Capitulo 17

La investigación por la muerte de Lucía se llevó a cabo, los ministros no tuvieron pruebas para mantener a Ana encerrada, fue liberada, pero quedó bajo custodia las 24 horas del día, la corte temía quisiera atentar contra la vida de William o la mía propia.

El médico ordenó que William debía estar en absoluto reposo alrededor de 2 meses para su recuperación, ese era tiempo suficiente para lo que haría, mis concubinos me ayudaban en lo que podían sobre los asuntos del imperio sin descuidar sus responsabilidades, durante una tarde de té estuvimos charlando y decidí reunirme con los nobles que me apoyaban.

La reunión salió mejor de lo que esperaba, accedieron a ayudarme solo si presentaba pruebas de los malos manejos de William, mi intención era bajarlo del trono, mensualmente las arcas del imperio recibían dinero que no tenían justificación alguna y yo ya sabía de dónde salía ese dinero.

La investigación de los mercenarios dio como resultado que el dueño de Riviera era nada más y nada menos que William Deluca, durante todo este tiempo me hizo creer que era un idiota descerebrado, pero tenía su secretito muy bien guardado, las piezas de este rompecabezas encajaban a la perfección en mi mente, ahora comprendía de dónde salían los lujos que le obsequiaba a sus mujeres todo el tiempo así como la exorbitante cantidad que tenía en su despacho, rebuscando entre sus pertenencias encontré un compartimento en la parte trasera del librero, había mandado a forjar una puerta secreta, pude hallarla porque tenía un mecanismo conectado con un adorno en su escritorio, por accidente moví el adorno y la puerta se abrió, la curiosidad me ganó y entré a ese lugar, dentro encontré cofres con oro, plata, las joyas de su difunta madre así como algunas escrituras de varios lugares que tenía a su nombre entre ellos Riviera, tomé lo que pensé que me serviría para exponerlo ante la Corte en cuanto él estuviera recuperado, estaba segura que debía tener algún socio y debía descubrir quién era.

Los días iban pasando y mi investigación no se detenía, día y noche los mercenarios de Marcos recaudaban información que nos fuera útil, el tiempo corría y nosotros debíamos tener todo listo para el día que William por fin pudiera salir de su habitación.

Un mes antes de que se cumpliera el plazo para el retorno de William a sus labores por fin pudimos descubrir de quienes se trataba, no tenía uno ni dos sino tres socios, entre los cuales estaba el padre de Ana, descubrimos que él era la verdaderamente maestra tras todo lo relacionado con la trata de personas, pero no era tan tonto como para aparecer en los documentos oficiales por eso William figuraba como dueño, además estaba el marqués Hamilton y el Conde Valdez.

Ahora sí tenía todas las pruebas necesarias para acabar con su jueguito, preparé todo para el gran día, como la familia de William eran los herederos al Trono y solo quedaban él y Emiliano, el nuevo emperador debía ser por obvias razones Emiliano, cuando por fin mi adorado esposo pudiera salir de su recuperación los ministros serían los encargados de organizar la reunión.

Día tras día que pasaba Ana iba enloqueciendo cada vez más, en su comida mis doncellas se encargaban de ponerle un poco de líquido de un frasco que compré en el mercado negro, la muerte sería muy rápida para ella, fue mucho el tiempo que la verdadera Eileen sufrió por sus comentarios y sus malos tratos y ella debía sufrir aún más.

Un mes después.

El día es hoy, la fase culminante de mi venganza ha llegado, voy del brazo de mi futuro emperador hacia el salón del trono, hoy se termina el tiempo de William como emperador de West para dar paso a una nueva era.

El salón del Trono está lleno como de costumbre, los ministros esperan nuestra llegada, los que aún estaban del lado de William estaban atónitos, no era costumbre que Emiliano asistiera a las reuniones aun cuando podría hacerlo por su estatus de príncipe, a diferencia de los nobles que me apoyaban, ellos sí sabían a qué se debía la llegada de Emiliano, sin retrasar más las cosas dimos inicio a la reunión.

Todos estaban descontentos por la ausencia de William de sus deberes, él les dio una respuesta incoherente y además falsa.

- Me encontraba terriblemente enfermo, era contagioso así que me recluí en mi habitación para evitar enfermar a alguien más.

Al escuchar esto no me quedé callada y le repliqué.

- Vaya emperador, no sabía que tenía una imaginación tan amplia, así como tampoco sabía que recibir una paliza que bien merecida se la tenía se le llamaba ahora "enfermedad contagiosa", por qué no le dice a los honorables miembros de la corte la verdad, o no lo haré yo.

