6.

Craig Whitley.

Sabía que aún no se acostumbraba a la idea de que alguien se preocupe verdaderamente por ella, como así tambien el hecho de que le será difícil volver a confiar después de todo lo que le sucedio, pero estoy dispuesto a darlo todo y demostrarle que la humanidad no está perdida, que hay en el mundo alguién dispuesto a sacarla de la oscuridad en la que se encuentra y demostrarle que pese a lo vivido, al final del tunel siempre hay una luz de esperanza.

El recuerdo de sus dedos acariciando mi piel vuelve una vez más a mi mente, provocando sensaciones extrañas en mi interior, dejándome sentir cuan calido era su toque.

Definitivamente ella era algo más que mi salvadora, pero sé que aún tiene mucho que sanar y por ello estoy dispuesto a esperarla el tiempo que sea necesario.

—Señor...

—Solo dime Craig, Margot —interrumpí, girandome a ella.

—Quería avisarle que la señorita ya está lista para bajar a desayunar, sólo necesita ayuda para caminar —comentó y asentí.

—Acomodate para desayunar, yo iré por ella — dije mientras me dirigía rumbo a las escaleras.

En medio de mi camino pude oír el timbre sonar, pero como sabía que algún empleado iría a abrir, sólo no tomé importancia y seguí.

Al llegar frente a la puerta de mi Ángel, golpeo suavemente para luego entrar y encontrarla sentada en la cama, viendo al completo vacío.

—¿Estás lista para desayunar? —pregunté llamando su atención y viéndola girar a mí.

—Sí — afirmó suavemente mientras se ponía de pie, motivo por el cual corrí a ella y rápidamente la tomé en mis brazos, como si fuera mi princesa —.Y-yo puedo caminar, sólo...

—No te asustes, no voy a hacerte daño.

—Lo sé —dijo rápidamente bajando su mirada —no estoy asustada, sólo... Me avergüenza un poco la situación.

—¿Te da vergüenza? —pregunté incrédulo. [sé supone que cuando alguien se casa es el deber del hombre levantar a su esposa antes de cruzar el umbral de la puerta. Aunque claro, es de esperarse que esa bestia no la amara ni siquiera un poquito.] —.Olvidalo, debes acostumbrarte a ello porque así estés bien, vendré a buscarte cada mañana y te cargaré como un príncipe a su princesa —añadí, viendo una pequeña sonrisa asomarse en sus hermosos labios.

Sin decir más del asunto, salimos de la habitación oyendo una voz que me resultó familiar, pues ya había tenido la oportunidad de escucharla unos días antes cuando se apareció por aquí sin invitación.

—Gracias por la bienvenida, señor Whitley. Solo quería saber si había algo en lo que pudiera ayudar a su nieto.

—Rebeca —Pronunció mi Ángel, casi tirándose de mis brazos con temor.

No entendía el porqué de su reacción a esa mujer, pero rápidamente la llevé a la habitación y la coloqué sobre la cama oyendola respirar de manera acelerada.

—Ángel, tranquila, ya te dije que aquí nadie podrá hacerte daño —hable tratando de dispersar el repentino miedo, tomándola de ambas mejillas y ver como rompe a llorar mientras se aferraba a mí.

Pese a mi sorpresa del momento y a que millones de cosas pasaran para tratar de entender lo que le sucedía, correspondí a su abrazo brindándole ese socorro que pedía, aquel que en su silencio gritaba.

—E-ella era la amante de Selig, la razón por la cual ese imbécil vivía atormentándome —contó entre sollozos y fruncí mi ceño —aquel día fue a la casa en la cual vivía con él y lo terminó. No sé la razón ya que supuestamente ellos iban a ser padres pero... Luego de que lo dejara, él comenzó a golpearme nuevamente —Finalizó y rompí el abrazo tomándola de sus mejillas y limpiando sus lágrimas.

—No te preocupes Ángel, todo aquel que te hizo daño lo pagará caro, te lo juro —afirmé, dejando un beso en su mejilla y volviéndo a abrazarla.

Quizás no sea demasiado tarde aún y todavía haya una pizca de esperanza para que volviera a confiar en alguien, tal vez en mí.

Después de unos 15 minutos, logró tranquilizarse y prometí que mandaría a subir el desayuno para ella mientras yo me encargaba de despedir a esa mujer, Megan solo asintió y dejé un beso en su frente para luego salir de su habitación y caminar con todo el enojo rumbo a las escaleras.

¡Que mujer tan sinverguenza! Se acostaba con el esposo de alguien más, iba a tener un supuesto hijo con ese alguien y fué la causa principal por la cual mi Ángel sufrió de mil formas. ¡No se lo perdonaré!

—Hijo, la señorita...

—Ven un momento conmigo abuelo —lo interrumpí, sin dirigirle la mirada a aquella mujer.

