Giuseppe despertó atado a una silla en el sótano de la casa Lombardi después del placentero sueño de la droga que le había suministrado Martina, y lo que vio frente a él no le gustó nada, dos mujeres, una era la que siempre quiso tener pero su madre defendió con uñas y dientes y la otra fue la que él convirtió en algo más que adulta con su vejación constante.
- Hola papito- escuchó decir a Martina y aquella voz era para temer, no era la niña asustada que el usaba a su antojo día tras día y a la que obligaba a llamarlo así, sin contar la sonrisa que tenía en la cara la chiquilla, y con solamente eso se dio cuenta que tenía delante la fiera que él mismo había creado y que lo despedazaría sin piedad.
- Yo lamento no decirte papito, pero es algo que de verdad nunca me gustó. - le dijo la otra mujer- Pero no creas que por eso te atenderé menos, si ves a tu lado- le dijo señalando a una mesa llena de objetos de diferentes tipos y al final de todos, una pistola que Giulia había sacado de la caja de seguridad que le había dejado su madre- te darás cuenta de que hay para las dos, y nos vamos a divertir mucho, yo sé cuanto te gusta este lugar.- y sin esperar más, las dos se pararon de sus sillas y cada una tomó un objeto en la mano y sin haberlo tocado aún el hombre comenzó a gritar.
Dos veces se había desmayado ya aquel bulto de sangre y carne en la silla, solamente quedaba en la mesa la pistola, y para usarla tuvieron que esperar un rato, ninguna de ellas dos quería que aquella bestia muriera sin verles la cara de satisfacción.
Otro cubo de agua helada cayó sobre Giuseppe y este se revolvió como pudo en medio de su dolor.
- Huy, que suerte, pensé que ibas a demorar más para despertar. - le dijo Giulia al verlo abrir los ojos y estiró su mano para tomar la pistola, pero la mano de Martina rápidamente se puso sobre la de ella y no tuvo que escuchar a la niña decir nada, comprendió lo que quería y la dejó tomar el arma.
Martina se acercó a él y puso en la frente del hombre el cañón de la pistola que una vez, en las manos de Belina Lombardi, mató a Alonzo Castrioni.
- La pasé muy bien hoy contigo, papito.- le dijo repitiendo las palabras que la obligaba a decir siempre después de abusar de ella y golpearla hasta más no poder y apretó el gatillo, su venganza estaba terminada.
Después de escuchar el sonido de un disparo Santino vio aparecer a las dos mujeres en la sala, él se había quedado tomando un whisky y las había dejado hacer.
Cuando Giulia y Martina se conocieron y tuvieron una conversación en lo que esperaban que Giuseppe despertara, el hombre comprendió que aquellas dos necesitaban resolver este asunto solas, que si él se inmiscuía en aquella escena ellas podrían dejar algún sentimiento guardado y eso no era bueno, él lo sabía perfectamente por que así se habría sentido si alguien hubiera estado junto a él mientras mantuvo con vida a Kate.
- Deberían darse un baño.- fue todo lo que les dijo al verlas y las mujeres se fueron sin hablar.
Santino las vio bajar un rato después, cada una con una bolsa en la mano en la que se encontraba la ropa que habían tenido puestas, las toallas, el jabón y todo lo que habían usado en el baño, él se había encargado de que sus hombres abrieran la caja fuerte del despacho sin forzarla para justificar la tortura como una forma de sacarle la combinación al hombre y ya habían desaparecido las joyas y algunos adornos valiosos de la casa para simular un robo.
- Toma esto.- le dijo a Martina extendiéndole un maletín de deporte- No es un pago por lo que sufriste, es el pago por ayudarnos, puedes volver con tu familia, en esta casa no queda nada que indique que hayas estado alguna vez aquí, incluso los que te trajeron son los que acompañarán a su jefe en el viaje al infierno.- dijo refiriéndose a los cuerpos de los guardias muertos por varias partes de la casa en posiciones que simulaban que intentaron defenderse.
La niña miró dentro del maletín y vio que estaba prácticamente lleno de dinero.
- ¿Si te quedas el dinero puedo irme con ustedes?- le dijo mirando a Giulia- Estuve aquí gracias a los vicios de mi padre aunque sé que él me ama con locura y que nunca quiso esto, pero no hay nada que me garantice que aprendió la lección, yo ya no tengo vuelta atrás, pero tengo que impedir que algo como esto le pase a alguno de mis hermanos.
- Quédate el maletín, es tuyo- le habló Giulia- Camina, tenemos que estar en New York antes de que esto se descubra- y pasando un brazo sobre los hombros de la niña salieron de la casa ocultándose en medio de la noche.
Giulia, Martina, Santino y Massimo subieron al avión privado de los Parisi que los esperaba para irse de allí, en el camino al aeropuerto el pelinegro se encargó de arreglar todo para que la niña pudiera abordar sin problemas y sin más espera despegaron dejando atrás muchos meses de sufrimiento y dolor.
Martina parecía un gatito asustado en el avión, ella nunca había volado, sin contar que la adrenalina de todo lo que había hecho hacía unas horas atrás en la casa Lombardi ya estaba pasando y comenzaba a tener conciencia de que su vida volvería a cambiar.
La chica miró a todos lados, alejados de ella y con una conversación que parecía muy seria estaban Giulia y Santino y sentado a su lado estaba Massimo, no había nadie más allí a excepción de la aeromoza que entraba de vez en vez a preguntar algo y sin pensarlo mucho se recostó en el hombro de uno de sus rescatadores, él se tensó y ella se dio cuenta, pero no le importó, estaba cansada, necesitaba dormir y aquella era la mejor opción.
- Santino, necesito que me abras la puerta del camarote- dijo Massimo parado al lado de sus jefes y estos repararon en que llevaba a la niña dormida en los brazos.
El hombre la depositó en la cama y la estuvo mirando un momento, era tan pequeña, y se veía tan frágil. Le acomodó el cabello largo y negro sobre la almohada y la dejo descansar.
Ella estuvo durmiendo más de dos horas y al momento del aterrizaje tuvieron que despertarla, no querían llamar la atención en el aeropuerto con una niña en brazos, pero igual ella nada más entrar al auto que los llevaría hasta la casa de Santino, volvió a caer dormida.
Queridas lectoras, en este capítulo hay parte de otro que es de la novela anterior, pero quien no la ha leído y está leyendo esta necesita entender ciertas cosas. Muchas gracias por seguirme.
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Comments
erandi
deberían de hacerlo volado con un bat y contarle la pipí sacarle los ojos cortarle la lengua y las manos aunque sea
2024-08-13
2
Blas Raya
yo llevo el hilo corridito me gustan las kovelas con continuación
2024-03-18
5
Lichys Wix
autora eres genial
no había leído una historia de máximo 200 capitulos
me voy a tomar el tiempo de sumar TODOS para estar segura de cuántos son
tienes una manera magistral de dejar pequeños fragmentos que nos llevan a tener una comprensión de la lectura que deja un sabor de boca que no se quita con nada
felicidades ㊗️ y gracias por compartir tu talento 🫂🎈
2024-01-31
3