8. Mi niña Felicidad

Lycka en su vida había experimentado dos eventos tristes, ella no sabía que los recuerdos de ello le servirán en las próximas horas, para llenarse de la energía necesaria para sobrevivir aún con gran dolor en su corazón.

El primer evento fue la muerte de su abuelo, hace seis años, ella estaba en el inmenso jardín del palacio de Urtesi en compañía del rey Tarkus, su abuelo, leyendo un libro sobre la magia de ilusión amarilla, que era lo que le permitía desplazarse de un lugar a otro, y otras habilidades que aún no había desarrollado en ese entonces, y que incluso habiendo cumplido los dieciséis años tampoco habían desaparecido.

- “¿Pasa algo, Lycka?”, preguntó el rey Tarkus.

- “El tatarabuelo pudo desplazarse en dos reinos, ¿crees abuelito que podré hacerlo algún día?”, preguntó curiosa una Lycka de diez años.

- “Yo jamás pude hacerlo, pero tú eres una niña muy brillante, probablemente lo logres algún día, mi niña linda”, respondió su abuelo.

- “Cuando me desplazo lejos duele, si hago eso tal vez duela demasiado, mejor no… además no quiero ir muy lejos, me gusta Urtesi, solo tal vez iría a Fontana para ver a Jarumi y a Josag, son dos de mis tres personas favoritas”, dijo con particular elocuencia.

- “¿Y quién es tu tercera persona favorita?”, preguntó el rey con una sonrisa.

- “Tú abuelito”, respondió con cariño la pequeña Lycka para luego abrazarlo.

De pronto el rey palideció, y en su mente se formó una imagen donde Lycka estaba ensangrentada con las manos temblorosas y abrazando a alguien que no podía reconocer; la premonición era otra de las habilidades de alguien que pose magia de ilusión amarilla, algo extraña porque no todos los magos amarillos lo alcanzan, era más bien una capacidad para los oráculos, que prefieren la soledad.

- “¿Estás bien, abuelito?”, preguntó preocupada la pequeña Lycka.

- “Lycka, pase lo que pase en tu vida, recuerda que hay personas que te amamos sinceramente y siempre vamos a esperar tu regreso, mi niña aún en la oscuridad y con miedo, rendirse no es una opción, mi niña eres fuerte, inteligente y tienes un maravilloso corazón, resiste lo que venga y regresa a casa mi niña”, respondió el rey Tarkus aún nervioso.

- “¿Por qué me dices eso abuelito?”, consultó la niña, mirando a su abuelo con los brillantes ojitos azules que le iluminaban el rostro.

- “Solo recuérdalo mi niña, a veces inexorablemente uno camina a una circunstancia difícil y dolorosa, pero eso no te puede detener, la vida no se acaba ahí, uno puede volver a empezar, aunque resulte difícil; tal vez no me entiendas ahora, solo recuérdalo, grábalo en tu corazón, mi niña Felicidad”, aconsejó el abuelo a su nieta.

El rey sabía que el tipo de premonición de aura verde era imposible de cambiar, solo te servía para prepararte para los acontecimientos; como también sabía perfectamente que esas eran sus ultimas horas de vida; veía con melancolía a la menor de sus nietas, cuando ve llegar a su hija (la madre de Lady Jarumi) dirigirse hacia él, quien había venido desde Fontana ante el pedido de su anciano padre, que quería despedirse de la hija que se le fue a vivir a otro reino. Esa noche, el rey Tarkus murió rodeado de sus hijos y nietos, y con la visión de un augurio que dejó una sonrisa en él ante la muerte; para Lycka la muerte de su abuelo le dejó un vacío, pues era quien más la comprendía de todos.

Años más tarde, cuando Lycka tenía catorce años iba presurosa con una fuente para preparar unos pastelitos cuando escuchó decir a su padre que Josag, el príncipe de Fontana, dos años mayor que ella, había sido herido gravemente por el rey Carpio de Susumira en una batalla y que se debatía entre la vida y la muerte; al escuchar eso, ella dejó caer todo lo que tenía en sus manos.

- “No puede ser cierto, papá, Josag no puede morirse, no puede, papá, es un mago de luz azul, es un mago del agua, él va a estar bien papá, dime que va a estar bien papá”, dijo muy nerviosa Lycka.

El rey Sago abrazó a su hija, quien lloraba desconsolada, Lycka quería a Josag, aún más que a su propio hermano, porque compartían el particular interés por siempre saber más sobre la magia, admiraban la fuerza y determinación de Jarumi, odiaban el protocolo y amaban tomar sus propias decisiones, aunque resultaran algo extrañas para los demás; cuando la vida del príncipe Josag de Fontana corrió peligro ella lloraba desconsolada y rogaba en la iglesia que su amigo sobreviviera.

