Capitulo 6: Sucesos

El día se aproximó rápidamente y los primeros rayos de sol tocaban totalmente la cama de Roxana, haciendo que la molestaran. Vueltas y más vueltas entre las  sabanas, para volver a coger el bendito sueño pero desafortunadamente no funciono, por otro pequeñito factor, estaban tocando la puerta, se trataba de su nueva cuñada Carissa,("Asi es la que le corto las partes a mi hermanoValkyro").

  -Pasa antes de que me reectracte.- Dijo fuerte y claro Roxana mientras se sentaba en la cama.

La doncella hizo caso y entro a la habitacion con un paso apresurado para luego cerrar la puerta, se acerco a Roxana y se arrodillaba frente de ella.

    -Mi señora, clero junto a los inmortales han movido ficha sobre lo que dijiste. No ha habido tiempo en agradeceros en conseguir a vuestro tercer hermano junto el estatus que merezco tener y ansiaba tener.- Expreso mientras inclinaba la cabeza hacia el suelo, despues movio su cabeza hacia arriba para mirar a su contraria a los ojos.

   -Eres mis ojos y mis oidos en la  parte que no puedo acceder, prosigue siento que no es todo eso, ¿Verdad?.- Respondio tranquila y luego le devolvio la mirada con una sonrisa un tanto maliciosa.

  -Tus hermanos planean invadir las afueras del Pais de las Sombras, ¿Debemos impedirlo con los mercionarios que tenemos?.- Le explico mientras señalaba los territorios que iban a alzar armas.

  -No debemos hacer eso, debemos dejar a los mercionarios como ultimo recurso, usare el ejercito de Regulus, pero intenta meter a Taichi en el ejercito sin que los superiores lo noten.- Dijo con total tranquilidad mientras se dirigia a los baños y con una señal con la mano echaba a Carissa.

La doncella se fue de la habitación sin ser vista por nadie, mientras nuestra protagonista se sumergía en una gran terma, la diferencia de esta gran terma era que estaba fría, en vez de caliente la usaba únicamente, cuando tenía que pensar un plan o una estrategia para llevar a cabo sin ser descubierta por nadie.

Y bueno Carissa y yo nos conocemos desde hace unos años atrás cuando vivía a las afueras de la capital acababa de perderlo todo por Liliath y se reforma contra los aristócratas. Ella es la primera hija y única de su familia sus padres se encuentran en paralelo desconocido, ella es algo robusta con una melena corta y lisa con un color marrón que combina con sus ojos.

Las dos se conocieron en una de las expediciones de Roxana en el campo, la vio ahí muriéndose de hambre y sucia, así que decidio llevársela. Se convirtieron en "amigas", cuando se tuvo que ir, la dejo  atrás, pero los solucionaron para volver a estar en la misma casa.

Ya lista y preparada para lo que le esperaba el día, salió por la puerta de su habitación totalmente despistada y dando pequeños saltitos de desprocupación, a los pocos segundos logró escuchar unas voces de alegría, cuando fue Roxana al lugar donde desayunaban normalmente con su familia.

  -¡Que gran honor, Liliath te casaras con el futuro Rey Demonio!.- Expreso su madre mientras abrazaba a su hija.

   -En el banquete ni siquiera me miro, solo estuvo con mi hermana pequeña.- Replico entre duda y vergüenza.

   -Puede ser que haya sido asi, pero no lo justifica para nada, el estaba ausente y te miraba mucho. A si, se me olvidaba, ¡Felicidades por tu boda Liliath!.- Salto por detras de la conversacion con normalidad y regalandole una sonrisa para luego sentarse en su sitio en la mesa.

La hermana mayor, la miró y le agradeció, mientras seguía celebrándolo con más entusiasmo junto a su madre que poco más tarde apareció su abuela y se unió con la misma alegría. El desayuno transcurrió alegre y con deseos de la novia sobre su vestido, joyas sobre otras, la boda era la próxima semana, a principios, puesta por los grandes cargos "Tenían prisa en celebrar la boda" excuso Allendis.

