Capítulo 12

No puedo moverme, sigo observando la escena con terror.

Guillermo solo hace muecas de dolor. ¿Por qué él? Escucho gritar a mi hermana que lo ayude, me suelto con brusquedad de la mano que me sostiene e intento ayudarlo para que se incorpore. Llevo mi mano a su cabeza en donde ha sido el golpe, observo mis dedos al ver que hay un poco de sangre en ellos.

Como puedo trato de cargar a Guillermo entre mis brazos al estilo princesa y salgo disparado en dirección a la enfermería.

Lleva sus ojos cerrados. Escucho pisadas detrás de mí, no puedo parar y voltear a ver de quién se trata, pero estoy seguro de quienes pueden ser.

Entro a la enfermería, está no tarda en percatarse de nosotros y me señala la camilla donde acuesto a Guillermo con cuidado.

—No pueden entrar todos. Por favor, quédense afuera.

No puedo quitar mis ojos de Guillermo, este los abre, y nuestras miradas conectan. Trago saliva en seco.

—Perdón—tartamudeo.

—No te preocupes, lo accidentes pasa—dice sonriendo.

—¿Qué pasó con usted Guillermo?—cuestiona la enfermera, mientras se acerca al mencionado.

Estoy por hablar, pero él se adelante y dice:

—Me he caído y me he golpeado la cabeza.

—¡Qué barbaridad! Debe tener cuidado, los golpes en la cabeza son muy peligrosos.

Lo observo boquiabierto. ¿Por qué miente de esa manera? Y sobre todo, ¿por qué yo no niego lo que ha dicho? Ni siquiera puedo gesticular, palabra. La enfermera me ordena a que salga del lugar, y así lo hago.

Al salir las miradas de Luke, Tina y Aisha recaen en mí. El primer nombrado me toma de mi camiseta, cosa que me toma por sorpresa. Arrugo mi rostro y sostengo las manos que me tocan.

—¿Qué sucede contigo?—espeta cerca de mi rostro.

Manoteó su agarre haciendo que me suelte.

—¿Qué quieres decir?

—Lo hiciste a propósito—asegura.

—No—digo negando incrédulo—. Yo nunca dañaría a Guillermo. Deja de decir estupideces.

Me cruzo de brazos y lo reto con la mirada.

—Que casualidad, que sea Guillermo quien esté en esa enfermería y herido, gracias a ti—dice con ironía.

—Fue un accidente. ¿No lo entiendes?—digo acercándome a él. Me está colmando la paciencia.

—Pues no parece—dice rompiendo distancia conmigo y susurra—. ¿Por qué mejor no te mantienes lejos de él?

—Chicos, dejen de discutir—nos interrumpe mi hermana—. Si Félix dijo que fue un accidente, es porque así fue. Yo no creo que él sea capaz de dañar a Guille, solo porque sí.

—Dices eso porque es tu hermano.

—Lo digo porque lo conozco. Sé que es estúpido, poco inteligente y no sirve en nada...

—Cállate Tina, no ayudas en nada...—hablo entre dientes.

—Pero sé que mi hermano jamás dañaría a Guille de ese modo, porque a pesar de todo ellos se conocen desde niños, y se quieren.

Aisha pasa sus brazos por mi cintura en un abrazo.

—Yo también confío en Félix—sonríe.

Sonrió tenso. Por venir corriendo de ella fue que termine lastimando a Guillermo.

Un carraspeo, llama nuestra atención. Todos volteamos. Mi mirada se vuelve a encontrar con la de él, pero Luke no tarda en llegar a su lado y de besar su frente. Esa acción me hizo sentir ligeramente incómodo.

—¿Todo bien Guille?—cuestiona Tina con mucha preocupación. Ni conmigo se preocupa tanto.

—Estoy bien, no tuvieron que costura, fue un pequeño corte. Nada de que preocuparse.

—Entonces, ¿No te sientes mal?—pregunta está vez Luke, tomándole de las manos.

—Estoy bien—dice cohibido Guillermo.

—Lo siento—digo, mientras mi mirada baja al piso—. No fue mi intención que te golpearas.

Su risa hace que levante mi mirada en su dirección.

—Está todo bien, Félix. Sé que no fue tu intención—el timbre suena dándonos a entender que el recreo ha llegado a su fin.

—Gracias—susurro.

Todos empezamos a avanzar a nuestros respectivos salones. Las primeras en separarse de nosotros es Tina y Aisha.

Yo voy unos pasos atrás de Guillermo y Luke, el último mencionado lo lleva abrazado por sus hombros. ¿Esos dos ya serán pareja?

