20. ¿Se casaría conmigo?

El príncipe Leven caminaba serio rumbo a sus aposentos en el palacio de Boron, analizando cada una de las acciones que tenía que realizar para enfrentar a la reina de manera solapada, cuando escuchó ¡Leven, Leven, Leven!, volteó y sonrió; su hermana, la princesa Lirely, una muchacha de cabellos castaños y ojos ámbar iguales a los de su hermano, corría hacia él con un rostro de felicidad única, confundiéndose en un abrazo tierno.

- “Estás de vuelta hermanito”, dijo emocionada la princesa Lirely.

- “La princesa más hermosa del mundo ha crecido un montón”, comentó emocionado el príncipe Leven.

- “Soy muy hermosa, ¿verdad?”, preguntó curiosa Lirely.

- “Claro que sí, ¿qué haces en el palacio, creí que estabas en la residencia de los príncipes?, pensaba ir a verte de acá”, inquirió sorprendido Leven.

- “La reina… (volteando los ojos), convención a nuestro padre que debo estar en palacio, que pronto deben buscarme con quien casarme, porque tal vez herede el reino, ¿por qué dicen eso hermano?, aun no me quiero casar, al menos con quien ellos elijan, yo amo a alguien más, pero para él todavía soy algo pequeña”, comentó Lirely, para luego hacer un puchero en el rostro.

- “No te preocupes Lirely, me voy a encargar de que no te obliguen a nada”, expresó Leven con cierta melancolía.

- “Entonces, ¿te vas a casar con Lady Pekna?, es bonita”, manifestó curiosa Lirely.

- “Voy a casarme con alguien más bonita que ella, porque tiene un corazón maravillo”, respondió calmadamente Leven.

- “¿Sí?, ¿quién es?, ¿la conozco?”, consultó emocionada Lirely.

- “Pronto la vas a conocer, le daremos una sorpresa a la reina, justo en la misma fiesta que ella está organizando; vamos he traído una cantidad de dulces muy ricos, ¿quieres probar?”, comentó el príncipe Leven.

Los ojos vivaces de la princesa Lirely respondieron a la pregunta, los hermanos fueron juntos a los aposentos del príncipe, Leven quería ofrecerle a su hermana los dulces que había preparado Lycka, esperaba que las afirmaciones que ha hecho pudieran hacerse realidad, aún no tenía la respuesta de la jovencita que ayudó hace un par de meses, solo le quedaba esperar con esperanza una respuesta positiva.

El día que Lycka fue a despedirse del príncipe y le llevó los postres que con mucho cariño le había preparado, tuvieron una conversación que la jovencita no esperaba.

- “No se preocupe por venir a verme, Lady Niyelori me comentó que usted tiene muchas responsabilidades que asumir, y que incluso pretenden robarle su derecho a heredar la corona de Boron, y que eso podría terminar en un desastre para este reino; así que no le agregue una preocupación más a sus deberes estaré bien, yo estaré bien Alteza Real”, expresó Lycka.

- “Me preocuparé igual, la veo sonreír y dar alegrías a los demás, pero reconozco perfectamente a una persona que vive con una pena en el alma y con el corazón cerrado, porque soy exactamente igual. La vida le ha dado una oportunidad, debería atreverse a soñar, Lady Linda Coeur, hija del Barón Ponas, tiene mucho que conquistar y un día formar una familia a quien amar”, manifestó el príncipe Leven.

- “Es una nueva oportunidad y la agradezco, pero no cambia el hecho de lo que sea que me ocurrió, el mundo no cambia afuera Su Alteza Real, a pesar del cariño de personas buenas como ustedes; qué tal si me atrevo a amar, a entregar el corazón a alguien que tal vez se enamore de mí, ¿qué pasará cuando le cuente la verdad?, ¿me aceptará o me rechazará?, y si mi rechaza, ¿podré soportarlo? Allá afuera sigue siendo muy duro para personas como yo, seré una persona de bien, Su Alteza Real, no se preocupe, agradezco todo lo que hizo por mí, dedicaré mi vida, a ayudar a los demás como lo hizo usted conmigo”, dijo Lycka, poniéndose de pie para retirarse.

