¡Martina!- escuchó que alguien gritaba a la salida del colegio, pero pensó que no era con ella, en la semana que llevaba allí no había hablado todavía con nadie, seguramente ella compartía nombre con otra chica del colegio pensó y siguió caminando.- Martina di Tomasso- volvió a escuchar cuando ya estaba en la puerta, aquel apellido nadie tenía que saber que ella un día lo llevó y sintió como la tomaban de la mano, pero al mismo instante un tirón la alejó de quien fuera que la agarró.
- Si la vuelves a tocar te corto la mano.- escuchó la voz de Massimo y se percató que tenía a alguien cogido del cuello.
- Tranquilo, no sé que te pasa.- dijo el chico- Martina, soy yo Gio. - intentó que ella lo notara.
- ¿Gio?- ella puso su mano sobre la de Massimo para que lo soltara- ¡Gio!- gritó y se aferró del cuello de chico que ya no tenía las manos del hombre- Gio, cuanto te extrañé- le decía mientras repartía besos por la cara del chico y él sonreía agarrándola por la cintura.- Eres tú de verdad, déjame verte- se despegó de él y lo miró- Estás igual que aquel día. - le dijo refiriéndose a la última vez que se vieron.
- Pues tú estás muy cambiada, estás muy hermosa, pero tus ojos los reconocería aunque los tuvieras cerrados- y le acarició muy quedo la mejilla, lo que la hizo sonreír aún más a ella y volver a abrazarlo- No sabía que venías a este colegio, nunca te habíamos visto.- le dijo con ella aún pegada al cuello como una garrapata.
- Empecé esta semana.¿ Dónde está Donato?- le preguntó separándose pero tomando sus manos.
- Lleva unos días enfermo, deja que le cuente de lo que se perdió por culpa de una gripe.¿ Puedes venir conmigo a mi casa? Vivo solo- le dijo sonriendo, él quería en un momento poner a la chica al tanto de todo- O casi solo, mis padres me dieron una casa que está dentro de la propiedad para que empiece a responsabilizarme, está cerca de ellos pero a la vez soy independiente, vamos y así los ves también, seguro ellos se alegran de verte y Donato va a reventar de la sorpresa.- y se acercó a ella para hablar en su oído- Puedes llevar a Thor si quieres, no hay problemas.- y los dos miraron a Massimo que estaba que parecía que iba a reventar de la ira.
- No, no puedo hoy, debo hablarlo con alguien antes, pero te juro que nada más pueda ir lo haré, y ahora me voy- volvió a prenderse de su cuello para volver a besar sus mejillas y él no dejaba de sonreír- Creo que nos hemos demorado un poco aquí y ese alguien debe estar preocupada por que no llegamos.- el chico la miró sin entender- Otro día te explico, te quiero, y te extrañé mucho de verdad, me hiciste mucha falta.- ella volvió a besar la mejilla de Gio y Massimo apretó los puños al ver como el chico cerraba los ojos al sentir el contacto con su piel, como si aquello fuera algo con lo que había estado soñando por mucho tiempo.
Ya llevaban un rato sentados en la parte trasera del auto, camino a la casa y ni Massimo ni Martina habían dicho una palabra.
- ¿Era necesario que lo besaras tanto?- le preguntó él con evidente enfado y la chica lo miró como si no lo entendiera.
- ¿Por qué no vino Lucian?- le contestó con otra pregunta obviando la mala cara del hombre.
- Está haciendo algo, y no me respondiste lo que te pregunté.- ella volvió a mirarlo y se giró nuevamente hacia la ventana del auto- Martina, te hice una pregunta¿Acaso si llega a venir Lucian lo habrías besado menos?- ella se rió por lo bajo.
- Que suerte la mía, si la que tiene quince años soy yo- le dijo con evidente sarcasmo.
- No irás a su casa, ya lo sabes, te lo prohíbo.- le dijo y entonces sí recibió toda la atención de la chica.
- Iré nada más que Giulia me autorice a hacerlo te guste o no y tú no lo vas a impedir.¿ Qué pretendes Massimo?- ahora la que estaba enfadada era ella- ¿ Te das cuenta que ni siquiera me has preguntado quién es él y nada más verlo ya quisiste matarlo? Y además me estás reclamando por algo que no existe, eso sin contar de que sin decir una sola palabra dejaste claro que lo que hiciste había sido el mayor error que cometiste alguna vez.¿ Qué quieres Massimo, volverme loca?- y como ya habían llegado a su destino se bajó dándole un tirón a la puerta como muestra de su molestia, dejándolo a él solo en la parte trasera del auto y arremetiendo a puñetazos contra el asiento que tenía delante.
Martina subió directamente a su habitación, tenía que calmarse, no quería ir a ver a Giulia o a Greta con la indignación que traía, todo el buen humor que le había quedado al ver a Gio después de tantos años y saber que él no la había olvidado como creyó tanto tiempo se esfumó con los reclamos sin fundamento de Massimo y lanzando su mochila a un costado de la puerta de su cuarto siguió directamente al baño para meterse bajo la ducha.
Al terminar de bajar el enfado con agua se vistió y bajó a la cocina a comer algo, por la hora Giulia estaría descansando y no quería molestarla, miró a su alrededor y respiró aliviada, el italiano maldito no estaba por ningún lado.
- Te veo más feliz que otros días al regresar del colegio- le dijo Greta a la chica al verla sonreir mientras mezclaba la comida que había puesto en su plato y ella la miró y agrandó su alegría- Vaya, eso si es una sonrisa.¿Qué pasó que estás así?
- Encontré algo que había perdido.- le dijo sin más explicaciones.
- Algo muy bueno debe ser, si llego a saber que ibas a ponerte así, te habría ayudado a buscar.
- Gracias, pero yo pensé que nunca más iba a encontrarlo, por eso ni yo me había molestado en buscar, digamos que no me expresé bien, fue a mi a quien encontraron.
- ¿Y a ti se te perdió algo?- le habló la mujer mayor a Massimo que venía entrando a la cocina en ese momento- Por la cara que traes parece que sí.
- A veces lo que es bueno para unos no lo es para otros, y no, no he perdido nada, solamente estoy de mal humor.- aclaró sentándose en el lugar más alejado de donde se encontraba Martina.
- Vaya, y mucho.- le dijo- Pues aquí a nuestra princesa no le cabe la alegría dentro y la está soltando hasta por los poros, ya quiero conocer a ese algo.
- Pues felicidades para ella, voy al despacho, cuando acabes de hacer "algo" para mi avísame y vendré a comer- dijo haciendo comillas con sus dedos y se levantó de la silla en la que se había sentado para salir de la cocina.
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Comments
Maria Victoria Ruiz Alcaide
Está fatal jajaja 🤣🤣🤣
2024-04-20
3
Lichys Wix
el amor apendeja no importa la edad uno vuelve a los XV 🤣😂🤣🤣
2024-01-31
4
Lichys Wix
🤣😂🤣😂🤣 hay por Dios ya le puse rostro a Massimo ❤️🔥😍
2024-01-31
1