3. Un compromiso no esperado

Era el primer beso de Lycka, un tierno beso que le provocó nuevas emociones y sensaciones, después del toque dulce de un beso que apenas podía llamarse así por ser solo un roce de labios, este se hizo más profundo y largo, los nervios estaban a flor de piel, pero se sentía agradable, dejando que Candam la acercara suavemente más hacia él, la princesa había olvidado donde se encontraba, y solo podía sentir una inmensa felicidad perdiéndose en el aquel beso.

Luego se separaron, Lycka estaba completamente sonrojada y apenas podía ver a Candam.

- “Lo siento, me dejé llevar por lo que siento por ti, y olvidé que aún eres una niña”, expresó Candam.

- “No soy una niña, ya tengo 16, edad en que ya nos podemos comprometer”, dijo tímidamente la princesa.

- “Me encantaría eso, aunque no sé si los reyes quieran, no sé si ellos piensan que soy digno para su hija”, respondió Candam, poniendo una expresión triste.

- “Eres maravilloso, sé que aceptarán”, dijo la princesa emocionada.

- “Me gustas mucho, pensé que eras muy pequeña para decírtelo”, expresó Candam, acomodando un mechón del cabello de la princesa que se había venido a su rostro.

- “No soy pequeña, ya tengo 16”, expresó rápidamente la princesa con los ojos vivaces y estirándose un poco para parecer más alta.

Lord Candam volvió acercarse como para besarla, pero cuando estaba por llegar a sus labios, vuelve a retroceder.

- “No la ofendí al besarla, ¿verdad?”, preguntó Candam.

- “¡No!, ya soy grande”, respondió nerviosa Lycka.

Ella trataba de verlo tranquilamente, pero esa mirada fija de Candam la ponía muy nerviosa, no entendía porqué a su lado, ella cambiaba tanto, si con todos los demás era segura y relativamente seria, quería gustarle y que la quisiera mucho; de pronto escuchó la voz de su madre “Lycka, Lycka”; Candam le susurró que la veía mañana saliendo del hospital y se alejó del lugar.

- “¿Qué haces tan lejos de todo?, Lycka”, preguntó la reina de Urtesi

- “Lo siento, madre. Me aburrí un poco”, respondió Lycka algo nerviosa bloqueando la vista de la reina para que no notara a Candam yéndose.

- “¿Aburrir?, eres una princesa, deberías estar a la altura del protocolo y la forma de actuar de una, tu padre quería presentarte a Lord Kalos, duque de Mertwa”, dijo seria la reina.

- “¿Lord Kalos?, ¿el jefe de uno de los regimientos militares?”, preguntó sorprendida Lycka.

- “Sí, es el más adecuado de los pretendientes”, aseveró la reina.

- “¿Cómo?, ¡No!, le dije a papá que me era más agradable Lord Candam, y parecía estar de acuerdo, es amigo de mi hermano y…”, expresó confundida la princesa Lycka, pero fue interrumpida por su madre.

- “Fue lo que escuché, pero no me parece correcto, Lord Candam es muy joven aún y su padre ha acumulado una considerable deuda; en cambio, emparentar con el ducado de Mertwa que aporta considerablemente al poderío militar de nuestro reino es lo mejor, emparentar con ellos consolidará más el poder de la familia real”, dijo la reina y la expresión de la princesa cambió.

- “No acepto un compromiso con Lord Kalos, no lo acepto”, expresó molesta Lycka.

- “Esa no es tu decisión, tu padre y yo estamos de acuerdo con ese compromiso y es lo único que importa, sabemos lo que es mejor para ti y para el reino; si el matrimonio entre la hija del rey de Susumira y el rey de Fontana no garantiza la paz, el reino de Urtesi terminará involucrado en la guerra; debemos asegurar la seguridad de la familia real y tu matrimonio con el duque de Mertwa nos lo garantiza, así que cambia esa cara y vamos a ver a quien en un par de días será anunciado como tu prometido”, manifestó la reina tomando del brazo a su hija.

- “Ahora siento cómo deberá sentirse la hija del rey de Susumira, sin poder de decisión y aceptando un destino que tal vez nunca pensó tener, se siente horrible un compromiso no esperado, ¡yo no voy a dejar que me impongan nada!”, expresó la princesa para luego desaparecer.

