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Al día siguiente Ágata se levantó con el estruendo de dos espadas chocando, al mirar por la ventana vio a sus dos hermanos practicar esgrima en el patio trasero, mientras Lilith se hallaba sentada debajo del roble que adornaba un lado de la valla.

Suspira, al observar la hora. Dándose una refrescante ducha, al salir del baño, nota una presencia que la miraba desde las escaleras, pero al asomarse no pudo ver a nadie cerca. Entrando a su habitación, se viste con un pantalón de tela media pierna y una blusa negra, al tener el cabello corto hasta los hombros no le importó dejarlo suelto, así que solo se lo peina. Bajando a la sala ve a su padre en el cuarto que tomó como su estudio, el cual aún necesitaba reparación debido a la plaga de ratones que se formó con los años.

Por otro lado, Lilith quién había entrado, le comenta del desayuno que le había dejado en el microondas. Al terminar de desayunar, sale al patio donde sus hermanos descansaban en el suelo. Erick sentado en el césped meditaba, mientras Carlos estando acostado miraba las nubes.

-este lugar es más frío de lo que esperaba. -comentó Carlos observando la poca luz del sol que se asomaba por las nubes.

-incluso el clima es diferente. -dice Ágata mirando el bosque del otro lado de la valla.

-¿Quieren ir de excursión? -pregunta Erick, levantándose del suelo.

- ¡porque no! -responde Carlos sentándose.

-voy con ustedes. -manifiesta Ágata con los brazos cruzados. -solo por si acaso se vuelven a meter en problema.

-sí, como no. – se burla Erick al caminar a un lado de ella. -lo dices porque también tienes curiosidad.

Entrando a la casa Carlos se dirige a su habitación para buscar sus cuchillas y unos guantes de repuesto. A la vez, en la parte de abajo, Erick, le avisa a su padre que irán al bosque. Este no dice nada al saber que Ágata iría con ellos.

-¿Quieres venir? -le pregunta Ágata a Lilith, quien estaba leyendo en el sofá.

-no. Tal vez en otra ocasión. -responde sin dejar de mirar su libro. A lo cual su hermana no insiste.

Llevando una maleta con agua y algo de comida junto a un estuche de primeros auxilios, se marcharon por la puerta trasera. Luego de caminar por un viejo sendero logran apartarse lo suficiente de la casa; al sentir que nadie los observaba, Ágata trepa sin problema uno de los árboles más grande del lugar.

-que linda vista. -dice mirando los alrededores.

En ese instante vislumbra la figura de un siervo, que le recordó la imagen tallada que había visto en la mueblería. Bajando rápidamente, les comenta a sus hermanos para que fueran en la dirección del siervo, lo cual ellos no dudaron en seguir.

Luego de un rato notaron que algo andaba mal, ya que no se escuchaban los pájaros cantar. El bosque se encontraba sumido en un silencio que los inquietó.