Ya pasó varios días desde la llegada de Henry, y aún continua evitándome. No sé qué hacer.
¿Enviarle una carta?, la quemaría.
Recostada sobre mi cama y la mente en blanco, comencé a escuchar el ruido de la lluvia golpear el cristal de mi ventana
—Cambió el clima repentinamente.—Dije aún en la misma posición.
Todavía no entiendo por qué de la nada me dio curiosidad y ganas de mirar la ventana aquella vez, pero seguí mi instinto y pude ver desde lejos a Henry entrenando bajo la lluvia. ¡No puede ser, este niño!.
Tomé dos sombrillas de mi armario, uno para mí y otra para él, salí de mi habitación tan rápido como pude hacia el campo de entrenamiento.
Él, sin embargo, no notó mi presencia hasta que coloque la sombrilla sobre su cabeza.
—¡Podrías enfermarte, cúbrete con esto!.
Simplemente, se me quedó mirando un buen rato, parece que no entendía por qué estaba allí.
—¡Vamos, solo tómala y cúbrete!
Insistí una vez más, la lluvia cada vez era más fuerte y la tierra mojada podría no ser de mucha ayuda para correr con estos zapatos tan incómodos.
Parecía que escuchó mis pensamientos, en ese momento noté que se agachó y de un momento a otro me encontraba entre sus brazos, me había levantado.
—¿Qué estás haciendo?, puedo caminar yo misma.
—Si te enfermas, el Duque podría enfadarse.
Comenzó a correr en dirección a la mansión conmigo en sus brazos, es increíble que alguien tan pequeño tenga tanta fuerza para levantar a una niña como si nada.
Traté de mantener el equilibrio y lo cubría de la lluvia con el paraguas mientras íbamos a la entrada.
—No vuelvas a salir cuando llueve.
Me dijo mientras me ayudaba a bajar lentamente.
—Gracias, tú tampoco deberías hacerlo.
—Eso es asunto mío.
—¿Por qué estás tan a la defensiva?. Solo estaba tratando de ayudarte.
—No necesito que nadie esté pendiente a lo que hago...
—¡No estoy al pendiente para mantenerte vigilado, lo hago porque estoy preocupada de que te enfermes!.
—...
El mayordomo, junto a unas tres sirvientas más vinieron corriendo hacia nosotros y nos cubrió con un manto.
—¿Por qué salió con esta lluvia señorita?.
Preguntó preocupado el mayordomo.
—Llévenlos a su habitación y preparen un baño caliente para ambos en sus respectivos cuartos.
Las sirvientas hicieron caso a su petición y cada uno fuimos a nuestras habitaciones.
Me senté sobre una silla que se encontraba frente a la fogata de la chimenea para entrar en calor.
Aún estaba preocupada por él, pero no me dejaría ayudarlo. No sé que tiene en mi contra, nunca le hice nada malo, solo quería hablar bien como amigos.
Tal vez... Me volví alguien asfixiante o se me habrá contagiado lo amargo de los adultos. Puede ser, existe la posibilidad... Pero no creo, aún tengo ganas de acercarme a él por más que me evite tan abiertamente.
—Señorita, el baño ya está listo. ¿Necesita que la ayude a bañarse?
—No, no hace falta. Puedo hacerlo yo misma, gracias.
—Como usted lo diga, entonces me retiraré...
—Espera, necesito que me hagas un favor.
—Claro, ¿Qué necesita, señorita?
—Necesito que vayas a la habitación del joven Henry y le lleves jugo de naranja.
—Está bien, ¿necesita algo más?
—No, eso era todo. Puedes retirarte.
El jugo ayudará a que haya menos posibilidades de que se enferme, iría yo misma. Pero parecía bastante molesto conmigo y no lo tomaría, es mejor opción una sirvienta.
Por otro lado, Henry ya se encontraba en la tina caliente, la sirvienta frotaba la espalda de él con un paño mojado.
—Sé que quieres convertirte en caballero, pero si te enfermas solo harás que se posponga el entrenamiento.
Dijo la sirvienta mientras lo ayudaba a bañarse.
—No creo que la lluvia me haga enfermar.
Soportó tanto en la mansión del marqués que la lluvia ya no era nada para él, el veneno que le hacía tomar su madre para hacerse inmune a los demás venenos hizo que su resistencia se hiciera más fuerte.
—Me alegro de oír eso; sin embargo, la señorita se veía preocupada por usted.
—¿Por qué hablas bien de ella?
—¿A qué se refiere, joven Valencia?
—Me dijeron que era cruel con la servidumbre. ¿O a caso tienes miedo de que les diga algo al Duque?
—¿Qué?, ¿De dónde escuchó eso?
—Todos lo saben.
—Eso es un error, la señorita es incapaz de ser grosera con nosotros. ¡Son simples rumores!
—Pero... ¿Que hay de la sirvienta que fue golpeada por ella?
—Se lo merecía, puso veneno en el té de la señorita. Y no fue ella quien lo hizo, fuimos la misma servidumbre quien le dio su merecido.
—Pero...
—Tiene que ser más atento a su alrededor, no creer en los simples rumores. La gente siempre va a hablar de su punto de vista o inventar cosas para aparentar ser la buena de la historia. Nadie va a decir "Yo fui el malo y merecía las cosas malas que me pasaron". Jamás.
Él se quedó en blanco, ya no sabía cómo refutar eso, tenía razón. Nunca escuché decir a alguien que fue la culpa de uno, siempre es la culpa de otros.
No creeré en lo que dice la sirvienta tan rápidamente, pero me mantendré más atento a lo que sucede a mi alrededor.
El mundo del Rumor es algo común en la aristocracia, muchas son verdades, pero muy pocas y bajas las probabilidades de que sean mentiras. Pero nunca nulas.
*Toc Toc*
—Disculpen, soy Rita ¿puedo pasar?
—¿Rita?.— Preguntó Henry.
—Es una sirvienta que trabaja conmigo, ella acompañó a la señorita a su habitación.
—Dile que puede pasar.
Ella se levantó y fue a abrir la puerta. Rita se encontraba con una bandeja de plata en sus manos y un una copa de jugo de naranja por encima de él.
—Perdón por interrumpir, pero la señorita me pidió que le trajera esto al joven Henry.
Se acercó cautelosamente y colocó la bandeja sobre una pequeña mesa de té.
—Si me disculpan, ya me iré retirando.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 62 Episodes
Comments
Aki
¡Me encantó tu historia!😍 Gracias por hacer que mi día sea un poco más colorido y lleno de emoción.
2023-08-27
2