Luke es muy atento con él, en todos lados están juntos.

Así solíamos ser los dos, siempre juntos a todos lados...

Una mano en mi muñeca detiene mi caminar.

—Espero y sepas que todo está bien—dice, mientras sonríe. Su toque me hace sentir reconfortado al igual que su sonrisa.

Asiento, sin poder gesticular palabra alguna. Él voltea y seguido se adentra su salón de clases. Suspiro, mientras me quedo pasmado viendo a la puerta.

—¡Amigo—Héctor me saca de mi trance, a su vez pasa su brazo izquierdo por mis hombros—.¿En dónde diablos estuviste? No te vi en todo el recreo.

—Estuve en enfermería.

—¿Por qué? ¿Diarrea otra vez?

Bufo.

—Golpee por accidente a Guillermo.

—A la mariquita—dice con burla—. ¿Casi lo envías al más allá?

Ríe.

Me detengo en seco al escucharle decir eso.

—No digas eso—digo sintiéndome ligeramente molesto.

Héctor arruga su rostro.

—Ay, flor. Solo es una bromita.

—Pues no bromees así—digo pasándole de largo. Me adentro al salón y tomo asiento.

—¿Ya estás molesto Félix? ¡Por dios! Es una broma inocente.

—¡Pues no bromees así!

—Que amargado—murmura a mi lado—. Antes eras más divertido.

Me limito a ignorarlo en el transcurso. ¿Cómo se le ocurría decir eso? ¿Qué pasa si eso hubiese sucedido? No me imagino que por mi culpa a Guillermo le ocurriera algo tan grave. ¡Jamás me lo perdonaría!

Podía ya no ser su mejor amigo, pero hacerle daño, nunca se me había pasado por la mente.

Mis clases llegaron a su fin, así como mis prácticas de básquet. El entrenador casi me manda a sentarme a la banca, pero le expliqué que hoy empezaría con mis tutorías, así que me dio permiso de poder practicar.

Ya pronto tengo que irme a la biblioteca, pero me fue inevitable no quedarme viendo el entrenamiento de los de voleibol.

Me gustaba ver a Guillermo en acción, no me canso en decir que él siempre resalta entre todos ellos, y no solo por su color de cabello, sino por su forma atrapante de jugar. Sé que muchos lo admiran en silencio, pero sé que hay otros que lo hacen a todo pulmón. Claramente no todo es color de rosa, porque había quienes lo odiaban, por ser buen jugador y por su orientación sexual.

—Hola, hermanito—Tina toma asiento a mi lado. Una gran sonrisa adorna su rostro—. ¿Admirando a Guille?

—¿Por qué no te has ido a casa?—ignoro su pregunta anterior. Ella es peor que Guillermo, siempre haciendo preguntas que hacen sentirme incómodo.

Ella rueda los ojos.

—Soy porrista, ¿recuerdas?. Estamos practicando para el viernes.

—¿El viernes?—

—Sí. El viernes los del voleibol tienen un partido amistoso—alzo mis cejas sorprendido—. ¿Vas a venir a ver Guille?—le doy una mirada hastiada—. Digo, a ver a tu hermana y novia—dice con asco lo último.

—No.

Se me hace una buena idea venir a apoyar a los del instituto, pero no sé si sea lo correcto...

—Amargado—dice entre dientes—. Ash, ahí viene la odiosa de tu novia, me voy.

—¡Odiosa tú!—grito. Ella se voltea para sacarme el dedo de en medio. Es una malcriada, pero me siento apenado cuando Guillermo me voltea a ver, sonríe y niega.

Aisha se acerca y de abalanza a mí, y besa mis labios. No despego mis ojos de Guillermo, quien se queda viendo aquella escena, que incluso a dejado que el balón le pase de largo.

Separo a Aisha de mí. Eso me hizo sentir incómodo.

—¿Qué pasa?—dice, mientras hace un mohín.

—Nada—digo, y empiezo a tomar mis cosas apresurado—.Tengo que irme a duchar, porque tengo tutorías.

—¿Quién te dará tutorías?—pregunta con su entre cejo arrugado.

—Anna.

—¿La rubia con la que estabas a solas? No me agrada—dice con molestia.

—No empieces a Aisha. Nos vemos mañana—me despido e intento salir, pero su mano toma mi muñeca.

—Dame un beso. ¡Debes despedirte bien de tu novia!—se acerca hasta mi rostro.

Hago lo que me dice y rompo distancia, nuestro labios se unen en un beso rápido.

Ella es muy linda, pero no termino de entender porque no me termina de gustar, sus labios sobre los míos no me hacen sentir absolutamente nada...

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play