Cuatro

¿ Seguro has entendido bien Martina?- le preguntó Santino y ella asintió- Si crees que es muy pronto podemos dejarlo para la otra semana más arriba y así tú estarás más preparada.

- ¿ Usted cree que yo necesito más preparación que esto señor Parisi?- le dijo señalándose a la cara y el hombre comprendió que aunque ella pareciera una pequeña y frágil niña por su físico, ya no lo era, el miserable de Giuseppe la había convertido en algo  que no tenía una descripción agradable y eso ya no tenía vuelta.

- Lo siento mucho, y siento también usarte para esto.- se disculpó incluso por algo que él no había hecho.

- Usted no me está usando, me está dando la oportunidad de escapar del infierno, yo habría intentado cualquier cosa en un tiempo,  aunque no funcionara.

- Pero aún sabiendo eso, lo que haremos no es algo en lo que tú debieras estar.- ella lo miró un momento antes de volver a  hablar.

- Señor Parisi, incluso si nada resulta y muero en el intento, moriré feliz, pero si vivo, viviré más feliz aún sabiendo que ese monstruo no está por que yo ayudé. - fueron las palabras de ella después que el pelinegro terminara de hablar y concluyó- Solamente tengo una condición- el hombre esperó a escuchar su petición- Quiero mirar.

- ¿Estás segura de eso? Lo que va a sucederle no será algo agradable.- ella sonrió y él se dio cuenta de que era la primera vez que la veía hacerlo en todo el rato que llevaban hablando.

- Sí lo será,  le aseguro que si será muy agradable.- Santino comprendió sus palabras- Hay una cosa más que quiero pedirle- y al hombre se le hizo raro que ella había cambiado el tono de voz con esto último.- En la casa hay una mujer, Greta se llama, no quiero que esté cerca cuando todo suceda, trate de hacer algo para que salga de allí, no sé,  invente algo con alguien, ráptenla o lo que sea sin lastimarla, yo le prometí a ella que nos vengaríamos, por mi y por lo de la señora Belina,  pero no quiero que ella sepa que yo soy capaz de hacer una atrocidad, y puede estar seguro de que la haré.

- Está bien, ya se me ocurrirá algo- le dijo dando por terminada la conversación- Ahora tienes que maquillarte para no levantar sospechas, la droga que le darás a Giuseppe, Jesy te la pondrá dentro del peinado para que puedas llevarla sin sospechas.

- Gracias señor Parisi- le dijo- Hasta el sábado,  nos vemos, vamos Jesy,  quiero estar hermosa, ahora vas a tener que maquillar mi satisfacción para que ese miserable no la vea- y volvió a sonreir, pero no era una sonrisa de alegría, era por saber que su venganza estaba en camino.

- ¿ Vas a quedarte ahí dentro o te irás conmigo?- le preguntó Santino a Massimo,que estaba sentado en el suelo entre botellas rotas, nada más que Martina y Jesy salieron de allí.

Massimo era el hombre de confianza de Giulia,  en cuanto Angelo supo que la chica se preparaba para ocupar su lugar en la familia se lo envió para que la entrenara y le enseñara todo lo que necesitaba diciéndole que a pesar de su juventud el hombre era uno de los mejores que había conocido, además de que Giuseppe también le debía algo. Y Angelo no se equivocó, Massimo era el apoyo que necesitaba Giulia.

- Lo siento, no podía mirarla, me recordó a alguien y si estaba un momento más con ustedes iba a salir, iba a buscar a ese miserable y todo el plan se iría a la basura.- se disculpó con el jefe que nunca lo había visto perder la compostura desde que llegó a trabajar con ellos.

- Vamos ya, tenemos que decirle todo a Giulia, la niña ha puesto sus condiciones y yo las acepté,  espero que ella no ponga objeciones. - y mirando a todos lados,  salieron sigilosos por la puerta trasera de la peluquería.

....................

- ¿Greta está viva?- le preguntó Giulia con alegría a Santino después de escuchar lo que había pedido Martina.

- Al parecer sí- le respondió sin tener ni idea de quien era la tal Greta que a las dos mujeres le interesaba tanto.

- Como no la vi en el entierro de mi madre pensé que ese malnacido ya la había matado- la chica se abrazó a ella misma- Greta amaba a mi madre como si fuera su verdadera hija y este miserable no la dejó despedirse de ella, por que si no estaba allí fue por que él se lo prohibió.

- Bueno al parecer ella se ha encargado de ayudar a Martina en su calvario y la chica no quiere que ella vea que se ha convertido en un monstruo,  así que no la quiere allí¿Sabes como hacerla salir de la casa?

- Ella tenía un hermano que llevaba años enfermo, averigüemos si sigue vivo, si lo está alguien se encargará de avisar que está mal y ella irá a verlo seguro, recuerdo que  las únicas veces que nos dejaba solas era por ir a verlo a él.

- ¿Y de lo otro que quiere la chica?- le preguntó sobre la otra petición de Martina.

- No tengo ningún problema con eso, después de leer la carta de mi madre comprendí el por qué aunque ella me decía lo buen padre que él era y lo mucho que me amaba,nunca me dejó sola con ese hombre, ella quería que yo siguiera siendo su niña, sin que nada malograra mi alegría, y eso es lo que él le hizo a ella, y te digo más, si mirar no le basta y quiere participar, será bienvenida.

- Está bien, ahora hay algo más.- Giulia lo miró,  solamente habían salido para aquello del plan, no sabía que más podría haber- Massimo,  casi no se pudo controlar cuando la vio golpeada, creo que debes averiguar el asunto pendiente que tiene con Giuseppe antes de que se le vaya de las manos.

- ¿Tan mal se puso?- el hombre asintió- Está bien, ahora mismo lo mando a llamar e intento que hable.

Un rato después estaba el hombre sentado frente a su jefa.

- ¿ Sabes por qué estás aquí verdad?- le dijo la chica y él se mantuvo sin expresión en el rostro- Necesito saber todo.

- Es algo personal,  no necesitas saber nada, yo hago mi trabajo y punto.- le contesto hosco.

- Sabes que las cosas no funcionan así,  lo que ocurrió hoy fue mientras hacías tu trabajo, y eso te afectó,  o me dices todo o te envío a New York hasta que esto pase.- lo amenazó y él vio en los ojos de la chica que no mentía.- Si no sé que te sucede no puedo confiar en si sabrás manejarlo.

- Giulia- fue lo único que le dijo tratando de convencerla de no tener aquella conversación.

- Habla- le ordenó ella y él suspiró.

- Mi sobrina, hace unos años desapareció,  tenía nueve en ese entonces, ahora sería como Martina. - el hombre se detuvo- Estuvo perdida cuarenta días, la buscamos por todos lados, hasta que encontraron su cuerpo en un basurero, envuelto en plástico.- se detuvo un momento- Angelo arregló todo para que yo estuviera allí cuando la llevaron a la morgue, no quiero decirte como estaba, no quiero hablar de eso, solo te diré que aquello gritaba mafia por donde sea que se mirara, desde la envoltura hasta su pequeño cuerpo.- el pelo negro del italiano recibió sus manos como si con eso pudiera borrar aquellos recuerdos- Yo perdí la cordura pensando que era mi culpa por mi trabajo, que había sido una venganza de alguien, y Angelo se encargó de buscar al culpable para calmar mi conciencia,  pero antes de decirme quien fue el culpable me hizo jurar que esperaría mi momento, que él iba a pagar todo algún día.

- Y es por eso que estás conmigo- le dijo.

- Sí,  él me aseguró que tu eras ese momento.

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