En un impulso que desconoció, el príncipe tomó la mano de la joven, ella lo quedó mirando, aquellos ojos ámbares eran tan hermosos y transparentes, pero no entendía por qué el príncipe había hecho eso.

- “¿En verdad tiene la férrea convicción de estar sola el resto de su vida?”, consultó nervioso el príncipe.

- “Aunque no la tuviera, jamás podría soportar el rechazo de la persona que ame; ¿por qué me hace esa pregunta?, Alteza Real, ya no se preocupe por mí, siga con su vida, le desareé que sea feliz y que pueda volver a amar. Ya debo irme”, respondió Lycka, soltándose de la mano del príncipe.

- “¿Se casaría conmigo?”, preguntó inesperadamente Leven.

La princesa Lycka se sorprendió con la pregunta del príncipe, lo que menos esperó es que él le pudiera hacer tremenda interrogante.

- “No me responda ahora. Sé que no le estoy diciendo palabras de amor, que las formas no evocan una situación romántica y que esta no es la declaración de amor que una mujer enamorada espera. Y para serle sincero no sé si podré ser capaz de volver a sentir un profundo amor una vez más, tampoco sé si podré llegar a ser el hombre que usted se merece; pero en años, nadie había logrado que el tiempo se detuviera y que eso sea perfecto, como lo ha hecho usted. No me importa el pasado detrás de usted, porque no determina el valor de la persona que tengo en frente; y si le soy más franco, vengo con tantas complicaciones que ni sé qué futuro le puedo ofrecer aún, pero le entregaría mi presente sin dudar. No pido que desde el inicio sea mi esposa en todo el sentido de la palabra, déjeme ganar su corazón, solo que no tengo tiempo de hacerlo antes del matrimonio que me están exigiendo; sé que le pido una vez más un salto de fe. En un mes y medio va a haber un baile, le llegará una invitación, si su respuesta a mi pregunta es afirmativa, vaya y acepte bailar conmigo”, dijo el príncipe y se atrevió a darle un beso en la frente a la princesa.

Ahora mientras el príncipe Leven comparte con su hermana algunos de los postres que le envió Lycka, ruega dentro de sí que la respuesta de la ahora hija del Barón Ponas sea afirmativa, no había nadie más en todo el reino de Boron con quien él aceptaría compartir su vida, había sido poco tiempo, pero estaba segura, de que la dulce jovencita definitivamente podría ser una maravillosa reina en el futuro.

Por otro lado, Lord Sanco termina de hablar con su padre el duque de Vintana, después de regresar del viaje que estaban haciendo y se dirige a su habitación, cuando ingresa encuentra dentro a la reina Meritra, que había usado la pulsera de cristales ahora amarillos de la princesa Lycka, que se acerca a él y lo besa apasionadamente mientras le va quitando la chaqueta, pero él se aleja de ella.

- “¿Cuál es tu plan con ella?, ¿Por qué le borraste todos los recuerdos y la tienes acá en Borón?”, preguntó molesto Lord Sanco.

- “Tengo mis motivos, planes delicados para tener el control del príncipe Leven, ya debes saber que es por el objetivo que tenemos”, respondió la reina, mientras volvía acariciarlo y sacándole la camisa.

- “Podría recordarlo todo en cualquier momento”, expresó Lord Sanco.

- “¿Y?, nada conecta a la princesa Lycka con Lord Sanco, hijo del duque de Vintana de Boron”, dice la reina, mientras deja caer su vestido y trata de hacer recostar a Lord Sanco en la cama; pero él como se incomoda y se pone de pie.

- “Mi padre todavía está en casa, podría darse cuenta”, expresó incómodo Lord Sanco.

- “No puedo creerlo te enamoraste de ella. Te recuerdo que por ahora ya no eres Lord Candam, hijo del duque de Jasur de Urtesi”, dijo molesta la reina.

Ambos se quedaron mirando, ella sentía rabia de él hombre frente a ella se hubiese enamorado de Lycka y él sabía perfectamente que ahora su identidad era la de un noble de Boron, y otra era su misión allí, pero por alguna razón la princesa Lycka seguía en su cabeza, y cuando la descubrió con vida semanas atrás, no le resultó para nada indiferente, y le venían a la cabeza todos los momentos vividos con ella.

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