Al día siguiente de su sorprendente victoria en la lotería, Ben estaba viviendo un sueño hecho realidad. La noticia de su premio de 50.000 pesos se había esparcido rápidamente entre sus amigos y familiares, y todos compartían su alegría y asombro. Había sido un giro inesperado del destino, y Ben se sentía como si estuviera en la cima del mundo.
Los días siguientes estuvieron llenos de celebraciones y planes emocionantes. Ben imaginaba todo lo que podría hacer con ese dinero: viajar a lugares exóticos, comprar el auto de sus sueños e incluso ayudar a su familia con sus problemas financieros. Había una sensación de euforia en su vida, como si finalmente hubiera alcanzado una nueva etapa llena de posibilidades.
Sin embargo, mientras disfrutaba de su nueva riqueza, una sombra de preocupación se cernía en el fondo de su mente. La advertencia del libro, "todo tiene un precio", seguía resonando en su conciencia. Aunque había logrado el deseo de ganar la lotería, no podía evitar preguntarse cuál sería el costo de este inesperado regalo del destino. Temores e inseguridades lo acechaban por las noches, y se preguntaba si había cometido un error al utilizar el misterioso libro celta.
A medida que los días se convertían en semanas, Ben comenzó a notar cambios en su vida que lo hicieron cuestionar aún más la fuente de su fortuna. Las relaciones con sus familiares parecían tensarse, como si hubiera un distanciamiento entre él y las personas que más le importaban. La fortuna que había traído alegría y emoción ahora se estaba convirtiendo en una fuente de discordia y desconfianza.
Su propia salud también comenzó a deteriorarse de manera inexplicable. Sufrió una serie de dolencias y problemas de salud que nunca antes había experimentado. Los médicos no pudieron encontrar una explicación clara para sus síntomas y, aunque él no quería admitirlo, Ben empezó a preguntarse si estos problemas estaban relacionados de alguna manera con el precio de su deseo.
La sensación de estar atrapado en un torbellino de cambios y consecuencias inesperadas lo atormentaba día y noche. A pesar de su nueva riqueza, Ben se sentía más inquieto y confundido que nunca. Sabía que debía buscar respuestas y entender el costo real de su deseo, pero temía lo que podría descubrir.
La vida de Ben había cambiado drásticamente desde aquel día en la casa abandonada.
La noticia de su victoria había llegado a oídos de Alicia, Jony, Laura y Bety, quienes lo felicitaron efusivamente. Aunque todos compartían la alegría de Ben, también se preguntaban si su inesperada suerte había tenido algo que ver con el misterioso libro celta que habían encontrado en la casa abandonada.
Ben se esforzó por tranquilizar a sus amigos, asegurándoles que había sido pura casualidad. Les recordó que el libro no había revelado ningún poder mágico cuando lo habían probado después de su deseo inicial. Los amigos asintieron, queriendo creer que la vida de Ben había cambiado debido a un simple golpe de suerte.
Sin embargo, la idea de que el libro podría tener algún tipo de influencia en sus vidas seguía rondando en el fondo de sus mentes. La curiosidad y la tentación eran difíciles de resistir, especialmente después de ver cómo se había cumplido el deseo de Ben de ganar la lotería. Aunque trataban de convencerse de que todo era una coincidencia, no podían evitar sentirse atraídos por la idea de probar el libro nuevamente y explorar sus posibilidades.
Así que, una vez más, se reunieron en la casa abandonada, listos para poner a prueba el misterioso libro celta y descubrir si había más secretos que revelar. Las páginas antiguas y polvorientas del libro seguían allí, esperando su próxima aventura, y el grupo de amigos se preparaba para sumergirse en un mundo lleno de misterio y magia. Lo que no sabían era que esta vez, el libro tenía algo diferente y más oscuro que ofrecerles, algo que cambiaría sus vidas de manera irreversible.
La imaginación de Jony comenzó a volar mientras escribía su deseo en el libro. Se vio a sí mismo al volante de un auto nuevo y brillante, con el viento soplando su cabello mientras recorría carreteras interminables. Podía sentir la emoción de esa experiencia, la libertad de poder ir a donde quisiera, cuando quisiera.
