Hoy no habrá entrenamiento.- le dijo Massimo a Martina sin dejar de abrazarla, no quería mirar su cara y ver lo que había provocado en ella, si la veía llorar no se lo iba a perdonar nunca.
Y rápidamente después de hablar se separó de ella y salió por la puerta del gimnasio casi corriendo, como si alguien lo estuviera persiguiendo.
El hombre llegó a su habitación y se sacó la camiseta que llevaba puesta casi con odio y la tiró a una esquina de su pulcro cuarto, miro a su alrededor y se fijó que allí no había nada fuera de su lugar, nada excepto él.
Se tiró sobre la cama y cerró los ojos.¿Acaso se estaba volviendo loco? Ella era todavía una niña, una con cuerpo, madurez y un pasado de mujer, pero al final una niña, y él un hombre, uno que ya había hecho muchas cosas en su vida.
Pero joder, le gustaba, mucho, como hacía bastante tiempo que no le gustaba nadie, lo que estaba sintiendo podía compararlo con lo que sintió por la primera chica que quiso cuando era un chiquillo inocente y volvió a recriminarse aquel sentimiento, no era lo adecuado, él tenía mucha más edad que ella, no es que pudiera ser su padre, pero la diferencia era bastante.
Y allí estuvo toda la mañana, pensando en la manera de sacar aquello de su pecho, que no era lo debido, pero que se sentía muy bien, sobre todo para él que hacía ya mucho tiempo que no sentía algo igual.
..................
- Vamos- dijo Giulia a las dos mujeres que la esperaban junto a la puerta para salir a dar un paseo por el cumpleaños de Martina y la chica miró detrás de su hermana.
- ¿Y Massimo no viene?- le preguntó al ver que quien llegaba con ella era otro guardia de seguridad.
- No, dice que tiene otras cosas que hacer y nos asignó a Lucian, que es tan bueno como él.- le contestó Giulia.
Martina no dijo nada más y salieron rumbo a el auto que ya estaba esperando por ellas.
La mañana no fue tan divertida como la chica esperó, la ausencia de el hombre no la hacía sentir bien, si ella no se hubiera asustado como lo hizo cuando sintió como la tocaba con sus labios, él quizás estuviera allí con ellas, pero fue algo que no pudo evitar, no con el pasado que ella tenía, pero no podía negar que aquello fue distinto, sus labios se sintieron cálidos y suaves y su respiración tan cerca de ella la dejó sin pensamientos.
Otras veces ellos habían estado bastante cerca, el entrenamiento que llevaba así lo requería, pero esto era distinto, era algo que nunca había experimentado.
- Pues será rosa fucsia ¿ Verdad que sí Martina?- escuchó hablar a Giulia y que le tocaba en el brazo.- ¿Sí verdad?- repitió y ella le contestó por instinto.
- Sí, el rosa fucsia es perfecto.
- Pues vamos ahora mismo, vas a quedar hermosa.- le dijo con una sonrisa y Greta comenzó a reír.
- Espera, dime primero de que hablas. - pidió sin moverse del lugar.
- Te decía que vamos a teñir tu pelo de rosa fucsia y tú estuviste de acuerdo. - se burló.
- ¿ Cómo?¿ Cuando? Perdona pero no, tú no has hablado nada de eso.- le dijo asustada, Martina sabía que muchas chicas al llegar a los quince años hacían un cambio radical en su aspecto, pero ella no, ella estaba muy feliz con su pelo negro.
- Si he hablado de eso y de un montón de cosas más que tú no has escuchado, estás como perdida, no se que tienes, pero ya yo tuve quince años una vez y no recuerdo que fuera así. - Giulia seguía sonriendo a la vez que hablaba y hablaba.
- No me pasa nada, es solamente que me siento rara, uno piensa en muchas cosas que pueden pasar cuando cumplas quince y cuando llega el día te das cuenta que es igual a otros días y que tienes que seguir esperando.- les mintió, lo único que le sucedía es que no podía sacar de su mente los labios de Massimo tocando los de ella.
- Pues si es solamente eso, vamos a comer, tenemos que aprovechar que hoy es un día especial, ahora ya mi tiempo será más justo con lo de la familia y para cuando nazca el bebé me alcanzará menos.
- Vamos- se escucharon las voces de Greta y Martina juntas casi gritar y siguieron su recorrido saliendo hacia un restaurante.
.................
- ¿Donde está Massimo?- le preguntó Martina a Lucian al verlo a él en el gimnasio vestido para entrenar.
- Me dijo que a partir de ahora yo me encargaría de enseñarte todo de defensa, que él tenía que ocuparse de otras cosas.- la niña bajó la cabeza y suspiró, no valía la pena discutir con Lucian que solo cumplía órdenes, si Massimo no quería estar cerca de ella pues no tenía caso pedir explicaciones.
Y así siguió la semana, y la chiquilla vio muy poco en esos días al hombre, unas pocas veces coincidieron en la cocina y de esas pocas veces él le dirigió la palabra solamente cuando fue necesario, pero ella ya había entendido todo, lo echó todo a perder comportándose asustada y temblorosa, él era un hombre y ella se portó como una niña.
A la semana siguiente Martina comenzó a ir al colegio, ya se había atrasado bastante con los meses que había estado cautiva y por suerte Giulia había sido muy generosa a la hora de matricularla nuevamente en una nueva escuela, la que gritaba gente rica por todos lados, pero un puñado de dinero y la promesa de que ella se pondría al día con las materias fue suficiente para entrar en un colegio de élite sin retrasar el curso que le correspondía.
Su vida en el colegio nuevo era monótona, iba acompañada de Lucian, entraba sin hablar con nadie, pasaba el día solamente escuchando a los profesores y tratando de asimilar la mayor cantidad de contenidos y en la tarde se iba también con Lucian sin mirar ni a los lados, no conocía a nadie allí y lo que veía en los recesos no era algo que la incitara a conocerlos tampoco, se había dado cuenta de que allí la mayoría eran los hijos de papá más tontos que había, tal parecía que los habían convocado para reunirlos a todos en un mismo colegio y así tenerlos bien catalogados.
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Updated 47 Episodes
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Rossi
La chiquilla se enamoró
2024-02-27
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