Pide Un Deseo
15 de Julio del 2018.
La casa de los Evans parecía feria, la música retumbaba por todos lados y los gritos y risas de las personas que allí había eran fuertes. Pero era normal, pues ese día la hija menor de esa familia cumplía sus trece años.
Los Evans era una familia muy adinerada, eran dueños de una cadena de hoteles y restaurantes además tenían una de las empresas petroleras más grandes de toda España.
Mía Anastasia Evans, una hermosa niña de larga cabellera negra y con unos deslumbrantes ojos azules, su piel parecía de porcelana, era toda una muñeca, frágil y delicada.
Estaba cumpliendo trece años y sus padres habían hecho un festón con invitados que ella no conocía, pero que dejaban buenos regalos. Una de sus mejores amiga, Clara, que era su única acompañante en esa fiesta, que en vez de un cumpleaños parecía una reunión de negocios a excepción de los amigos de su hermano que se encontraban en la alberca dándose un chapuzón en la piscina.
- Cuando sea grande seremos cuñadas-. Le dijo Clara observando al hermano de Mía que reía con unos de sus amigos.
- Serás mi cuñada favorita-. Dijo con emoción Mía abrazando a Clara.
Clara arrugó el entrecejo y la codeó.
- Solo tienes un hermano-. Dijo riendo.
Mía encogió sus hombros y salió corriendo antes de que Clara entendiera la indirecta.
- ¡Eres una mala amiga, Mía!-. Le gritó Clara corriendo en la misma dirección por dónde se había ido Mía.
No muy lejos de Mía y Clara, en la alberca, Anderson el hermano mayor de Mía, sostenía una botella de soda.
- Vamos a jugar verdad o reto-. Dijo elevando las dos cejas.
- Paso-. Habló Rolan, uno de los amigos de Anderson.
- No seas aguafiestas tío-. Le recriminó Dylan, otro de sus amigos.
Rolan le sacó el dedo del medio y Dylan la lengua, todos tenían quince años y eran mayores que Mía y Clara por dos años.
- Yo juego si Lían lo hace-. Dijo Rolan viendo al susodicho que lo fulminó con la mirada.
- Deja de meterme en tus líos-. Vocifero Lían mientras se sentaba cerca de Anderson.
Rolan sonrió de lado y se acercó a él, le gustaba provocarlo, pues se enojaba con facilidad y eso lo divertía mucho.
- ¿Miedo de las verdades por decir?-. Le preguntó Rolan con un deje de burla.
Lían soltó una risa ronca y miró al resto de sus amigos que esperaban la respuesta de él.
- Esa palabra no está en mi diccionario de vida-. Aseguró levantándose de dónde estaba.
Todos aplaudieron y comenzaron a sentarse haciendo un círculo para empezar el juego.
- Somos muy pocos-. Se quejó Dylan.
- Tranquilo amigo, que más que un juego de botella, será un juego de desafío-. Aseguró Rolan sin dejar de mirar a Lían.
- ¡Que empiece el desafío!-. Gritó Anderson moviendo la botella.
La primera tirada cayó en Anderson y Dylan, y el primero sonrió con malicia, tenía la pregunta perfecta o si su amigo prefería reto también lo tenía.
- ¿Verdad o reto?-. Le preguntó Anderson.
- Empiezo con verdad-. Respondió Dylan frotándose las manos de los nervios.
Él ya sabía las preguntas íntimas que siempre hacia Anderson y estaba preparado para responderlas sin tapujos y vergüenza alguna.
- Bien-. Aceptó Anderson-. ¿Verdad o mentira que tu mamá te llevó al prostíbulo, te escogió la puta y te esperó hasta que salieras de allí?.
Todos miraron a Dylan que se había puesto como papel, por eso estaba nervioso, sabía que el mayor de los Evans era un hijo de puta que no sabía cómo, pero que se enteraba de todo.
- Solo fue una vez-. Murmuró Dylan y todos se echaron a reír.
- No me jodas, Dylan-. Dijo entre risas Rolan.
Dylan enrojeció de la vergüenza, Anderson se las pagaría y como sabía que el muy gilipollas jamás iba a decir verdad, en su mente estaba planeando el desafío perfecto para él.
Anderson volvió a lanzar la botella y está vez cayó entre Lian y Rolan, este último sonrió con suficiencia, pues no tenía secretos o bueno, no tenía secretos que Lian supiera.
- ¿Verdad o desafío?-. Le preguntó Lian.
- Desafío-. Respondió Rolan con una sonrisa
- Perfecto-. Dijo Lían-. Quiero que vayas a dónde están nuestros padres y le quites el whisky al tuyo y lo derrames en el sofá favorito del papá de Anderson.
La sonrisa de Rolan se desvaneció, y la de Lian se ensanchó, sabía que era un buen desafío y gozaría de los resultados.
Rolan miró al interior de la casa y suspiró profundo, se iba a meter en un buen lío, pero jamás rechazaría un desafío y menos aún proveniente de Lían.
- Estamos esperando-. Dijo con pereza Lian
- No me presiones-. Crujió los dientes.
Anderson y Dylan no aguantaban las ganas de reírse, ellos sabían que para el papá de Anderson, aquel sofá era su vida y pobre aquel que hiciera algo en su contra.
Con pasos lentos, Rolan se adentró a la casa seguida de Dylan que por nada del mundo se iba a perder lo que en segundos sucedería allí.
Todos los padres de los chicos estaban reunidos hablando de negocios y cada uno con una copa de whisky, Rolan miró hacia atrás y Dylan le dio ánimos, no porque quería que le fuera bien, al contrario, quería ver la reacción de todos allí.
