9.

Craig Whitley.

Aún no termino de entender qué es lo que detuvo a Zachary para no sacar a Megan de ese lugar, pues yo siendo un extraño sentí la necesidad de hacerlo solo viendo las marcas de su rostro.

Lo veía allí sentado y no podía evitar culparlo, creer que fue cómplice de su hermano al no ayudarla a salir de ahí.

—No me veas de esa manera, Craig —Dijo Zachary y giré mi mirada en otra dirección —también me dolió tener que marchar dejándola con esa bestia; Pero la realidad es que no tenía forma de sacarla. Ella le temía de tal manera, que cuando le dije que juntara sus cosas para poder irnos sólo negó ante la amenaza de mi hermano —suspira —Por eso prometí que haría hasta lo imposible por volver y llevarla lejos de Selig, pidiéndole que esperara por mi regreso y...

—¿Por qué jamás le contaste sobre eso a tu padre? —Interrumpió Craig —él tenía gran aprecio por Megan, no hubiera dudado salvarla del maldito depredador que tienes por hermano —añadió, viendo como el contrario bajaba su mirada entristecida.

—Craig, si hubiera sido yo quien causara ese mal a Megan, puedo asegurarte que mi padre hubiera dicho un "Me lo esperaba de ti", pero no le afectaría como lo hizo con Selig —contó

—¿Qué quieres decir?

—Quiero decir que para mi padre no fui más que un error incorregible —añadió con pena —era quien se llevaba las palizas por las tonterías de Selig. Fui quien pagó los platos rotos por culpa de sus actos —continuó —. El accidente de hace tres años no fue lo que todos piensan, Selig se había involucrado con tipos realmente jodidos y fui su moneda de cambio —ríe con falsedad —él me entregó como garantía prometiendo pagarles lo que les debía y... Nunca apareció, dejando que esos hijos de puta me golpearan hasta casi matarme, teniendo como última acción una apuñalada en el pecho.

—Tremendo cabrón tu hermano —Contesté, viéndolo asentir.

—El padre de Megan fué quien salvó mi vida en ese entonces y cómo él lo solicitó, mis padres le ofrecieron un matrimonio con Selig como paga, dejándome a mí ser el bastardo que no sabía más que meterse en problemas —gira su mirada a un lado —luego me enviaron fuera de la ciudad prohibiendome volver y... Aunque le dijera a mi padre que Selig era el causante de todo, no me escuchó. Me dejó claro que era una vergüenza para su familia y esperaba no volver a verme por aquí —finalizo —. ¿Aún crees que hubiera creído en algo de lo que yo dijera?

—Ya veo que no.

—Sí, hice una y mil denuncias en contra de Selig por dañar a Megan, de lo cual conseguí una sola visita de la policía a casa de mi hermano, teniendo como resultado la negación de Megan —agregó también —Y era claro que iba a negarlo, si estaba aterrada de ese malnacido.

—Como para no —respondí —un maldito desgraciado que abusó de ella tanto física como mentalmente —aprieto mis puños —. Juro que haré su vida miserable.

"Y la verdad es que sería así."

Pienso hacer hasta lo imposible para que ese sujeto se coma un par de largos años en prisión, y luego contrataré a alguien de allí dentro para que vuelva su vida un infierno.

Luego de meditar y planificar con la mayor excelencia mi plan, volteo mi mirada a Zachary, quien había quedado en silencio observándome.

—¿Y tú qué pretendes con mi Ángel? —interrogue cruzando mis piernas, apoyando mi codo sobre ellas y tomando mi mentón.

—¿Tú qué crees? —preguntó y reí con falsedad —debía ser mi esposa y no la de mi hermano, por ello pienso conquistarla y cumplir con aquello que mi hermano no cumplió.

—Pues tendrás que formarte en la fila, porque yo estoy primero —respondí, oyendolo reír.

—Tú debes formarte en la fila, yo la conocí antes.

—Fui quien la salvó de ese miserable, el cual por cierto, es tu puerco hermano —añadí sonriendo.

—Fue mi hermano quien la lastimó, no yo y al menos quiero intentarlo.

—Sobre mi cadáver.

Ambos nos observamos con seriedad poniéndonos de pie al mismo tiempo y corriendo con rapidez a la puerta, lugar en el cual luchamos ya que no podíamos salir juntos.

Ganando el cuerpo a cuerpo, salí primero y corrí en dirección a la sala, encontrando solo a mi abuelo conversando con la enfermera Margot.

No hacía falta preguntarles dónde estaba mi Ángel, pues bien sabía que si no encontraba con ellos salía a tomar aire fresco al jardín.

Pensando un poco en todo, asumí que ese bastardo no la dejaba ni siquiera respirar el aire puro de afuera, más que para salir a hacer las compras.

Decidido a dejarme guiar por mi conocimiento salgo por la puerta trasera de la mansión, sonriendo al ver que a una distancia de mí, estaba mi hermoso ángel contemplando todo lo que había a su alrededor.

—Me pregunto si aquella vez que te ví, fué la única en que pudiste salir de la cueva de la bestia —dije al llegar junto a ella.

—No fué la única vez —contestó bajando su mirada, llevándome a creer que todo lo que mi mente maquinó hace un momento, no es más que la verdad —Pese a todo, creo que lo único que puedo agradecerle es que me dejara ir por las compras —añadió —Sí, claro, no sin antes dejar una amenaza de lo que me pasaría en caso de olvidar el camino de regreso.

—Es un miserable que ni siquiera merece ser recordado —mencioné oyendola suspirar —no quisiera saber cuantos males te habrá causado.

—No podrías ni siquiera imaginarlo —respondió viendo al frente.

—Supe por Zachary que ese bastardo asqueroso fue capaz de... —apreté mis puños, por más que quisiera terminar la frase me era totalmente imposible al sólo pensarlo.

—Sí, lo hizo desde el primer día de casados. —contó entendiendo a lo que me refería —si bien no fué brusco en la primera ocasión, no dejó de ser un abuso y... —niega bajando su mirada —...no lo quería, no deseaba entregarle mi primera vez a un maldito monstruo.

—Y no lo hiciste —dije recargando su cabeza en mi pecho, mientras la envolvía con mis brazos creyendo que quizás de esa forma podría aliviar su dolor —tú no le entregaste nada, Ángel, él lo tomó a la fuerza y juro que lo haré pagar por ello.

—Ese sujeto me golpeó cuando supo que me embarazó —añadió entre llanto —dió patadas en mi vientre una y otra vez por más de que le suplicara que no lo hiciera.

—Sh sh, no llores.

—¿Cómo no hacerlo? —preguntó con su voz entrecortada —Si me quitó la posibilidad de ser madre algún día, de cumplir ese pequeño y estupido deseo creciente en mi corazón.

Me sorprendí al oírla decir aquello, pues no sabía hasta qué punto sus abusos la destruyeron y... No sólo le quitó esa posibilidad a ella, sino que también al hombre con el cual fuera a formar una familia, quizás... A mí.

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