Capitulo 11

Habíamos decidido tomarnos algunos días para disfrutar nuestra luna de miel, no viajaríamos a ninguna parte, ya que no queríamos dejar a Ismael durante mucho tiempo, mientras era mimada por Diego y Sebastián llegó a mis manos una notificación, habían pactado una reunión de carácter urgente, al leerla noté que sería esta misma tarde, me preparé rápidamente para asistir, no tenía idea de lo que se avecinaba.

El tema a tratar era que menos de una semana Mike Rodríguez emperador de Erys, visitaría el imperio, esto como una intención de firmar un tratado de paz, los emperadores de ambos imperios habían sido enemigos durante generaciones por lo que este interés de firmar la paz vendría muy bien para todos, desde luego la familia imperial debía estar presente para su recibimiento.

Como anfitriona debía organizar un banquete para su llegada y como favor le pedí a William que controlara a sus concubinas, no debían ofender al visitante o todos sufriríamos las consecuencias, después de tener todo organizado cada quien tomo un rumbo distinto, al llegar a mi hogar mis hombres me esperaban en la entrada.

Después de explicarles las cosas y pedirles su ayuda para tener todo listo a tiempo decidimos salir a montar a caballo por los terrenos del castillo, me estaba divirtiendo tanto que les propuse una carrera, si ellos ganaban el primero que llegara a la meta seria quien durmiera conmigo esa noche, si yo ganaba ninguno de ellos podría tocarme durante una semana.

Rápidamente, me di cuenta de que había sido una mala idea, los chicos eran bastante competitivos, sabía que esa carrera ya la había perdido, de todos modos competimos, por supuesto yo perdí, llegué de última, pero quien había llegado de primero sería un poco difícil averiguarlo, Marcos y Samuel habían llegado al mismo tiempo, mientras todos pensábamos una manera de decidirlo se me ocurrió una idea, bastante infantil en realidad, pero era lo único que teníamos en ese momento, jugar piedra, papel o tijeras, después de explicarles las reglas del juego comenzaron a jugar, el ganador seria quien compartiría la cama conmigo durante la noche, después de varias rondas intentándolo al final quien gano fue Marcos.

Celebraba su victoria como si fuera el premio mayor y los demás lo alentaban, era realmente lindo ver que se llevaban tan bien, incluso Samuel lo felicitó y en broma le dijo que la próxima vez él ganaría, regresamos al castillo después de un divertido paseo.

Antes de que pudiéramos darnos cuenta la noche cayó y debía ir a la habitación de Marcos, al entrar vi una imagen muy erótica, él se encontraba sentado en un pequeño sofá, estaba a oscuras, solo iluminado por un par de velas y tenía una copa de vino en su mano, me hizo señas para que me acercara a él y yo poseída por su intensa mirada lo hice casi sin darme cuenta.

Me atrajo a sus brazos y me beso de una manera que me hizo perder la razón, hicimos el amor entre besos y caricias bajo la tenue luz de las velas, por la mañana desperté prácticamente sobre él, intenté bajarme, pero no me lo permitió, cada vez que me movía me apretujaba más contra él, rato después despertó por completo, me beso y nuevamente tuvimos intimidad mientras nos bañábamos, al terminar de arreglarnos bajamos al comedor a desayunar con los demás, Ismael se encontraba en la mesa, siendo alimentado tiernamente por Agustín, al verme prácticamente salto a mis brazos y yo felizmente lo recibí.

Se acercaba el día de firmar los documentos de la adopción, el templo había fijado la fecha para dentro de dos días, el desayuno pasó sin pormenores, ese mismo día comenzarían los preparativos para el banquete, todo debía salir perfecto ese día, solo esperaba que las concubinas de William no terminaran arruinándolo todo.

Por fin el día de adoptar a Ismael había llegado, los chicos habían decidido adoptarlo también por lo que ahora él tendría 9 papás, días atrás en una conversación que tuvimos llegamos al acuerdo que los hijos que tuviéramos en algún momento serian de todos, ninguno tendría preferencias sobre ninguno de los niños, ellos serian sus padres sin importar de quien fueran biológicamente, una vez estuvimos frente al sacerdote este procedió a leer el documento para luego pasar a bautizar a Ismael, bajo el nombre de Ismael Negrete García Fernández Sánchez Martínez Suárez Deluca Navarro Carusso Crafton, después de firmar y sellar el documento oficialmente Ismael era príncipe de West, aunque en un futuro probablemente heredaría los territorios de sus padres, en ese momento se había convertido en el niño más poderoso de todo el imperio, no solo era príncipe, sino que además también podría ser Conde, Duque, barón, vizconde, velaría por el pueblo y los soldados y tendría bajo su mano a los mercenarios, esto también lo hacía un blanco fácil al ser solo un pequeño niño, sin que nadie más que nosotros lo supiera Marcos delegó a 20 de sus hombres la tarea de estar pendientes de él las 24 horas del día.

El día de la llegada del emperador vecino había llegado y desde bien temprano el castillo era un caos, las doncellas corrían de aquí para allá ultimando detalles, había mandado a preparar las habitaciones para invitados importantes para su llegada y yo me encontraba arreglándome, mis chicos se encontraban listos y vestían a nuestro hijo, qué bien se escucha eso.

Bueno volviendo al tema, cuando por fin el momento definitivo había llegado William se encontraba en la puerta, junto a él estaban sus concubinas, los ministros y por supuesto me encontraba a un lado junto a mis concubinos y tenía a mi hijo agarrado de la mano.

Poco tiempo después la caravana cruzó las puertas, del carruaje bajó un hombre alto y con una presencia imponente, al estar frente a nosotros William fue el primero en saludarlo y hacerle una cordial reverencia, acto seguido todos los demás lo hicimos, una vez estuvimos adentro uno a uno nos fuimos presentando, al presentar a Ismael como príncipe de West las caras de las concubinas y de William mismo era un poema, ninguno se esperaba esa revelación, mi hijo hizo una perfecta reverencia ante Mike, sus padres días atrás se habían encargado de enseñarle todo lo que debía saber para una ocasión como esta.

Por órdenes mías las doncellas se encargaron de escoltarlo a su habitación e informarle la hora en la que sería servido el banquete, mientras disfrutábamos el banquete de bienvenida pude notar las miradas que le daba Marcela a Mike, pero él ni caso le hacía, estaba concentrado mirando a Bertha, eso era señal que la visita tal vez estaría más entretenida de lo que pensé.

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