Después de todo el jaleo y que se fueran las damas corriendo a conseguir el vestido de boda, Roxana se quedó sin mujeres en el palacio en excepción de las doncellas, así que decidio ir al despacho de Regulus y averiguar si de verdad invadirían los lugares de las afueras.

  -Regulus, ¿Vas a invadir las afueras de nuestro territorios junto a los demas hermanos?.- Expreso angustiada mientras ponia las manos en el escritorio.

  -¿Que? De mi parte no estoy nada enterado de esa batalla.- Le contesto desconcertado mientras dejaba de escribir para mirarla.

  -¡Quieren atacar Dailay, la ciudad natal de mi madre!, Ahi tengo parte de mi familia en ese pequeño reino, ¡Tenemos que impedirlo!.- Alzo su voz con angustia mientras sus ojos se humedecian.

   -Investigare la situacion y si lo que dices es verdad, mandare al ejercito a ayudar contra a nuestros hermanos. Mantenlo en secreto, si padre se entera, estamos todos muertos.- Se levanto y acaricio los cabellos de su hermana para luego decir al soldado que inviaran al espia.

Luego de unas horas el espía volvio y afirmó lo que dijo Roxana, sus cinco hermanos Liliath, Valkyro, Arisu, Baldenk y Yevhen planeaban atacar Dailay y sus alrededores. Su ataque sería el día de la boda para hacer la tapadera y que nadie supiera o pasarán de largo. Regulus y inmovilizó a todas sus tropas que se prepararán para una batalla después de varios unos años atrás sin usar las armas.

Roxana se despidió de su hermano y se fue por unos pasillos hacia su recámara, en ese pasillo se encontraba Carissa, cruzaron miradas en  eso nuestra protagonista, pestañeo dos veces haciéndole saber que había funcionado y que prosiguiera con lo planeado para luego dirigirse a su cuarto.

Después de ese acontecimiento no ocurrió nada entretenido o divertido, solo regalos absurdos por la boda junto conversaciones algo cursis o salidas del lugar, para la personalidad de nuestra protagonista. El gran día vino, donde dos sucesos pasaría pero y un, ¿Tercero?.

Todos los caballeros y soldados de mis hermanos se fueron días atrás, antes del amanecer marchaba la Rosa escarlata ejército dirigido por Regulus. La mayor parte se irían al amanecer y unos pocos se quedarían para no levantar sospechas de los demás hermanos.

   -Dale esta carta a mi primo Zhun Hang y no se atacará el de debe saber de esto.- Dijo Roxana al que estaba a mando del ejército en esta operación.

El Señor le dijo que lo haría inmediatamente, una reverencia para luego marcharse, antes de que el ejército se fuera le pidió a Taichi que la mantenga informada a todo momento, y que por nada del mundo lo descubrieran. Cuando los primeros rayos del sol asomaron ya no había ningún resto de que se había ido algún ejército.

En otro lado se encontraba un gran hombre preparándose para su gran boda, aunque no estaba en muy buenas condiciones, se había pasado toda la noche bebiendo alcohol y tenía un dolor de cabeza por consecuencia de la resaca.

  -¿Como se te ocurre emborracharte el dia de tu boda?.- Replico Irasume a su hijo mientras le arreglaba los botones de la camiseta.

  -Madre, por favor guarda silencio.- Suplico a su madre mientras se miraba en el espejo.

Como pude caer en la trampa de los demás clanes y obligarme a casarme con alguien que miente tanto, pero tampoco podía casarme con ella, no quiero lastimarla Roxana no me reconoce. Siempre quise agradecerle por aquel momento como Nevra y luego con aquel niño que jugaba en el bosque.

  -Hijo mío, sé que tu corazón le pertenece a esa híbrida, si te retractas alguna vez de esto. Yo te salvaré.- Le dijo acercando su mano a la cara de su hijo, para luego marcharse de la habitación.

