Capítulo 11: Pesadillas Desveladoras

Alicia se sobresaltó al escuchar la alarma de su celular resonando a lo lejos. Abrió los ojos de golpe y se encontró en su propia habitación, en su cama, rodeada de la familiaridad de su hogar. Respiró profundamente, tratando de calmarse mientras miraba a su alrededor, aún sintiendo la presencia de la casa abandonada y los ecos del oscuro encuentro con sus amigos.

Alicia permaneció sentada en la cama, perdida en sus pensamientos mientras el eco de la pesadilla continuaba resonando en su mente. Las imágenes del sueño eran tan reales, tan vívidas, que le costaba trabajo recordar que todo era producto de su mente. La sensación de culpa persistía, y una pregunta angustiante la atormentaba: ¿Habría sido su deseo en el libro celta lo que había llevado a sus amigos a esa pesadilla intermedia entre la vida y la muerte?

Después de unos minutos, Alicia se obligó a salir de la cama. Necesitaba alejar esos pensamientos perturbadores y buscar algo de distracción. El sol se filtraba a través de las cortinas, iluminando su habitación y disipando la oscuridad que había prevalecido en su pesadilla. Decidió empezar el día como cualquier otro, como si el sueño no hubiera dejado una profunda huella en su mente.

Se vistió y bajó las escaleras hacia la cocina. El aroma del café recién hecho llenó el aire y le trajo una sensación de calma. Mientras preparaba su taza de café, su mirada se posó en su teléfono celular, el mismo que había sonado con la alarma que la había despertado del sueño. Lo tomó y lo examinó, preguntándose si había alguna razón en particular por la que había sonado en ese momento.

Al encender la pantalla, Alicia vio que tenía varios mensajes sin leer. La mayoría eran mensajes de texto de sus amigos, Jony y Bety, preguntándole si estaba bien y si había tenido alguna experiencia extraña recientemente. Las palabras de sus amigos la hicieron recordar el sueño, y la ansiedad volvió a apoderarse de ella.

Decidió responder a los mensajes de Jony y Bety, tratando de explicarles el sueño que había tenido y cómo la pesadilla la había perturbado. A medida que escribía los detalles, se dio cuenta de que sus amigos también estaban preocupados por lo que había estado sucediendo últimamente. Parecía que todos compartían un sentimiento de inquietud y confusión en torno al misterioso libro celta y las consecuencias de sus deseos.

Después de enviar los mensajes, Alicia dejó el teléfono a un lado y se centró en su taza de café. Intentaba recordar si había leído algo en el libro que pudiera dar pistas sobre cómo deshacer los deseos que habían concedido. Pero las palabras en las páginas del libro seguían siendo tan enigmáticas como siempre, y no había indicios claros de cómo podrían revertir lo que habían desencadenado.

Jony se quitó la chaqueta y la dejó en el perchero antes de responder a la pregunta de Alicia. Sus ojos reflejaban la misma inquietud que ella sentía. "Es un misterio, Alicia, y no creo que haya una respuesta fácil. Lo único que podemos hacer es seguir investigando y tratando de entender lo que está ocurriendo".

Alicia asintió, agradecida por la presencia de Jony. Sabía que enfrentar esta situación sola habría sido aún más aterrador. "Sí, tienes razón. Debemos mantenernos unidos y ayudarnos mutuamente. No podemos permitir que esto nos consuma".

Jony asintió en acuerdo. "Exacto. Y no podemos dejar que Laura, Alex y Ben enfrenten lo que vimos en nuestros sueños. Debemos encontrar una manera de revertir esto, de deshacer los deseos que concedimos".

Alicia volvió a pensar en su sueño, en la imagen de sus amigos atrapados en un estado entre la vida y la muerte. La sensación de culpabilidad la envolvía, pero sabía que no podía permitir que ese sentimiento la paralizara. "Vamos a buscar respuestas, Jony. No importa cuán oscuro se vea el camino, no podemos rendirnos".