Señores la razón por la cual el emperador aquí presente se ausentó durante dos meses es que hubieron una serie de incidentes, tomé un fin de semana para descansar, tiempo durante el cual las difuntas concubinas aprovecharon mi ausencia para causar alboroto en mi castillo e insultar a mis doncellas y guardias, a mi regreso les reclamé su accionar, tuve una discusión con el emperador y por la furia qué tenía le dije que era un pobre inútil que descuidaba el Imperio por andar entre las piernas de unas z*rras, se acercó a mí y me dio una bofetada, mis concubinos al verme golpeada hicieron justicia por mí, le fracturaron algunos huesos y le sacaron un par de dientes al señor, pero ahora él quiere mentirles diciendo que tenía una enfermedad contagiosa.

Las opiniones de los hombres en la sala estaban divididas, algunos apoyaban a William alegando que yo injustamente le falté al respeto mientras otros estaban de mi parte, me levanté y los mandé a callar, aún no había terminado.

- Eso no es lo único señores, como ustedes saben adopté un niño con mis concubinos, mi hijo fue víctima de la trata de personas, fue secuestrado y posteriormente traído aquí, ustedes se preguntarán el Por qué les cuento esto, la razón es muy sencilla, la persona que lo tenía me dio un nombre, Riviera, entre mis investigaciones descubrí algunas cosas que Ustedes deben saber.

William palideció, además de los socios que tenía, se podía ver la incomodidad que tenían y el sudor que corría por sus sienes, pero yo no pensaba detenerme.

- con un poco de ayuda pude descubrir exactamente qué es Riviera y a quién pertenece, adivinan quiénes son las ratas detrás de todo eso.

Pues si aún no tienen idea yo les informo, se trata de nuestro querido emperador en sociedad con el padre de la concubina Ana, el marqués Hamilton y El Conde Valdez, razón por la cual pido que sean apresados en este momento.

Los guardias entraron al salón y apresaron a los tres hombres, los hicieron arrodillar ante el trono y uno a uno le estoy diciendo su destino.

- Emperador William Deluca, desde este momento usted queda destituido de su cargo, ahora solo es un ciudadano más además de ser considerado un criminal, será llevado a prisión a la espera de su juicio, el mismo destino tendrá el padre de su amada concubina, Márquez Hamilton y Conde Valdez, al igual que el ex emperador ustedes quedan removidos de su cargo, sus propiedades serán confiscadas y sus familias notificadas para el respectivo desalojo, guardias llévense a los prisioneros.

En cuanto los guardias los sacaron del lugar los murmullos volvieron a resonar, todos pedían pruebas de sus delitos, yo ya venía preparada para esto, les entregué a cada uno una parte de los documentos que acreditaban sus fechorías, al terminar de examinarlos un ministro rompió el silencio que se había formado.

- Emperatriz, el trono no puede quedar sin nadie que lo ocupe, debemos Buscar un reemplazo inmediatamente.

- A quién propone ministro.

- Bueno, no quiero aprovecharme de la situación per mi hijo mayor está apto para casarse, podría convertirlo en su esposo y así él pueda tomar el puesto de emperador.

Carcajadas se escucharon por todo el lugar, Emiliano estaba muerto de risa, ese vejete estaba loco, el trono ya tenía quién lo ocupara y ese presupuesto era Emiliano.

- Qué buena broma, ministro no sé si lo habrá notado, pero el trono no está vacío, aún hay alguien que lleva el apellido Deluca y ese soy yo, además que mi hijo también lo porta, por lo tanto, el Imperio no quedará sin protección, aun si yo renunciara al Trono mi Emperatriz es completamente capaz de llevarlo sola.

- Eso es una estupidez, es una mujer y como tal debe obedecer las órdenes de un hombre, dejar el imperio en sus manos sería llevarlo a la ruina.

- ¿Insinúa que no soy capaz de llevar el peso del imperio?.

- Yo no insinuó nada, solo digo que la mujer debe estar al cuidado de los hijos y el hogar, no queriendo jugar a ser un hombre y llevar las riendas...

Antes de que terminara de hablar una daga aterrizó cerca a su pie izquierdo, yo la había lanzado y tenía una espada apuntando su cuello, por el miedo casi mancha sus pantalones.

- ¿Alguien más quiere ir en contra mía?, No creo que deba demostrar de que estoy hecha, no olviden que si el Imperio sigue en pie es por mí, ya que el ex emperador no gestionaba nada, así que cierren de una vez el pico y vayan a molestar a alguien más, vejetes inútiles, Solo queda decir que el juicio será en tres días y la coronación de Emiliano como nuevo emperador se llevará a cabo lo más pronto posible.

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