7. Una noche que no esperaba (+18)

Lycka y Candam llegaron a aquella pequeña parroquia, el monje de aquel lugar había tenido que hacer un viaje urgente (una situación que había originado Tesko para que el anciano hombre tuviera que viajar), Candam la ayudó a bajar del caballo y ella empezó a arreglar un poco el vestido.

El supuesto monje los recibe y los hace pasar, había un grupo de personas de la congregación que habían asistido al ver la parroquia abierta, y supusieron que habían enviado un reemplazo del monje por algunos días; y se convirtieron sin quererlo en los testigos del "falso" matrimonio de los jóvenes que si bien vestían humildemente; sin embargo, su aspecto y porte tenían ese aire noble.

Había ensayado cada detalle, el monje hizo la ceremonia de matrimonio, que normalmente se realiza entre la gente del pueblo, ya que los polvos mágicos eran demasiado caros para costear y tener un sello grabado en las manos, e intercambiaron los anillos, al final de la ceremonia el supuesto monje señaló "ahora sean declarados ante el mundo como una pareja unida en solemne matrimonio, el señor Candam y su ahora esposa Lycka".

Una lágrima de felicidad cruzó la delicada mejilla de la princesa, Candam ya no podía dar vuelta atrás, le dio un tierno beso y luego ambos salieron de la parroquia entrelazando sus manos.

Ella afuera sonreía, aunque temblaba un poco del frío, Candam se sacó la capa y la puso encima de la jovencita, luego de subirla al caballo, luego él subió al equino, rumbo a la casa que previamente habían preparado para robar los poderes de la princesa.

Lycka se sorprendió que no llegaran a la posada donde se habían hospedado, sino a una casa pequeña rodeada de un hermoso jardín; Candam la ayudó a bajar, para luego amarrar el caballo a uno de los postes, luego de lo cual se acerca a la princesa y la abraza desde atrás.

Lycka se siente nerviosa, Candam la ha abrazado desde atrás y lo siente completamente pegado a su espalda, mientras las manos de su "esposo" están en la parte baja de su abdomen, el joven pone su cabeza en el hombro de la princesa y le da un beso en el cuello; algo que la hace estremecer, la inocente princesa pensaba que ahora que Candam se había convertido en su esposo, él tenía todo el derecho de hacer eso, pero eso no evitaba que se sintiera avergonzada y se sonrojó.

- "Cuando vine a buscar a mi amigo, se estaba embarcando en un viaje impostergable, me dijo que podíamos quedarnos en su casa, hasta que él regresara, y me ha dejado las llaves, ¿entramos? Cariño", dijo Candam mientras abrazaba desde atrás a la princesa.

La princesa Lycka dijo un sí casi susurrando, Candam se daba cuenta que ella se estremecía con sus caricias y sus roces, graduando lo que quería lograr de ella, la soltó le sonrió y le dio la mano para ingresar a aquella pequeña casa; la jovencita estaba completamente sonrojada que no se atrevía decir absolutamente nada, así que ingresó en silencio.

- “Lycka, sé que no estás acostumbrada a una vida sencilla, y este cambio puede resultar abrumador, trataré de…”, Candam guardó silencio, al notar que la princesa parecía algo mareada, “¿te encuentras bien?”, le preguntó y la tomó de los hombros.

- “No lo sé, de pronto me sentí algo débil”, dijo la princesa.

- “Ha sido un largo día, ven vamos a la habitación, (llevando la lámpara que había encendido en sus manos) solo me esperas un ratito en la puerta”, expresó Candam llevando de la mano a la princesa.

La princesa esperó en la puerta de la habitación, mientras Candam encendía todas las velas que había puesto en la habitación, que estaba curiosamente decorada con piedras brillantes color naranja (aquellas que le dio Tesko) que daban una sensación cálida a la habitación, si bien le daban un aspecto agradable, de un momento a otro Lycka sintió una angustia en su corazón.

