19. Organizando un gran baile

El príncipe Leven, heredero a la corona de Boron, siempre fue un joven apacible, sereno, caritativo y amable; a los veinte años lo comprometieron en matrimonio con Lady Baris, de dieciséis años, la joven hija del duque de Yeon, habiéndolo aceptado sin problemas como última voluntad de su madre, que meses después moriría de una larga y dolorosa enfermedad, proceso en que contó con Lady Baris, ganando su corazón.

Dos años después se celebró la boda, convirtiendo a la dulce jovencita en una princesa de Boron, ella fue el primer amor de un príncipe que creyó que su vida por fin encontraría la paz después de la muerte de su madre; lamentablemente, la princesa Baris estaba destinada a tener una vida corta, por culpa del maligno plan que se iba tejiendo muy lejos de las fronteras de Hurmaya; así que, a poco más de un año de estar casados, cuando la princesa retornaba de uno de los viajes en que había llevado diferentes artículos para una población que había sufrido problemas de inundaciones, fue emboscada por supuestos asaltantes para robarle a ella y damas de la corte que la acompañaban, las joyas y efectos de valor; sin embargo, en una situación confusa la princesa Baris había sido acuchillada dos veces, perdiendo mucha sangre en el mismo lugar, causando su muerte.

El príncipe Leven estaba convencido de que algo no estaba bien en todas las investigaciones que se habían hecho respecto al evento, y aunque los asaltantes fueron apresados y ejecutados sentía que le debía a la princesa Baris descubrir la verdad detrás de su muerte; un año después de la muerte de su esposa, su padre se volvió a casar con la supuesta Lady Meritra, de la misma edad que el joven príncipe, y aunque tenía él buenos conceptos de ella inicialmente, pronto se dio cuenta de que la mujer ambicionaba tomar el control de Boron a toda costa, y que había logrado ganarse el favor del rey sin problema alguno, quien se negaba a escuchar cualquier cosa que significara algo malo sobre Meritra.

En el reino de Boron había dos bandos entre los más altos nobles, los que habían sucumbido al control de la reina Meritra y los que aún eran leales al príncipe Leven, quien consideraban el próximo rey de Boron y digno gobernante; por eso para la reina Meritra le resultaba de vital importancia deshacerse de Leven, pero no con su muerte, que le daría en el acto el derecho de sucesión a su hermana la princesa Lirely (con una segunda muerte que resultaría más que sospechosa), sino con una abdicación, que en Boron significaría la perdida del derecho sucesorio de todos los hijos de la anterior reina, madre de Leven y Lirely, de diecisiete años.

La reina Meritra ha estado ganando terreno en convencer al concejo real que el príncipe Leven, después de la muerte de su esposa ha ido perdiendo sus capacidades mentales, hundiéndose en la depresión y que no debería ser el sucesor a la corona de Boron, y gran parte del concejo ha solicitado una reunión urgente para discutir la situación del príncipe Leven que se ha negado a asumir un nuevo compromiso de matrimonio y garantizar la línea de sucesión de la corona.

- “Entiendo la preocupación de ustedes por el futuro de Boron, sé que todos esperan pronto un compromiso de matrimonio del príncipe heredero Leven, y estoy arreglando eso; él pronto escogerá la doncella que se convertirá en su esposa, solo estoy dándole un poco tiempo”, expresó algo molesto el rey de Boron.

- “Con todo respeto su Majestad, llevamos en esta discusión muchos meses, el luto del año por la muerte de la anterior esposa de Su Alteza Real ha pasado ya hace años y no hay novedad alguna de la decisión del nuevo compromiso; hasta el rey Fortem para garantizar la fortaleza reino se ha casado con la hija de su mayor enemigo, el rey más joven de todo Hurmaya ha demostrado que a la hora de proteger un reino, los sentimientos se dejan de un lado y se actúa con la cabeza; por qué deja que su hijo tenga más autoridad que usted”, el duque de Maucky.

- “Tenga cuidado con lo que dice, el príncipe Leven será el próximo rey de Boron, no es que tenga más autoridad que el rey, tiene un derecho de sangre indiscutible para poder tomar decisiones”, el marqués de Santino.

- “Una cosa es que pueda tener el derecho de decidir con quien contraer matrimonio, pero tiene el deber de hacerlo, y hacerlo pronto”, el duque de Vintana.

Las puertas del salón del concejo Real se habrán e ingresa a la reunión, el príncipe Boron vestido con sus trajes de honor y la corona principal de Alteza Real, mirando de frente y haciéndole una reverencia; todos los presentes hicieron la reverencia al príncipe, quien pasó a tomar al asiento delante de su padre, pero dos niveles, pero más abajo.

- “Al parecer se ha convocado a una reunión para discutir mi compromiso, pero el principal interesado no ha sido convocado, dejen de atormentar a mi padre, acá estoy para sus cuestionamientos”, expresó el príncipe Leven.

- “Su Alteza Real, estamos preocupados por el futuro de Boron, al parecer usted está decidido a tener una vida más tranquila, si es así debería permitir que el rey pueda tener otro heredero a la corona”; expresó el duque de Maucky con una sonrisa ladina.

- “No pretendan disfrazar los propósitos, pero no voy a discutir eso; he decidido tomar el consejo de todos, volveré a comprometerme en matrimonio”, expresó con seriedad el príncipe Leven.

Las miradas de extrañezas inundaron la sala, cómo de pronto el príncipe había cambiado de opinión, era acaso que la famosa depresión del príncipe había acabado, o eran comentarios sin fundamento.

- “Maravilloso hijo, tengo la doncella perfecta”, expresó emocionado el rey.

- “Gracias, Su Majestad, pero tengo entendido que la reina está organizando un gran baile, invitando a todas las doncellas del reino, para que escoja entre ellas, no pienso desairarla, ya que está trabajando tanto por mi bienestar”, dijo el príncipe Leven, si la reina quería acorralarlo, entonces jugaría con sus mismas piezas, pensó.

- “Perfecto, entonces. ¿Hay alguna objeción?”, cuestionó el rey.

Todos en la sala guardaron silencio, minutos se estaban retirando y solo se quedaron el rey y el príncipe.

- “Que bueno que estás de regreso hijo, y qué por fin hayas entrado en razón”, comentó el rey.

- “No me han dejado opciones, padre, eres el rey de Boron, parece que has perdido la autoridad y caminas al son de… los demás”

- “¡Leven!”, expresó molesto el rey.

- “Estoy haciendo esto por el bien de Boron, pero va a ser bajo mis propios términos, el hijo que alguna vez conociste se quedó atrás su Majestad, usted decidió en quien poner su confianza, y me está obligando a tomar las decisiones buscando lo mejor para Boron, aunque eso tal vez nos termine enfrentando; si al final decide entregar mi cabeza, asegúrese de poner usted el hacha en mi cuello”, expresó el príncipe, entregando unos documentos al rey.

Aquellos documentos demostraban que la reina había cambiado los fondos destinados para el abastecimiento de hospitales y escuelas, para sellar tratados comerciales con los reinos de Pridora y Pallango por productos que abundaban en el reino, y que parecía más un pago por algo que desconocían, porque los almacenes se habían llenado con productos del reino. El rey se sorprendió, pero supuso inmediatamente que alguien había engañado a la reina Meritra y el príncipe había confundido todo.

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