Visualizó el auto en detalle, imaginando cada aspecto de su futura posesión. Era un modelo deportivo elegante, de un color brillante que destacaba en la carretera. El interior estaba equipado con las últimas comodidades, asientos de cuero cómodos y un sistema de sonido de alta calidad. Cada rincón del automóvil estaba impregnado de un aroma a nuevo que lo envolvía en una sensación de frescura y lujo.
La sonrisa en el rostro de Jony se amplió mientras continuaba soñando despierto. Se vio a sí mismo conduciendo por la costa en un cálido día de verano, la música sonando a todo volumen y sus amigos disfrutando de la brisa marina en los asientos traseros. Era un escenario perfecto, una visión de felicidad y alegría que anhelaba con todo su corazón.
Sin embargo, incluso mientras se sumía en esta fantasía, una pequeña voz de duda persistía en su mente. Recordaba la advertencia del libro, el ominoso "todo tiene un precio". A pesar de la emoción que sentía, Jony no podía evitar preguntarse cuál sería el costo real de su deseo y cómo afectaría su vida en el futuro.
Laura se sumió en su fantasía mientras escribía su deseo en el libro celta. Cerró los ojos y comenzó a visualizar lo que significaría que Alex se volviera loco por ella. Vio escenas de su escuela, donde Alex la miraba con adoración y admiración en sus ojos. Imaginó conversaciones llenas de risas y complicidad, paseos juntos por el parque, y noches interminables de conversaciones profundas y apasionadas.
En su mente, Alex no podía resistirse a su encanto y personalidad. Cada día que pasaba, se sentía más atraído por ella, y la buscaba constantemente. Laura se veía a sí misma como el centro de su mundo, la razón por la que Alex sonreía todos los días y encontraba la felicidad en su presencia.
La fantasía de Laura se volvió más y más detallada. Se imaginó a sí misma recibiendo cartas y mensajes de amor de Alex, llenos de dulces palabras y promesas de amor eterno. Vio cómo se volvían inseparables, compartiendo momentos felices y superando juntos cualquier obstáculo que se interpusiera en su camino.
Sin embargo, a medida que su imaginación la llevaba más profundamente en este mundo de ensueño, una pequeña voz de preocupación se hacía eco en su mente. ¿Era ético utilizar el libro para influir en los sentimientos de otra persona? ¿Qué tipo de precio podría haber por manipular el amor de alguien de esa manera? Estas dudas la inquietaban, pero la tentación de hacer realidad su deseo era demasiado fuerte para resistirla.
Bety cerró los ojos un momento mientras escribía el deseo, recordando a su perro con cariño y añoranza. Su mascota había sido un fiel compañero durante años, siempre a su lado en los buenos y malos momentos. Había compartido risas, abrazos y largos paseos juntos. Cada vez que estaba triste, el perro había estado allí, con sus ojos leales y su cola enérgica, brindándole consuelo y alegría.
Recordó las travesuras y trucos que su perro solía hacer, cómo solía correr feliz por el parque, persiguiendo pelotas y revolcándose en la hierba. También recordó la tristeza en sus ojos cuando el perro sufrió el trágico accidente que le había arrebatado la vida. Fue un día oscuro y doloroso para Bety, y nunca había dejado de sentir la pérdida.
Ahora, con el misterioso libro celta frente a ella, se aferraba a la esperanza de que su deseo pudiera convertirse en realidad. La idea de reunirse con su querido perro era irresistible, y aunque sabía que la probabilidad de éxito era incierta, estaba dispuesta a intentarlo. Bety esperaba con el corazón en la mano que el libro cumpliera su deseo y le devolviera a su leal compañero de cuatro patas.
Una vez que todos habían escrito sus deseos, se quedaron en silencio, esperando con expectación y nerviosismo. El tiempo pareció detenerse mientras observaban el libro, preguntándose si algo sucedería. Sin embargo, a diferencia de la vez anterior, esta vez no hubo señales inmediatas de que los deseos se estuvieran cumpliendo. El ambiente se volvió tenso, y las risas y bromas iniciales comenzaron a dar paso a un silencio incómodo.