Candam se dio cuenta que la princesa parecía intuir algo, ya había llegado hasta esta parte si retrocedía y ella se marchaba, diciéndole después a sus padres que se habían casado en secreto, al no haberse consumado el matrimonio, empezarían a buscar la manera de anularlo, lo que llevaría a descubrir que todo era falso, lo que implicaba un castigo terrible para él; si algo del plan salía mal, un matrimonio consumado le garantizaba que los reyes de Urtesi tuvieran que aceptar su relación sin más remedio sino la princesa sería la principal perjudicada, en un intento de disfrazar todo como la inmadurez de dos jóvenes enamorados que huyeron por amor.

Candam se volvió a acercar a la princesa, la tomó de la mano y la introdujo a la habitación, sacó de su bolsillo una pulsera que tenían cristales morados y se la puso en la muñeca a la princesa, la mirada brillante y azul de aquella niña frente a él, empezaban a hacerlo sentir miserable, había hechos muchas cosas nada santas sin problema alguno, pero se daba cuenta del amor sincero que le brindaba Lycka y lo inocente que ella era.

- “Es mi regalo de bodas para ti, eres tan linda y noble, definitivamente no te merezco, por favor no te vayas a quitar la pulsera, hasta que estemos lejos de esta casa”, dijo Candam, pensando que esa pulsera era lo único que evitaría que Lycka muriera cuando Tesko venga por los poderes.

- “Te amo, sé que todo ha sido muy rápido de las circunstancias, solo quiero que sepas que te amo; y siento no tener un regalo para ti”, expresó Lycka con ternura.

- “Tú eres el regalo, hermosa, tú eres el regalo”, comentó Candam.

Lord Candam tomó el rostro de Lycka con sus manos y usó uno de sus dedos para acariciar los rosados labios de la princesa, ella lo quedó mirando, las sensaciones que provocaban en ella las acciones de él eran todas nuevas, de pronto él la acerca con un solo movimiento, quedando sus cuerpos pegados el uno al otro.

- “Sé que tal vez no sea el mejor lugar para tu primera vez, solo déjate llevar… (susurrando), perdóname”, dijo Candam para luego besar apasionadamente a la princesa, y desataba las cintas del vestido.

El corazón de Lycka parecía latir a toda velocidad, aunque se sentía algo avergonzada, se dejaba llevar por el hombre que amaba, y parecía disfrutar todo lo que estaba sintiendo en ese momento, el vestido cayó al suelo y él la hacía retroceder hasta la cama, mientras seguía acariciando el cuerpo de la princesa, ella trataba de responder también con caricias, aunque algo torpe por su inexperiencia.

Candam calló sus pensamientos de culpabilidad, después de todo, esa solo era una misión, odiaba tener que hacerlo, pero todos terminaban obedeciendo las órdenes de los superiores, incluso no pudo tener por primera vez a la mujer que realmente amaba, ya que ella tenía que entregarse a otro hombre por la misión que le habían dado, teniéndose que conformarse con ser amantes; recordando eso, se le fueron los remordimientos, dejando llevar por la pasión y poseer a la joven mujer desnuda que ahora tenía en la cama.

Lycka aún nerviosa había estado disfrutando las caricias y besos que estaba recibiendo su cuerpo virgen; él sabía que ella se estaba entregando con amor, entre algunos gemidos que se le escapaban; pero ya no había vuelta atrás, hasta ahí fue la delicadeza, de pronto se hundió en ella de una sola vez, el dolor punzante en su interior la hizo gritar; ella había leído que la primera vez podía ser dolorosa, no se imaginó que lo podría ser tanto; era una noche que no esperaba, por un momento trato de desaparecer de ahí, pero sus poderes no respondían.

“Quítate, sal, duele, me lastimas”, decía desesperada, él parecía no escuchar, salía e ingresaba en ella, moviéndose rápido, fuerte y muy duro; la joven princesa supuso que así debía ser, apretaba sus manos en las sábanas soportando lo que estaba ocurriendo, mientras gritaba y lloraba de dolor, hasta que perdió el conocimiento; al terminar Candam limpió las lágrimas que habían quedado en el rostro de la princesa, pensando "lo siento, vive Lycka, por favor no mueras esta noche".

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***