Reinauguración

En el auto Pascal me miró y copié su actuar.

—¿Qué? — Sabía que quería preguntar algo, aunque yo deseaba otro beso.

—¿Así qué, ya tienes un nombre para mí? — Preguntó divertido

—¿Eh?— no entendí

— Lo que dijo tu abuela— Comentó aclarando mis ideas

— Ay Dios, no le hagas caso. Ya los años le han afectado — Quiero distraerlo, pero ojalá ella nunca se entere lo que comenté sino va a matarme

— No, no, me gusto mucho. Me quedo con su idea.

— A veces puede ser peor, ya viste que nos ofreció la idea de desaparecer en un baño — Dije inocente y Pascal se aclaró la garganta.

— Sí, la escuché, es inteligente, además le dio la oportunidad a Ariam de estar con tu hermano.

— Y en el proceso metió a Marina con tu amigo. — Completé el Chisme

— Es cierto, por lo menos no se crearán confusiones. — Dedujo.

— Espero que no le cause problemas a Marina

—¿Por qué? ¿Tiene pareja? — Él preguntó, ya que no sabe

— Sí, aunque Bastian dice que es un idiota que juega con las niñas. —Dije enojada.

—Igual que mi amigo — Dijo riendo

—¿En serio? Entonces deberíamos alejarlo de mi hermana— Dije preocupada

— Tranquila, a ella no le hará nada. No lo noté interesado, además no sé si estaría con alguien tan chica.

— Bueno, ella ya es mayor de edad.

—Pero él supera los treinta, es diferente.

— Sigo pensando que solo son números — Aclaré

— Entre nosotros, preciosa. — Agarró mi mano y besó el dorso mientras seguía manejando.

— No lo pensé antes... — Dije quedándome en silencio. Algo llegó a mi mente de repente.

—¿Qué sucede? — Preguntó preocupado

— Habrá reporteros y al vernos juntos...

— Querrán una foto, ya sé. Yo lo había pensado, por lo menos a mí no me molesta. — Aceptó dejándome tranquila — Pero si quieres, llamas a uno de tus hermanos...

— No, quiero llegar contigo — Interrumpí antes que él siguiera. Yo no deseaba que pensara mal, solo supuse que no le gustaría ser el centro de atención.

Mi celular sonó mostrándome que es Demian quién llama y espero que todo vaya bien, ya que es, el que se encargará plenamente de todo, hoy.

📱Dime, Demian

📲 Jefa, la gente esta llegando

📱Voy en camino, ¿Está todo bien?

📲 Por supuesto, quédese tranquila

📱Bien, gracias.

📲 De nada, venga con cuidado. —Dijo tranquilo

Desde que amenacé con despedirlo donde no volviera a acatar una de mis órdenes, se ha comportado bien, demasiado bien, a decir verdad. A veces creo que quiere demostrar algo, o piensa borrar su antiguo accionar con este bien comportamiento, pero no sé, algo me dice que no confié a ciegas en él.

—¿Está todo bien? — me pregunta Pascal.

— Sí, tranquilo, Demian solo llamaba para avisar que hay muchas personas.

— Ah, bueno. — Dijo serio.

—¿Tú estás bien? — Preguntó a verlo cambiar su actitud

—Sí, tranquila — Suspiró — Solo no me cae bien tu chef. — Dijo sinceramente

— Estamos igual.— Admití

—¿Entonces, por qué trabajarás con él?

— Es el mejor en repostería y postres variados, además se defiende bien en diferentes alimentos — Sí no fuera por eso, juro que hace rato lo hubiese mandado lejos.

— Mmm — Asintió — Es lo que necesitas, por las dudas, aunque yo también puedo ayudarte — Se ofreció.

— ¿Sí te llamo a que cocines en BELT, lo harías? — Pregunté sorprendida.

— Claro... No abandonaría PCARM, pero repartiría mis horarios en ambos restaurantes. — Aceptó

— Gracias, hermoso — Me acerqué a él y le di un beso en la mejilla.

Al alejarme, él me miró y estacionó en la orilla de la calle para quitar su cinturón de seguridad y acercarse a mí.

Esta vez, él me besó, uno tierno y suave.

— Me alegra ser el primero en probar tus deliciosos labios — Dijo uniendo su frente con la mía.

Yo quedé en silencio porque mi sonrojó no me permitía emitir sonido alguno. Estaba nerviosa, ansiosa y algo avergonzada porque se dio cuenta de mi inexperiencia. Además, seguro se debe imaginar que soy igual en todo.

Con el auto en marcha nuevamente, llegamos en diez minutos al restaurante. Bajó él primero y luego me ayudó a mí.

Las cámaras empezaron a cegarnos con los flash al sacarnos fotos, pero Pascal me tomó de la cintura y me llevó hasta un espacio muy lindo, nos acomodamos y permitimos que nos fotografiarán.

Después de algunas imágenes, entramos al restaurante y nos encontramos con la familia.

Marina y Antonio estaban juntos, pero sin contacto carnal, mientras Bastian estaba aferrado a la cintura de su chica, la que se notaba cómoda con tal interacción.

Papá, por el contrario, de B, estaba un poco serio, pero sé que debe ser porque sus hijitas están acompañadas de dos hombres guapos.

...

Minutos antes de la cena, me toca dar un breve discurso.

— Damas y Caballeros, gracias a todos por asistir a la Reinauguración del Restaurante BELT — Empezaron a aplaudir, por lo que hice silencio unos segundos — Para nosotros, la familia Belmonte, es un placer contar con su presencia en un día tan importante. Papá creó este hermoso sitio y con él vinieron años de plenitud, por lo que después de veinte años, le hemos hecho algunas reformas para seguir dándoles lo mejor. Gracias a sus críticas, hemos avanzado y seguimos siendo uno de los Restaurantes más famosos con cinco estrellas. Por supuesto, hay otros de igual categoría en donde se puede comer delicioso. Los invito a buscar su mesa que pronto se les servirá la cena. Gracias

Concluí con pocas palabras y me reuní con Pascal.

— Ya sé a quién pedirle que me haga un discurso cuando deba hablar. — Me dijo al oído

— Es básico— Dije riendo.

Nos sentamos en nuestros lugares y esperamos a que los meseros nos trajeran el plato especial.

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