La reina se sintió frustrada, odiaba que la pequeña tuviera el mismo poder mágico del padre del rey Sago, pudiendo desaparecer a su antojo, porque terminaba saliéndose con la suya, pero en esta ocasión no podía permitírselo, habían sido años de guerra entre los reinos de Fontana y Susumira, la frontera del norte de Urtesi limitaba con ambos reinos, habían tratado de mantenerse lejos de cualquiera de las dos posiciones, si bien eran más a fin a Fontana, el rey Carpio de Susumira tenía el ejército más poderoso de la Comunidad Mágica de Hurmaya, además que el rey de Fontana era el más joven de toda la Comunidad y eso era percibido como debilidad.

Lycka apareció cerca a un riachuelo, había pasado de sentirse tan extrañamente feliz por aquel primer beso que se dio con Lord Candam, para luego llenarse de dolor, rabia y tristeza de saber que estaban pensando comprometerla con otro hombre, si bien había sido capaz de responder a su madre, sabía que si finalmente su padre, el rey de Urtesi lo decidía, ella se vería obligada a aceptar la voluntad del rey, sus padres habían sido muy amorosos con ella, así que jamás se imaginó que se vería obligada a aceptar un matrimonio arreglado, no pudo evitar llorar, mirándose en el reflejo de las aguas que discurrían apaciblemente bajo sus pies.

Había pasado ya más de una hora, y la princesa no llegaba al palacio, Jarumi quería despedirse de su prima antes de ir al Condado de Visky, el año pasado había muerto su madre (hermana del rey de Urtesi), y eso la había convertido en la Condesa de aquel lugar, quería revisar algunas cosas antes de regresar al reino de Fontana, su lugar de nacimiento y donde vive su padre, el duque de Garbé.

- “Me temo que ya debo irme, siento no poder despedirme de mi prima Lycka, ha sido un placer verlos Sus Majestades”, dijo con solemnidad Lady Jarumi.

- “Siempre serás acá la Condesa de Visky, ¿por qué te arriesgas a estos viajes entre Fontana y Urtesi?, podrías terminar victima del ejército de Susumira”, expresó el rey Sago con preocupación.

- “Espero que con este matrimonio que están obligando al rey Fortem, haya en verdad paz, ya que está sacrificando amar para lograrlo”, dijo seriamente Jarumi.

- “Tu prima actúa como tú, los nobles tienen privilegios, los que les obliga a grandes responsabilidades, como tu padre te deja hacer lo que quieres no lo comprendes, espero que el joven rey de Fontana si lo sepa, esta guerra ha traído consecuencias a todos”, dijo la reina con gesto adusto.

- “Es cierto que nuestro rey es joven, aún así ha asumido su responsabilidad con valor y dignidad, pero ¿qué han hecho el resto de los reinos?, dejarlo solo por ser joven y porque no han tenido el valor para enfrentar al rey Carpio de Susumira, si se hubiesen unido nada hubiese podido hacer contra Fontana, sin embargo, cuestionan las decisiones del rey Fortem, que abolió la esclavitud y los matrimonios arreglados sin consentimiento expreso de la pareja en el reino, pero claro se lo impusieron a él, les molesta que busque una mejor retribución de los recursos, les irrita los cambios que ha hecho mi rey porque los hace ver como arcaicos”, expresó decidida Jarumi.

- “Te estás extralimitando sobrina, es noble que admires a tu rey, todo monarca espera ello de sus súbditos, y sé que Fortem es un buen hombre, pero no puedes cambiar las cosas cuando estás en clara desventaja, no es ser inteligente”, expresó el rey de Urtesi.

- “Pensando en eso nunca habrá cambios, porque quien quiera hacerlos al inicio siempre estará en clara desventaja, buenas noches, me retiro”; dijo Jarumi, hizo la reverencia que correspondía y se retiró.

- “Esa siempre ha sido una mala influencia para Lycka, por eso nuestra hija se atreve a actuar de esa manera; espero que tengas la suficiente autoridad para garantizar la seguridad de toda la familia real; sabes que si Fontana cae, el próximo blanco de Carpio podría ser Urtesi”, expresó la reina, hizo una reverencia y se retiró del gran salón real.

El rey Sago sabía que detrás de las motivaciones de Carpio, había un gran peligro para Hurmaya, necesitaba proteger el poder de su hija, y lo mejor era convertirla en la esposa de uno de sus guerreros más poderosos, un general de carrera; un par de años atrás había hablado con el rey Fortem, sobre lo peligroso que podría ser su concejero real Tesko, pero el rey de Fontana se había negado a escuchar, no había insistido temeroso de atraer hacia su familia poderes malignos de más allá de Hurmaya, sin saber que se estaban acercando peligrosamente a su hija menor.

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