La reseña

Después de respirar profundamente varias veces, volví a la cocina y me coloqué el uniforme junto al delantal.

— ¿Qué te dijo? ¿Hay que mejorar algo? — Preguntó nervioso Antonio.

— Nada, amigo. A ella le gustó todo del Restaurante.

— Que bueno. ¿Y es linda como se dice? — preguntó curioso

— Sí, o más aún —Acepté sin vergüenza.

Antonio me miró con sorpresa porque yo jamás admitiría algo así adelante de él, menos de todos mis empleados, pero ¿Qué más da? Estoy siendo sincero.

— Increíble— Suspiró— para que opines debió gustarte mucho.

— Eso es cierto — admití y que me juzguen de egoísta porque no me meteré en su relación si es que tiene pareja, pero tampoco dejaré que un hombre se le acerque con intensiones sexuales. Más que nada si ese hombre es Antonio, ya que juega con todas las mujeres que puede y después las deja como si nada, sin importarle sus sentimientos.

Terminando el día, agotados y felices, con excelentes ganancias y largas vacaciones por delante para algunos de los cocineros, todos nos vamos a casa y nos llevamos la cena.

El horario es rotativo para la mayoría de los empleados, pero yo ingreso y abro el Restaurante a las siete de la mañana y lo cierro a la medianoche, por lo que es casi imposible manejar una relación, solo algo carnal con quien estoy saliendo, aunque solo la he visto tres veces en dos semanas y no es que sea desconsiderado, sino que ella tampoco ha tenido ganas o tiempo.

Llegando a casa, saludé a Nana que por primera vez está despierta y sin decir mucho va a la cocina para servir la comida mientras yo me ducho.

...

Estando en la mesa juntos, comienza a hablar.

— Te felicito, hijo — Dijo con lágrimas en los ojos.

—¿Por qué, Nana? ¿Qué sucedió? — Me acerqué a ella y la abracé.

— La niña que fue a criticar tu comida, ya escribió la reseña — Eso sí que me sorprendió, fue rápida.

— ¡Wow! No creí que sería tan veloz. ¿Qué dijo?

— Puedes leerla tú si deseas, pero en resumen elogió absolutamente todo el local, la comida y a su dueño.

—¿Qué hizo qué? —pregunté con los ojos a punto de salirse de su cuenca.

— Te elogió, hijo, dijo que eras hermoso como tu trabajo.

— Bueno, lo veré después, aunque sería un poco atrevido de su parte— Me recompuse como si no me interesará. Ya tenía suficiente con verla una sola vez en la tele y que Nana se hiciera un cuento de hadas en su cabeza.

Al finalizar la cena, lavé la vajilla y me fui a la habitación. En la cama di varias vueltas sin poder dormir, por lo que decidí agarrar el celular y navegar en las redes sociales unos minutos, mirar algunos videos en Tiktok, subir las fotos que había sacado de la comida en la página web del restaurante y de paso, actualizar fotos mías en mi Instagram.

Por milagro de Dios, los ángeles o el mismo demonio, me apareció como sugerencia Isabella Belmonte, demostrándome que cada día ella es increíble, además de poder disfrutar su cuerpo en bikini y volverme a convencer que esa chiquilla no es ninguna niña, sino una mujer hecha y derecha, con increíble cuerpo.

Sus incontables viajes, las fotos de diferentes comidas, sus recomendaciones, su ejercicio diario, y ese gimnasio que yo conozco, pero que había abandonado, me hacen recordar que no lo he visitado y ya tengo una fuerte motivación.

Me siento un bastardo pensando en la joven Belmonte cuando ni siquiera le he mandado un mensaje a la chica con la que salgo, pero eso no es tan imprescindible, cuando ella es la que escribe y justo ahora recibo un mensaje.

📩 Buenas noches, Pascal, ¿Tienes unos minutos mañana? Me gustaría pasar por tu restaurante y hablar contigo, es importante.

📨 Claro, almorzamos juntos. Hasta mañana, que descanses— Fue lo único que respondí, ya que nuestra comunicación siempre fue así. No hubo ternura de ningún lado.

Seguí navegando en las redes sociales de Isabella hasta que encontré el link de su página de reseñas, por lo que entré buscando lo que se supone que dijo.

Junto a una foto del Sushi que hoy comió, estaban las siguientes palabras...

"*Hoy decidí recorrer uno de los Restaurantes más recomendados del país, por lo que les hice caso y me trasladé junto a mis cinco hermanos. *

*Les doy absoluta razón en sus comentarios, el sitio es espectacular, la decoración es majestuosa en su color blanco, la "araña" que ilumina el comedor es increíble, la atención es admirable y la comida te deja delirando por más. *

Ariam, la moza que nos atendió fue supersimpática y se preocupó de que tuviéramos lo que queríamos. Juro que la quisiera como cuñada, es amable, simpática y atenta.

El postre estuvo delicioso y las manos que lo crearon, solo hicieron magia con los sabores. La decoración era exquisita y la atención de su creador también.

*El chef y dueño del local, Pascal Carmona, me brindó el gusto de cruzar unas palabras con él y con seguridad puedo confesar que él es lo que cualquier chica desea; joven, simpático, hermoso y lo principal, tiene en sus manos el poder de conquistarte el corazón, ya saben, panza llena, corazón contento. *

Se los repito, el Restaurante PCARM es cien porciento recomendable."

Yo no sé qué me puso de buen humor, si su recomendación, sus lindas palabras o lo que dijo de mí.

—Atrevida y sensual — Murmuré— Eres de temer, Isabella Belmonte— Suspiré al ver el problemita que tenía entre mis piernas. —Tus fotos, tu presencia, tus labios y... ¡Dios! que pervertido — Pasé mis manos por mi cara, bastante frustrado y luego me levanté para ducharme.

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