Quince

A la mañana siguiente el recibimiento en la puerta del colegio fue el mismo, no hubo nada distinto, aunque Martina llegó todavía con su miedo a ser rechazada por su amigo, pero en él no se vio ni un ápice de desprecio hacia ella, y de la misma manera fueron deslizándose los días siguientes.

Massimo había desaparecido de la vida de la chica como ella lo había pedido,  incluso a la hora del desayuno era muy raro que ella lo encontrara, Lucian se había hecho cargo de todo lo que tenía que ver con ella y Martina no podía negar que le dolía,  pero él lo quería así,  y quizás era lo mejor antes de que siguiera excavando más hondo en ella y después fuera difícil sacarlo.

- Jefe- saludó Lucian a Massimo más de un mes después de aquella última conversación entre el hombre y la chica

una tarde al llegar del colegio con Martina y encontrárselo en la puerta de los guardias.

- Lucian,  ¿ Qué tal van las cosas con Martina?- le pregunto como quien pregunta del clima, pero el guardia sabía que a su jefe saber de la chica le importaba más que si iba a hacer frio o no.

- ¿Me preguntas como tu subordinado o como tu amigo?- le contestó con otra pregunta.

- Como las dos.- le dijo aunque habría preferido que el otro no hiciera la pregunta y contestara por que sí.

- Los viajes al colegio son tranquilos, va dos veces o tres en la semana a casa de Gio y pasa la tarde con él. - los puños de Massimo se ajustaron dentro de los bolsillos de su pantalón al escuchar aquello- En la lucha va muy bien y con la puntería mejor, ya dispara de diez veces ocho en el centro.- se detuvo un momento y miró a su jefe y amigo- En lo otro estás jodido si no haces algo pronto, si no haces algún movimiento el chiquillo se la va a quedar, y es una lástima,  ella te quiere, pero tú la estás dejando para otro.

- No puedo hacer otra cosa, ella es menor de edad y yo un hombre.

- Un hombre que se enamoró, y que la va a respetar mientras que no sea el momento adecuado, pero no por eso tienes que perderla, quiérela, no la dejes sola para que otro llene tu ausencia y si de verdad la amas espera y tenla cuando sea apropiado.

- No lo sé,  me voy a volver loco pensando que otro logre lo que yo no puedo ni siquiera pensar con ella y a la vez creo que sería lo mejor, son muchos años de diferencia y los dos tendremos que ceder en muchas cosas.

- Una relación es así tengas la edad que tengas,¿ Tú crees que yo no cedo con mi gordita hermosa y ella lo hace conmigo? Si no hubiera sido así ni el segundo año de instituto habríamos terminado juntos, una relación es de dos sin importar la edad que tengan los que la forman.

- Gracias amigo por tus consejos. - le dijo suspirando y se marchó.

Dos horas después ya Martina estaba en el gimnasio esperando que apareciera Lucian, como cada tarde para su entrenamiento cuando sintió que alguien se pegaba a su espalda.

- Hoy seré yo el profesor- escuchó en su oído la voz de Massimo y su cuerpo se volvió gelatina.

- ¿Greta te dio algo nuevo en la comida? Creí que no tenias valor suficiente para volver a acercarte a mí.

- Hice lo que tú me pediste.- le dijo y la chica se giró para mirarlo a los ojos con reproche.

- Hiciste lo que tu cobardía te dictó, que no es lo mismo, yo te condicioné estar cerca de mi y tú escogiste el camino más fácil.

- Lo sé y lo siento, pero yo tengo prejuicios y deberes y no puedo dejar ningún.

- ¿Y qué haces aquí entonces?- le reclamó.

- Intentar luchar aunque sea contra uno, a ver si triunfo.- le dijo y tal como había hecho el día de su cumpleaños le rozó los labios en un intento de beso que no llegó a concretarse- Vamos a entrenar que después tendremos que hablar- le dijo y se separó de ella para volver a ser el hombre sin expresión en el rostro.

El entrenamiento fue tan profesional como cualquier otro, no mencionaron nada referente a lo anterior y menos algún gesto que delatara lo que sentían aquellos dos.

- Ve y báñate.- le pidió Massimo otra vez muy cerca de ella- Cuando termines nos vemos en la biblioteca, allí podremos hablar tranquilos- un rato después la chica estaba allí esperando que el hombre llegara.- Vamos a sentarnos- le dijo él señalando el sofá que estaba en la esquina más alejada de la habitación nada más entrar.

- Ya estamos aquí,  ahora tú dirás. - le habló la chica.

- Martina, a veces yo quisiera saber de donde sacas esa fuerza que tienes que no dudas en retarme ni por un momento. - ella lo miró.

- La vida me ha hecho ver que no vale la pena esperar a que las cosas pasen, que si en verdad quieres algo tienes que hacer todo para conseguirlo.

- ¿Y ese algo soy yo?- ella asintió y él se sintió halagado, aunque algo temeroso por la sinceridad. - Pero entre nosotros hay un problema, lo nuestro no va a ser bien visto por los demás aunque nosotros sepamos que somos el uno para el otro.

- Por ahora- le contestó ella.

- Sí,  por ahora, pero la espera será larga.

- Lo sé y eso trae solamente una pregunta ¿ Tú estás dispuesto a esperar?- él se quedó sin saber que contestar, se suponía que quien iba a preguntar y a llevar el hilo de aquella conversación era él, no ella, sin embargo la chica lo asombraba cada vez más. - No sé por qué me parece que quieres saber primero a lo que yo estoy dispuesta antes de arriesgarte.

- Martina ¿ Puedes dejar algo para mi en esta conversación?- le dijo con burla.- Si fueras hermana de sangre de Giulia no serían tan iguales, déjame decir algo al menos.

- Muy bien, todo tuyo.- le dijo y se recostó en el sofá.

- Yo soy mayor que tú por doce años, ante la sociedad puedo ser un hombre que se aprovecha de una niña.

- Pero no es así- ella lo interrumpió.

- Pero sabes que así lo verán los demás,  por eso tendremos que esperar, y no va a ser divertido, serán más de dos años, y tú vas a estar rodeada de chicos de tu edad que van a querer conquistarte y yo voy a rabiar de celos y entonces tendrás que ser paciente.

- Me gusta eso de los celos- le dijo con una sonrisa.

- No es un juego Martina, yo reviento de celos cada vez que estás con Gio y veo como él te mira y no es agradable.

- ¿Gio, estás loco? Gio es mi amigo, lo ha sido siempre desde que eramos pequeños.

- Tú le gustas a Gio Martina, y nadie tiene que decírmelo, se le nota.- la chica abrió los labios para refutar con algo más pero no lo hizo.

- Está bien, te juro que si algún día él me dice algo yo me alejo, no tengas celos de él,  es solamente mi amigo, te lo garantizo y si tengo que esperar dos años o doscientos por ti lo hago, pero no me engañes, no me traiciones o me lastimes por que no voy a perdonarte nunca así muera de dolor.

- Yo no voy a lastimarte, lo prometo, pero tú promete que si cambias de idea me lo dirás duela lo que duela.

- Lo haré, y tú promételo también.

- Lo prometo- le dijo él y la abrazó.

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Comments

Valentina Rocha

Valentina Rocha

Madrina fue muy clara, pero no sé, siento que Massimo la va regar!

2024-04-11

3

Eva Doello

Eva Doello

aaaayyyy me encanta martina

2024-03-15

2

Rossi

Rossi

Martina es bien directa

2024-02-27

1

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