La semana pasó rápida para nuestros dos protagonistas ambos estaban bastante ocupados, una como una nueva aprendiz de médico gracias al gas, aunque era prohibida era utilizada por los médicos autorizados como anestesia, en casos extremos para curar al paciente o para dejarlo dormido y nunca más despertar. Eso no fue lo más sorprendente, si no la habilidad de crear venenos con doble uso dejo al medio real totalmente atónito.
-¿Como sabes todas esas formulas? Todo lo que has creado, está muy bien escondido y nadie tiene acceso a esos archivos.- Exclamó sorprendido Keig, mientras miraba los documentos junto a los resultados.
-Cuando era pequeña, tenía un amigo aparte de Tai, bueno tenía otro también, pero ese amigo en concreto tenía una enfermedad que todos los médicos desconocían y no quería perderlo, entonces empecé a experimentar con él, a los años se recuperó y luego se marchó.- Le respondió algo triste, ya que era su amigo, se fue de la noche a la mañana y solo le envió una carta como despedida.
-Cuando te pregunten, se franca, las personas o demonios tienen doble cara.- Contestó en un tono normal, mientras le entregaba el uniforme junto al carnet de entrada a este cuarto.
-¡Vamos!, Estoy dentro, ¡No lo defraudaré, señor Keig!.- Dijo feliz y dando saltos de felicidad, le dio un corto abrazo para luego salir del lugar.
Fue directa a su cuarto y se cambió de atuendo, a una camisa blanca y pantalón azul y encima una bata blanca con bordados de oro. Se semi recogió sus cabellos con una cinta rojiza, con bordados negros, como no era de faltar se puso como calzados unos tacones a juegos a su atuendo, azul con blanco.
Salió de su cuarto y fue directa al comedor para el corriente desayuno, todos su familiares se quedaron un tanto asombrados ante el conjunto de la contraria pero fue bien recibido, por algunos miembros de la familia.
-Vamos a tener una futura médica en nuestra familia, que gran honor.- Dijo con orgullo su abuelo, mientras la halagaba por su aceptación en el área médica.
-¿Pero qué dices?, Suegro, está provocando a los hombres igualita que su madre.- Respondió la madrastra horrorizada, mientras miraba la protagonista de arriba a abajo.
-Mi esposo se llama Ezarel, nada de suegro, segundo la envidia, es muy mala para las arrugas que presentas y por último ojala vistas así y te quede igual, que a mi nieta.- Exclamó disgustada, mientras escogía la comida y lo dejaba en su plato, dejó a su esposo bastante pasmado mirandola.
A los segundos hubo grandes risas y carcajadas por parte de Ezarel, poco después se unió su amada esposa, no era algo común que la abuela saltara en una discusión sin formar. Los demás presentes se quedaron en silencio sepulcral, mientras escuchaban reír a los mayores.
-Ojalá tener una esposa como la abuela, y experimentar una aventura como la de mis padres.- Dijo risueño, el segundo hijo de Allendis, Arisu.
Eso fue lo que colmó el vaso, para que todos empezaran a reír, mientras lo animaban a encontrar una pareja imposible, otros lo llamaban inocente e ingenuo, pero a él no le importó mucho y siguió risueño.
Bueno, Arisu es el segundo hijo Allendis y así el segundo en la línea de sucesión, físicamente no se parece a nada a su padre o madre, ni mucho menos a ninguna rama familiar. Tienen la enfermedad del albinismo oculocutaneo, es decir todos sus cabellos son blancos como la nieve, igual que sus ojos, dicho fue causa de rumores sobre una infidelidad de parte de la madre y otros apodos no muy bien recidido por él como "El monstruo de las nieves" y por las damas enamoradas de su apariencia como "El rey de la ópera blanca". Arisu tiene una personalidad, tranquila, pacífica y muy romántica, es una persona totalmente despreocupada de la vida a diferencia de su hermano mayor, se la pasa enseñando a niños y a mujeres a no ser analfabetos en sus tiempos libres o también escribiendo obras de teatro románticas.
-Por cierto, esa obra que publicaste se convirtió una obra bastante popular, ¿Seguirás con la secuela?.- Preguntó su padre curioso, mientras daba un bocado a su último trozo de pan tostado.
