La conversación entre aquellos tres tuvo lugar al otro día, era sábado y Martina no tendría que ir al colegio, así que ninguno podía escapar de ella.
Lo que hablaron allí fue un poco más de lo mismo, prometieron esperar y eso dejó más tranquila a Giulia.
Y así fue transcurriendo la vida, Giulia esperando que aquellos cumplieran su palabra, Massimo muriendo de celos cada vez que Gio se acercaba a Martina, Gio conteniendo su amor, ya él se había dado cuenta de como le brillaban los ojos a Martina cada vez que miraba a su guardaespaldas y Martina intentando olvidar su pasado.
Y terminó el curso, y para suerte de Massimo Martina se fue de vacaciones con Santino a New York, él no la podría ver ni abrazar a diario como hacía siempre que estaban resguardados por los muros de la casa, pero tampoco la chica estaba junto a Gio, que era su mayor preocupación, y para seguir en racha, el muchacho se iría a la universidad, la que haría en Nápoles, pero no estaría pegado como lapa a su Martina, ni compartirían espacio en el mismo colegio.
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- ¿Estarás en la fiesta de New York?- le preguntó Martina a Massimo mientras estaban sentados en la terraza del fondo de la casa para evitar miradas indiscretas y que él pudiera tenerla entre sus brazos, ya habían pasado unos meses y las Lombardi harían un último viaje a New York antes de el parto de Giulia para participar en una gran gala donde estarían un sin fin de personas importantes.
- Sabes que sí, pero iré como la mano derecha de tu hermana, no como tu novio, así que te tendrás que comportar señorita Lombardi.- le dijo dejando un beso sobre su pelo.
- No seas tan dramático, yo siempre me comporto, el que siempre tiene un cordón de moscas detrás eres tú y yo no me quejo tanto.- se burló de el hombre y sus celos.
- No te quejas por que sabes que yo soy tuyo, pero en cambio yo estoy esperando que en cualquier momento uno de los tantos chiquillos que tienes detrás babeando como bebé te haga mirarlo.- ella comenzó a reír con deseos y a pesar de que el hombre sabía que se reía de él no se enfadó, verla feliz era su misión de todos los días.
- Eres un tonto, yo no voy a dejarte, yo voy a esperar lo que tenemos que esperar y después vamos a ser muy felices.- le dijo moviéndose para quedar de frente a él.
- ¿Y ahora no eres feliz ?- le preguntó poniendo detrás de su oreja el pelo que tenía en la cara.
- Lo soy, pero quiero serlo aún más, promete que me harás muy feliz.- le pidió en un susurro.
- Te lo prometo, tú eres lo más importante de mi vida y quiero que seas feliz siempre, aunque no sea conmigo.
- No seas tonto, lo seremos juntos.- y él volvió a tomarla en un abrazo.
.....................
- Señor- habló un hombre todo de traje, era uno de los asesores que había contratado la empresa que se encargó de aquella fiesta que como tantas otras tenía un porcentaje de empresarios legales, un porcentaje de empresarios mafiosos y otro porcentaje de algunos que eran peor que los mismos mafiosos- Le presento a la señorita Lombardi.
Aquel otro hombre, alto y muy guapo miró a aquella chiquilla pequeña, tenía muy buen cuerpo dentro de un vestido hermoso, pero se notaba que de los quince años no pasaba.
- No sabia que había más de una Lombardi en la familia- dijo interesado, cuando se enteró que la señorita Lombardi estaría en aquella fiesta su corazón ardió de las ganas de verla, pero no se imaginaba que le presentarían a alguien que en su vida había visto y que además ni se imaginaba que existía.
- Pues sí, somos dos- le contestó la chica- Mi nombre es Martina Lombardi.- le habló tomando la mano que el hombre le había extendido.
- Mucho gusto Martina Lombardi, yo soy Isamu Bushida- y la chica le sonrió a el asiático, ella sabía perfectamente que él era el jefe de la Yakusa, lo que no sabía era la otra parte de la historia.- Su padre debe estar feliz con una hija tan hermosa.- el hombre vio tensarse a la chica.
Lo que siguió entre los dos fue una corta conversación sobre la muerte de Giuseppe y de las supuestas circunstancias que la acompañaron, y como el asiático vio lo mucho que desagradaba el tema a la joven intentó cambiarlo rápidamente.
-¿Y vino usted sola señorita?- le preguntó intentando averiguar algo más
- No, usted cree que con mi edad podría entrar sola a una fiesta como esta.- le dijo más como una afirmación que como una pregunta- He venido con mi hermana, ella está por ahí, donde esté Santino Parisi, allí estará ella.
Una afirmación como aquella le dio al asiático lo que estaba buscando, Giulia seguía junto a Santino y eso la mantenía a salvo, pero poco después escuchó a la chica referirse a el hombre como únicamente un buen amigo.
- Es bueno saber que uno puede contar con amigos.- fue todo lo que comentó al respecto de lo que le dijo la chica.
- Sí, muy bueno.- le contestó ella- Y si me acompaña a recorrer el salón quizás los encontremos, si no le desagrada podría presentárselos.- Martina una vez había escuchado a Santino hablar por teléfono pidiendo una audiencia con aquel hombre que parecía inaccesible y no lo consiguió, quizás este era un buen momento para que se encontraran y hablaran de negocios.
- Me encantaría, además de disfrutar de su compañía- le dijo, no podía permitir que la chiquilla viera tanto interés en él y salieron caminando juntos entre los demás invitados.
El hombre alto y la chica pequeña fueron por todo el salón, saludando y hablando aquí y allá con unos y otros, hasta que llegaron a un grupo.
- Santino, Giu, quiero que conozcan a alguien. - dijo la chica al llegar hasta ellos que estaban de espalda, y vieron a Denisse que era la que estaba de frente abrir los ojos como platos al ver quien venía con Martina, lo que hizo que aquellos dos demoraran en voltearse, y la primera en hacerlo fue la hermana.
- Jim- dijo ella muy bajo, como perdida, pero reaccionó al sentir la mano de Denisse en la suya- Perdón, señor Bushida.
- ¿Ya ustedes se conocían?- preguntó Martina.
- No- contestó rápidamente ella, él estaba que no podía articular palabra viendo el inmenso vientre que cargaba Giulia que ya estaba próxima al parto- Pero Internet sirve para algo.
- Señor Bushida ¿ Cómo está?- le dijo Santino sin sacar la mano que tenía libre de su bolsillo para no verse en la obligación de extendérsela.
- Muy bien gracias- dijo como despertando con la voz del hombre.
Y una conversación tan seca le hizo a Martina darse cuenta de que no había sido muy buena idea traer al asiático hasta su familia.
Las palabras que siguieron entre el grupo y el recién llegado fueron todas en un tira y encoge, con un trasfondo que la chica no llegaba a comprender y mientras más hablaban ellos más se arrepentía de que el asiático estuviera allí gracias a ella.
- Bueno, un gusto haberlos visto, tengan buena noche.- se despidió Isamu y Martina respiró aliviada al mirar como se alejaba.
- Giu. ¿Estás segura que ustedes no se conocían?- le preguntó Martina apenada pensando que había cometido un error al traer a el asiático hasta ellos.
- No te preocupes pequeña, si por conocer te refieres a saber su nombre y haber hablado con él, sí lo conocí.- fue toda la explicación que dio.
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Comments
Rossi
Su tan amado Jim 😍😍😍
2024-02-28
6
Zulna BM
El tonto de Isamu Bushida papá del bebé de Giulia que se dejó amenazar del tío
2023-12-03
2
Solecito 🌞
Más capítulos por favor 🫣
2023-10-05
2