Tal como había planeado asistí a la fiesta de té, como de costumbre las damas solo sabían hablar mal de otras mujeres y contarse la una a la otra los últimos chismes del imperio, después de compartir un rato con la duquesa me excuse diciendo que tenía trabajo pendiente y me escabullí de la fiesta, no aguantaba un minuto más entre tantos comentarios malintencionados.
De vuelta en el castillo encontré un revuelo en la entrada de mi hogar, las concubinas exigían que se les entregara el dinero correspondiente a sus mesadas, era fin de mes por lo que los pagos debían efectuarse, el día anterior le pedí al tesorero que se hiciera cargo de realizar los pagos a los empleados, pero que por ningún motivo le entregara dinero a las concubinas, ese era el motivo por el cual tenían el alboroto, cuando me vieron prácticamente saltaron sobre mí con sus reclamos y exigencias.
Sin hacerles el mínimo caso entré en mi castillo y cerré la puerta detrás de mí, no pensaba darles el gusto de amargarme el día, al ver que las estaba ignorando a propósito los gritos fueron aún más fuertes, cansada me asome al balcón y les dije que si no cerraban la boca y dejaban de parecer verduleras poniendo en ridículo al emperador antes los sirvientes las enviaría al calabozo.
Todas guardaron silencio y esta vez fue Bertha quien lo rompió, arrogantemente pedía su dinero de inmediato o iría a quejarse ante William, con toda la tranquilidad del mundo le respondí que si eso era lo que quería que lo hiciera, pero también le advertí que ni siquiera el emperador me haría cambiar de opinión en mi decisión, que no olvidaran quien estaba a cargo del harem y además de las finanzas del imperio, dicho esto regrese adentro.
Las concubinas efectivamente se presentaron ante William, alegando que yo estaba cometiendo una injusticia con ellas y agregando que les estaba negando sus mesadas por envidia de que ellas si tuvieran su atención y yo no, exasperado entre tantos reclamos él solo les dijo que si no malgastaran tanto el dinero ahora tendrían para cubrir sus caprichos, también dijo que esa era una decisión mía y él no pensaba intervenir.
Molestas ante la falta de colaboración de William no les quedo de otra más que regresar a sus habitaciones, la tarde paso sin mayores inconvenientes, la mañana siguiente había una reunión en el salón del trono y requerían mi presencia, desde bien temprano, Carolina me ayudó a arreglarme para estar en la reunión, al salir de mi habitación mi fiel doncella colocó una ligera capa de terciopelo sobre mis hombros y una pesada corona en mi cabeza, era la corona de emperatriz y debía portarla en esa ocasión, sin perder más tiempo me dirigí al salón del trono.
Al llegar ya todos me esperaban, el vocero anunció mi llegada y con la elegancia que siempre porto ingresé y caminé hacia mi trono, tomé asiento y di inicio a la reunión, después de tratar los temas que requerían de mi atención me retiré del lugar, me preparé para un largo día entre papeles, delegando ayudas y cubriendo las necesidades de mi pueblo.
En venganza por la retención de sus mesadas las concubinas se pusieron de acuerdo para hacer algo que me perjudicara, decidieron poner veneno en mi té de la tarde, sin tener idea de lo que pasaría lo tome, lo que ellas no sabían es que desde que desperté en este nuevo mundo poco a poco fui ingiriendo pequeñas cantidades de veneno para prevenir morir por envenenamiento, desde luego aún me afectaría, ya que mi cuerpo no está familiarizado aun con todos los venenos, pero sin duda no me mataría.
Carolina fue quien me encontró desmayada en mi oficina cuando pasó a retirar la taza que contenía el té que me había tomado, entre gritos mandó a llamar al médico y los guardias se encargaron de transportarme en brazos hasta mi habitación, minutos después llegó el médico y procedió a revisarme, llegando a la conclusión que efectivamente había sido envenenada.
Le entregó la receta de los medicamentos qué necesitaría a Carolina quién sería la encargada de comprarlas y suministrarlas diariamente, después de algunas horas desperté desorientada, al darme cuenta lo que había pasado reunió los guardias que me eran fieles en el castillo y las encomendé la tarea de revisar las habitaciones de las concubinas, en alguna debía estar el frasco qué utilizaron, después de una revisión a fondo encontraron el frasco del veneno en la habitación de Dalia.
Todas estaban nerviosas, no sabían lo que ocurriría ahora, pero si de algo estaban seguras era que Dalia las de la tarea y todas tendrían un castigo e incluso podían ir a la horca por intentar matarme, fueron arrastradas por los guardias hasta donde se encontraba William, como yo estaba impedida él sería el responsable de aplicarles el debido castigo.
Los guardias explicar una razón por la cual las llevaban ante él, después de escuchar atentamente lo que los guardias decían decidió que si quería mantener el trono y evitar revueltas por parte de los ciudadanos debía actuar justo en ese momento, mandó a los guardias a darles 20 azotes a cada concubina y encerrarlas durante un mes en sus respectivas habitaciones, ellos así lo hicieron y las castigaron según la orden que les habían dado.
Ellas gritaban y se retorcían por cada azote recibido, sin embargo, fue inútil, fueron azotadas y llevadas a sus habitaciones, Carolina se encontraba suministrándome la medicina cuando dijo algo que captó mi atención.
- Mi señora si usted sigue sin protección en este castillo, tarde o temprano esa bola de arpías acabarán con usted, disculpe si soy indiscreta y un poco entrometida,, pero por qué no considera conformar su harem también, así tendrá alguien que dele por usted y la proteja.
Estaba segura que en cuanto mis padres se enteraran de lo que había ocurrido vendrían y muy seguramente mi madre le diría un par de cosas a William pero sabía que Carolina tenía razón, ellos no podrían protegerme siempre, asi que era momento de solicitar en la próxima reunión de la corte la apertura de mi harem, planeaba que fueran unos dioses griegos y que además tuvieran algún tipo de influencia, debía convertirme en la mujer más poderosa del imperio, sería la primera emperatriz en tener su propio harem, además quería ser intocable incluso hasta por el aire que circulaba ( perdón me excedí jejeje ).
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Comments
Lita Wellington
perfecto que sufran las desgraciadas
2024-12-18
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Guadalupe Flores
wiiiiii muy bien emperatriz cumple los sueños que tenemos las simples mortales ,/Facepalm//Facepalm/ escoge bien a nuestros maridos 😂
2024-09-13
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Yazmin Gonzalez
Porfin, porfin... a lo que vine 🤭 quería algo nuevo y que ella haga su harem me da un plus 😂😂 juzgenme pero "x" me da igual no me gusta luego que queremos que se quede con otro jajas mejor no escoger y tenerlos todos
2024-07-23
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