Su forma de besar es adictiva, dan ganas nunca terminar el beso, pero ¿por qué tiene que ser hombre? Si Guille hubiese sido mujer, todo sería más fácil, no tendríamos miradas que nos juzgarán, y podríamos ser felices.
Todo es tan complicado y poco correcto.
Si mi mamá se diera cuenta sobre lo que hice y lo que estoy haciendo me odiaría. Por suerte las paredes no tenían ojos.
Necesito más de él, mis manos son ansiosas sobre su cuerpo. Quiero tocar cada rincón, perderme en su olor y su mirada. Simplemente, olvidarme del mundo exterior, y ser uno solo.
Guillermo se separa, y se aleja como si mi tacto quemará. Le observo impaciente y extrañado. Su mirada es triste.
«La he cagado»
—Perdóname—me vi diciendo. Rápidamente, llevo mis manos a mi rostro. Otra vez, lo estoy arruinando. ¿Esto me hacía gay?
«Es obvio que esto es lo más gay que he hecho»
Soy una completa decepción. Mi mamá simplemente me aborrecería si diera cuenta.
—No te preocupes—dijo. Su voz es tambaleante. Levanto mi mirada para observarlo. Se acaricia los brazos, mientras su mirada está viendo al suelo—. Ambos nos dejamos llevar, aparte tú no estás en tus cinco sentidos... Espero y no arruine lo que estamos retomando—toma el pomo de la puerta—. Me voy.
Me levanto rápido, para poder detenerlo.
—Es mejor que te quedes.
Pega su frente a la puerta.
—No crees que es muy egoísta de tu parte pedirme eso, después de lo que acaba de pasar—niega, y se da la vuelta para encararme—. No es fácil estar tanto tiempo en un mismo lugar contigo, y después de algo tan íntimo.
—¿Cómo piensas darme tutorías? Aprende a enfrentar tus sentimientos, a pesar de no ser correspondidos.
Resopla.
—¿Te soy indiferente Félix? Es la segunda vez que le besas. Recuerda que ese es nuestro secreto, el cual me haces guardar hacer tres malditos años.
Tapo su boca. Está levantando la voz de más. Si Tina escuchaba eso, se lo contaría a medio pueblo.
—¿Tienes que gritarlo?
Me aparta la mano de su boca.
—No eres hetero Félix, ya date cuenta.
Frunzo los labios.
—Ahora puedes deducir que no lo soy, solo porque nos b...—no puedo decir la palabra.
—¿Es en serio? ¿No puedes ni siquiera decir la palabra? No seas patético—espeta—Nos besamos Félix, por segunda vez; después de tres años.
Agarro su cara entre mis manos.
—Ya cállate. No lo digas más.
Rueda sus ojos.
—Me voy. Lo de darte tutorías sigue en pie.
—No puedes irte, quédate.
Me da una mirada cansina. No podía dejarlo ir, es demasiado tarde. ¿Qué tal si le pasaba algo?
—Bien. Me quedo.
Me separo de él, y me dirijo a mi clóset. Cuando doy con las prendas se las lanzo.
—Para que duermas cómodo. Usa el baño para cambiarte.
Asiente, y murmura un “Gracias”, mientras desaparece dentro del baño.
Yo también me empiezo a vestir con prisas. Por suerte mi cama es demasiado grande como para que durmamos muy separados.
Me tiro a mi cama, y me arropo.
Guillermo sale del baño, ya vestido con el pijama. Se veía adorable, ya que le quedaba grande. Apaga la luz y se acuesta en la cama.
Estoy por cerrar mis ojos, pero una voz me interrumpe los pensamientos.
—¿De qué estuviste enfermo?
—¿Cómo sabes eso?
—Luke lo menciono en la cafetería.
—Oh, es cierto—se ríe—Estuve comiendo mal, así que me dio anemia, pero por suerte ya me recupere y trato de llevar una vida más sana.
—Me alegro por ti...
—Si, gracias...
Soltamos un suspiro al unísono, eso no hizo reír a ambos. Parecíamos estar conectados.
El sueño me está por invadir, parpadeo para no hacerlo. Su voz medio me irrumpe.
—¿Félix?
—¿Sí?—murmuro.
—¿Crees que nuestra amistad vuelva a ser la de antes?
No sé lo que digo, porque el sueño se ha apoderado de mí.
Me levanto exaltado. Volteo a todos lados.
¿Acaso fue un sueño de que me bese con Félix? ¿No se quedó a dormir aquí? Reviso la hora, y estoy a tiempo para ir al instituto.
Me meto al baño, me ducho y me cambio, seguido bajo a la cocina.
Mi mamá no está por lo tanto me tocará desayunar cereal.
Frunzo mi entrecejo, cuando me llega el olor a panqueques. Asomo mi cabeza para darme cuenta de que es Guillermo el que está cocinando.
«¡No había sido un sueño!»
—Buenos días—saludo con la voz carrasposa.
Se sobresalta y sonríe.
«Que sonrisa tan adorable», pensé.
Me cachetee, mentalmente. ¡Eso no es para nada hetero de mi parte!
—Buenos días—se frente se arruga—¿No te duele la cabeza?
Niego.
—¿Debería?
—Por como vomitaste en la madrugada, creo que sí, pero bueno. Me alegra que no sea así.
Se acerca con un plato en mano y lo coloca en la mesa.
—¿Para mí?
—Sí. Desayuna.
Tomo asiento y empiezo a devorar los panqueques. Están muy buenos, son esponjosos y suaves.
—¿Cómo es qué logras esto?—pregunto, atiborrándome.
Se encoge de hombros.
—Supongo que es un don.
—¿Qué otros dones tienes? Eres inteligente, bueno en deporte, cocinando. ¿En qué podrías ser malo? Te envidio, porque incluso tu familia te apoya en todo.
Él se ríe con amargura.
—Supongo soy malo en mantener a las personas a mi lado. No todos me quieren Félix, muchos me usan.
Sentí una punzada en mi pecho.
—¿Crees qué yo te uso?—cuestiono nervioso.
Guillermo ladea su cabeza, y me observa.
—Supongo que no la haces conscientemente, pero sí.
Un pedazo de panqueque se me va por mal lado y empiezo a toser. Guillermo se acerca con un vaso de jugo y me lo entrega.
—Lo lamento, pero honestamente estoy confundido y tengo miedo—murmuro una vez que he dejado de toser.
—¿Miedo?
—No sé, todavía no descubro lo que es.
—Te tengo una pregunta demasiado sería. Necesito que la respondas con sinceridad.
Saca una silla del comedor y me observa fijamente.
—Está bien...—digo dudoso.
—¿Qué es lo que sientes cuando me besas?
Abro mis ojos sorprendido. ¿¡Cómo carajo iba a responder eso!?
—No lo sé—titubeo.
—¿Estás seguro?—entrecierra sus ojos.
Niego, para luego asentir.
—¡No me veas así. Me confundes!—me levanto de la silla y me sirvo agua, la cual bebo de golpe—Voy a despertar a Tina, seguramente se quedó dormida. ¿Piensas ir en pijama? ¿Te presto ropa?
Le escucho reírse.
—No te preocupes, tengo ropa extra en el auto. Ve y despierta a Cristina.
Asiento, y corro escaleras arriba.
¿Cómo se le ocurría hacerme ese tipo de pregunta?
No tenía una respuesta para eso, pero algo si sabía y es que me gustaba, me gustaba besarle, pero no podía confesarlo.
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cheesecake
Puedes amarlo sin límites
2023-08-23
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