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-el niño sabe moverse. -comenta uno de los herreros más joven.

-y pensar que existía alguien más, capaz de seguirle el paso, aparte de Gael y Jonathan. -comenta una de las muchachas que pasaba por el lugar.

- ¡Increíble! -exclama la chica a su lado. -ninguno retrocede.

- ¿quién es el chico con el que pelea Adrián? -pregunta un muchacho de piel morena que las acompañaba.

-no lo sé, pero se mueve muy rápido… hollé Jonathan tú quien crees que ganará.

Le pregunta a un hombre alto de cabello castaño oscuro, quien estaba acompañando a Adrián, y a la vez mantenía a las personas a raya, mientras los dos peleaban en medio del barrio de los herreros.

-Adrián está en desventaja. -comenta mirando cada movimiento que hacía Erick. -ese chico tiene más experiencia en combate. Se va adaptando a los ataques de Adrián… la pelea está a punto de terminar.

Comentó al notar como la fuerza que Erick ejercía en cada ataque, daba en un mismo punto de la hoja, causando que la espada de Adrián empezara a agrietarse hasta que esta se rompe en dos, haciéndolo caer de trasero al piso. En ese instante Víctor gritó: -se acabó. -Dándole la señal a sus dos hijos para detener a Erick quien estaba siendo consumido por la oscuridad de la catana.

Manos oscuras salieron de las sombras, aferrándose al cuerpo de Erick, para detener sus movimientos involuntarios, mientras que Carlos agarraba con fuerza la hoja de la catana que se acercaba al cuello de Adrián.

-¿Qué no escuchaste a papá? La pelea se acabó. -le dice Carlos haciendo retroceder la catana, para darle espacio a Adrián, de moverse.

Los guantes que Carlos siempre usaba, le ayudaron a que la oscuridad no lo corrompiera, en tanto Ágata usaba la sombra para retener a Erick sin acercarse o lastimarlo, mientras que Víctor se acercaba a ellos. Tomando la funda de la catana le ordena a su hijo: -suelta. - a la vez que Ágata enrollaba una de las manos de sombra sobre el brazo que sostenía la catana.

Asiendo que este soltara la espada, Carlos retrocede y Víctor toma la catana; guardando la en la funda le hace una seña con la cabeza a Ágata para limpiar la mancha en el cuerpo de su hermano.

Ágata se acerca sutilmente desde atrás, asiendo que la sombra forzaran a Erick a arrodillarse; tomando su cabeza en sus manos, deja que la mancha entre a su cuerpo. Cubriendo sus brazos con enredaderas espinosas hasta llegar a los párpados, sus ojos cambian de color, de un gris a un negro oscuro como los ojos de los caballos. Absorbiendo toda la oscuridad, suelta a Erick, y retrocede mientras la sombra devora la energía oscura limpiando su cuerpo. Al terminar estira su cuello de un lado al otro, a la vez que sus ojos volvían a la normalidad.

-eso es todo. -dice Ágata mirando a Erick, quien se levantaba aún aturdido.

-parece que hablé con la pared, cuando les dije que no se metieran en problemas. -le reclama Víctor decepcionado, mientras le regresaba la catana a Erick.