Luego de disculparse con la muchacha, mi abuelo me siguió hasta el comedor; lugar en el cual le pedí a Margot que preparara el desayuno de mi Ángel y se lo llevara discretamente a la habitación, añadiendo a ello que se sacara la bata de enfermera para que esa mujer ni siquiera sospechara de la presencia de Megan.

—Hijo, ¿Qué sucede? Sabes que es de mala educación...

—Dile a esa mujer que se vaya de aquí abuelo, no quiero que vuelva a pisar nuestra casa —pedí interrumpiendolo y viendo la sorpresa en sus ojos —Abuelo.. —me acerco más a él y en susurro procedo a contarle lo que Megan me contó.

—¡No puedo creerlo! —Dijo mi abuelo sorprendido mientras volteaba su mirada a la sala.

—Si esa mujer aún sigue manteniendo un amorío con aquel sujeto, es capaz de decirle que Megan está aquí —Contesté, viendo a mi abuelo asentir.

Pese a que podría encargarme bien de todos estos miserables, sé que aprovecharan la ocasión para inventarle un amorío a mi Ángel y con ello argumentar que su esposo perdió los estribos para actuar de esa manera, dejándola cómo la loca infiel que no aceptaba ser descubierta por su esposo y por ello atentar contra su vida, quedando en total libertad a ese maniático.

—No te preocupes, yo me encargaré de despacharla y que no vuelva a pisar más la mansión —Contestó y agradecí enormemente.

Sé que no es la clase de hombre que ande dando detalles de nada, por ello dudo que pudiera decirle que Megan está aquí. Pero por el bien de mi Ángel lo mejor es que esa mujer no vuelva a pisar esta casa.

Una vez terminé la conversación con mi abuelo y tomando mi desayuno, camino rumbo a las escaleras sin ver a esa mujer. Decidí quedarme un momento parado allí por si sacaba lo de psicópata y por ello intentar algo contra mi viejito.

—Lamento la tardanza, últimamente estamos muy ocupados con el asunto de las empresas —informó mi abuelo con total seriedad.

—No tiene de qué preocuparse señor Whitley, si usted gusta yo tengo algo de conocimiento en administración y podría...

—Sé lo agradezco —La interrumpió mi abuelo —Pero preferiría que se retire y considere no volver por aquí a menos que se la invite.

—¿Cómo? —Preguntó sorprendida —Disculpe usted si hice algo para molestarlo señor Whitley, yo sólo...

—No es apropiado que una joven se acerque a la casa de un hombre sin ser invitada, no queda bien ni para usted, ni para nosotros —volvió a interrumpirla —por favor no vuelva a venir, estas insinuaciones molestan mucho a mi nieto y por su bien quiero mantener la paz en mi hogar, por favor —finaliza señalándole la puerta.

Sin más necesidad de oír, me dirigí rapidamente a la habitación de mi Ángel y la encontré a unos pasos de la cama, agarrando su cabeza sin ánimos de comer algo.

—Puedes ir a desayunar con mi abuelo, Margot, yo desayunaré con ella —Dije a la enfermera llamando la atención de mi Ángel, quien parecía completamente perturbada.

Una vez la enfermera se retiró, hice señas a Megan para que viniera a tomar el desayuno conmigo y tratar de esparcir toda esa preocupación.

—No tienes de que preocuparte, ya nos encargamos de echar a la mujer y prohibirle la entrada a esta casa —conté, viéndola bajar su cabeza.

—No tendría que exigir eso ya que no es mi casa, lamento los problemas que puedo llegar a ocasionar.

—Ángel… —tomo sus manos —desde ahora en adelante puedes considerar éste como tu hogar, y nada que a ti te moleste podrá hacernos bien al abuelo y a mí. Por favor no te aflijas, seremos tu familia a partir de ahora ¿de acuerdo? —ella asintió, rompiendo a llorar una vez más, lo que me lleva a envolverla con mis brazos en un calido abrazo.

¿Cuánto tiempo has estado sufriendo? ¿Por qué el destino o la vida no nos cruzó antes? Definitivamente te protegería desde un inicio, te refugiaría entre mis brazos y te daría todo el amor que necesites. —pensé entre mí.

...ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩ...

Luego de que pudiera calmarse, tomamos el desayuno juntos para luego dirigirnos a mi despacho, lugar en el cual Ronald permanecía en compañía de la enfermera y mi abuelo; quienes querían aportar su apoyo para que ella pudiera contar sobre lo sucedido.

Claro está que mi querido amigo pudo hablar con un conocido suyo que trabaja en los medios, y así poder transmitir a todo el público lo sucedido y que todos estuvieran enterados de la bestia que ese tipo era.

—Cuando esté lista, señorita —dijo Ronald y vi a Megan observarme y suspirar con un poco de temblor, para luego asentir —Adelante.

