No pude ni cerrar los ojos.
Estaba tan nerviosa que incluso acostada en la cama, sumida en la oscuridad de la habitación, no podía ni conciliar el sueño.
Ya la luna se encontraba en su punto más alto, anunciando la pronta llegada de la madrugada. Toda la casa estaba sumida en un intenso silencio, solo se podía escuchar los sonidos característicos de la noche y el viento chocando contra el cristal de la ventana.
Me senté en el borde de la cama y me coloqué unas zapatillas algo enclenques que no estaba segura de que soportarían el duro trayecto. Solo vestía mi vestido largo de dormir. No tenía otro cambio de ropa. Como no tenía necesidad de salir, en el armario solo habían vestidos para dormir. Pero no me importó.
Me puse varios encima para cubrir mi cuerpo del frío de la noche. Había una bufanda verde oscuro, la cual envolví alrededor de mi cuello.
Recogí mi cabello en una coleta alta y cuando ya me sentía lista, me agaché y de debajo de la cama agarré una enorme soga que había hecho con pedazos de tela y sábanas amarradas entre sí.
Amarré la punta en el borde de la cama la cual parecía ser bastante pesada, y la otra parte la lancé por la ventana hasta tocar el pasto en el exterior. Suspiré aliviada, ya que no sabía si era lo suficientemente larga como para llegar.
Un extraño sentimiento me envolvió y cuando dirigí mi atención a la cuna, noté que la bebé estaba despierta y me miraba con mucha intensidad y algo de tristeza en sus ojos. Parecía estar apunto de llorar, algo que definitivamente no quería. Ya comenzaba a hacer pucheros, por lo que rápidamente corrí hacia ella y la cargué en mis brazos para evitar que soltara algún quejido.
Comencé a agitarla suavemente, intentando que se durmiera nuevamente.
—Por favor bebé, no me hagas esto ahora —sisee entre dientes un tanto molesta, rezando para que se durmiera.
No estaba segura de cuanto tiempo permanecí de esa forma, y cuando creía que ya se había dormido, la coloqué en la cuna suavemente y corría hacia la ventana. Cuando ya estaba a punto de saltar, un quejido aniñado tensó todos los músculos de mi cuerpo y al voltearme contemplé que la bebé estaba despierta nuevamente y ya estaba abriendo la boca para comenzar a llorar.
—No, no… —corrí nuevamente hasta su posición y volví a cargarla. Una risita complaciente de parte de ella me hizo mirarla con puro odio. Sus regordetes brazos envolvían mi pecho con fuerza, como si no quisiera separarse de mi— ¿Por qué me haces esto ahora, eh?
Es como si supiera lo que estaba planeando. Esta bebé definitivamente era una villana en todo su esplendor.
Liberé un gemido de exasperación y contrariada pensé en la posibilidad de llevarla conmigo. Sin lugar a dudas, las cosas serían más difíciles para mi. Sería fácil encontrarme, una mujer sola con una bebé era una imagen poco común por lo que los hombres del Rey no tardarían en encontrarme.
Pero no tenía más opción. Si la dejaba, lloraría y las sirvientas descubrirían mis planes rápidamente.
—Maldito bebé del demonio —agarré una sábana blanca de la cama e hice una especie de bolsa colgando de mi cuello para sostener al bebé en mi pecho, manteniendo mis brazos libres.
Cuando me aseguré de que no se caería, de nuevo me dirigí a la ventana y me colgué de la soga improvisada.
Con los pies en la pared del exterior y mis manos envueltas férreamente en la tela, comencé a bajar lentamente, teniendo cuidado de no resbalar. El viento nocturno removía mi largo cabello con algo de fuerza.
Una vez en tierra firme, volví a asegurar la tela que sostenía al bebé y me giré para correr en dirección al bosque, alejándome de las luces que salían del primer piso de la casa.
Cuando ya estaba a punto de atravesar la verja de madera, un gemido de sorpresa me detuvo en seco abruptamente. Lentamente me giré temiendo lo peor. Me encontré con la sirvienta más joven, no muy lejos de mi posición, sentada debajo del enorme árbol en el jardín trasero de la propiedad.
No esperaba que estuviera ahí, ni siquiera la había notado ya que estaba oculta justo detrás del árbol.
Ella lentamente se levantó y yo alcé mis manos intentando apaciguar la situación con una sonrisa que no llegaba a mis ojos.
—Por favor… no es lo que piensas…
Di un paso hacia ella y en cambio ella retrocedió.
—Intentas huir —inquirió por obvias razones. Mi corazón latía con tanta fuerza que estaba segura de que en cualquier momento lo terminaría vomitando.
—Por favor… —supliqué uniendo las palmas de mi mano— Voy a morir si me entregan al emperador. Tú lo sabes perfectamente…
—Y yo también moriré si te dejo ir —admitió interrumpiendo mis palabras. Se giró y abrió la boca para gritar hacia la casa y anunciar lo que estaba haciendo, pero las palabras jamás salieron de su boca.
No se como lo había hecho, pero en cuestiones de segundos mi cuerpo reaccionó y por instinto corrió velozmente hacia ella mientras me daba la espalda y no medí mi fuerza cuando la enorme piedra que había agarrado en el camino golpeó con fiereza la parte trasera de su cabeza.
Apenas un quejido salió de entre sus labios y su cuerpo no tardó en derrumbarse. La sangre roja manchó su cabello marrón como si se tratara de pintura.
A pesar del fuerte golpe, la chica intentó ponerse de pie sosteniéndose de sus brazos temblorosos pero no se lo permití. Con una frialdad que no sabía que poseía, alce la piedra nuevamente por encima de mi cabeza y golpeé su cráneo una y otra vez como un animal enfurecido.
Gruñidos guturales e inhumanos salían de lo más profundo de mi garganta mientras la sangre salpicaba en mi vestido blanco y en mi rostro.
No sabría decir con exactitud cuántas veces la golpeé, pero no me detuve hasta que su cabeza se convirtió en una mancha de sesos en la tierra.
—Esto es culpa tuya —espeté con voz temblorosa, dejando caer la enorme piedra en su cuerpo.
Me miré las manos ensangrentadas y trastabillé intentando alejarme de ella.
«¿Qué fue lo que hice? ¿En verdad maté a una persona?»
No sabía que me había pasado en ese momento, pero por alguna razón, pensar en el hecho de ser encerrada nuevamente y ser obligada a vivir una vida vacía me daba mucho más miedo de lo que creía. La misma vida lamentable que había vivido en mi vida pasada.
Viviendo por los demás en vez de por mi misma, soportando maltratos y siendo un esclavo más de la sociedad.
Ni hablar…
No volveré a pasar por eso y mataría a quien sea para evitarlo.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 77 Episodes
Comments
Rebecca H
es extraño
que hacía esa criada en el arbol
y a esa hora de la madrugada...
esto es sospechoso
2024-06-05
2
Jenifer 🤓💫
Que nervios 😬😬 pero me gustó que al final tuvo corazón y se llevó la niña 👏☺️
2023-08-07
34