Con el tiempo, la incertidumbre se hizo más palpable, y los amigos comenzaron a dudar de nuevo de la autenticidad del libro. Suspiraron y se encogieron de hombros, convenciéndose a sí mismos de que todo había sido una ilusión, que el libro no tenía ningún poder real y que las casualidades habían sido las responsables de que el deseo de Ben se cumpliera.
Las risas comenzaron a surgir entre ellos, y la atmósfera se relajó. Se rieron de sí mismos por haber creído que el libro tenía algún tipo de poder real. Después de todo, ¿qué posibilidades había de que un antiguo libro celta pudiera hacer realidad los deseos de la gente?
Con una mezcla de escepticismo y diversión, decidieron que todo había sido una especie de broma y que la casualidad había jugado un papel en la realización del deseo de Ben. Después de todo, la idea de que un libro pudiera cumplir deseos era demasiado fantástica para ser cierta.
Con esta conclusión en mente, abandonaron la casa abandonada entre risas y bromas, despidiéndose de la idea de que el libro tenía algún poder real. Cada uno de ellos regresó a sus vidas cotidianas, dejando atrás la emoción y la anticipación que habían sentido en los últimos días. Parecía que habían vuelto a la realidad, lejos de cualquier elemento mágico o sobrenatural.
Sin embargo, lo que no sabían en ese momento era que el libro celta aún tenía mucho que revelar, y su próxima visita a la casa abandonada desencadenaría una serie de eventos que cambiarían sus vidas de maneras que ni siquiera podían imaginar. Las páginas del libro guardaban secretos que iban más allá de lo que podían concebir, y la promesa de cumplir deseos no se extinguiría tan fácilmente.
Laura había pasado la noche en vela, esperando ansiosamente cualquier señal de que su deseo se estaba cumpliendo. Sin embargo, las horas pasaron sin noticias de Alex. Cuando finalmente sus amigos decidieron dispersarse para descansar, ella continuó revisando su teléfono una y otra vez, esperando ver un mensaje de él o una señal de que algo estaba cambiando en su relación.
La mañana siguiente llegó con un golpe en la puerta de la casa de Laura. Cuando abrió, se encontró con la mirada desesperada y desquiciada de Alex, quien parecía haber enloquecido de la noche a la mañana. Su voz temblorosa y sus palabras incoherentes llenaron el aire mientras le confesaba su amor incontrolable hacia ella.
La tensión en el ambiente era palpable. Laura se sentía atrapada entre el miedo a lo que estaba sucediendo y la incertidumbre sobre cómo lidiar con la situación. Las palabras inquietantes de Alex resonaban en sus oídos mientras él continuaba hablando con voz entrecortada y desesperada.
"¡Laura, eres mi razón de vivir! No puedo soportar la idea de estar sin ti", exclamaba Alex, sus ojos desorbitados fijos en ella. "Te necesito, y haré cualquier cosa por ti, lo que sea necesario. ¿No lo entiendes?"
Laura, alarmada por la intensidad de la declaración de Alex, trató de mantener la calma mientras buscaba una manera de poner fin a esta situación aterradora. "Alex, esto es demasiado. Necesitas calmarte y pensar en lo que estás diciendo. No puedo estar con alguien que actúa de esta manera".
Sin embargo, sus palabras parecieron caer en oídos sordos. Alex seguía mirándola fijamente, como si estuviera bajo un hechizo. Era como si algo hubiera cambiado dentro de él desde la última vez que lo vio, y no podía evitar sentir que el deseo que había formulado en el libro había tenido un efecto devastador en su mente.
Finalmente, Laura decidió cerrar la puerta, sintiéndose atrapada en su propia casa con un Alex que se había convertido en una sombra inquietante de lo que solía ser. Pero incluso desde detrás de la puerta cerrada, ella podía sentir la mirada penetrante de Alex clavada en su ventana. El miedo la inundó de nuevo, y mientras se alejaba de la puerta, se preguntó con angustia qué más podría depararles el misterioso libro celta y si había algún modo de deshacer lo que habían desatado.
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