Jony sonrió ligeramente, apreciando la determinación de Alicia. "Así es. No rendirse, esa debe ser nuestra consigna. Vamos a hablar con Bety y unir fuerzas. Tal vez ella haya descubierto algo que nos ayude a entender mejor el libro celta y cómo revertir sus efectos".

Juntos, Alicia y Jony se dirigieron hacia la puerta principal y se encaminaron hacia la casa de Bety. Sabían que debían actuar con rapidez, antes de que los oscuros secretos del libro celta se cobraran un precio aún más alto y antes de que sus amigos enfrentaran un destino que ninguno de ellos podía siquiera imaginar.

Bety estaba en su estudio, rodeada de libros y notas esparcidas por todas partes. Había estado investigando incansablemente desde que los sucesos extraños comenzaron a perturbar sus vidas y las de sus amigos. La casa abandonada, el libro celta y los deseos que habían formulado se habían convertido en un rompecabezas complejo que Bety estaba decidida a resolver.

Cuando Alicia y Jony llegaron a la casa de Bety, la encontraron absorta en sus investigaciones. Levantó la mirada cuando escuchó que llamaban a la puerta y se apresuró a abrirles. La expresión en su rostro mostraba una mezcla de preocupación y determinación.

"Bety, hemos tenido más sueños extraños", comenzó Alicia mientras entraban en la casa. "Esta vez, parecían más vívidos y perturbadores que nunca".

Bety asintió con seriedad. "Yo también he tenido sueños inquietantes, y estoy segura de que están relacionados con lo que está sucediendo. Creo que nos estamos acercando a la verdad, pero necesitamos más respuestas".

Jony se unió a la conversación. "Alicia y yo hemos estado pensando que tal vez deberíamos intentar buscar pistas en la casa abandonada. Parece ser el epicentro de todo esto, y puede que encontremos algo que nos ayude a entender y revertir lo que hemos desencadenado".

Bety frunció el ceño, preocupada por la idea de regresar a la casa. "Es peligroso, lo saben. Pero si creen que es necesario, estoy dispuesta a acompañarlos y ayudar en lo que pueda. Necesitamos descubrir qué está pasando antes de que sea demasiado tarde".

Los tres amigos comenzaron a prepararse para su expedición a la casa abandonada. Sabían que el riesgo era alto, pero la incertidumbre y el temor de lo desconocido eran aún peores. Antes de partir, Bety agarró el libro celta y lo llevó consigo. Aunque temía su influencia, también sabía que podía contener pistas cruciales para resolver el enigma que los rodeaba.

Una vez en la casa abandonada, la atmósfera era más opresiva que nunca. Las sombras parecían acechar en cada esquina, y los susurros en el viento eran más audibles que nunca. Los amigos avanzaron con precaución, recordando cada detalle de la casa y los eventos anteriores.

A medida que exploraban, encontraron una habitación que parecía estar sellada desde su última visita. La puerta estaba cerrada con tablones de madera y clavos oxidados. Jony y Alicia se dieron cuenta de que este era un nuevo descubrimiento, ya que no habían notado la habitación en sus visitas anteriores.

Bety se acercó a la puerta y comenzó a inspeccionarla detenidamente. "Esto es nuevo, no estaba aquí antes. Algo nos está guiando hacia esta habitación".

Con herramientas improvisadas que encontraron en la casa, comenzaron a retirar los tablones con cuidado. Cada movimiento era tenso, y el suspenso en el aire era palpable. Finalmente, lograron abrir la puerta y revelaron el interior de la habitación sellada.

Dentro, encontraron un cuarto cubierto de polvo y lleno de objetos antiguos. Había muebles viejos, libros desgastados y un escritorio cubierto de papeles amarillentos. Pero lo que más llamó su atención fue un retrato enmarcado que colgaba en una de las paredes. La imagen era de una mujer hermosa, pero su mirada estaba llena de tristeza y melancolía.

