Flash back de Rude
No recordaba absolutamente nada, ni mi nombre ni mucho menos mi apellido.
Desde que tenía memoria, ya era un esclavo y siempre lo había sido. Había pasado por tantos sueños, que ya hasta había perdido la cuenta. Encerrado dentro de estas paredes con barrotes, mi única compañía eran los demás esclavos a mi alrededor, los cuales ni siquiera me dirigían la palabra porque naturalmente me temían.
Debido a eso, había olvidado el simple acto de hablar, era tanto el dolor que había sufrido, que ya hasta había perdido la parte humana que me mantenía cuerdo.
Según mis anteriores dueños, era un semi ogro, por lo que era bastante cotizado como guardaespaldas. Me obligaban a luchar, incluso hasta matar si era necesario. Pero de todos los dueños que tuve, definitivamente el más cruel fue ese maldito esclavista.
Con solo 14 años de edad, la familia de mi anterior dueño en aquel entonces me vendieron a Billie: Uno de los esclavistas más famosos del Imperio. Era un hombre que siempre sonreía y hacía chistes malos. Alto, delgado y con un ridiculo bigote, su carisma provocaba que las personas lo rodearan constantemente.
Pero yo bien había presenciado lo cruel que llegaba a ser. En las noches, siempre lo veía llevarse una esclava distinta. Podía escuchar sus agudos gritos desde mi jaula, no quería ni imaginar las atrocidades que les hacía en la oscuridad de la noche.
Cada vez que un esclavo intentaba escapar, él personalmente iba en su caza y asesinaba a todo el que ayudara a escapar al esclavo.
Estaba en su derecho, según él, la ley lo respaldaba ya que se consideraba un robo ayudar a escapar un esclavo. Y al ser él el dueño, estaba en su derecho recuperar lo que le pertenecía sin importar nada más.
Yo mismo había vivido eso. Una noche, intenté escapar de mi jaula. No había llegado muy lejos, apenas tocaba el umbral del bosque cuando una flecha atravesó mi pierna derecha. Era él a caballo, seguido de sus mercenarios armados hasta los dientes.
Luche hasta agotar mis fuerzas por completo, pero ellos me superaban en número así que no fui capaz de resistir mucho más. Lo siguiente que recuerdo, fue cuando él personalmente me metió una vara metálica ardiente en la garganta. Por lo general, me curaba considerablemente rápido de las heridas, pero luego de eso mi capacidad de habla de por sí bastante deficiente, se volvió casi nula.
Pensé que mi vida sería así siempre, hasta que la conocí. Ella fue un rayo de luz en mi oscuridad.
Cuando levantó la mano en medio de aquella multitud de hombres sudorosos, a pesar de su vestimenta, enseguida supe que era una mujer. Su olor era muy distinto y resaltaba entre tanta putrefacción. Como una hermosa flor en medio de un pantano.
—Eres libre a partir de ahora. Mi intención nunca fue tener un esclavo —dijo justo despues de haberme comprado.
Esas sencillas palabras me dejaron prácticamente en blanco.
¿Soy libre?
Luego de sacarme de esa jaula, incluso hasta me compró ropa. Algo que nadie nunca había hecho por mi. Por lo general siempre vestía harapos o ropa que alguna vez fue de alguien más. Estaba tan pasmado, que mientras me hablaba solo podía asentir con la cabeza como un tonto.
«Soy libre»
Avanzamos por toda la cuidad. Al ser un esclavo, estaba acostumbrado a siempre caminar por detrás de mi amo. Pero ella era diferente.
Al llegar a la entrada de la ciudad, prácticamente me obligó a caminar a su lado. Su brazo se envolvió alrededor del mío, como si fuéramos marido y mujer. Mi corazón latió con tanta fuerza que por un segundo creí que se me saldría de las costillas.
Todo mi cuerpo se tensó ante su toque y cercanía, y con solo imaginarla tenerla cerca de otras maneras, el calor en mis mejillas y en todo mi cuerpo aumentaba terriblemente.
No era estupido, había visto a otros esclavos tener relaciones. Pero no era la misma excitacion que sentía ahora mismo con ella.
Nunca antes una mujer me había tocado de esa forma, y era como estar en el paraíso.
«Soy libre»
—Pensé que el corazón se me saldría del pecho —admitió despertándome de mis ensoñaciones.
La miré boquiabierto sin decir nada. Tenía tantas cosas que quería decir, pero mi boca no era capaz de pronunciarlas correctamente.
—Bueno, muchas gracias por la ayuda. Ya puedes irte, eres libre de ir a donde quieras —me sonrió suavemente al decir aquello.
Fruncí el ceño. Es verdad, era libre, pero que se supone que haría con eso. Antes de responderme esa pregunta, justo detrás de ella capté a dos sujetos que la miraban con un extraño interés. Mi audición era lo suficientemente aguda como para captar su conversación y no era nada bueno. Hablaban sobre que era demasiado hermosa para ser hombre y que seguro era una chica disfrazada.
Hablaban de que la secuestrarían y la venderían a buen precio como esclavo.
Escuchar eso me enfureció tanto que por poco me rompo la mano por la presión que ejercía.
Me volteé y sin decir nada más desaparecí entre los árboles.
—Que niñato desagradecido —escuche que dijo a mis espaldas y no pude evitar reír. Luego me lo agradecería.
Ya en la noche, me aseguré de no ser visto mientras seguía a esos dos idiotas. Lo capté esperando en la oscuridad a que ellla se durmiera. Desde donde me encontraba podía oler la clara excitacion que tenían, ya que venderla como esclava no era lo único que querían.
—Mira, hasta tiene un bebé —siseó el hombre a su compañero— Si que tenemos suerte, los bebés esclavos tienen muy buen precio en el mercado.
Su otro compañero asintió con la cabeza, mientras que yo me acercaba lentamente sin ser detectado. Cuando notaron mi presencia, ya era demasiado tarde. Al primero lo agarré del cuello y se lo rompí de un solo movimiento. El otro intentó huir pero antes de que siquiera pudiera gritar, con mi gran mano lo sostuve de su cabeza y lo levanté.
—¿Quien anda ahí? —la escuche preguntar con voz temblorosa.
Avance dejándome ver, sin soltar al hombre que se removía en mi mano. Provoque tanta presión en su cráneo, que en algún punto dejó de luchar y sus brazos cayeron sin fuerza. Continué presionando con todas mis fuerzas, hasta que sus sesos explotaron en miles de pedazos entre sangre y huesos.
Lo deje caer como si fuera basura y cuando mis ojos conectaron con ella. Pude notar el alivio recorrer cada una de sus facciones.
Varias palabras intercambiamos y por primera vez en mucho tiempo, logré hablar finalmente. Mi propia voz me era sumamente extraña. Estaba tan feliz por dentro y tan agradecido, que no cabía en tanto júbilo. Ella había logrado todos estos cambios en mi, con su amabilidad y sonrisa llena de cariño y sentimientos.
Al ver como ese bebé se alimentaba de sus pechos, sentí algo de celos.
Quería que ella me tocara, quería estar en sus brazos. Cuando su mano acarició mi cabeza, en ese instante lo supe, no quería ser simplemente libre… quería ser libre con ella.
Para siempre…
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Comments
indira avila
creo que quiso decir dueños
2024-05-28
1
Alma Delia Morales
Esta enamorado que tierno espero y sea correspondido
2024-01-29
6
Jessyy Shapparrita Nuño
será que el ĺa conquiste y ellos queden juntos y el ya no sufra? 🥰🙏
2023-12-08
11