Meses después, el tio de Josag, conde de Sharaf, lo trajo un tiempo a Urtesi para que reponga fuerzas antes de que fuera a vivir a Reviere, un ducado donde el rey de Fontana había mandado a su hermano, para protegerlo de la guerra y afrontara el hecho de que difícilmente podía ponerse de pie después de haber sido un alma tan libre que no se podía quedar quieto. Cuando los dos padres de Josag murieron, el conde de Sharaf había discutido terriblemente con su sobrino, el rey Fortem, para traer al joven príncipe Josag a vivir a Urtesi hasta que sea mayor de edad; pero el rey Fortem no quería que su hermano estuviera muy lejos de él, ya que él era la familia más directa que tenía y sin él se sentiría muy solo; sin embargo, cuando su hermano casi murió, se sintió culpable de no haberlo alejado de la guerra y escuchado al conde de Sharaf, hermano de su madre.

Lycka fue a visitarlo en el condado de Sharaf, esperaba encontrar a su amigo deprimido, pero ahí estaba el joven príncipe de Fontana sentado en una silla de ruedas practicando sus conjuros mágicos, cuando vio a Lycka le sonrió, ella se acercó y lo abrazó fuertemente, agradecía que su amigo se encontrara vivo.

- “Cuidado Felicidad, aún me duelen algunos huesos”, dijo Josag.

- “Lo siento, lo siento, lo siento”, expresó la princesa nerviosa y con los ojos llorosos.

- “Cálmate Felicidad, estoy mejor ahora”, expresó Josag.

- “¿Por qué siempre me dices Felicidad?, me llamo Lycka”, manifestó la princesa haciendo un puchero.

- “Tu nombre significa Felicidad, y como que va contigo, pero si te molesta, te diré Lycka, Su Alteza”, dijo Josag con solemnidad.

- “Sé que significa Felicidad, solo que suena tan discordante ahora que me siento triste por…”, expresó Lycka con tristeza.

- “Estoy bien, estoy vivo, así que viviré con toda la intensidad que se pueda, no le voy a dar gusto al rey Carpio que me vea destruido, tal vez haya lastimado mi cuerpo, pero sigo siendo el príncipe Josag de Fontana; el hombre que mató a mis padres, y quitó la vida de mi mejor amiga, su propia hija, no tendrá nunca el gusto de destrozar mi alma, no se lo voy a permitir, viviré y seré feliz”, dijo Josag y se puso de pie por un minuto, aunque por dentro sintiera muchísimo dolor en sus piernas, respiró, sonrió y se sentó.

Lycka lo quedó mirando, su joven amigo siempre resistía cada circunstancia terrible de su vida con aplomo y esperanza, la joven princesa dudaba de ella poder lograr algo así.

- “Yo nunca podría ser tan fuerte como tú”, expresó Lycka.

- “Yo creo que sí, te conozco, pareces frágil por dentro, pero eres una muralla inquebrantable por dentro”, manifestó Josag.

- “Me das mucho crédito, tu tienes la magia de la armonía, por eso siempre emanas paz, concordia y logras el entendimiento entre las personas, yo más bien soy bastante torpe”, dijo Lycka.

- “Niña, tu tienes la magia de la felicidad, así que deberías creer y tener esperanza en el futuro; mientras tengas vida no dejes que te arrebaten lo que eres, pelea y obtén la victoria”, comentó Josag y luego con su magia le arrojó las hojas secas a la princesa.

La princesa Lycka sonrió y le devolvió las hojas, fueron felices esa tarde, por ese momento la guerra había desaparecido, la tristeza y los miedos se alejaron; y solo eran dos buenos amigos adolescentes que se animaban él uno al otro; la angustia de los días de saber si su amigo sobreviviría o no desaparecieron, y admiraba esa capacidad que tenía el joven príncipe para no desanimarse aún en las peores circunstancias; cada vez que ella tenía dificultades pensaba en su amigo que había cambiado radicalmente su vida, pero seguía siendo igual de vivaz que siempre.

Ya en el presente, Lycka despertó en aquella cama, en la cual perdió su inocencia, aun sentía un intenso dolor en su femineidad, Candam dormía a su costado, pero ella se sentía tan sola, no era para nada lo que imaginó podría ser una vida con el hombre de la que estaba enamorando; de pronto se escuchan voces afuera de la casa, el peligro está muy cerca, a Lycka todavía le falta afrontar situaciones muy difíciles.

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