—Hola, M-mi nombre es Megan Lowens y soy la esposa actual de Selig Cuddyer —contó bajando su cabeza y tomando sus manos —sé que todos están al tanto de lo sucedido hace un par de días atrás y... De seguro piensan que soy una loca desquiciada que quiso terminar con su vida —levanta su mirada a la cámara dejándome ver ese acumulo de lágrimas en sus ojos —pues sí, es cierto que atente contra mi vida, pero lo hice con un solo propósito —Continuó —salir de esa desgraciada vida en la cual vivía día a día —comienza a llorar. Pese a que intenté acercarme para consolarla, mi abuelo me detuvo negando —ese sujeto al que todos conocen como el hijo de una de las familias más poderosas de la cuidad, fué el mismo que desde nuestra boda me ah estado propinando golpe tras golpe, todos y cada uno de los malditos días que pasé a su lado —agregó, limpiando sus lágrimas —pensaran que debería haberme salido de su casa y buscar ayuda, que fui una tonta al quedarme y seguir recibiendo golpes pero... La verdad de todo es que sí busqué una salida. Solicité la ayuda de mi única familia, el hombre que debería protegerme de cualquier tipo que viniera a dañarme, pero sólo me dió la espalda. Me dejó a mi propia suerte y... ¿Cómo podría pensar en que alguien más podría ayudarme? Si el hombre que tenía que cuidar de mi me abandonó —Vuelve a bajar la mirada con su labio temblando —quizás debería haberle contado todo a mi suegro, pues era mi última esperanza pero... Nunca tuve el valor, pese a sus buenos tratos conmigo, no encontraba la forma de contarle lo que sucedía —suspira —y mi suegra… —Sonríe con dolor —ella era parte de mi tormento, sabía todo lo que su hijo me hacía y aún así solo sumaba más golpes.

¡Malditas escorias! Estoy odiándolos mucho más en éste momento, tanto así que si los tuviera frente a mí... No tendría control de mis actos.

—Mi esposo solía llevar a su amante y revolcarse con ella luego de darme una paliza —muerde su labio inferior —y luego tenía que prepararles la cena, todo lo que ella quisiera comer porque estaba embarazada de él o tal vez aún lo está, la verdad es que no lo sé —Añadió —ni siquiera se me permitía comer algo por días enteros, lo cual también añadió problemas a mi salud —suspira —.Aquel aterrador día ella llegó a mi casa, diciéndole a mi esposo que lo terminaba aunque nunca supe la razón —me ve —Rebeca Price, la amante de Selig Cuddyer, fué quien detonó la bomba y por la cual recibí el doble de golpes ese día —vuelve a llorar —.Supliqué que se detuviera porque ya mi cuerpo no aguantaba un solo golpe más, fué una hora de tortura, una que parecía no terminar —juro que me estaba conteniendo para no correr a ella y abrazarla, demostrarle que yo estaba aquí para protegerla —Y... Se detuvo. Dejó de golpearme, pero juró que esa condena la viviría todos los días, que a partir de ese momento yo pagaría por su dolor —limpia sus lágrimas —¿Y quien pagaría por el mío? Nadie lo haría y por ello... —jadea con dolor mientras niega —sólo quería salir de allí sin importar la forma, no quería darle la oportunidad de tomar mi vida, de dejar en sus manos mi último suspiro —solloza —por eso tomé la decisión de ser yo misma quien acabe con mi tormento, quizás no fué la forma correcta pero... En medio de la desesperación y el miedo, fué lo que encontré a mano —vuelve su mirada a la cámara —.Hoy tengo la oportunidad de contar todo esto porque Dios me envió un Ángel para protegerme, por ello, si alguien de la justicia está viendo esto, les pido por favor que me concedan el divorcio y me liberen de todo ese infierno. ¡Por favor! —suplicó —no quiero volver allí.

Y terminó.

Una vez la cámara cortó la grabación, corrí a ella y la envolví en mis brazos, dandole el consuelo que su alma necesitaba.

Fue doloroso saber todo lo que tuvo que soportar sola y... Me duele el alma al saber que no la encontré antes.

Quizás es cierto y no me incumbía, pero sé que le debo mi vida y la de mi abuelo, y que así no tuviéramos algo en común y supiera que está pasando por esto, definitivamente volvería a ayudarla.

"La mujer es cómo un cristal frágil, hay que protegerla para que no se rompa y pulirla para que brille."

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Mis estimadas lectoras, a continuación las imagenes de nuestros protas. 😍😍😍

Para que se den una idea de los protas. 🥰🥰🥰🥰🥰🥰🥰

También quiero aprovechar el capítulo para informar que a partir de la siguiente semana, solo actualizaré de lunes a viernes, 2 capítulos por día.

Gracias a todas por sus comentarios y compañía.

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Comments

esterlaveglia

esterlaveglia

muy wapos los protagonistas todos 😍.... menos la bruja de la suegra 🥴🤮👿

2024-05-21

3

Adelia Perez

Adelia Perez

muy guapos los protagonistas,linda novela

2024-03-31

1

Eva Mari♥️😍🌖🌊

Eva Mari♥️😍🌖🌊

hermosos los protagonistas

2024-03-15

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