Bety se acercó al retrato y comenzó a examinarlo más detenidamente. "Creo que esta mujer tiene algo que ver con todo esto. Tal vez sea la clave para entender lo que está sucediendo".

Mientras los amigos continuaban investigando la habitación, algo llamó la atención de Jony. Había un diario sobre el escritorio, y parecía ser el diario personal de la mujer del retrato. Con manos temblorosas, comenzó a hojear sus páginas en busca de respuestas.

Las palabras escritas en el diario revelaron una historia trágica y desgarradora. La mujer, cuyo nombre era Eleanor, había vivido en la casa abandonada hace muchos años. Había estado profundamente enamorada de un hombre llamado Samuel, pero su amor había sido imposible debido a las circunstancias de la época. Eleanor había recurrido a un libro antiguo, el mismo libro celta que ahora poseían, para conceder un deseo que pudiera unirlos para siempre. Pero el precio que había pagado había sido terrible, y la entidad oscura que había sido liberada había causado estragos en sus vidas.

A medida que Jony leía las palabras escritas por Eleanor, se dio cuenta de que estaban enfrentando la misma amenaza que había atormentado a la mujer décadas atrás. El libro celta había otorgado deseos a costa de un precio terrible, y ahora estaban atrapados en un ciclo de pesadillas y sufrimiento.

A medida que los amigos procesaban la revelación del diario de Eleanor, la atmósfera en la habitación se volvió cada vez más opresiva. Un escalofrío recorrió sus espaldas, y sus corazones latían con fuerza. La figura de Eleanor en el retrato parecía adquirir una vida propia, sus ojos llenos de angustia ahora fijos en ellos de una manera inquietante.

Bety retrocedió unos pasos, sintiendo que algo oscuro y siniestro los rodeaba. Los susurros en la habitación se intensificaron, como si las sombras quisieran contarles una historia de sufrimiento y desesperación. La presencia de Eleanor parecía estar conectada a la entidad oscura que habían liberado, y ahora estaban atrapados en su mundo de pesadillas.

Jony cerró el diario con cuidado, pero no pudo evitar sentir una sensación de opresión en el pecho. "Tenemos que encontrar una manera de detener esto", dijo en voz baja. "No podemos permitir que esta entidad continúe afectando nuestras vidas y las de nuestros amigos".

Alicia asintió, sus ojos aún fijos en el retrato de Eleanor. "Parece que nuestra única opción es revertir los deseos que formulamos en el libro celta. Debemos estar dispuestos a renunciar a lo que deseamos para salvar a nuestros amigos".

Bety miró al libro que sostenía en sus manos, una mezcla de temor y determinación en su rostro. "Pero ¿cómo lo hacemos? ¿Cómo revertimos lo que hemos desencadenado?"

La figura de Eleanor en el retrato pareció moverse nuevamente, sus ojos ahora llenos de tristeza y comprensión. Los susurros en la habitación se hicieron más audibles, como si estuvieran tratando de guiarlos hacia una solución. Los amigos se dieron cuenta de que no estaban solos en esta lucha, que había fuerzas en juego que iban más allá de su comprensión.

Decidieron que debían buscar más respuestas, explorar más a fondo la casa y encontrar una manera de romper el ciclo de pesadillas que los acechaba. Sabían que el peligro era inminente y que estaban en una carrera contra el tiempo, pero también sabían que no podían permitir que la entidad oscura se saliera con la suya.

Mientras avanzaban por la casa, cada paso que daban estaba impregnado de tensión y miedo. Los susurros los rodeaban, y las sombras parecían moverse a su alrededor, como si estuvieran tratando de detenerlos. Pero los amigos estaban decididos a encontrar respuestas, a enfrentar la entidad oscura y a salvar a sus amigos.

La figura de Eleanor en el retrato continuaba observándolos, su mirada llena de secretos y sufrimiento. Había llegado el momento de desentrañar el misterio detrás del libro celta y enfrentar la pesadilla que habían desencadenado.

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