- Hola hijo ¿paso algo?- Preguntó el papá de Rolan viendo cómo su hijo se acercaba a él.
Rolan tragó grueso y en un movimiento le quitó la copa a su padre y sin esperar un segundo más la vacío en el sofá favorito del papá de Anderson.
- ¡¿Qué carajos hizo tu hijo, Rubén?!- Dijo enojado el papá de Anderson mientras corría a limpiar su sofá.
Rubén miró de inmediato a su hijo y este por poco y se hacía en los pantalones.
- ¡Rolan Gutiérrez estás castigado por un mes y dame las llaves de la Ducati ahora mismo!-. Lo reprendió Rubén extendiendo la mano para que le diera las llaves.
Rolan negó, pero el ceño fruncido de su padre le advirtió que no estaba para negociar nada, su labio inferior tembló y quiso llorar porque le estaban quitando su alma gemela, su amor, su moto, pero reprimió las lágrimas y se las entregó.
- ¡¿Qué diablos te hizo mi sofá para que me lo trataras así?!-. Le preguntó el papá de Anderson.
- Lo siento señor Duncan, es que estábamos jugando verdad o desafío y...
- ¡¿Verdad o desafío, es en serio Rolan?!-. Lo interrumpió Rubén-. ¿Acaso son niños preescolares para jugar esas pendejadas?.
- Lo siento papá, es que yo...
- Dos meses más sin Ducati y sin videojuegos-. Sentenció Rubén y está vez Rolan si quiso dejar salir sus lágrimas-. Largo-. Señaló la puerta Rubén.
Con la cabeza agachada, Rolan salió del salón donde estaban los adultos, Lían se las iba a pagar bien cara, ya se iba a enterar con quién se había metido.
Las risas de Anderson y Dylan no se hicieron esperar y Lían sonreía con suficiencia, había sido un buen golpe, ahora solo le tocaba esperar lo que sea que Rolan le preguntara o lo desafiara.
Anderson volvió a tirar y está vez le tocó a Dylan con Lían y escogió verdad, algo sencillo y un poco aburrido, luego le tocó a Rolan con Anderson y este se ganó un buen guantazo de su madre, pues escogió desafío y al instante se arrepintió cuando Rolan le dijo lo que tenía que hacer.
- Creo que se hará un morado-. Le dijo Dylan poniéndole hielo en el cachete.
- Jódete-. Le respondió Anderson lanzando otra vez la botella.
La botella parecía que iba en cámara lenta y cuando se detuvo, Rolan sonrió como maniático mientras que Dylan y Anderson se persinaban.
- ¿Verdad o desafío?-. Preguntó Rolan sin borrar su sonrisa.
- Desafío-. Lo retó Lían, porque sabía que Rolan quería sacarle una verdad que jamás la diría menos con los otros dos presentes.
- Como quieras-. Se encogió de hombros Rolan mirando por todos lados.
Quería ponerle un desafío que lo hiciera sufrir así como lo hizo él, pero no le llegaba nada que Lían no pudiera superar, hasta que las risas de dos niñas llamaron su atención.
- Sigo esperando-. Dijo Lían al ver que Rolan no hablaba rápido.
Rolan volvió a mirar a las chicas que reían de algo y después centró su mirada en Lían, sabía que el capullo frente a él tenía cero paciencia y no toleraba las rabietas y caprichos de niñatas malcriadas y engreídas, justo como lo eran Mía y Clara.
- Lían, Lían, mi gran y competitivo amigo Lían, espero que esté desafío no sea mucho para ti-. Escupió Rolan con una sonrisa siniestra en sus labios.
- Dispara-. Dijo Lían
- Esa es la actitud-. Aplaudió-. Te desafío a ser el genio de la lámpara mágica de nuestra querida cumpleañera, o sea que le vas a cumplir un deseo a Mía cada cumpleaños empezando desde hoy hasta que tenga los diecisiete años-. Puntualizó Rolan y el azúcar a Lían se le quiso bajar.
- ¿Me estás jodiendo?-. Preguntó dudoso Lían.
- Nope-. Respondió Rolan-. ¡Mía ven acá!-. Le gritó.
La sangre de Lían se le bajó, odiaba los berrinches de niñas como Mía, él había sido testigo de los múltiples caprichos de la hermana de su mejor amigo, era insoportable y el no tenía ni una pizca de paciencia.
- Espera Rolan, no puedes poner un desafío por muchos años, el juego empezó hoy y se termina hoy-. Le recordó Lían.
- Que yo sepa nadie puso reglas, así que mi geniecillo de la lámpara mágica, es hora de hacer realidad los deseos de nuestra cumpleañera-. Dijo Rolan guiñándole el ojo…
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Hola mis amores, he vuelto y más recargada que nunca, con una nueva historia que estoy segura de que te va a encantar, quería decirles que lamento no haber escrito en estos meses, he estado saturada y estoy en proceso de divorcio así que ya saben cómo son esos trámites, pero ya soy libreeeee y lo voy a festejar con esta novela.
Espero les guste.
Besos y abrazos
Con mucho amor.
Su fiel autora Mayu 😘, los quiero un montón.
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Comments
Delfina Del Carmen Henriquez Ruiz
Empezó muy bien, felicidades escritora
2024-03-22
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mariela
Marjorie que bien que retomaste la escritura te felicito por tu aptitud te deseo mucho éxito en este nuevo proyecto y suerte
La trama comienza buena con risas y travesuras de adolescentes espero por más capítulos 📖✍️👍👌👏🙏🤗😘🇻🇪💐
2023-10-19
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Carol Lopez
hola autora empieza muy bien la trama....espero sea un éxito .......y pues un abrazo y mis mejores deseos para usted k sea leve la separación
2023-10-18
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