Capítulo 10

^^^Narra Guillermo:^^^

Me adentro a la escuela y lo primero que veo es a Félix y Aisha tomados de la mano. Suspiro; me siento un poco celoso de ella, debo admitir, pero también me siento aliviado después de enviarle ese mensaje de texto a Félix. No siento vergüenza, tampoco me importaba si él me responde cortante y un poco distante, no obstante yo me deshice de esa carga.

Siempre me he considerado una persona honesta y abierta con mis sentimientos, no me importa decirles a las personas lo que siento, aunque a veces trato de controlar eso.

Cuando Félix me dejo de hablar de la nada si me afecto, pero llegue a entender después que seguramente para él no fue para nada fácil saber que su mejor amigo es gay y también está la parte de cuando nos besamos por primera vez.

Sonrio al darme cuenta que ese es nuestro secreto; el primer beso que nos dimos, por curiosidad, y a los meses yo me anime a confesarle mi orientación sexual. Creo que eso lo tomo en curva, y al final se vio asustado, no lo juzgaba.

Bajo de mi auto, y dirijo mi mirada a donde se encontraba.

¡Me es muy inevitable buscarlo con la mirada! ¿Cómo se supone que puedo dejar de buscarlo o de sentir algo por él? Siento que es imposible, realmente estoy flechado por él.

Mi mamá dice que es cuestión de tiempo, que quizás cuando me vaya de este país y entre a la universidad, pueda que lo termine superando; ella siempre dice que lo haré, pero que tengo que mantener la calma.

Yo no creo superarlo, se que él no me ve con otros ojos, pero me confunde con su actitud y acciones. ¿Qué es lo que realmente él quería? Me preocupaba saber que quizás se siente confundido y yo no puedo ayudarlo.

Me apoyo en mi auto y me cruzo de brazos, y lo analizo. Ha crecido tanto en este tiempo, se ve tan diferente a cuando éramos niños, es tan guapo y varonil. Su forma de vestir despreocupado, me encantaba. Su cabello negro desordenado, que cae por encima de sus ojos, me daban ganas de pasarle mis dedos por este y peinarlo, para ver aquellas cejas pobladas que se escondían.

Me gustaba la sonrisa que portaba, es coqueta y a la vez tímida.

Y es una lastima que esa sonrisa no sea para mí.

Quizás me veo super ridículo, analizándolo desde aquí. Iba a ser muy obvio mi enamoramiento hacia él, pero poco me importaba.

«¡Soy tan descarado y ridículo!»

Tapo mi rostro, y siento unas manos envolver mis muñecas. Me destapo y veo que se trata de Tina, trae sus ojos rojos e hinchados. Rápidamente la envuelvo en un abrazo. Se que a llorado toda la noche, ella detesta que su madre me haga de menos. Es una chica con increíble corazón, que siempre está sacando las garras por quienes ama.

—Mi mamá no quiere que me siga juntando contigo, ¿qué hago?—hipea en mi cuello. Ambos somos de la misma estatura.

—Obedecer.

Ella se aparta y me observa frustrada y niega.

—¡Me niego! Eres mi amigo Guille.

—Pero debes obedecer a tu madre, no quiero que te metas en problemas por mi culpa.

—¡Qué me importa lo que ella diga!—dice a su vez patea al aire.

Me cruzo de brazos.

—No puedes ir en contra de las órdenes de tu madre.

Hace un mohín, y sus ojos se vuelven más sumisos debido al llanto.

—No me digas eso, tu eres quien siempre está para mí. Contigo me la paso tan bien, me quieres y me aceptas como soy.

Sonrio enternecido y la atraigo en un abrazo.

—No quiero saber que sigues peleando con tu madre por mi, seguiremos siendo amigos; no obstante evitaremos que ella se enteré ¿bien?

Ella asiente con su cabeza aun puesta en mi hombro.

—¿Qué pasa Cristina?—pregunta Félix, observa a su hermana con preocupación. Viene con Aisha, quien se aferra a su brazo.

Nuestras miradas se conectan, pero el trata de evitarme. Sonrio por dentro al saber que se le dificulta.

Tina se separa de mí, y los observa con desdén.

—Que te importa—escupe con enojo. La mano de Tina se entrelaza con la mía—.Vamonos Guille, alguien de aquí vino a arruinar el ambiente sentimental que tenemos.

Empiezo a ser arrastrado.

—Cristina, te hice una pregunta. No entiendo porque me respondes así.

Le doy un leve apretón en su mano, y ella niega. No quiere hablar con su hermano, y yo no puedo obligarla.

—Eres una irrespetuosa, deberías tenerle más respeto a tu hermano mayor—dice Aisha, su voz esta impregnada de enojo.

Tina se detiene en seco y se voltea en dirección de la mencionada.

—¿Y cuál es el problema?—me suelta de la mano y se acerca amenazante a Aisha—. No metas tu nariz donde nadie te llama. ¡Metiche!

Aisha levanta su barbilla desafiante.

Félix se interpone entre ambas, y toma a su hermana de los hombros.

—¿Qué pasa contigo?—espeta con enojo—. No vengas aquí a desquitarte con todo el mundo. No seas patética.

Una risa amarga brota de Tina.

—Mira quien lo dice, un cobarde que no sabe expresar su sentimientos y deja que la mamá decida todo por él.

Félix frunce su ceño, su orejas están rojas. Es clara señal que aquello lo ha hecho molestar.

—Ya fue, Tina. Tienes que ir a tu salón—digo arrastrándola conmigo. No me agrada verlos pelear, no puedo seguir permitiendo eso.

—A ti no fue la que te dijeron que dejaras de juntarte con Guillermo, ¿acaso no lo entendiste?—habla con enojo Félix. Me tenso al igual que Tina, se que todo eso lo dice porque está molesto.

No dejo que ella se gire, no quiero que se sigan enfrentando y terminen diciéndose cosas hirientes. Paso mi brazo por encima de los hombros de Tina, ella sigue llorando, pero se que ahora no llora de tristeza, sino de puro coraje.

—No entiendo cómo es que no lo odias, cuando está enojado dice cosas hirientes.

Suspiro, y me encojo de hombros.

—Sabes que no me gusta guardarle rencor a las personas, no quiero que mi alma se vea envenenada, además eso no me dejaría vivir tan tranquilo como ahora.

—¡Pero él es cruel! No puedo terminar de entender, como olvidas las cosas.

—Yo no olvido, Tina. Se que tu hermano me dijo cosas hirientes en el pasado, pero no pienso odiarlo.

—Es porque te gusta. Estás cegado por eso—susurra.

—Ya te dije, ya lo perdone, aunque él no se haya disculpado.

Posiblemente muchos piensen que soy patético, por dejarle pasar aquellas palabras hirientes que me dijo alguna vez, pero simplemente no es algo que le siga dando importancia, aunque en el fondo quizás si me gustaría una disculpa de su parte.

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