Nevra quedó totalmente sorprendido ante la actuación de su madre, no era algo típico que una madre le diga tales cosas y menos a un hombre, no le dio importancia a lo que él le dijo y salió de su recámara.

En las afueras del País de las Sombras, en un pleno desierto esta a punto de iniciarse una batalla entre el ejército de la Rosa escalada y los Guardianes de Dailay un movimiento en falso y ambos ejército entrarían en un conflicto.

    -¡Cuantas veces debemos decirlo, venimos en son de paz! Tenemos una carta de nuestra princesa Roxana.- Gritó el general al mando de la Rosa escarlata mientras la paciencia se le acababa.

   -¿Roxana?, ¿Mi prima?.- Pregunto un joven mientras se acercaba al general de la Rosa escarlata.

En la capital lejos de la tormenta, todo el mundo impaciente por la nueva pareja creada y bendecida por el clero y resto de los demás jefes de resto de imperios, salían por la gran puerta dorada del templo donde se prometieron union, amarse y protegerse. Detrás de la pareja estaban los familiares de ambos partes celebrando. El nuevo matrimonio se dirigía al salón de banquetes en un carruaje de cristal para que la gente del pueblo los viera y lo felicitaran.

Roxana ya esperaba en el salón de banquetes, ya que no era bien recibida en el templo, por tener ideales diferentes, le alegró saber eso, podía arreglarse más tarde, no debería escuchar al sacerdote decir cosas e ilógicas. Ella vestía un vestido largo con corte sirena todo ajustado hasta la cadera y de ahí se iba abriendo poco a poco con unos volantes que llegaban hasta el suelo, el color del vestido era un azul marino con unas piedras preciosas en el escote de palabra de honor que bajaban cada vez menos con una lluvia de estrellas en el cielo. Su recogido de sus cabellos era algo desordenado pero le daba más elegancia al conjunto junto con sus zapatos blancos pero con brillos.

La espera fue aburrida no así no había ni un alma, pero no duró mucho, los primeros invitados fueron el líder de los demonios y sus hijos, como era tradición en su familia, alguien de la casa debía recibir a los invitados.

  -Bienvenido a la celebración señor Ariskor.- Pronuncio ella mientras hacía una reverencia y lo invitaba a pasar.

  -Vaya la mujer que escapo del Rey demonio, en mi clan eres bienvenida pocass pueden hacer lo que tú hiciste.- Exclamó con orgullo mientras agarraba una copa de vino.

Nuestra protagonista se quedó perpleja ante ese comentario y lo único que pudo hacer fue sonreír iba a responder, cuando el sexto general estaba entrando fue a recibirlo con una sonrisa.

  -Keig, ¿Me vas a aceptarcomo tu discipula?.- Añadió en su recibimiento con alegría.

   -Dentro de dos lunas, te quiero en mi consulta, te probaré si me sirves entraras si no te echaré.- Le contestó neutral mientras se adentraba al salón.

Volviendo a las lejanas tierra de Dailay, los dos ejércitos que estaban a punto de enfrentarse parecía que se habían unido, para enfrentar a otros cinco ejércitos de cada uno de mil hombres contra de uno ochocientos hombres dirigido por Zhun Hang y el otro por unos 1.500 hombres dirigido por el general asignado por Regulus.

La formación era algo absurda y llena de trampas entre las arenas en el frente se encontraban únicamente los soldados de Dailay y los de Rosa escarlata, transformados en pequeños insectos del desierto esparciados en grandes círculos esperando sus presas.

                                                                                                                                                                                           

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Más para saber de la historia en ig: @ kokkiro_21   

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Antonio Salmeron Fernandez

Antonio Salmeron Fernandez

empieza la guerra, ejércitos unidos para derrotar a otros y trama romántica entre imperios, cada vez más interesante

2024-09-01

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