, tú fuiste quien me salvó primero y aparte de ello supe por mi abuelo que también lo salvaste anteriormente —contestó y bajé mi cabeza, pues el que me llamara Ángel se sentía un poco... Extraño. Nunca antes me habían llamado de esa manera ni mucho menos de alguna otra que demuestre cariño —.En una hora vendrá mi amigo y preparará todo para dar inicio a tu testimonio —añadió mientras veía su móvil —aprovecha a vestirte y vendré por ti para el desayuno ¿De acuerdo? —Sólo asentí a sus palabras. Luego de regalarme una sonrisa, salió de la habitación dejándome completamente sola.
Bajé de la cama sintiendo mis piernas temblar, pues llevaba días acostada y creo que la fuerza no volvía completamente.
Sujetándome de varias cosas, llegué hasta las bolsas de compras y empecé a revisarlas sonrojándome al ver los conjuntos de lencería, e imaginándome la cara del señor Whitley cuando tenía que escoger esto.
Sacudo mi cabeza dejando de lado cualquier pensamiento que me provoque más vergüenza y tomo uno de los conjuntos al azar, una muda de ropas y me dirijo nuevamente a la pared, aferrándome a ésta para poder llegar al baño.
Antes de poder alcanzar la manija, oigo la puerta abrirse y veo a la enfermera entrar rápidamente y sujetarme.
—Él señor Whitley me envió a ayudarla con el baño, de seguro imaginó que aún no se encontraba completamente recuperada —comentó y asentí agradecida.
Estaba acostumbrada a no hablar mucho y por ello la mayoría de mis respuestas eran cortas o simples señas, algo que me quedó al vivir con mi padre y Selig.
Luego de ayudarme a desvestir y preguntándome si podía entrar a la bañera sola, la enfermera salió permitiendome un poco de privacidad.
Una vez estuve en la bañera, me permití pensar en toda la mierda que viví junto a ese hombre y soltar ese llanto de alivio al saber que alguien se preocupó por mí. Sabiendo que no era ni familia, amigo, ni siquiera un conocido, sólo era un ángel enviado para sacarme de aquel infierno.
—Gracias Dios —murmuré entre lágrimas —Gracias por no olvidarte de mí y enviar a alguien para que me salve.
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Updated 89 Episodes
Comments
esterlaveglia
dos mitades que se juntan 🙏🥰❤️
2024-05-21
4
Eva Mari♥️😍🌖🌊
Craig es su angel
2024-03-15
3
Lorena
Hasta este momento estoy complacida como se está desarrollando la trama.
2024-03-05
1