Capitulo 9

Había mucho ruido dentro del Ducado, toda la servidumbre estaba emocionada por la velada, por lo que empezaron a preparar las cosas para el viaje con entusiasmo. Si las cosas salían bien, se rumoreaba con la pequeña Judith sería la futura emperatriz y algunos querían obtener el reconocimiento a su favor.

Ella por su parte, no se la veía tan entusiasmada con respecto al baile, a medida que se acercaba la fecha se la veía aún más decaída y triste.

—¿Te sucede algo?. Hace rato que estás mirando ese punto fijo de la habitación.

Dijo Richard, mientras veía a su hermana tan desconcentrada mientras bebían el té en la habitación de él.

—...

—Judith, ¿Estás escuchándome?

—...

—¡Judith!

—No te va a responder, ha estado últimamente muy nerviosa por lo que conocerá al príncipe heredero. —Joseph empezó a beber su té como si nada.

—Entonces, ¿Es verdad lo que dicen del compromiso?

—No, no lo es.

—Pero, ¿Ella entonces no será la futura princesa heredera?

—Nunca eh anunciando nada al respecto, no entiendo de dónde la gente saca tantas conclusiones. Judith tendrá el derecho de elegir con quién casarse en el futuro, yo no planearé ningún compromiso.

—¿De verdad? —Judith volvió de su trance.

—Me casé con su madre, no me importó que fuera hija de un Conde. Ustedes tendrán la misma libertad, pero tengan cuidado y no le digan esto a nadie, al saberse públicamente muchas personas de diferentes estatus estarán detrás de ustedes con propuestas de matrimonio.

—Lo tendremos en cuenta, padre.—Ambos respondieron a la par.

Una tranquilidad se posó sobre el pecho de Judith al oír eso, ya no tendría que estar atada a un matrimonio forzado.

*Toc Toc*. Alguien golpeó la puerta.

—Disculpen mi atrevimiento, —Dijo una mucama y asomó su cabeza por la puerta.— Ya vino el sastre para la ropa del joven Henry, señor.

—Oh, llegó rápido. Eso es emocionante.

El Duque se paró rápidamente de su asiento y caminó en dirección a la puerta.

—¿Puedo ir contigo, padre? —Dijo Judith.

—Mm... No, quiero que sea sorpresa la manera en que vestiré a Henry.

—¿Por qué lo vestirás tú? —Richard parecía ofendido.

—Hablaremos de eso en otro momento.— Joseph se fue rápidamente de ahí, dejando a sus dos hijos en la habitación.

—No lo puedo creer, pareciera como si Henry fuera hijo en lugar de nosotros. —Su rostro mostraba enfado.

—No te molestes, Padre simplemente quiere ayudarlo, es la primera vez que Henry asistirá a un baile y está nervioso.

—Eso no es excusa. Ya mismo iré a hablar con el Duque sobre esto.

Se levantó abruptamente de la mesa y salió de la habitación, caminó rápidamente por los pasillos hasta llegar al cuarto de Henry y tocó la puerta antes de entrar.

—Richard, te dije que yo ayudaría a vestirlo. —Dijo Joseph al verlo entrar.

—Esto no es justo, tú deberías... ¡¿PERO QUÉ ES ESO?!

Su reacción exagerada fue al ver a Henry, su ropa era espantosa. Tenía una camisa marrón con un chaleco negro arriba, pantalones cortos y medias que le llegaban hasta la rodilla.

—¡Eso es espantoso!

—¿Cómo puedes decir eso? Yo mismo le pedí al sastre que lo haga, es muy bonito.

—¡Es una ropa muy anticuada y fea, ese tipo de vestimenta ya no se usa hace más de diez años!

—¿De verdad?—Joseph miró al sastre y él asintió la cabeza, como si estuviera de acuerdo con Richard.

—Quítate esto, harás el ridículo en la velada.

Richard ayudó a Henry a sacarse la ropa que tenía puesta y colocó sobre él una bata.

—Yo te ayudaré con la ropa...

—Pero yo iba a hacerlo desde un principio.

—Duque, tú sabes vestirte, pero en ropa de adulto, no sabes nada sobre la moda que se utiliza ahora en los niños.

—...

—Gracias, Henry. Pero, el Duque estaba muy emocionado por ayudarme, ¿Habría otra forma? —Le dijo al oído, muy preocupado al ver la expresión del Duque.

—Ahg, está bien... Duque, usted puede ayudarme con el traje, he visto que eres muy bueno eligiendo capaz y accesorios para tu ropa. Esto nos podría servir.

Joseph levantó su mirada y sonrió aliviado, pensó que había arruinado su oportunidad y podría haber hecho que Henry sea el hazmerreír de todos en la velada.

—De acuerdo, tú te encargarás de la ropa y yo de lo que llevará puesto por encima de él. Ahora mismo iré a buscar unas cosas.

El Duque salió rápidamente de la habitación, una vez más, parecía emocionado.

—Bien, ahora aprovechando que se fue... —Comenzó a mirar las telas que el sastre trajo consigo.— Esta se ve muy bien.

Tomó una tela de color negro y le pidió al sastre que tomara las medidas en Henry para hacer una camisa.

Los diseños que hizo Richard en una hoja alivió mucho a ambos, ya qué parecía que de verdad sabía lo que estaba haciendo y haría que Henry realmente se luciera como el compañero de Judith.

Llegó la noche y consigo un ensayo más entre los pequeños amigos. Ambos caminaron hacia la pista y al estar preparados, Henry volteó a verla y tomo su mano gentilmente, llevándola hacia su hombro y entrelazando sus dedos con la otra mano. Sostuvo su cintura y comenzaron a bailar.

Aquellos ojos verdes y los de rubí, se encontraron una vez más, pero está vez iba acompañado de una sonrisa por parte de ambos.

Solo eran ellos dos, no hubo errores al bailar y tampoco distracciones, el aura se tornó brillante, era como si las estrellas estuvieran alumbrando el lugar junto a la luna.

Apoyaron sus cabezas y el agarre de ambos se convirtió en una especie de abrazo, Henry sentía una bomba de emociones en ese momento que lo hacían feliz y Judith simplemente escuchaba el sonido de su corazón como si desplazará por todo el cuerpo.

Detuvieron su vals, pero no sé alejaron, Henry deslizó sus brazos por el cuerpo de Judith y la abrazó.

—¿H-Henry? —Su rostro se puso colorado.

—Te ves tan linda el día de hoy...

Hundió su cabeza en el hombro de Judith.

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