Capitulo 12

En cuanto al banquete terminó todos nos retiramos a nuestras habitaciones, o eso era lo que yo pensaba, a medianoche un alboroto se escuchó por todo el castillo, cuando mis concubinos y yo tuvimos la ropa adecuada para presentarnos en público salimos al pasillo a ver qué era lo que estaba pasando, los guardias iban hacia la zona de huéspedes por lo que nosotros también nos dirigimos allí.

Al llegar estaban dos mujeres de rodillas semidesnudas y cabizbajas, se trataba de Bertha y Marcela, habían intentado colarse en la cama de Mike tal vez pensando que lograrían ascender a Emperatriz, no contaban con que serían descubiertas antes de lograr su cometido.

Mike estaba furioso, en cuanto William hizo acto de presencia le advirtió que esa ofensa no la pensaba dejar pasar, que se olvidara de la firma del acuerdo de paz, después de todo ellas eran sus mujeres y era su responsabilidad educarlas correctamente, ante esto intercedí, no por ellas, sino por intentar salvar a mi pueblo de una guerra por un par de golfas que no se conforman con lo que tienen y ofenden a quien no deben.

- Emperador Mike, por favor considere su decisión de firmar la paz, entiendo su furia y está en su derecho de exigir el castigo para estas mujeres, yo misma me comprometo a darles el castigo que se merecen, pero reconsidere su decisión, una guerra ya sea ahora o más adelante traería muchas pérdidas humanas innecesarias solo por un par de mujeres calenturientas y trepadoras.

Mis palabras apaciguaron un poco su ira, pero exigió la pena de muerte para ellas, William intentó replicar, pero de inmediato lo callé.

- Emperador William no se atreva a abogar por estas mujeres, agradezca la benevolencia del emperador Mike de querer evitar guerras futuras solo por un par de zorras que no conocen su lugar, desde este momento estas mujeres son prisioneras del imperio y usted o cualquier otra persona tiene terminantemente prohibido brindarles la más mínima ayuda, en cuanto amanezca enviaré las cartas para una reunión de la corte para exponer ante ellos este caso y decidir cuándo será su ejecución.

Mike pareció complacido con la decisión que había tomado, los guardias tomaron a ese par de golfas y las llevaron al calabozo hasta el día de su ejecución y los demás nos dispersamos a descansar.

Por la mañana tal como había dicho envié las cartas pidiendo una reunión urgente, esa era una situación que me favorecía, poco a poco iría deshaciéndome de las concubinas para poder llevar a cabo el clímax de mi plan, al mediodía los ministros, William, Mike y yo nos encontrábamos en el salón del trono.

Di inicio a la reunión exponiendo la razón que nos tenía allí, al explicar lo que había ocurrido a mitad de la noche y la decisión que Mike había tomado los ministros comenzaron a hablar en conjunto, ninguno estaba de acuerdo con el accionar de las concubinas y exigían su castigo, después de decirles que serían ejecutadas por petición de Mike todo se calmaron, nadie quería una guerra, morirían muchos inocentes por una razón sin sentido, después de debatirlo llegamos a la conclusión que irían a la guillotina al día siguiente, ya que Mike quería estar presente para asegurarse que la ejecución se llevará a cabo.

William estalló, ante todos gritó que si a nadie le importaba que eran dos de sus mujeres de las que estábamos hablando y agregó que solo él tenía el derecho a castigarlas, esa fue la gota que derramó el vaso, le grité de vuelta que si pensaba permitir guerras futuras por proteger a unas p*tas que no le ofrecen nada al imperio o si el castigo que les impondría sería el mismo que les dio cuando intentaron matarme estaba equivocado porque por encima de sus deseos egoístas estaba el pueblo y si no podía entender eso no merecía seguir sentado en el trono, esto lo dejó callado y no tuvo más opción que aceptar el destino que sus mujeres habían forjado para ellas.

El día siguiente llegó y en la plaza principal se estaba montando todo lo necesario para la ejecución pendiente, habían colocado un balcón para los emperadores y para mí, una multitud estaba rodeando el lugar, por medio de los sirvientes se habían enterado de lo que sucedería y cuál había sido la razón detrás de esto, esperaban la llegada de las acusadas para aventarle todas las cosas que llevaban consigo.

El pueblo estaba indignado, por culpa de ellas casi estalla una guerra donde ellos serían los más perjudicados, en cuanto los guardias aparecieron y dejaron a las mujeres encima de la plataforma de ejecución la multitud enfureció, les arrojaban desde tomates podridos hasta piedras, el vocero leyó los cargos y el verdugo estaba listo para cumplir con su labor, al ver que William no decía nada para ayudarlas comenzaron a gritar en su contra, creyeron que él al ser el emperador las ayudaría a librarse de la muerte, mientras aún estaban gritando el verdugo les cortó la cabeza.

Regresamos al castillo y William me lanzaba miradas como si fueran dagas, estaba molesto porque había perdido a dos de sus mujeres al mismo tiempo, sin embargo ese apenas había sido el inicio de todo lo que tengo preparado para él, le pedí acompañar a mi oficina y una vez adentro le informé a sus mujeres aún le faltaban cinco meses para saldar su deuda y tendrían que comenzar a trabajar y ayudar en algo al imperio, esto no le gustó y nuevamente me gritó.

- ¿No has tenido suficiente con lo que hiciste?, mis mujeres no tienen por qué trabajar, soy el emperador y puedo mantenerlas perfectamente, no seguirás tomando decisiones sobre mi harem, te lo prohíbo.

- Perfecto, ellas no trabajarán Pero entonces tendrás que mantenerla solo con la mitad de tu mesada ya que al ser tu esposa legal exijo la mitad de tus ingresos, es mi derecho y si te niegas llevaré este caso ante la Corte y que sean ellos quienes se encarguen de juzgarte, si tú zorras viven del imperio sin mover ni un solo músculo que no sea para calentar a tu cama yo que soy la Emperatriz con más razón, tú decides, o ellas también trabajan o te queda todo el peso del imperio y te recuerdo que yo hago la mayor parte de las funciones, ahora tengo nueve esposos más y puedo vivir sin preocupaciones, tú por el contrario no puedes darte ese lujo, tiene solo 3 horas para decidirte, si aceptas lo que te propuse aquí me encontrarás, si en 3 horas no has venido entonces entenderé que decidiste lo contrario.

Salió de mi oficina dando un gran portazo, me recliné en mi silla y solté una gran carcajada, sabía que aceptaría la primera opción ya que es incompetente para manejar un imperio por sí solo por mi parte yo podría llevar a cabo la siguiente parte de mi plan mas rápido.

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