-Aunque me le exijan, no la sacaré, sería una secuela de la obra forzada.- No pudo acabar la frase, fue interrumpido por un grito.
-¡Que!, No puedes dejarlo, así me moriré, deben quedarse juntos los protagonistas, tienen que quedar juntos.- Explicaba Roxana, los motivos de hace una secuela de la obra, con total orgullo y señalando con el tenedor.
El desayuno fue totalmente animado para la mayoría de la familia y cada uno al finalizar iba a hacer sus tareas matutinas, algunos papeleos de las tierras, otros estudiando o enseñando. No se iban a volver a encontrar hasta que cayera el sol, cada uno tenía unos horarios totalmente diferentes.
Y en otro lugar no muy lejos, se encontraba una pareja recién casada, donde por una parte no lo estaban pasando muy bien, menos mal que volvian dentro de un día y no volvería a verla, por tantas horas, Nevra sabía perfectamente que no era una santa, pero que estuviera tan ansiosa por tener relaciones íntimas, estaba realmente loca.
-Aprovecha todo lo que gustes, porque una vez que volvamos, no dejaré que me toques ni un pelo mío, maldita sucia.- Dijo amenazante, mientras miraba a su esposa con asco cosa que hizo que retrocediera.
Tras aquellas palabras se fue de la alcoba, dejando a su mujer ahí sentada en la cama totalmente desnuda, logró alejarse de la casa todo lo que pudo llegando a un lugar lleno de grandes robles.
-No llevas ni una semana y ni siquiera la soportas, no me quiero imaginar al mes.- Expresaba un pájaro de dos alas rojizo como el fuego ardiente.
-Dudo, que hayas venido hasta aquí, para decirme eso, Liala.- Respondía Nevra francamente, al pájaro que volaba al lado de él.
Liala era una hermosa ave fénix, sus alas eran de un rojo pasión que acababa en un degradado naranja, era un pájaro totalmente directa y que acompañaba a Nevrq desde niño era su fiel compañera y amiga. Sólo vio al ave en su verdadera forma, una vez, en la que se conocieron.
-Qué lindo, pero, ¿Por qué te casaste con ese monstruo en vez de la niña que amas? Pudiste haberla tenido para ti solo. Pero no, el niño debió casarse con la hermana, sacrificaces tanto por ella por nada.- Decía de una, mientras picoteaba al contrario con rabia, para luego posarse en el hombro de él.
-No me lo recuerdes, no puedo obligar a alguien que me ayudó tanto, no sería justo ni lo más caballeroso.- Intentaba excusarse más, pero las palabras no salían de su boca, mientras acariciaba a su compañera.
-¡Te odio! Eres demasiado blando y bueno, por eso la gente abusa de ti, aunque seas el ser más fuerte y poderoso. Eres idéntico a mi unico amor ¡Un idiota!.- Dijo enfadada, mientras picoteo la mano de Nevra y se iba volando.
Terminó en una pequeña risa de parte del hombre, mientras pensaba que ambas mujeres, su gran amor y su unica amiga, eran tan parecidas y al mismo tiempo tan diferentes. "O eso pensé, no sabía que iba a suceder tal tragedia, me hubiera gustado protegerla pero no pude."
En otro lugar estaba una protagonista adolorida de pies a cabeza, si no fuera poco acostada boca abajo en el césped, mientras escuchaba toda la historia de su nuevo amigo, estaba tan cansada que no escuchaba casi nada de lo que decía hasta que, habló de una leyenda de dos pájaros de dioses.
-El muérdago de la Antigüedad, Aisttetoe, nace de los deseos de la gente y en ese paraíso en el que viven los pájaros dioses. Una vez, los dioses y los humanos construyeron un hermoso mundo de coexistencia, sin embargo con el pasar del tiempo, los deseos de las personas van dejando de ser cosas hermosas. Un día alguien deseo que en la que en la sombra de su felicidad existiera personas infelices y entonces, nació un pajaro de una sola ala, y en la sombra del pajaro que anuncia un amanecer. Un triste pajaro continúa en una oscura noche.- Dijo en un tono melancónico mientras miraba el cielo oscurecerse lentamente.
