Presentaciones

Isabella Belmonte

A las 19:50 todos estábamos en la Mansión esperando para ir hacia el Restaurante.

Mamá y papá se irían juntos, mientras mis hermanos se iban en el Jeep de Emilio. En mi caso, esperaba a Pascal.

Fui tan atrevida en ir a pedirle que fuera mi compañero y agregar un sabor extra al día, obteniendo un beso de él, aunque a decir verdad, mis labios dejaron de ser vírgenes por él.

Me moría de ganas y soñé como sería durante muchos días, más puntualmente desde que lo vi en el hospital, pero fue más intenso desde que me agarró en el gimnasio. Necesitaba su cercanía.

—¿Nos vamos? — Preguntó papá desde la puerta.

— No, estoy esperando a alguien. — No quería decir a quién, pero lo sabrían tarde o temprano

— ¿A quién? — Preguntó Bastian.

Mamá y Marina me miraron mientras sonreían, ya que eran las únicas que sabían sobre mi invitación a Pascal.

— No importa — Dijo mamá — Seguro que es la nueva amiga que hizo, la futura mujer de Bastian — También sabía de ella por lo que distrajo la atención de mí.

—¿La invitaste? — Preguntó sorprendido

— Sí, es invitación especial, aunque puede venir con pareja. — Lo miré y supe que logré incomodarlo

El timbre sonó y como papá estaba ya parado en la puerta, abrió él.

—Buenas noches, joven — Saludó —¿A quién busca? — Ay no...

— Buenas noches, señor Belmonte, un gusto conocerlo, soy Pascal Carmona. Vine por Isabella — La voz de mi chefcito los dejó a todos en silenció y papá abrió la puerta completamente para dejarlo pasar. —Permiso — Dijo educado.

La familia seguía en silencio, pero me miraban intensamente. Pascal tan bello, me trajo un ramo de rosas para mí

—Buenas noches, Bella— Saludó con asentimiento y me tendió el ramo

— Buenas noches, Pascal. Te ves hermoso — disfrute de la vista, olvidando al resto y alguien se aclaró la garganta

— ¿Nos presentas al señor? — Dijo Bastian.

¿Señor? Que fea palabra, tan bueno que está.— pensé.

— Él es Pascal Carmona, chef y dueño de PCARM. Pascal, ellos son mis hermanos, Emilio, Bastian, Federico, Isaías y Marina, ellos mis padres, Marisol y Brandon — Señalé a cada uno.

— Un gusto, familia Belmonte — Dijo firme.

— El gusto es nuestro, joven — Mamá le sonrió simpática.

El timbre volvió a sonar y papá automáticamente miró a Marina, pero ella negó. Al parecer el novio no vendrá hoy.

La puerta fue abierta nuevamente, pero está vez podíamos ver una pareja, el joven que hoy me atendió y Ariam, del brazo.

— Amiga — Fui a su encuentro y la abracé.

Tal y como yo, ambas con un vestido simple, el de ella negro con algunas aberturas y el mío en color verde.

— Estás preciosa — Ariam me halagó

— Antes no nos presentamos como se debía, soy Antonio, amigo de Pascal, chef secundario y compañero de esta hermosura — Se presentó un joven apuesto y mi mirada se centró en la reacción de B.

— Un gusto, Antonio, ellos son mi familia. — Me alegro que nos acompañes.

— Han venido detrás de mi auto — Avisó Pascal.

— Me parece increíble, así llegamos todos juntos. — Dije sincera.

— Familia, el bombón ha llegado — Dijo la abuela Fátima en pasos lentos. — ¿Eh? ¿Nos hemos reproducido? — miró a mis invitados.

— Abuela, ellos son Pascal, Ariam y Antonio, mis invitados — Aclaré.

— ¡Ah, el Chef papi! — Se burló la abuela y me sonrojé

— ¡Abue!— La reté

—¡Mamá!— Dijo al unísono conmigo, papá.

— ¿Qué? Él debe saberlo. Pascal, querido, bienvenido a la familia — Se acercó y lo abrazó.

Él respondió el gesto de igual manera aunque sus ojos me buscaron a mí.

— Gracias, señora —respondió algo confundido.

— No me digas señora, dime abuela — Lo corrigió mientras papá resopló. — Niño, Antonio, ¿Eres el novio de la joven a tu lado? — Curioseó

— No, señora. Soy su compañero de trabajo — Le explicó

— Entonces podrías ser la pareja de mi nieta Marina — le dijo atrevida.

—¡Abuela! — Marina se sonrojó y no supo que más agregar

— Hablo de esta noche, digo, así Ariam va con Bastian — los acomodó a todos sin perder el tiempo. — Ya después, depende de ustedes seguir juntos. — Dijo naturalmente —En una de esas empiezan esta noche, ya que podrían escapar al baño — Caminó hacia la puerta y todos estábamos asombrados, aunque mamá empezó a reír.

—Lo siento, chicos. Mi suegra siempre fue así — se disculpó en nombre de la abuela y se llevó a papá con ella.

— Bueno, creo que no es mala idea que Marina vaya con Antonio, Ariam con Bastian y mis hermosos hermanitos, sean los tres mosqueteros, en otro auto. — También apoyé la idea de La abuela y nadie se negó. — Vamos que llegamos tarde.

Los apuré sin decir más y Antonio le ofreció la mano Marina, aunque un poco tímida aceptó. B se acercó a Ariam y ellos se sonrieron, mientras los tontos de mis hermanos, tuvieron que rifar que auto usarían.

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