Había mucha alegría en los rostros de los alumnos y maestros, no parecía en absoluto que el imperio estaba pasando por un mal momento. Aunque ahora está todo bien.
Una pequeña niña de aproximadamente siete años se paró frente a Henry y se lo que quedó mirando.
—Eres muy guapo.—Dijo la pequeña sin titubear.
Henry bajó la cabeza y miró a la niña
—...Gracias... Tú eres muy bonita. —Dijo con una expresión sería.
—Entonces cásate conmigo.
—¿Q-Qué? —Se sonrojó de la vergüenza.
—Dijiste que era bonita, ahora tienes que casarte conmigo.
La niña parecia decidida a casarse con Henry. Él solo sonrió, sabía que era una idea pasajera de una niña, en cuanto creciera no se acordaría de esto. Se arrodilló frente a ella y con un tono dulce le dijo;
—De acuerdo, me casaré contigo. Pero primero necesito que me ayudes a buscar a una vieja amiga.
—¿Cómo se llama tu amiga?
—Su nombre es Judith Florián, ¿la conoces?
—¿"Judith"?... Si, la conozco. Tiene cabello dorado y ojos verdes. Es muy hermosa, no puedes enamorarte de ella, dijiste que te casarías conmigo.
—No lo haré, no te preocupes. ¿Dónde la viste? Necesito hablar algo urgente con ella.
—Creo haberla visto en el jardín, va muy seguido a ese lugar. Perece un hada...
—¡Loren!.
Una señora venía caminando a toda velocidad a buscar a la niña.
—¡Loren, ven aquí!. Deberías estar en clase de literatura ahora mismo.
La señora tomó la mano de Loren y la iba llevando por el pasillo. La niña volteó la cabeza y grito a Henry.
—¡Nos volveremos a ver!
Henry miraba con una sonrisa las ocurrencias de la niña, de alguna manera le hizo recordar a Judith cuando era mucho más pequeña.
—... Entonces, dijo que se encontraba en el jardín.
Ese lugar ya lo había visto, era uno en los que ya había pasado como tres veces, tratando de salir del laberinto que era el instituto. Por lo que retomó el camino y logró salir hacia el jardín. Ese lugar estaba cubierto de diferentes tipos de flores, platas y árboles. Debido a la magia que habitaba en ese lugar; la fauna brillaba como si estuviera polvoreada con polvillo de hadas.
Un arco largo, en la que mostraba un camino, estaba cubierto de hermosas rosas rojas. Al entrar ahí solo podía seguir caminando y ver hacia donde llevaba el camino.
Tras caminar un rato largo, logró visualizar al final del camino la silueta de una mujer. Su cabello dorado hasta las rodillas y un vestido blanco que pese a que su diseño era sencillo, ella lo sabía vestir con elegancia. Al verla, lo supo al instante, era Judith.
Su corazón comenzó a palpitar con intensidad, parecía que había corrido una maratón. Caminó lentamente hasta llegar detrás de ella, y tras muchas dudas en su cabeza, tocó su hombro.
Ella volteó y todo el aura a su alrededor se iluminó, por arte de magia las rosas comenzaron a expulsar sus pétalos lo que parecía una lluvia de pétalos rojos que los envolvía.
—¿Henry?
Él había quedado perplejo, la belleza de Judith siempre estuvo presente, pero está vez hacia que su corazón saltará y se sonrojara todo su rostro.
Ella sin embargo, quedó sorprendida. Henry ya no era el pequeño niño que ella solía conocer; está vez era mucho más alto, era como si midiera tres cabezas más que ella. Su cuerpo fortalecido y grande, su rostro era muy hermoso. Y de no ser por sus ojos, jamás se hubiera imaginado que era Henry quien de encontraba frente a ella.
—Henry, ¿Eres tú?
Él se acercó a ella, con una sonrisa leve en su rostro. Levantó ambos brazos y la abrazó. Judith no sabía que hacer, pero estaba tan feliz de verlo y por impulso correspondió el abrazo sin cuestionarse nada.
—Estoy de vuelta Judith... No pienso irme de nuevo.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 62 Episodes
Comments