-Ari, ¿Estás seguro que acaba ahí la leyenda?, ¿Eres un juglar, por eso sabes todas estas leyendas?.- Se reincorporó rápidamente para mira a su amigo emocionada, amaba ese tipo de leyendas.
-¿Un juglar?, Se podría decir que sí. Toda leyenda está basada en hechos verdaderos, mezclados con fantasías y bueno la otra parte te la contare cuando seas más adulta físicamente y mentalmente.- Respondió el pájaro, para luego desaparecer inesperadamente, mientras dejaba a una protagonista con la palabra en la boca.
Vio como su amigo, Aristotte se alejaba de ella volando y dejándole a la pobre protagonista más confundida de lo que estaba, cuando iba a su cuarto para prepararse una bañera totalmente caliente junto con plantas medicinales por los dolores del día, chocó con su padre que se notaba su cansancio, por las ojeras de sus ojos.
-¡Papi!, ¿A donde vas? Enseguida es la hora de la cena.- Preguntó algo exaltada por el pequeño choque y lo miraba sonriendo.
-Voy a ver las estrellas.- Respondió su padre frío, mientras se apartaba de su hija para seguir con su camino.
Desde aquel día la relación hija y padre se había fracturado bastante, al pasar los días no fue mejorando, así que convirtiendose en una relacion fria, a lo que era días anteriores al suceso. Ambos tenía un defecto, eran orgullosos a no poder más, por ello ninguno de los dos iniciaron una conversación.
Bueno pensaréis que es una idiotez, pero en mi familia hay una reglas a seguir. En una de ellas es no toma decisiones políticas y menos si no tienes un ejército, todo eso es debido a las luchas de los antiguos jefes de mi familia entre hermanos matándose por el poder familiar. Hubiera sido más fácil, quitar esa norma pero desafortunadamente las malas costumbres no se olvidan son reemplazadas por mejores, dicha norma es la más antigua de nuestra familia y sino totalmente irrompible, pero fue "remediada" con la nueva ley que impuso mi padre.
Roxana decidida, siguió a su padre a una pradera llena de vegetación y una gran roca que vio como se sentaba su padre. Se quedó parada detrás de la silueta masculina que miraba a las estrellas cosas que no tardó, en hacer el mismo gesto de admirar las estrellas.
-Soy el jefe de los demonios zorros, por ello debes obedecer las leyes y normas de nuestro pueblo. Pero antes de todo eso, soy tu padre y como tal debo velar por el bienestar de mis hijos, rompiste una norma principal e hicistes de todo lo que quisiste sin que nadie te castigará ni te dijera nada.- Expresó su padre sabiamente, mientras la invitaba a sentarse junto a él con una sonrisa agotadora.
-Se que cometí un gran error y acepto cualquier castigo a ello, pero actue, ante una situación que me superaba, mi otra familia no podía perderla, es parte del recuerdo de mi madre, también sé que una disculpa no serviría.- Respondió sentándose al lado de su padre, en un tono de arrepentimiento, mientras dejaba de mirar las estrellas.
-Como tu líder, te respondo que tus acciones valen más que las palabras y como tu padre te digo, que no seas una imprudente y no te adelantes a tu edad cada edae, tiene sus pros y sus contras.- Explicó dándole un toque en la frente a su hija, mientras sonreía a ver a su niña preciosa.
Antes de que pudiera responder, empezó una lluvia de estrellas que llenó todo el cielo oscuro, en uno muy brillante menos algunas partes, cosa que le pareció extrañamente raro, pero le traía curiosidad.
-Todas las estrellas son antiguos líderes de cada imperio, aunque parezca su cuerpo, su alma siguen observabanos desde las estrellas y como no faltar, los Reyes supemos también nos observa desde las sombras, no olvides quien eres, y ellos te ayudarán cuanto más los necesites.- Explico Allendis con su calma habitual mientras observaba a la protagonista.
-¿Enserio?, Qué emoción poder conocer a un antiguo líder.- Dijo ilusa, mientras se avanzaba sobre su padre para abrazarlo.
"Como pude olvidarme"
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Más para saber de la historia en ig: @ kokkiro_21
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Updated 32 Episodes
Comments
Antonio Salmeron Fernandez
impresionante
2024-09-08
1