Capitulo 14: Secretos

Es transcurro del viaje fue incómodo al principio, pero gracias al pequeño que derritió los feroces ojos de Aristotte haciendo ameno el viaje, al final llegaron a la Capital Humana, donde el cochero los dejó a las puertas del palacio, a simple vista se veía el lujo y espléndida fachada.

Antes de entrar Roxana y Thai se despidieron de su amigo de la infancia, tras la despedida ambos subieron las infinitas escaleras, donde en cada escalón estaban parados dos soldados en cada extremo. Llegaron a la cima un poco exhaustos, pero extrañamente no había nadie para recibirlos, se miraron sin entender nada Tai cogió la delantera,  entró al palacio donde esperaban su presencia, se encontraba un Ruveliss mucho más adulto, donde su expresión era una totalmente seria y distante, una personalidad muy cambia respecto a hace cuatro años atrás.

  -Bienvenidos al Imperio de los Humanos, espero vuestra estancia aquí, sea de vuestro agrado.- Expresaba el en un tono serio, mientras hacía una leve reverencia y se marchaba.

Ambos visitantes quedaron sorprendidos aún más, por aquel recibimiento un poco forzado, pero lo más raro era el comportamiento era totalmente diferente, era cansado y forzado, era como si quisiera irse corriendo dejando atrás sus obligaciones. Roxana no pudo hablar con él desde que hizo la travesura de hace cuatro años atrás, había establecido una pequeña amistad con él, mutuamente se mandaban cartas, pero cesaron cuando se confirmó que ella iba a venir al Imperio. Si no era poco le habían asignado varias doncellas que caminaban detrás de ella, junto un código de vestimenta un poco pasado, para el estilo que ella usaba habitualmente, era un vestido largo que escondía todo el cuerpo y le hacía una cintura de avispa, por el corsét que estaba demasiado apretado, junto a unos tacones que le costaba andar ya que ella nunca lo utilizo jamás.

El palacio y sus jardines eran hermosos, todo iluminado por el sol que alumbraba más, a diferencia de su País, los colores de las flores resaltaban mucho era como vivir en un cuento de hadas. El trancurro del día pasó sin precedentes y ya era hora de dormir, donde nuestra protagonista estaba ya preparada para dormir y por alguna rara razón no pudo dormir, esa rara razón era Aristotte, que estaba mirándola sin pestañear.

  -Oye, sé que soy el amor de tu vida, pero déjame dormir.- Suplicaba la mujer a su amigo pero no funcionó.

  -Cómo se te ocurre hacer algo así, no tienes neuronas o qué.- Le decía enfadado, mientras le picoteaba todo su cuerpo haciendo que  la contraria se tapara con las sábanas.

Estuvieron peleando por bastante rato, hasta que se quedaron sin aliento, cayendo a la cama para después darse unas carcajadas, mientras el sueño les invadía lentamente.

En cambio en otro lugar, en el País de las Sombras, se presenciaba una masacre, donde los residentes de ese País estaban matándolos, los soldados no pudieron completar su misión, igual que a los siete generales que perdieron su vida contra unas sombras. Dejaron únicamente a los ancianos y a los hijos de cada general, aunque no muy bien de salud ya que las heridas eran de una muerte segura.

Volviendo con nuestra protagonista que se encontraba soñando con un lindo sueño o un pasado, ya que se trataba de Aristotte, pero no sé diferenciaba aún a la mujer que lo acompañaba, al parecer vivían juntos en una casa normalita, donde ambos hacían diferentes trabajos, pero siempre estaban cerca de cada uno, eran unos recién casados, que disfrutaba de la vida feliz felices. Hasta el punto donde la mujer empezó a enfermar y él cae en la locura para poder salvar la vida de su mujer.

Ahí se encontraba Aristotte, entre papeles viendo el famoso juramento de amor de los demonios zorros, al descubrir tal dato fueron a dicho árbol, donde juraron volver a encontrarse, pero eso no basto, el no quería quedarse solo tras su muerte, por ello su locura empeoró, empezo a notarse, cada día que pasaba ambos morían lentamente en formas totalmente diferentes. Ahí fue cuando lo descubrió todo, sobre los soñadores, las aves y su inocencia al salvar a su amada, creo a las dos almas  con una parte del poder de ambos seres "miticos", pero ese poder es una ilusión, no era real.

Así acabó los recuerdos que contenían ese libro, dejándole una pequeña predicción a la pequeña protagonista, donde se veía ella más madura junto a un traje oriental acompañada de unas campanas que sonaban al ritmo del viento, el fondo cambiaba a uno de naturaleza y otro en la sala de un trono. Así acabó la misión que no pudo lograr días atrás, amaneció con el sol que deslumbraba hasta la persona que más amaba el sol, por alguna razón Roxana no se encontraba cansada ni nada por el estilo, era todo lo contrario, despertó a su amigo con uno de sus energéticos abrazos, asustándolo pero se calmó a los segundos, parecía que había olvidado todo lo que había soñado, pero no tardó en recordarlo de golpe, dándole un pequeño pinchazo en la cabeza que la obligaba a recordar todo.

En otro lado del Imperio Humano, estaban padre e hijo discutiendo sobre la ropa que debería de llevar el pequeño, su padre obligaba a ponérsela, mientras el pequeño huia diciendo que eso era ropa de campesino y él tenía que llevar cosas con más estilo que trapos que encima estaban sucios, ambos hombres terminaron de pelear, acabando perdiendo el más joven y asi poniéndose los trapos como su padre decía.

  -Oye papá, ¿Ya ha caído el País de las Sombras?.- Exclamó triste y jugando con sus pies.

  -Así es, todo ha acabado.- Respondió el mayor mirando por la ventana, mientras el pequeño bajaba la mirada.

Noto como su hijo se había desanimado, por el comentario, él no tenía ni idea de cómo animar su estado de ánimo, sólo puso sus manos en la cabeza del niño, para luego mover algo rápido haciendo que los cabellos se fueron por todos los lados, así despeinandolo, no tardaron en volver los gritos de niño, para que pararara y que por su culpa debía otra vez peinarse, a la calle no podía salir con alguna imperfección.

Tras unos diez minutos exactos, pudieron salir, los humanos eran muy bulliciosos no había lugar donde no reinara el silencio. Los humanos eran demasiados para la Capital, avanzar hasta el palacio era agotador y difícil, la gente te bloqueaba, empujaba más las veces que perdió a su hijo en el camino, donde optó por cogerlo en brazos, un acto raro entre los demonios, pero común para los humanos, al fin llegaron al palacio donde el emperador les "ayudaría" gracias a un pequeño chantaje.

Tendríamos a nuestra joven protagonista, un poco asfixiada por los ropajes que le obligaban a ponerse, no entendía él motivo del corsét era algo sin sentido, solo refinaba su cintura cosa que a la vista ya tenía, para no hablar de los tacones, para que ella quería ser más alta, no era beneficioso. Roxana, lo buscaba a él, Ruveliss, "El emperador benevolente", que por alguna anomalía, era diferente aparte el trato con su llegada no la había gustado nada, si no fuera poco los supuestos criados, no la llevaban a hablar con él, le ponían excusas sin mucha lógica, pero hoy sería el día, donde por fin hablaría con él como fuera lugar.

Hoy fue cuando vio un manto rojo y granate, recordó que ese manto era parte de la vestimenta del culpable que buscaba ansiosa, verdaderamente desapareció, corrió rápidamente al lugar. Al llegar al lugar donde desapareció el manto, vio una enorme puerta cosa que decidió abrirla, pero cuando iba a hacerlo, la conversación la atrajo ya que mencionaron su pueblo natal, donde parecía que nada bueno había sucedido y así fue la voz de Thai fue reconocida al instante por Roxana, donde el tono estaba demacrado y en su voz era temblante aguantando el llanto.

Estuvo escuchando y cada palabra no lo creía, era imposible "La caída del País de las Sombras" y más todo ellos lo sabían de antemano, no era lo más duro sino todo los aristócratas junto al pueblo habían sido asesinados, así mismo ocurrió con cada general dejando un hijo en cada familia dicha. En un impulso que hizo por entrar para enterarse y que le dijera que era una broma por estar escuchando a escondidas, pero el intento fue fallido, Aristotte la había sujetado, para que no pudiera abrir.

  -Debes controlar tus instinto, a veces es mejor entrarse a escondidas a que te lo digan a la cara.- Susurró en el oído de la protagonista haciéndole un ligero rubor por la sorpresa a la chica.

Por suerte no lo notaron y siguieron la conversación, donde Ruveliss habló por primera vez, donde mencionaba una carta donde el remitente era el hijo mayor de Allendis, Regulus,  que iba dirigida expresamente a Roxana y preguntaba que hacer con ello.

El silencio invadió la sala, el cual fueron salvados por el habla fuerte del hijo de Atzur, donde avisaba que alguien estaba escuchando, tras la revelación Aristotte se escondió junto a Roxana en otro cuarto justo a la donde estaban escuchando, abrieron la puerta y vieron al niño enfrente con una piruleta en su boca y los miraba con una sonrisa.

  -Ustedes tres, me debéis unos cuantos dulces, os he salvado de que esa parejita escuchara, vuestra conversación.- Decía con una sonrisa de lado a lado y pensaba que golosinas pedir a los tres adultos.

  -¿Estás seguro, que eso vistes eso?.- Dijo dudoso su padre, mientras su hijo negaba con la cabeza.

Ante ese acto del más joven los tres hombres suspiraron rendidos, no iba a soltar nada, si hubiera visto algo más, el precio a pagar no era para nada beneficioso, aparte lo que hablaron sería público a los días, no era ningún secreto. Los tres jóvenes apuestos se despidieron y tomaron caminos diferentes, beneficiando la escapada de la pareja espía, la cual no entendían la conversación escuchada así también averiguó que su amigo de la infancia, no era confiable  y donde lo usaría en un futuro muy cercano.

Roxana miró a Aristotte con una mirada cómplice, donde buscaría nuevos aliados en este Imperio, primero necesitaría influencia la cual la obtendría con autoridad y lo mejor para empezar sería estudiar la moda de estos últimos años, junto a las fiestas más prestigiosas sin olvidar el gran poder de una mujer "hablar" era el gran punto fuerte de toda mujer. Un nombre y unas cuantas palabras podrían crear un rumor beneficioso o crítico, al parecer su plumífero amigo entendió a la primera el plan de su amiga donde se decía en su mente "Prefiero ir a la guerra que estar con mujeres", aunque esperaba que no se convirtiera es una de esas mujeres corrientes y normales junto que no perdiera su hermosa sonrisa.

Se dirigió a su cuarto, lo cual llamó a una criada para que le contara las últimas "novedades" sobre el círculo social aristócratas y así fue, la criada tenía conocimiento sobre todo, había acertado en buscar a una criada, en sus libros los criados eran la fuente de toda novedad noble y no se perdía ningún dato

                                        

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Más para saber de la historia en ig: @ kokkiro_21   

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